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-Creo haberlos mandado a China para cerrar el trato con los Wang, no para que buscaras a tu madre Jeon- escucho la voz demandante de Heechul a través de la línea.

Largando un fuerte suspiro de entre sus labios, desajusto el nudo de su corbata, sintiéndose de repente asfixiado por el calor de su ropa y la habitación de hotel. Se dejó caer en la cama.

-Aun no entiendo quién fue el bocazas que te lo ha dicho- cerro sus ojos por unos segundos, sintiendo leves punzadas en su cabeza –como sea, el trato está cerrado, nuestro lugar en el mercado de armas está asegurado, listo-.

-Sabía que podías con ello, sin embargo, te pido que te olvides del tema de tu madre, no quiero nada que te distraiga de los trabajos-.

-No importa, ya conseguí lo que quería –Retiro el teléfono de él, cortando la llamada y simplemente dejándolo caer en la cama.

Cerró sus ojos, permitiéndose relajar su cuerpo.

Recordando las veces que por sus descuidos, estuvieron a punto de matarlo, tan solo un par de veces se ha repetido aquello, y se ha vengado siempre de ellos, privándolos de la vida con un disparo justo en su cabeza.

Agradecía tener siempre a sus compañeros, tal y como lo es Hyungsik, quien es más que su amigo, pues entre ambos se han apoyado desde que Jeon llego a aquel lugar, Sik se encargó de enseñarle y guiarlo por este mundo. Brindándole primero un apoyo igual que Heechul en educación para luego ser parte del mando en ese grupo.

Con un leve dolor de cabeza, se levantó de su cama, dirigiéndose a la ducha y en el proceso despojándose de sus ropas.

Después de ello, se dignó a dormir.

-Me sorprende que aún no hayas perdido la cordura al no poder devorar su alma- El rubio giro a su derecha, encontrándose a Yoongi y al igual que él, regreso su vista hacia el mortal, Jeon aún seguía durmiendo.

-Es más interesante de lo que parece- escucho un chasquido proveniente de los labios del contrario. –Es divertido ver cuantas oportunidades de matarlo han tenido, sin embargo eso no ha sucedido. Además de que durante estos años, él ha corrompido cada uno de los mandamientos de diferentes maneras... una y otra vez-.

-¿Sera digno de su única condena?-.

-Dejare que los de abajo disfruten de torturarlo hasta que yo decida cuándo es hora de devorar su alma pecadora- una sonrisa ladina surco su rostro.

Era cierto que desde que se encontró con aquel mortal, su único y primer deseo era su alma, llena de rencor, odio y siendo el causante de las muertes de aquella noche. Pero con el paso del tiempo, esta se fue alimentando de corromper los mandamientos y cumplir con cada uno de los siete pecados, alimentando a los demonios regentes de estos mismos.

Jeon era diferente, muy pocas almas son capaces de logar aquello y lograr ser un manjar digno de hasta los primeros demonios.

-Pienso en una manera más en la que puedes disfrutar de esto –Tae frunció su ceño, mirando con duda al pelinegro –vamos, que este no tiene un mal cuerpo-.

-Olvídalo, no soy uno de esos asquerosos íncubos*-.

-Pero si eres hijo de Asmodeo, pequeño- Yoongi camino hasta situarse al lado de la gran cama.

-Eso no me convierte en uno, no tiene sentido-.

-Lo tenga o no, tienes que admitir que es lindo- el pelinegro paso delicadamente su mano por la mejilla del mortal, acariciando su piel, pero pronto una mano detuvo su actuar.

Alzo la mirada, encontrándose con el ceño fruncido del rubio.

-Eso no te incumbe, además tienes prohibido tocar a cualquiera que sea custodiado por otro demonio-.

-Y esas reglas no van conmigo- sonrió ladino para luego soltar un largo suspiro- pero descuida, dejare que tú seas quien corrompa aún más esta alma pecadora –sin más, una bruma negra cubrió al demonio haciéndolo desaparecer.

Tae volvió su vista al pelinegro, tenía que admitir que Yoongi no estaba del todo equivocado. Sin embargo se negaba a caer en la tentación que ahora parecía ser su custodiado.

Es simplemente un mortal.

Pensó.

[∆]

Días después de aquella discusión con Heechul regreso a Corea.

Antes de encarar a su jefe y de quizá recibir una nueva reprimenda por parte de este, desvío su camino hacia la barra del minibar que tenía en su propia sala de juegos en la mansión.

Jeon se sirvió algo de whisky en un vaso de cristal, tomando asiento en uno de los taburetes tomo el primer trago; cerró sus ojos, dejando que el amargo sabor de su bebida inundada completamente su paladar, para luego soltar un suspiro.

Durante unos segundos disfruto del silencio que lo rodeaba.

Casi.

—Gusto en verte, niña— sonrió ladino a través del reflejo de las botellas de vino frente a él.

La pelirroja a sus espaldas soltó una risa socarrona.

—Mas respeto Jeon, que yo te ví crecer hasta lo que eres hoy—.

—¿Debería entonces llamarte señora?— pero la única respuesta que recibió fue un golpe en la nuca.

—Nunca cambias mocoso—. 

La chica se posó a su lado, abrazándolo por los hombros.

—¿Por qué no has ido conmigo, Hyuna? Si sé que te encanta China—.

—Creeme que me hubiera encantado niño, pero Heechul me encargo un trabajo junto con NamJoon— suspiro, tomo el vaso de cristal que Jeon aún traía en la mano y bebió de un solo trago lo restante del whisky. —¿Ha salido todo bien allá?—.

—Como siempre, ¿O es que a caso dudas de mis capacidades? — sonrió— como sea,el trato está hecho. Solo hubo un pequeño detalle —Hyuna lo miro con duda —Alguien, algún bocazas le contó a Heechul sobre mi búsqueda de información sobre lo madre—.

Hyuna simplemente guardo silencio y no cruzó miradas con el pelinegro, quien tomó está actitud como sospechosa y no despegó su mirada de las acciones de la pelirroja quien se servía más whisky.

—Hyuna...—.

—Lo siento, no fue mi intención—supiro— te juro no le dije nada, simplemente el lo dedujo— desvío su vista hacia el vaso entre sus manos— creo que él me conoce ya lo suficiente—.

Jeon sonrió comprensivo hacia ella, sabía que Heechul y ella habían tenido un pasado, pero lamentablemente Heechul decidió enfocarse en su trabajo; Hyuna son embargo, no se opuso a ello.

—No te preocupes, de cualquier forma de iba a enterar. Aunque...— quito de las manos de la pelirroja el vaso de whisky, e igual como ella lo hizo en un principio, bebió todo el contenido de un solo trago; empapando sus labios ligeramente del líquido amargo.

—Ya entendí —sonrío— está noche, en el Lux—.

—Gracias bebé— bromeó el pelinegro.

Hyuna salió del lugar, pero antes grito una advertencia a su compañero.

—Y será mejor que contestes tu teléfono, esta vez no te recogeré el día siguiente en algún Hotel—

[°•°]

Tal y como habían acordado, la pareja de amigos se cito en el mejor bar de la cuidad, El Lux.

Bebieron hasta que la vergüenza desapareció de sus cuerpos, y el calor de la noche los hizo bailas con cuántas personas se les cruzarán en el camino.

—Hey Jeon, que esa castaña no te ha quitado la vista de encima— Señaló Hyuna con la mirada hacia la chica nombrada, quien se encontraba en la barra del bar, llamando al pelinegro.

—Supongo que un polvo no hará daño— sonrió ladino, dirigiéndose hacia la desconocida.

Después de un par de tragos más y una pequeña conversación, ambos chicos ahora se encontraba tambaleándose entre besos y toqueteos por todo el cuerpo hasta llegar a la habitación que convenientemente el bar también poseía.

Sin embargo, el único recuerdo de aquella noche; era potente mirada desconocida que lo acompañó una vez  comenzó a beber, aquellos ojos rojos que le ponían los pelos de punta.

*
Incubos: Íncubo es un demonio, en la creencia y mitología popular europea de la Edad Media que se supone se posa encima de la víctima femenina durmiente, para tener relaciones sexuales con quien duerme, de acuerdo con una amplia cantidad de tradiciones mitológicas y legendarias. Su contraparte femenina se llama súcubo.

Se cree que nacen siendo súcubos o también llamados Lilim, hijos de Lilith y asmodeo. Pero después se transforman a incubos.

Akira.

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