005
Perdón por la demora. La verdad es que me quedé sin ideas, y este capítulo no terminó de convencerme. Tal vez lo modifique más adelante, pero no quería dejarlos sin una actualización este año. Quizás publique otra antes de que termine el año, aunque no estoy segura, ya que, como mencioné, estoy pasando por un bloqueo :(
Perdón si hay errores :(
Mi cerebro decía: "Date la vuelta y vuelve a casa con tus hijos", pero mi corazón insistía: "Ve por tus improntas, te van a necesitar".
Estúpido corazón.
Seguí el olor de Alice hasta la torre del reloj. Entré por una puerta con el cerrojo roto y no pude evitar sonreír al pensar que seguramente fue Alice quien lo rompió.
Cerré la puerta detrás de mí y avancé. Ya había estado aquí antes; mi padre me trajo una vez para hacer un favor. Caminé por un largo pasillo hasta llegar a unas escaleras que llevaban a un ascensor.
Subí al ascensor y presioné un botón. Pasaron unos minutos antes de que las puertas se abrieran, revelando una sala de espera. Una chica, que estaba allí, se levantó con una sonrisa al verme.
Chica: Buenos días.
Nat: Buenos días. -Respondí sin mucha importancia y la salude con la mano-
Seguí caminando por el único pasillo que había hasta llegar a unas puertas. Detrás de ellas, se escuchaba un alboroto. No lo pensé dos veces y las abrí.
Nat: ¡Aro!
Todo el lugar se quedó en silencio al verme. Alice estaba siendo retenida por un hombre, Bella estaba en el centro de la sala con las manos en el cabello, claramente desesperada, y quien supuse que era Edward estaba arrodillado frente a los tres reyes.
Alice: ¡Natalia, vete! -Me gritó mientras intentaba liberarse del agarre del hombre que la sujetaba-
Nat: Aro, me debes un favor. -Dije con una sonrisa, acercandome a él-
Aro hizo un gesto y los vampiros que se acercaban se detuvieron.
Aro: Natalia Morningstar.
Nat: Aro, cuánto tiempo, viejo amigo.
Todos parecían sorprendidos, excepto los tres reyes.
Aro: ¿No podemos hablar en otro momento? -Se acercó con su característica sonrisa-
Nat: Imposible. -Hice una ligera reverencia- Vine a cobrar ese favor, Aro.
Aro: Le debo el favor a tu padre, no a ti.
Nat: Oh, Aro, ya sabes que mi padre y yo somos inseparables. Si le debes un favor a él, me lo debes a mí. -Sonreí- No me hagas llamarlo para contarle que no quieres cumplir. Sería una pena para ustedes ver a mi padre molesto. -Hice una mueca- No es nada agradable.
La sonrisa de Aro desapareció.
Aro: ¿Qué quieres?
Cayo: ¡Aro, no puedes-!
Aro: ¡Silencio! -Todos se callaron- ¿Qué quieres, Natalia?
Nat: La vida de esos tres. -Miré primero a Bella, luego a Alice, y finalmente a Edward antes de suspirar-
Aro: ¿Por qué?
Nat: Tengo mis razones.
Me acerqué al vampiro que sujetaba a Alice y le sonreí.
Nat: Suéltala.
Aro: Ya entiendo. -Sonrió- Suéltenla.
El vampiro la dejó ir, y la sujeté del brazo para colocarla detrás de mí.
Nat: Ya sabes lo que quiero. Déjalos ir.
Cayo: ¡Tenemos reglas! ¡No podemos simplemente dejarlos ir!
Nat: Mi padre también las tiene, y las rompió para ayudarlos.
Aro lo pensó por un momento antes de sonreír.
Aro: Bien, pero Bella debe convertirse.
Edward: ¡No! -Intentó liberarse, pero solo logró que lo sujetaran más fuerte-
Me acerqué a Bella, tomé sus manos y la miré a los ojos.
Nat: Dime, Isabella. -Sonreí- ¿Qué es lo que realmente deseas?
Bella se perdió en mi mirada. Tras unos segundos, habló.
Bella: Quiero... -Frunció el ceño- Quiero convertirme.
Nat: Bien. -Solté sus manos y me giré hacia los reyes- Está decidido. Bella será convertida.
Alice: Si es necesario, yo misma la convertiré. Ella será una de nosotros, lo he visto.
Aro ofreció su mano a Alice, quien se acercó para tomarla. Un gruñido escapó de mis labios.
Aro: Fascinante. Ver lo que has visto mucho antes de que ocurra.
Aro se acercó a Bella, lo que provocó otro gruñido de mi parte.
Aro: Tus dones te harán una inmortal fascinante. -Le tocó el rostro- Isabella... -Susurró-
Nat: Es suficiente, Aro. No te pongas raro ahora.
Aro rio y se apartó de Bella.
Aro: Váyanse. -Miró a Edward, y lo soltaron.- Ve a prepararte
Marco: Acabemos de una vez con esto. Heidi llegará en cualquier momento. -Se levantó de su trono- Gracias por su visita
Los Cullen y Bella comenzaron a salir, pero yo me quedé.
Aro: Adiós, mis jóvenes amigos.
Alice: -Se detuvo y me miró- Natalia, vamos.
Nat: Adelántense, los veré afuera.
Alice dudó, pero salió con ellos. Cuando la puerta se cerró, miré a Aro, quien ya tenía su mano extendida, esperando que la tomara.
Nat: Bien. -Suspiré y tomé su mano-
Aro la sujetó entre las suyas, sonriendo al ver mis recuerdos.
Aro: Me alegra saber que tus hijos están bien. -Sonrió mientras volvía a su trono- Tú y Alice... Quiero ver qué ocurrirá en el futuro. Espera mi visita pronto, Natalia.
Hice una reverencia y me dirigí a la puerta.
Cayo: Más vale que cumplas con el trato pronto, Morningstar. Ya no te debemos nada.
Asentí y salí del lugar justo a tiempo para ver a unos turistas entrar. Me detuve al notar una familia con dos hijos. Cerré los puños y seguí adelante, acelerando el paso mientras los gritos resonaban a lo lejos.
Cuando me di cuenta, ya estaba en el auto junto con los demás.
Nat: -Suspiré- Sophia, llama a mi padre y dile que me llame cuando pueda. No es una emergencia. También organiza el jet volvemos a Forks.
Edward: ¿Y tú quién eres? -Frunció el ceño-
Nat: Quien te salvó el trasero.
Esto solo pareció molestarlo más.
Sophia: Mi señora, el jet estará listo para mañana.
Nat: Bien. Yo manejo.
Encendí el auto y esperé a que todos subieran.
Edward: Alice.
Los hermanos se miraron durante un par de segundos, como si se estuvieran comunicando telepáticamente.
Nat: ¿Van a subir?
Alice sonrió y se subió al asiento del copiloto, dejando a Sophia en la parte trasera con la pareja. Cuando todos estuvieron listos, encendí el motor, que rugió con fuerza, y presioné el acelerador.
En algún momento del camino, Alice tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos.
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Bajamos del auto y entramos al hotel. Dejé que Sophia se encargara de todo en la recepción, mientras los chicos descansaban en unos sillones y yo me quedaba parada esperando. Cuando Sophia volvió, se veía preocupada.
Sophia: Mi señora, tenemos problemas.
Nat: ¿Qué sucede?
Sophia: Solo quedaban dos habitaciones.
Suspiré y miré hacia afuera, viendo cómo todo estaba oscuro.
Alice: Eso está bien. -Sonrió y se acercó a nosotras- Yo puedo dormir con Natalia.
Me atraganté con mi propia saliva y sentí cómo mis mejillas se ponían rojas.
Nat: Am... y-yo...
Sophia: ¡Yo no me voy a quedar con la parejita!
Bella: Sophia puede quedarse con ustedes.
Alice/Nat: ¡No! -Dijimos al mismo tiempo-
Nat: -Me aclaré la garganta- Sophia se queda con Bella y Edmundo.
Sophia: Edward -Me corrigió- Y no quiero.
La miré, y mis ojos poco a poco se volvieron rojos. Sophia bajó la cabeza, y mis ojos volvieron a la normalidad.
Sophia: Bien. -Suspiró y me entregó la llave-
Sonreí, y junto con Alice fuimos a nuestra habitación. Abrí la puerta y ella entró primero, encendiendo la luz.
Alice: ¿Está bien si me baño primero?
Nat: Claro.
Alice entró al baño, y a los pocos segundos alguien tocó la puerta de la habitación. Abrí y encontré una bolsa y una nota.
"Espero que esta ropa sea de su agrado, mi señora."
Sabía que la nota venía de Sophia. Cerré la puerta y me senté en la cama, donde abrí la bolsa, dejando ver dos pijamas de pareja a juego.
Nat: -Fruncí el ceño- Qué demonios?
Alice: ¿Qué sucede?
Alice se acercó, vio las pijamas y sonrió. Tomó el pijama más grande.
Alice: ¡Rápido! -Me levantó de la cama- Báñate y cámbiate, que ya es tarde.
Nat: Pero Alice-
Sin mucha fuerza, Alice me metió al baño con el pijama y cerró la puerta.
Suspiré y volví a ver el pijama. No estaba tan mal, así que, sin pensarlo mucho, me di una ducha y me lo puse. Salí del baño, y Alice estaba sentada en la cama con el otro pijama puesto.
Cuando me vio, soltó un pequeño chillido y palmeó la cama para que me sentara a su lado.
Alice: Ahora estamos a juego.
Nat: Tengo que admitir que no está tan mal.
Alice soltó una pequeña risa que me contagió. Así pasamos toda la noche contándonos historias y riéndonos.
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Habíamos vuelto a Forks. Mi madre me sometió a un interrogatorio junto con Charlie. Les conté casi toda la verdad, evitando, claro, el intento de suicidio y los vampiros.
Charlie: ¿Y eso fue todo?
Nat: Solo fuimos a ver a Edwin.
Gloria: Edward. -Me corrigió-
Nat: Sí, sí, eso.
Fruncí el ceño al oler a un vampiro en la casa.
Gloria: ¿Sucede algo, Natalia?
Nat: Isabella está despierta.
Eso llamó la atención de Charlie.
Charlie: Iré a hablar con ella.
Las dos asentimos y lo vimos subir al cuarto de Bella.
Gloria: ¿Qué fue lo que realmente sucedió?
Nat: Isabella será convertida.
Gloria: -Soltó un suspiro- Lo sospechaba, pero eso rompería el tratado.
Nat: Lo sé.
Escuché los pasos de Charlie bajar las escaleras, y le hice una señal a mi madre para que guardara silencio.
Charlie: Bella estará castigada hasta que tenga cuarenta.
Bella: No...
Escuché a Bella levantarse de la cama y suspiré.
Nat: Juro que me sacará canas. -Susurré-
Charlie: ¿Natalia, todo bien?
Nat: Si, solo necesito aire fresc-
Un llanto me interrumpió, y subí rápidamente las escaleras. Entré al cuarto de invitados, donde Noah, al verme, dejó de llorar y levantó los brazos para que lo cargara.
Nat: Noah, tengo que salir. -Susurré para no despertar a Sarah-
Noah llenó sus ojos de lágrimas y estaba a punto de volver a llorar, pero lo cargué y lo llevé a la cocina.
Gloria: Mi príncipe despertó. -Besó su frente-
Nat: Puedes cuidarlo. Debo salir.
Gloria: Claro.
Intenté pasarle a Noah, pero él se agarró fuerte de mi camisa.
Nat: Noah, tienes que soltarme.
Noah negó, y después de unos segundos de forcejeo, finalmente me soltó. Lo entregué a mi madre.
Nat: Volveré pronto. -Bese su frente-
Noah inmediatamente comenzó a llorar más fuerte, rompiéndome el corazón.
Nat: Ya entendí, ya entendí. -Suspiré y lo pensé un momento- Vienes conmigo.
Eso hizo que Noah soltara una risa de felicidad.
Gloria: ¿A dónde irás?
Nat: A dar un paseo.
Gloria: Bien, ve con cuidado.
Charlie: Ten cuidado con los lobos.
Nat: No me iré tan lejos. -Mentí-
Me puse la cangurera, acomodé a Noah en ella para tener los brazos libres y salí de la casa, siguiendo el olor a vampiro y a Isabella.
El olor me llevó a una casa con muchas ventanas.
Nat: No parecen vampiros con tantas ventanas. -Susurré-
Entré con cuidado y me escondí un poco lejos de los vampiros, esperando que no me olieran.
Bella: Todos saben que eso es lo que quiero. Y sé que lo que pido es mucho.
Me acomodé en mi escondite para ver la escena y fruncí el ceño al ver a mi hadita muy cerca de un rubio.
Bella: Lo único que se me ocurre para que sea justo es que voten.
Edward: No sabes de lo que estás hablando.
Bella: Cállate.
Sonreí.
Bella: ¿Alice?
Alice: Yo ya te considero mi hermana. -Se acercó a Bella y se abrazaron- Sí.
Bella: Gracias. -Bajó unos escalones acercándose a la familia junto a Alice-
Xx: Yo voto sí.
Habló el rubio que parecía tener algo en el trasero, y fruncí el ceño.
Rubio: Sería agradable no querer matarte todo el tiempo.
Xx: Lo siento.
Habló una rubia con vestido negro. Solo podía ver su espalda, pero era realmente sexy.
Rubia: Quiero disculparme con los dos por cómo actué. Y te agradezco que tuvieras el valor de ir y salvar a mi hermano. Pero esta no es la vida que yo hubiera escogido.
Un nudo se hizo en mi estómago al escuchar la triste voz de la rubia.
Rubia: Ojalá hubiese habido alguien que votara "no" por mí. Así que no.
Xx: Yo voto "¡Diablos, sí!".
Habló un chico grandote, abrazando a Bella, levantándola del suelo y dándole un par de vueltas.
Grandote: Podemos encontrar otra razón para pelear con los Volturi.
Xx: Yo ya te considero parte de la familia. Sí.
Mi atención se desvió a Noah, que señalaba un plato con fruta.
Edward: ¿Por qué están haciéndome esto? ¿Saben lo que significa?
Me moví con cuidado hacia la cocina, buscando algún puré o algo que Noah pudiera comer.
Xx: Has escogido no vivir sin ella. No tengo alternativa. No perderé a mi hijo.
Nat: Bueno, en realidad tienen una alternativa.
Miré a cada integrante de la familia Cullen, y cuando mis ojos se conectaron con unos dorados, caí de rodillas al suelo. Mi aliento quedó atrapado en mi garganta. No podía pensar en nada más que en ella la sexy rubia.
Xx: Oh, por Dios, ¿estás bien?
Otra vez sentí mis piernas débiles y solté un gruñido. El aire se escapó de mis pulmones.
La sexy mujer de cabello castaño se acercó a mí junto con Alice. Ambas me ayudaron a levantarme, y me di la vuelta, evitando las miradas de los Cullen y Bella.
Solté un suspiro y me pasé las manos por el rostro, escuchando cómo Noah se reía de mi frustración.
Edward: ¿Tú... te acabas de imprimir en Rosalie y Esme?
Oh, mierda. No otra vez.
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