Capítulo 2: Lazos entre el fuego
En medio de las llamas y desafíos del Infierno, Hunter Mayer se encontró con Lilith en una clase de control de fuego. Mientras intentaba dominar sus habilidades, Lilith destacó por su destreza en manipular las llamas. Su cabello oscuro resplandecía con el reflejo del fuego, y sus ojos brillaban con una intensidad que no se veía comúnmente entre los demás estudiantes.
Durante una práctica en la que los alumnos debían crear formas con el fuego, Hunter luchaba por mantener el control cuando una llama se desvió hacia él. Antes de que pudiera reaccionar, Lilith intervino con elegancia, desviando la llama con un gesto de su mano. La acción fue fluida y casi bailarina, revelando su habilidad natural con el elemento ígneo.
"Hunter Mayer, ¿verdad?", dijo Lilith con una sonrisa mientras observaba las llamas en sus manos. "Parece que necesitas un poco de ayuda con el fuego. ¿Quieres que te enseñe algunos trucos?"
Hunter asintió, agradecido por la oferta de ayuda. A partir de ese momento, una conexión especial comenzó a formarse entre ellos. Lilith no solo se convirtió en su mentora en el arte del control del fuego, sino también en su confidente en medio de la hostilidad que enfrentaban como semi demonios en la escuela infernal.
En paralelo, Azael, un demonio poderoso y arrogante, se cruzó en el camino de Hunter en las clases de invocación. Azael desdeñaba la naturaleza semi demoníaca de Hunter y consideraba que sus habilidades eran inferiores. Los dos chocaban constantemente, desafiándose mutuamente en el arte de invocar criaturas infernales.
Sin embargo, a medida que sus desacuerdos se intensificaban, una tarea conjunta les fue asignada. Debían colaborar en la invocación de un ser de las profundidades infernales. Azael, inicialmente reacio a trabajar con Hunter, se sorprendió al descubrir la habilidad única de su compañero para sintonizar con criaturas que otros no podían invocar.
A través de esta colaboración forzada, Hunter y Azael empezaron a comprenderse mutuamente. Descubrieron que, a pesar de sus diferencias, compartían un objetivo común: demostrar su valía en un mundo que los subestimaba.
Las llamas del destino seguían ardiendo, entrelazando las vidas de estos tres jóvenes demonios de maneras impredecibles. En el corazón del Infierno, surgían amistades insospechadas y alianzas que desafiarían las expectativas de todos.
La tarea conjunta asignada a Hunter y Azael era un desafío formidable: invocar a un temible ser de las sombras llamado Zalthor, una criatura cuyos rugidos resonaban en los rincones más oscuros del Infierno. Los dos jóvenes demonios, a pesar de sus diferencias, se encontraron frente a una plataforma ceremonial, rodeados por el aura ominosa de la invocación.Hunter, con su habilidad innata para conectar con criaturas infernales, comenzó el ritual con determinación.
Azael, por otro lado, miraba con escepticismo, convencido de que Hunter no sería capaz de llevar a cabo una invocación exitosa. Sin embargo, cuando las sombras empezaron a retorcerse y el suelo tembló, incluso Azael no pudo ignorar el poder que Hunter desataba.
El problema surgió cuando Zalthor emergió parcialmente de las sombras, pero la invocación no estaba completamente bajo control. Las sombras se retorcían de manera caótica, amenazando con escapar de la plataforma y causar estragos en la escuela infernal. Azael, viendo la situación descontrolada, no pudo resistirse a señalar los errores de Hunter con una sonrisa arrogante.
--No esperaba menos de un semi demonio-- burló Azael, pero la risa se desvaneció cuando Zalthor rugió furioso y una sombra amenazante se proyectó sobre ellos.
Hunter, sintiendo la presión y el riesgo inminente, miró a Azael con seriedad.
--Necesitamos trabajar juntos para contener esto-- dijo, ignorando las provocaciones y concentrándose en la tarea que tenían entre manos.
Ambos demonios, a pesar de sus desavenencias, unieron fuerzas para estabilizar la invocación. Azael aportó su destreza en el control de las sombras, mientras que Hunter utilizó sus habilidades para sintonizar con Zalthor y calmar las sombras agitadas. Juntos, encontraron un equilibrio entre sus habilidades, fusionando sus poderes de maneras que ni ellos mismos habían anticipado.
Después de un esfuerzo conjunto, finalmente lograron contener a Zalthor y completar la invocación de manera controlada. La criatura de las sombras se aquietó, y las sombras se retiraron lentamente.
Hunter miró a Azael, reconociendo la importancia de trabajar en equipo. Azael, a regañadientes, asintió con aprobación. En ese momento, ambos demonios comprendieron que, a pesar de sus diferencias, tenían la capacidad de complementarse mutuamente.
Este evento marcó un cambio en la dinámica entre Hunter y Azael. Aunque no se convirtieron en amigos cercanos de inmediato, comenzaron a respetar las habilidades únicas del otro. La experiencia también consolidó la amistad entre Hunter y Lilith, ella, desde las sombras, observaban la colaboración sorprendente entre dos demonios aparentemente opuestos. En el Infierno, donde las llamas del desafío siempre ardían, estos jóvenes demonios estaban comenzando a encontrar un equilibrio entre el fuego y las sombras que los rodeaban.
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