---𝑀𝑎𝑙𝑎𝑠 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠---
Camila lentamente abrió sus ojos está en su cuarto completamente a oscuras, por obra del cansancio y sueño que tiene empezó a hacer torpes movimientos con la intención de agarrar su teléfono celular que se encuentra a un lado de su almohada, tras algunos intentos fallidos pudo lograr su objetivo, tras comprobar la hora sintió como si un gran peso cayera simultáneamente por todo su cuerpo, ya que se despertó muy temprano, incluso antes de que suene el despertador del teléfono. El reloj marca que son las cuatro y media de la mañana, podría levantarse de la cama y preparar algunas cosas para poder afrontar este penúltimo día de vacaciones de invierno, ella se sentó en su cama a la vez que deja caer su teléfono celular encima de la almohada, internamente se está debatiendo si debe continuar durmiendo o ya levantarse de la cama de una vez, aunque la pelirroja no espero escuchar sonidos del otro lado de su puerta, ya que es demasiado temprano para que su madre ya esté despierta, ya que su padre suele irse a trabajar más temprano. Camila se puso de pie a la vez que realiza unos pocos estiramientos, algo que provocó que pierda levemente el equilibrio, acercándose incondicionalmente a su pequeña biblioteca, en donde tiene algunos estantes llenos de libros y la gran mayoría con pequeñas figuras de las series que les gusta ver, aunque rápidamente su atención se dirigió a dos fotos sueltas que tiene, la joven sujeto las dos a la vez, mientras que una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar en qué momento las tomo.
-Tuvimos que hacer varios intentos para que Tom haya puesto esa sonrisa- susurró Camila mientras recuerda con gracia los numerosos intentos que hizo junto a Marcos, para lograr que el hijo del doctor Swiketsky sonría a la cámara son sinceridad en vez de fingir como suele hacerlo, esos recuerdos alegraron un poco de corazón ya que fue una linda experiencia la que vivió en esos pocos días que estuvieron los tres-
La joven ahora decidió prestarle atención a la otra fotografía, la cual es de hace unos años, en la cual se puede ver a Camila aparentando estar con once años de edad, en compañía de una joven de veinte años de edad, de cabellera rojiza de una tonalidad más oscura en comparación con la amiga de Tom, las parece estar abrazándose y con sonrisa radiantes decorando sus rostros. La sonrisa de Camila lentamente se desvanecía con cada segundo que dedicaba a la foto, la alegría de sus ojos se esfumó al cabo de cinco segundos, incluso rápidamente dejo las dos fotos en la estantería, para acto seguido sentir cómo las fuerzas de sus piernas se perdía gradualmente provocando que caiga de rodillas en el suelo, empezó a sentir una fuerte presión en su pecho que le impedía respirar con normalidad, sumando el hecho de que lagrimas caen de sus mejillas, demoró aproximadamente siete segundos en tranquilizarse y volver a respirar con normalidad. Lentamente la amiga de Tom Swiketsky pudo lograr ponerse de pie, luego de eso decidió secarse las lágrimas de sus ojos, mientras muerde su labio inferior con impotencia y rabia, tras sufrir nuevamente un ataque de ansiedad por recordar tras ver esa foto, opacando los lindos recuerdos tras recordar los días que estuvo divirtiéndose con sus amigos, al estar perdida en sus pensamientos no se percató de que alguien llamó a la puerta de su cuarto.
-¿Estás despierta?- se escuchó una voz femenina venir tras la puerta, pero antes de que la joven pelirroja pudiera responder, una mujer que parece estar rondando sus cincuenta años de edad, cuya cabellera es de la misma tonalidad que Camila, con la diferencia es que su corte llega hasta sus hombros.
-Sí, me desperté muy temprano mamá- dijo con un tono tranquilo, aunque se la puede ver un poco agitada, esto dio a entender a la mujer que su hija sufrió otro episodio de ansiedad, cambiando su expresión a una mucho más seria se dispuso a cruzar miradas con su hija.
-Tu padre fue al hospital para verla, se tomó el día libre solo para eso- mencionó la madre de Camila con seriedad, pero sus palabras provocaron un gran efecto en la joven pelirroja, quien abrió ampliamente sus ojos por la sorpresa, además de dejar levemente su boca abierta.
-Hace cuatro días tuvimos una video llamada con el doctor... por muy difícil que sea, con tu padre llegamos a la decisión de que se haga la eutanasia a Karen... lo siento hija– dijo la mujer con dificultad, al no poder evitar esconder su angustia, aunque la amiga de Tom Swiketsky se mantiene en un profundo silencio, con una mirada muerta al no percibirse ningún brillo en sus ojos.
-¿A qué hora será?– cuestionó Camila con un tono totalmente apagado, mientras que su mirada solo transmite el sufrimiento que aflige su corazón tras oír esas palabras.
-No lo sé, tu padre ha ido para hablar con los médicos –mencionó la madre de la pelirroja con un tono decaído, pero al no recibir respuesta, decidió dejar el cuarto cerrando cuidadosamente la puerta tras de ella.
Camila empezó a hiperventilarse mientras nuevamente cae de rodillas al suelo, con rabia sujeto su cabeza con ambas manos, apretando sus dientes golpeo su frente contra el suelo ocultando de esta manera que se la pueda ver llorar de una forma tan vulnerable –Lo siento, lo siento mucho, fue mi culpa hermana- susurro la pelirroja, el aura que rodea a la pelirroja, la cual es solo visible para Tom, se oscureció drásticamente, a la vez que comenzó a desvanecerse lentamente hasta el punto de casi desaparecer. La joven estuvo seis minutos en el suelo manteniendo la misma posición, hasta que lentamente se puso de pie, pero al hacerlo, comenzó a tambalearse un poco y a tocarse la frente, se siente un poco mareada y su vista se nublo un poco, dando a entender que su malestar emocionar de alguna manera afectó directamente a su cuerpo, Camila dirigió su mirada a una caja de pastillas que se encuentran sobre su escritorio, y tras cerrar sus puños con fuerza optó por acostarse nuevamente, no sin antes apagar su teléfono.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 18:20 PM.
El hijo del doctor Swiketsky se encuentro hablando con su amigo Marcos en una cafetería del barrio Palermo, acordaron reunirse a las seis de la tarde, también intentaron comunicarse con Camila desde el mediodía pero ninguno de los dos recibió alguna respuesta por parte de ella, pero de igual forma decidieron reunirse antes de que las vacaciones terminasen, aunque el joven de cabellera rubia parece estar más serio de lo normal. Un mesero se acercó a la mesa dejando los pedidos de cada uno, siendo dos tazas de café con leche, con la diferencia que Marcos pidió dos tostados, mientras que Tom Swiketsky optó por un par de cruasanes, aunque es algo que hace para aparentar y acompañar a su amigo, ya que lo de reunirse en una cafetería y no en otro sitio fue idea del joven de cabellera oscura.
-¿Hay algo que te esté preocupando Tom?, te noto mucho más serio que de costumbre- preguntó Marcos tras terminar de beber un sorbo de su café, mientras ve de reojo a su amigo.
-Camila no respondió ninguno de mis mensajes e ignoró mis llamadas toda la noche- respondió el hijo del doctor Swiketsky mientras observa su teléfono celular.
-A mí tampoco me contesta, pero no creo que sea algo por lo que preocuparse, después de todo no sabemos si está atareada o no- mencionó el joven de cabellera oscura con un tono despreocupado, para acto seguido comer un poco de su tostado.
-Ella no es así, siempre contesta al momento, algo puede que no esté bien- dijo Tom con un poco más de seriedad, llamando un poco la atención de Marcos, debido a que en pocas ocasiones vio a su amigo tan preocupado.
-Comprendo que estés preocupada, aunque el verte así me genera un poco de alegría... aunque no de mala manera, ya que es nuevo para mí el verte actuar de esta forma –mencionó Marcos algo nervioso al no saber si se dio a entender de una manera adecuada, para que no haya malas interpretaciones.
-Entiendo a lo que te refieres, pero estás dándome mucho crédito, después de todo yo no soy como el resto, solo finjo serlo –dijo el joven de cabellera rubia con un tono indiferente, para acto seguido darle un sorbo al café, pero lo único que pudo obtener es una sonrisa por parte de su amigo.
-Yo soy de las personas que cree que el mayor don del humano es la capacidad de sentir empatía por el otro, cuando perdemos la capacidad de empatizar con el dolor de los demás dejamos se ser humanos... en este momento, no estoy viendo a un monstruo desconocido, estoy frente a frente con mi amigo Tom Swiketsky, un humano- mencionó el joven mientras le dedica una sincera sonrisa a su amigo, algo que sorprendiendo un poco al hijo del doctor Swiketsky, pero rápidamente volvió a tener una mirada estoica.
-¿Y qué te hace pensar que no podría estar fingiendo incluso en estos momentos?, les conté a Camila y a ti de mi pasado, todo lo que hice, pero eso no significa que podrás entender el por qué de mis acciones- cuestionó Tom con seriedad, mientras toma uno de los cruasanes, pero noto que su comentario no cambió en nada la mirada sonriente que le está dando su amigo Marcos.
-Mi respuesta es simple Tom, tengo fe en ti... pero se de igual forma te sigues preocupando por Camila, cuando llegue a casa le pediré a mi abuela el número de sus padre, pero me deberás un favor si no hay nada malo- mencionó Marcos con un tono tranquilo, mientras cruza miradas con su amigo de cabellera rubia.
Los dos solo se limitaron a sonreír para a continuación terminar con lo que pidieron, se mantuvieron en silencio por un par de minutos escuchando el murmullo de las personas que tienen a sus alrededores, para Marcos era difícil el entender que es lo que muchos intenta decir, además de que está intentando no aparentar ser un interesado, por otro lado para Tom es muy fácil el escuchar todo lo que dicen, desde las quejas de la personas tras la barra registradoras, hasta las personas más alejadas de su posición. Marcos terminó con sus tostados y vio que a Tom le queda aún un cruasán –Tom, ¿te comerás esa medialuna?- preguntó el joven de cabellera oscura mientras señala el plato de su amigo, quien solo se limitó a negar para acto seguido darle su comida a su amigo, quien se alegró bastante, esto provocó una pequeña sonrisa casi imperceptible en el rubio –¿Pensaste que será de tu futuro una vez que terminemos la escuela?- cuestiono Marcos con un tono tranquilo, llamando la atención del rubio, quien se mantuvo en silencio ante la pregunta. El hijo del doctor Swiketsky se recostó en su asiento mientras que con su mano izquierda sujeta su mentón, ya que no pensó en cómo deberá llevar esta vida, además de pensar que es lo que hará después de que todo esto acabe, aunque también es algo difícil para él, debido a que se supone que deba hacer una persona que durante toda su existencia ha hecho de todo, cuál debería ser su siguiente paso, pero pudo pensar algo rápido en cuestión de minutos, ya que es algo que estuvo obviando durante muchos años.
-Aun no estoy totalmente seguro, pero antes de decirte quisiera que tú me respondas antes que harás en el futuro- mencionó Tom con un tono tranquilo, mientras espera con algo de curiosidad el escuchar lo que su amigo piensa hacer para su futuro.
-Siendo sinceros, mi deseo es continuar con el baloncesto, el entrenador habló con mi abuela antes de que comiencen las vacaciones de invierno para avisarnos de que planea hablar con los directivos del club con la intención de que me hagan exámenes para que me acepten en el primer equipo, daré lo mejor de mí para cumplir con mi objetivo- explicó el joven de cabellera oscura, mientras una sonrisa sincera y alegre decora su rostro, Tom Swiketsky solo se limita a ver a su amigo.
-Espero que cumplas con tus deseos, intentaré ayudarte en lo que me sea posible... pero respondiendo a tu pregunta, quizás tenga pensado seguir algo familiarizado con el arte o la escritura- dijo el rubio con un tono tranquilo, sorprendiendo un poco al futuro basquetbolista profesional, ya que él pensaba que seguiría algo más cercano a la ciencia debido a su personalidad.
-Es una sorpresa escuchar eso, yo pensaba que seguirías algo más relacionado con la ciencia, o matemáticas, incluso pensé que podrías ser médico como tu padre o mi abuela- exclamó Marcos un poco confundido con la elección a futuro del rubio.
-No te culpo por sorprenderte, pero siendo sinceros durante toda mi existencia, me vivido de numerosas formas diferentes, provee un sinfín de variaciones, pero podría decirse que he llegado a aburrirme... además está el hecho de que nunca me interesé por el arte, al no sentir utilidad en ella, gracias a este último siglo creo que debería de darle una oportunidad e intentar vivir como un artista o escritor- mencionó el ser conocido antiguamente como Zokial, mientras tiene una mirada perdida enfocada en su taza vacía.
-Tom Swiketsky, escritor... ¿alguna vez has hecho algún dibujo?, incluso creo que el hecho de ser historiador encajaría más con tu personalidad- dijo Marcos con tono bromista, intentando molestar un poco a su amigo, pero este tomo el comentario del joven de cabellera oscura de forma literal.
-Trabaje como historiador durante cuatro siglos intentando encontrar alguna forma descubrir el significado de Zokial, pero al no conseguir nada de información acerca de antes de abrir mis ojos desistí de seguir indagando en el pasado del mundo cuando no he encontrado más información relevante- explicó Tom con indiferencia, provocando que su amigo se golpe el rostro con la palma de su mano derecha.
-Olvídalo, no debí intentar molestarte con eso, te tomas todo demasiado literal- mencionó el amigo de Tom, con un tono aburrimiento, para acto seguido soltar un pequeño suspiro, ya que le cuesta entender como un ser que ha vivido escondido entre humanos por tanto tiempo pueda ser tan inocente en algunos aspectos.
-¿Y qué tal van las cosas con tu novia?- preguntó el rubio con un tono tranquilo, pero esto tomó un poco por sorpresa a Marcos, ya que no esperaba que de repente cambiase el tema de conversación de un momento a otro, en especial a un tema referido al noviazgo.
-No comprendo a qué se debe esa pregunta en este momento... pero digamos que estamos bien, quedamos hace unos días y planeábamos vernos de nuevo mañana en el parque centenario- respondió Marcos con un tono tranquilo, pero la verdad quisiera también hacerle una pregunta a su amigo relacionado con este tema ahora que lo pusieron sobre la mesa.
-Ya que pusiste este tema sobre la mesa, quiero preguntarte algo a ti, tu dijiste que te escondes entre los humanos desde hace mucho tiempo... ¿alguna vez tuviste pareja, esposa, familia?... ya sabes, tal vez un hijo y perdido que también vague por el mundo en estos momentos- cuestionó el joven de cabellera oscura a su amigo, ya que tiene algo de curiosidad en saber que algo sobre las antiguas vidas que tuvo Zokial, antes de vivir actualmente como Tom Swiketsky, ya que cuando éste reveló su pasado nunca profundizó en cómo fueron sus vidas, aunque sí en muchas de las atrocidades que hizo.
-Si lo que te preocupa es que haya otros seres como yo en el mundo te digo que te relajes, no he encontrado a nadie que se me asemeje, y tampoco he podido tener descendencia... pero sí tuve parejas y esposas en el pasado, incluso en ocasiones viví como mujer... - Tom no pudo terminar con su explicación al ver que Marcos le extendió su mano señalándolo con su palma en señal para que se detenga.
-Comprendo ya no necesito más información por favor... maldición mi cerebro me está jugando en contra demasiado rápido, no estoy preparado para esto... maldición, cambiando de tema, por lo que dijiste eres un experto en relaciones con otras personas, ¿Por qué te comportas de una forma tan cerrada y cortante entonces?- cuestionó Marcos, intentando evitar que extrañas imágenes se formen en su cerebro jugándole una mala pasada.
-Tu preguntaste y me interrumpes, tuve muchas parejas pero las cosas no terminaban como quería, por eso en las últimas décadas opté por mantenerme al margen, el comprender las emociones humanas es muy complicado, el cómo se desarrollan, lo fugaces que pueden ser o duraderas, es la razón por lo cual intentó aprender a través de la observación, ya que la práctica es casi imposible- respondió el hijo del doctor Swiketsky con un tono tranquilo, mientras ve cómo su amigo de cabellera oscura se acaricia el entrecejo continuamente.
-Al escuchar tus respuestas puedo entender el por qué de muchas cosas- dijo Marcos con un tono tranquilo, aunque se lo puede ver un poco agotado mentalmente por el hecho de tener este tipo de charlas con el rubio.
Tanto Tom como Marcos revisaron la hora en sus teléfonos celulares comprobando que ya son las siete de la tarde, además de comprobar por los ventanales del local que definitivamente está oscureciendo – Será mejor que regresemos ¿Quieres que te acompañe a tu casa? –preguntó el joven basquetbolista con un tono tranquilo, esperando la respuesta de su amigo, ya que él debe tomarse un taxi para volver a su casa, aunque el hijo del doctor negó con la cabeza. Zokial decidió esperar a que su amigo tomase un taxi, ya que su casa esta no está muy lejos de donde se encuentran, además él quiere asegurarse de que su amigo llegara a su destino sin preocupaciones por el camino, luego de que ambos salieran del local, decidieron esperar en la esquina de la cuadra hasta que pase un taxi, algo que no demoro un poco más de cinco minutos –Cuando llegues a casa recuerda comunicarte con los padres de Camila y luego informarme- mencionó Tom con un tono tranquilo, mientras ve como Marcos se acerca al vehículo lentamente –No te preocupes eso hare, pero si en verdad te gusta Camila invítala a salir en vez de utilizarme de mensajero- dijo el joven de cabellera oscura con tono bromista, mientras está ingresando al vehículo impidiendo escuchar una respuesta de su amigo. El hijo del doctor Ezequiel Swiketsky se quedó unos segundos viendo como el vehículo se pierde entre el tráfico que hay al tratarse de los últimos días de vacaciones, tras eso volteo y comenzó a alejarse con rumbo a su casa, el frío viento recorre las calles aunque a él no parece afectarle, en su mente resonó el último comentario que dijo Marcos, algo que le causó un poco de gracia, ya que nunca espero el día en que dejaría que un adolescente lo trate de esa manera, pero no es algo importante para él, aunque también el hecho de saber que estará solo en casa es algo aburrido, ya que sus padres y hermana irán a una pequeña fiesta organizada por el trabajo de su madre y regresarán como a las cuatro de la mañana mas tardar, ya que no quiso ir al no ser de su agrado ese tipo de celebraciones.
Tom está disfrutando de este pequeño recorrido de regreso a su hogar, esta sensación de libertad es muy cómoda para él, pero sabe perfectamente que tampoco queda mucho tiempo para otra vez volverse un adulto dependiente, aunque a diferencia de en otras ocasiones extrañara a sus padres y hermana, incluso a sus amigos –"Tal vez cuando quede completamente solo deba apartarme de la humanidad por un siglos o dos, tal vez para cuando regrese las cosas hayan cambiado mucho más, aunque, no me importaría compartir la eternidad con ellos"- dijo Tom Swiketsky en sus pensamientos mientras camina tranquilamente con una mirada perdida. Tras unos veinte minutos el joven de cabellera rubia llegó a la puerta del edificio donde vive, sacó su teléfono para comprobar nuevamente la hora, viendo que ya son las siete y media, aún no ha recibido algún mensaje por parte de su amigo o incluso de la pelirroja, por lo tanto intuye que habrá llegado y se habrá puesto a hacer otras cosas, antes de abrir la puerta del edificio rápidamente volteo ya que sintió que un espectro lo estaba observando, pero no encontró rastros de nada, algo que no fue de su agrado, ya que si algo lo está acechando preferirá que no involucrase a su familia, pero no queda otra cosa que hacer. Zokial ingreso al edificio, a la vez que del ascensor sale un hombre y su pareja en compañía de un pequeño bulldog francés, el cual al ver al joven de cabellera rubia, no dudó en gruñir e incluso ladrar, mientras intenta proteger a sus dueños, Tom rápidamente decidió meterse en el ascensor ya que no quiere que esas personas se enojen con el animal, ya que es normal que estos reaccionen de manera negativa a él, ya que su percepción para algunas cosas es muy superior al de las personas, una vez dentro de su hogar se encontró a su familia preparándose para partir, ya que el lugar a donde tienen que asistir es un poco lejos y deben llegar con tiempo para buscar estacionamiento.
-¿Y qué tal la pasaste con tu amigo?- preguntó la madre de Tom con un tono dulce, mientras se encuentra peinando a su hija.
-Estuvo divertido, termine dándole una de mis medialunas a Marcos ya que no tenía tanta hambre- respondió Zokial con un tono calmado, mientras termina de colgar su llave con las demás.
-¿Fue Camila también?- cuestionó la hermana pequeña del rubio, ya que le tomó un poco de aprecio a la pelirroja durante el tiempo que pasaron en la quinta, aunque no es la única ya que la madre de Tom también empezó a tener un pequeño cariño por los amigos de su hijo, aunque esto se debe a que le alegra ver al rubio feliz.
-No contestó mis llamadas ni mis mensajes, le pedí a Marcos que llame a sus padres por si hay algún problema, ya que ella no suele ser así- respondió Tom sin darle mucha importancia, pero su respuesta activó una especie de señal para su madre provocando que esta sonría y se ría un poco.
-Bueno, nosotras estamos esperando a que tu padre nos avise para bajar ya que fue a la cochera, recuerda que tienes la comida en un taper verde, y cuídate- dijo la mujer con un tono maternal a la vez que ve como Zokial se retira a su habitación, no sin antes darle un beso en la mejilla a su madre y hermana.
Una vez en su cuarto, Tom cerró la puerta para acto seguido sentarse en su cama, se limitó a cerrar sus ojos y esperar que el tiempo pase, aun siente incertidumbre por no haber recibido ni un solo mensaje por parte de su amiga, ya que desde que se conocieron y se intercambiaron números, ellas siempre se comunicó con él en algún momento, incluso sin la necesidad de ser el rubio quien iniciara la conversación. Los minutos siguieron avanzando y el joven pudo escuchar como su madre y hermana se retiraban de la casa dejándolo solo, Tom Swiketsky sigue conservando sus prendas desde que salió, como si estuviera esperando cualquier señal, la cual vino más rápido de lo que esperaba, ya que su teléfono empezó a vibrar, tratándose de la notificación de un mensaje enviado por Camila recientemente. Zokial al ver que era un mensaje de la pelirroja no pudo evitar sentirse un poco aliviado, aunque ciertas dudas aún persisten en el al ver que tardó muchas horas en responderle, el hijo del doctor Swiketsky abrió el chat que tiene con su amiga para poder leer el mensaje, sorprendiéndose un poco al tratarse de un mensaje más largo de los usuales que suele recibir de ella, además sin la compañía de sus emojis favoritos.
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"Tom, sé que no te conteste durante todo el día, la verdad me fue muy difícil el reunir el valor suficiente para enviarte este mensaje... pero quiero que sepas que quiero agradecerte, sé que soy una mujer con la que es muy difícil de tratar y muchos menos el establecer una amistad, por eso quiero decirte gracias, por todo, por ser mi amigo y también ayudarme a conocer a Marcos, los quiero a los dos, pero por ser el primero y más especial, solo te envió esto a ti, me alegraste la vida cuando peor estaba, aunque ahora no creo poder seguir, pensaba pedirte que a ti para que acabases con mi dolor, pero sé que sería injusto... te quiero Tom, eres mi mejor amigo, eres más brillante de lo que crees ahora que caigo al vacío desde tan alto"
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El joven de cabellera rubia quedó un poco confundido tras finalizar su lectura, a la vez que una extraña sensación lo invadió, él ya ha visto cosas similares en el pasado, pero nunca intervino al no importarle, pero ahora está seguro de que Camila se encuentra muy decidida en tomar una peligrosa decisión, una con la que Tom no se siente en nada de acuerdo. Al minuto de recibir el mensaje su teléfono comenzó a vibrar y sonar en sus manos, tratándose de su amigo Marcos, quien lo está llamando en este preciso momento, tratándose de las ocho con diez minutos de la noche, pero el hijo del doctor Swiketsky está en un pequeño estado de shock, ya que los recuerdos resultaron ser más de los esperados, pero pudo contestar la llamada a tiempo antes de que esta finalice.
- 𝑄𝑢𝑒 𝑏𝑢𝑒𝑛𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠𝑡𝑒 𝑇𝑜𝑚... 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑜 𝑑𝑒 ℎ𝑎𝑏𝑙𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝐶𝑎𝑚𝑖𝑙𝑎, 𝑚𝑒 𝑑𝑖𝑗𝑒𝑟𝑜𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑖𝑜́ 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑐𝑎𝑠𝑎 𝑎 𝑙𝑎𝑠 𝑑𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑡𝑎𝑟𝑑𝑒 𝑦 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑢́𝑛 𝑛𝑜 ℎ𝑎 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑜, 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑎𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑖𝑑𝑎 𝑦 𝑛𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑛 𝑙𝑜𝑐𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑟𝑙𝑎- Mencionó Marcos con preocupación en su voz, además de una perceptible impotencia, ya que parece ser que su amigo tenía toda la razón en preocuparse por no recibir contestaciones por parte de la pelirroja.
-No puede ser, ¿los padres la están buscando?- preguntó Zokial con seriedad mientras rápidamente abre de par en par la ventana de su habitación, para acto seguido ponerse de cuclillas en esta, recibiendo el frio viento de cara.
- 𝑆𝑢𝑠 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒𝑠, 𝑝𝑎𝑟𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠, 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑛𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑐𝑖𝑛𝑜𝑠 𝑦 𝑙𝑎 𝑝𝑜𝑙𝑖𝑐𝑖́𝑎... 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑖𝑟 𝑑𝑒 𝑐𝑎𝑠𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑟𝑒𝑐𝑖𝑏𝑖𝑟 𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑡𝑖𝑐𝑖𝑎 𝑦 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑟𝑙𝑒 𝑎 𝑚𝑖 𝑎𝑏𝑢𝑒𝑙𝑎... 𝑓𝑢𝑖 𝑢𝑛 𝑖𝑑𝑖𝑜𝑡𝑎 𝑇𝑜𝑚, 𝑝𝑢𝑑𝑒 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑟𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟𝑙𝑎 𝑎𝑢𝑛 𝑚𝑎𝑠, 𝑦 𝑛𝑜 𝑙𝑜 ℎ𝑖𝑐𝑒- respondió con frustración, mientras se lo escucha agitado.
-Regresa a tu casa Marcos, yo me encargare de buscar a Camila, además no tienes que culparte por nada- dijo con seriedad a la vez que se deja caer por su ventana, escondiéndose en la oscuridad de la noche para evitar llamar la atención de las personas que aún se encuentran en la calle, o de cualquiera que esté observando por sus ventanas.
-𝑁𝑜 𝑙𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑖𝑒𝑛𝑑𝑒𝑠 𝑇𝑜𝑚, 𝑠𝑢 ℎ𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑎 𝑚𝑎𝑦𝑜𝑟 𝑒𝑠𝑡𝑢𝑣𝑜 𝑒𝑛 𝑐𝑜𝑚𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑡𝑟𝑒𝑠 𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑦 ℎ𝑜𝑦 𝑙𝑒 𝑎𝑝𝑙𝑖𝑐𝑎𝑟𝑜𝑛 𝑙𝑎 𝑒𝑢𝑡𝑎𝑛𝑎𝑠𝑖𝑎... 𝑛𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑗𝑎𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑠𝑜𝑙𝑎, 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑒𝑠 𝑚𝑖 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑎- Mencionó Marcos con indignación y molestia, ante la petición del hijo del doctor Swiketsky.
-Entonces con más razones debo ser yo quien la busque, a ti te necesito en tu casa para ser mi fuente de información... además Camila antes de que llamaras me envió un mensaje, planea acabar con su vida- explicó el rubio con un tono serio, sujetando con firmeza el teléfono celular, mientras salta de terraza en terraza, buscando algún grupo de espectros que intenten ir por la joven pelirroja.
Ante las palabras del rubio, Marcos se quedó en silencio sin responder aunque se puede escuchar sus lentos pasos, dando a entender que está volviendo a su hogar, escuchando a regañadientes la petición de Zokial, quien continúa avanzando sobre los edificio ocultándose en la oscuridad para evitar llamar la atención, pero repentinamente se detuvo al sentir y ver como un espectro se manifestó lentamente frente a él. El momento no era el adecuado ya que Tom no estaría dispuesto a perder mucho tiempo con un alma en pena, pero se sorprendió al ver más detalladamente de quien se trata, mientras un extraño brillo cubre el lugar –Marcos, llama a los padres de Camila y diles que su hija se encuentra en la plaza de avenida Medrano y Bartolomé Mitre- mencionó el denominado Zokial con un tono serio, mientras comienza a correr con una gran velocidad en otra dirección - ¿𝐶𝑜́𝑚𝑜 𝑙𝑜 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑠?- cuestiono el joven de cabellera oscura al escuchar lo que dijo su amigo por teléfono –Confía en mí- respondió el hijo del doctor Swiketsky, finalizando con la llamada.
Bartolomé Mitre y Medrano, Edificio en construcción, 22:00 pm.
La pelirroja se encuentra de pie en la terraza sin bordes al tratarse de un edificio aún en construcción, está muy cerca del borde provocando que cualquier mal movimiento provoque una caída de más de 9 pisos de altura, siendo una muerte instantánea si cae de cabeza, Camila se encuentra viendo la foto que tenía en su escritorio junto a su hermana mayor, una gran angustia presiona su pecho con cada segundo que ve la fotografía. El miedo y la duda sigue rondando en la mente de la pelirroja, pero ella ya está totalmente decidida, ya no puede soportar la culpa y la carga de esta vida, una que se puso a sí misma al sentirse responsable de que la condición de su hermana empeorase, antes de que la joven se dejara caer de la cornisa, escucho que alguien la está llamando por su nombre, una voz tétrica y oscura, pero al voltear no pudo ver a nadie, pero podía seguir escuchando aquella voz acercarse más y más. Una extraña masa de oscuridad emergió de una grieta en el suelo la cual lentamente fue tomando forma humana –Camila- al ver al extraño ser y percatarse de ser este quien la estaba llamando se dio un pequeño salto por el miedo, pero esto fue un error ya que la pelirroja se quedó sin terraza para estar de pie, sintiendo como lentamente su cuerpo cae al vacío –"Esto es todo, lo siento hermana"- dijo Camila en sus pensamientos, mientras cierra sus ojos esperando impactar con el suelo, pero sintió como al momento alguien la sujetase del antebrazo derecho con fuerzas impidiendo que caiga, por esa razón nuevamente abrió los ojos, sorprendiéndose al ver a Tom estando de pie sobre el edificio como si pudiera caminar verticalmente por este.
-Tom, ¿Qué haces aquí?- preguntó Camila sorprendida al ver a su amigo, sujetándola, siendo lo único que impida que ella caiga al suelo.
-No lo sé, es la primera vez que hago algo como esto, no sé explicarlo con claridad... pero al leer tu mensaje pude recordar muchas cosas, sucesos similares en los cuales no intervine, aunque contigo es muy diferente ahora- mencionó el rubio confundido, al no saber muy bien el cómo vino a este lugar lo más rápido que pudo para detener a la pelirroja, y ahora se encuentra en esta posición delicada, a plena vista de todos, porque a pesar de ser de noche, aún hay circulación por las calles.
-No quería pedirte esto al inicio, pero viendo que eres tú el único que me detiene, quiero suplicarte que me sueltes... - dijo la pelirroja nerviosa, a la vez que cruza miradas con su amigo.
-Lo siento, pero en mi intereses no se encuentran el hecho de que tu mueras, pero es extraño, siempre hago lo que quiero desde que tengo memoria sin importarme mucho lo que ocurra luego, aunque no quiero que mueras, una pequeña parte de mi quiere cumplir con tu deseo... Camila, tú no tienes la culpa, se lo que ocurrió con tu hermana, no debes culparte, no tienes razón para cargar con ese peso- explicó el hijo del doctor Swiketsky confundido a la vez que con su otra mano sujeta su cabeza, pero sus palabras sorprendieron a su amiga, nunca espero escuchar algo similar viniendo del rubio.
-Escúchame Camila, he vivido por muchos años, pero nunca antes sentí lo que estoy sintiendo ahora, apegarme a unos padres y una hermana, el hecho de que tú y Marcos sean mis amigos... sé que tarde o temprano los perderé y quedare solo... pero quiero ser más egoísta que nunca, quiero seguir con ustedes, no me hagas soltarte, sé que debe ser difícil para ti, aunque no pueda empatizar como otros... por favor, no sueltes mi mano, soy algo que se esconde en la oscuridad, si quieres seguridad toma con fuerza mi mano y te resguardaré en ella- agregó Zokial dando una mirada que transmite preocupación, aunque también puede verse como si un niño pidiera a sus padres que no lo dejen solo esta noche-
-Entonces deberás ser responsable y también nunca alejarte... quiero seguir caminando a tu lado a pesar de lo que seas, quiero seguir divirtiéndome contigo y Marcos- dijo Camila aun llorando, a la vez que una sonrisa se dibuja en su rostro.
Al escuchar las palabras de su amiga Tom Swiketsky no tardó ni un solo segundo en subir a su amiga a la terraza alejándola de los bordes, mientras ambos se están abrazando con fuerza, el rubio soltó un pequeño suspiro, para luego bajar un poco la mirada notando como su amiga esconde su rostro en su pecho –Creo que debemos bajar, le dije a Marcos que llame a tus padres y les diga que estabas en la plaza- mencionó Tom con un tono tranquilo, sintiendo como la pelirroja asiente con la cabeza. Los dos comenzaron a descender por las escaleras del edificio, mientras escuchan las sirenas de los policías a los lejos, señal que tomaron para descender con más velocidad, pero Zokial cargo a su amiga y ambos se dejaron caer por las escaleras descendiendo con una mayor velocidad y seguridad, aunque una vez abajo el rubio se detuvo mientras deja que Camila siga avanzando -¿Por qué te detienes ahora?- pregunto la pelirroja confundida por ver que su amigo no sale del edificio y se esconde en la oscuridad –Tu debes esperarlos, yo debo atender algo, pero no tienes que preocuparte, primero debes estar con tus padres- respondió el hijo del doctor Swiketsky, recibiendo una asentimiento por parte de Camila, quien comenzó a alejarse acercándose a la plaza.
-Gracias por evitar que mi hermana menor cometa un error- Se escuchó una voz femenina distorsionada proveniente de la espalda del rubio, quien se limitó a cerrar la entrada al edificio en construcción.
-Me detuviste para darme la ubicación de Camila, te quedaste en este mundo solo para protegerla... pero ahora puedo sentir como tu conexión se debilita rápidamente- mencionó Tom Swiketsky con un tono tranquilo, sin siquiera voltear.
-Ya no me quedan razones para seguir aquí, solo quería asegurarme de que mi hermana se mantenga a salvo... por eso acudí a ti para que evites que termine con su vida... y ahora acudo a ti para pedir que te alejes de ella, estoy agradecida por lo que hiciste, pero ahora puedo ver esa oscuridad que te rodea y los peligros que en ella se ocultan- se escuchó con tono suplicante.
-Lo lamento, pero no planeo cumplir con tu última petición, pero puedes descansar en paz sabiendo que me asegurare de protegerla de cualquier peligro- dijo el ser conocido como Zokial, pero al no recibir respuestas además de dejar de sentir la presencia del espectro volteo, sin encontrar a nadie.
El joven de cabellera rubia puede oír las sirenas del coche de policía muy cerca, entendiendo que posiblemente ya la hayan encontrado, pero lo que en verdad le importa a Tom fue el hecho de ver que el aura de su amiga de estar casi completamente desaparecida mientras la sujetaba en la terraza, tras explicarle cómo se sentía, pudo ver como esta se regenero gradualmente, aunque aún estaba muy lejos de asemejarse a como era en la última vez que se vieron. Zokial se acercó y se escondió en la oscuridad, perdiendo su forma humana, ya que tiene que regresar a su hogar y seguramente esta sea la mejor de las opciones, mientras en su mente aún resuenan sucesos similares a este que ocurrieron en el pasado, con la diferencia que el rubio esta vez sí quiso intervenir por voluntad propia, y el simple hecho de no saber explicar esta extraña sensación que invadió su cuerpo, fue algo positivo ya que le dio a entender que aún le queda mucho por aprender no solo acerca de los humanos, sino que incluso sobre el mismo.
En la terraza de otro edificio se puede ver una silueta oscura, la cual presenció todo lo ocurrido entre Camila y el hijo del doctor Swiketsky, no se puede distinguir si se trata de un hombre o una mujer a estar tan oscuro, pero no es la primera vez que esta silueta se encuentra viendo desde la distancia los movimientos de Tom.
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