6
Escucho unos leves golpes en la puerta de su estudio.
Con cuidado Jungkook dejó los papeles sobre su escritorio y se recargo por completo en el respaldo de su silla.
—Pase— dijo.
Una figura alta y trajeada se presentó abriendo la gran puerta de madera. Jongsuk con paso seguro se adentró a la oficina del pelinegro hasta posarse frente al escritorio.
—Lamento la interrupción señor Jeon, pero necesito que me proporcione algunos datos—
Jungkook asintió y con la mano hizo un ademán hacia el más alto, indicándole que tomara asiento.
—Claro, habla—.
—Bien, tengo entendido que uno de sus hombres fué quien tuvo contacto con Leeteuk, ¿Hay alguna manera de saber con exactitud el lugar dónde se reunieron?— preguntó mientras jugaba con un bolígrafo en su mano derecha.
—En efecto, como sabes las armas que nuestros trabajadores cargan cuentan con un chip de rastreo, sin embargo la última locación que él visitó antes del altercado no nos da una pista en concreto— Jeon tecleo en la computadora frente a él un par de códigos que le permitieron ingresar a un programa privado.
Giró el monitor de la misma para que el contrario pudiera observar en ella un mapa, en el que se marcaba una ruta con distintos puntos.
—Creemos que ellos se vieron en Beauty bar en Nueva York, es el único lugar fuera de su ruta habitual—
—Muy bien— escuchó atentamente, mientras en su mente intentaba recordar algo que los guiara a una nueva pista sobre lo que tramaba Leeteuk —cerca de estos lugares el señor Kim tuvo un altercado con la policía, al parecer investigaban un secuestro— murmuró viendo nuevamente el mapa.
—¿Crees que este relacionado con Leeteuk?—
—Posiblemente. Tendré que investigar un poco más, gracias por la información señor Jeon— sonrió amable hacia el contrario.
—¿Señor? ¿En qué momento la cordialidad fue importante entre nosotros, Jongsuk?—.
—Tienes razón— sonrío ladino — aún después de... Ya sabes—
Jungkook rodó los ojos ante la mención del pelinegro.
—Aunque fué hace mucho, admitiré que lo disfruté— arreglando el saco de su traje, se levantó de su asiento para salir del lugar, sin embargo el más alto tomó su muñeca impidiendo que siguiera su camino.
—¿Tanto como para repetirlo?—
—No es el momento— dijo, su voz calmada a pesar de que Jongsuk no había deshecho su agarre en su muñeca.
—Por supuesto que lo es— posandose a sus espaldas, paso lentamente sus manos a la cintura del más bajo mientras esté soltaba el aire que había retenido hasta el momento.
Cerro sus ojos en el momento que las caricias en su cintura se repetían y los labios del pelinegro se posaban sobre la piel de su cuello.
—Eres un maldito— escuchó una risa ronca como respuesta.
—Llamame como quieras hoy, te haré perderte en tus sentidos... Y oscuros deseos— caminó de manera lenta a su alrededor, hasta que ambos estaban de frente cruzando miradas lascivas que denotaban deseo.
Sin pensarlo un segundo más ambos se abalanzaron hacia enfrente chocando sus labios en un beso salvaje, escuchándose los chasquidos del mismo. Mientras sus manos recorrían las torneadas piernas del más bajo, Jongsuk guío con pequeños pasos a ambos hacia el escritorio.
Las piernas de Jeon chocaron contra la madera, misma de la que Jongsuk retiro los papeles de ella para subir a jungkook encima. Este sonrió ladino por el acto.
—Te encargarás de eso—
—De lo que me haré cargo será de follarte aquí mismo—
Pronto las prendas de ambos jóvenes habían desaparecido, tomando lugar las caricias por parte de ambos, a la vez que los besos y marcas en su piel.
—Así que... Jongsuk— murmuró una voz tensa en la oscuridad, pasando desapercibida entre los jadeos de los jóvenes frente a él.
Tae salió de la habitación.
Jungkook despertó en su habitación a la mañana siguiente. Retirando las sábanas carmín de su desnudo cuerpo se levantó de la cama. Llendo así mismo al baño de su habitación.
Después de una bien merecida ducha se colocó frente al espejo, limpiando lo empañado para poder ver su reflejo en el. Soltó una leve risa ante la imagen frente a sus ojos.
Su pecho estaba lleno de marcas que recuerda Jongsuk dejo la noche anterior. Joder, Jongsuk era un maldito.
De igual manera miró sus muslos llenos de marcas de pequeñas mordidas.
Levantó la vista nuevamente al espejo.
Pero esta vez una figura se encontraba tras él.
Giró rápidamente dónde se supone estaba esa persona. Pero el lugar estaba vacío.
Notó su respiración acelerada, estaba seguro de haber visto eso antes.
En sus sueños.
El cabello rubio y sus ojos centellantes y rojos.
—¿Quién carajos eres?—
Antes pensaba que esa mirada y voz, eran tan solo parte de su imaginación. Siendo alterada después de noches de estrés. Pero ahora mismo juró tener miedo, ya que esa presencia la sintió tan real.
—Buen día Jungkook— saludó Seokjin cuando encontró al más joven solo en el comedor.
—Buen dia— respondió seco, sintiéndose de repente sin apetito.
—Ah, dormí tan bien anoche, lastima que no podrías decir lo mismo...— murmuró mientras se servía un poco del jugo que había sobre la mesa.
Jeon lo miró interrogante, pero antes de que pusiera decir algo, el mayor lo interrumpió.
—No fueron precisamente silenciosos. No me molesta, siempre y cuando no interrumpa nuestro trabajo—.
—Lamento los inconvenientes, no volverá a ocurrir— murmuró intentando mantenerse respetuoso; aunque en realidad quería tirarle el jugo encima.
—Ah no, no te preocupes. Y no me mal interpretes, pero ese niño lo necesitaba, no sabes lo que trabaja— suspiró tomando asiento frente al menor.
Borró la sonrisa que hasta el momento había mantenido en su rostro cuando notó algo impresionante en el aura de Jeon.
—¿Ocurre algo?— preguntó el menor ante el repentino cambio de Seokjin.
—No... No es nada— intentó componer nuevamente una sonrisa. Logrando así despistar al menor.
Esa sensación, ese olor.
¿Quién era? No podía saberlo con exactitud.
Solo sabía de lo que se trataba, Jeon cargaba en su aura a un demonio. Lo podía sentir.
Después de que ambos tomarán un desayuno decente (aunque para Jeon no muy agradable) se retiraron del comedor para ambos ir a sus habitaciones correspondientes, acordando que mas tarde se reunirían con los demás.
Seokjin se encerró en su habitación, misma que compartía con Namjoon quien lo miró interrogante cuando lo vio con el seño fruncido.
—¿Ha pasado algo?—
—Hay algo aquí, lo siento, mi marca comienza a doler— murmuró mientras retiraba la manga derecha de su camisa, mostrando una extraña marca en su antebrazo, está misma se tornaba roja.
Namjoon salió de la habitación dejándolo sólo, era peligroso para él encontrarse con lo que sea que Seokjin sentía.
Jin cerró sus ojos concentrándose en la energía del lugar.
—Muestrate, sé que estás aquí— murmuró, recibiendo respuesta segundos después.
—Mira a quien me encuentro, pensé que habías muerto— Taehyung estaba ahora frente a él, con su vestimenta negra parecida al cuero y fruncida a su cuerpo, con su par de alas guardadas tras él.
—Yo también lo pensé en el momento, el poder es increíble, no lo niego— sonrió ladino.
—Tanto como tú paga lo será, allá abajo muchos te esperan—
—¿Qué haces aquí?— interrumpió.
—Mi trabajo, solo eso debes saber— de repente una sonrisa ladino surco su rostro —Aunque, tu presencia aquí no me viene tan mal tampoco—
—¿De que hablas?—
—Mi padre, tu rey... Me ha dicho que un celestial vaga en este mundo, tu deber es advertirme cuando su presencia sea cercana, mi deber es cazarlo, pero no puedo mientras siga cuidando a mi custodiado—
—Lo haré—
No tenía opción alguna.
Cuando el demonio se retiró Seokjin dejo caer su cuerpo por completo en la cama, sintiéndose de repente cansado. Su marca había dejado de doler. Pero ese era el destino que él cargaba, lo sabía.
Mi alma está maldita desde aquel momento.
Toc toc ¿Alguien vivo?
¿Alguien sigue leyendo esta cosa?
Me he atrasado mucho en continuar esta historia lo sé, pero he pensado estructurarla mejor.
Con más sorpresas y misterios. Además de algunos datos sobre demonología.
Cómo sea
Gracias por leer 💜✨
—Akira.
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