Capitulo VII: "Somos engullidos por una pared"
Percy P.O.V.
La noche fue tranquila y con una atmósfera de refrescante, cuando me eche en mi cómoda cama inmediatamente caí atrapado en los brazos de Morfeo.
A la mañana siguiente, como deben de imaginarse no quise despertarme, si mi padre no me hubiera reclamado, me hubiera considerado un verdadero hijo de ¿Hipnos o Morfeo? La verdad es que no tengo ni la menor idea.
Iba a cerrar mis párpados nuevamente, cuando caí estrepitosamente de la cama.
—¿Quien...?—pregunte y me di cuenta de la presencia de Nico Di Angelo, con una sonrisa de diversión y malicia—. ¿Nico?
—¡Hora de levantarse Jackson! —grito—. Limpiate la baba, que se desparrama por tu boca,
Me limpie avergonzado, el hilo de baba que desprendía mi boca—. No quiero.— dije bostezando.
—No me importa, por tu culpa llegaremos tarde, a la estación de King's Cross, apurate que si no te dejamos abandonado.
—No serian capaces. —dije sin confianza.
—¿Tu crees? —dijo con suficiencia, y eso basto para perder todo mi sueño.
—Okey, pero retirare, tengo que cambiarme.— le dije, pero luego añadí—. ¿O acaso quieres ver mi escultural cuerpo, Di Angelo?
Su cara... Oh dioses... Era para matarse de la risa.
—¡Pero que tonterías dices Jackson! —espeto con la cara roja, que fácilmente podía ser comparado como un tomate.
—Nada, solo que el “efecto Jackson” esta in mode. —dije sonriendo abiertamente.
—Pues ese efecto no me afecta, ya que no eres mi tipo. —dijo, para luego cerrar estrepitosamente la puerta de mi habitación.
Me levante cuidadosamente del suelo, y me prepare con las túnicas que me habían dado, debería de verme apuesto... ¡Oh Afrodita que me has hecho!
***
Cuando estuve presentable y listo, fui en busca de mis amigos, y los encontré afueras del Caldero Chorreante.
—Buenos días chicos, hola listilla—. Salude.
—¿Como dormiste, sesos de alga? —me preguntó preocupada Annabeth.
—Tranquila, dormí bien, no tuve pesadillas. —dije sonriendo—. Pero, ¡vaya manera de hacerme despertar! Por cierto, tienen algo comestible, tengo hambre.
—Nico se ofreció voluntario, y sus maneras de despertar a las personas son eficaces—. Me contesto Jason—. Y tendrás que soportar tu ansiedad de hambre, ya que por ser dormilón, ese sera tu castigo.
—¡Oh, vamos! —me queje—. Listilla...— suplique.
Me tendió un paquete de galletas—. Toma, pero no creas que seré así de piadosa contigo nuevamente.
Las recibí gustoso—. ¡Gracias, es por eso que te amo, tanto!
—Tus cursilerías para después, vamos llegar tarde, tendré que hacer viaje sombra. —dijo Nico resignado.
—Espera. —le advirtió Annabeth—. No lo hagas delante de toda la multitud, deberíamos ir aun callejón o un sitio donde no circule muchos magos.
—Tienes razón, siganme. —dijo Nico.
Cuando logramos encontrar un sitio adecuado, nos sumergimos en las sombras, aunque haya viajado muchas veces en los viaje sombra, con Nico, aun no lograba acostumbrarme del todo.
Las sombras se disiparon, revelando nuestro paradero... ¿Un muro, es enserio?
—Nico... —dijo nervioso Jason—. ¿No te equivocaste de lugar?
—Claro que no. —dijo—. Debemos cruzar esta pared, que divide la brecha del mundo mágico del mortal o muggle. ¿Quien va primero?
—Yo. —dijo decisivo Jason.
—Bien, sigue estas indicaciones, te alejas de una distancia aproximada a los dos metros, y corres, y pasas la pared, pan comido.— dijo Nico.
Jason, siguió las indicaciones de Nico y cuando llegue a pensar que se estallaría contra la pared, esta se lo engulló entero.
—¿Quien sigue? —pregunto Nico.
Annabeth se ofreció voluntaria, y le sucedió la misma situación de Jason, luego continuo Piper, ambas lograron pasar sin dificultad, cuando llego mi turno, me puse cobarde, tenia miedo que se me rompiera mi nariz.
—Nico se tu el siguiente. —le suplique.
—¿Que? —pregunto.
—Hazlo tú, yo tengo miedo. —dijo con ojos de foca bebe.
Suspiro frustrado—. Esta bien, mejor lo hacemos juntos, ya que tengo la leve sospecha de que te quedaras parado aquí.
—Estas en lo cierto.— dije.
—Escucha, mantienes fija tu vista al muro y entonces corres y tachan.— me explico.
Seguí todas las indicaciones de Nico y cuando creí que me iba a chocar con esa pared, la pasé, lo se soy increíble.
Mire a mi alrededor y pude visualizar a mis amigos, menos a Nico.
—¿Donde esta Nico?—pregunto Piper.
Me encogí de hombros en respuesta—. No lo sé.
Estábamos buscando a Nico, cuando apareció detras mio con la nariz quebrada y sangre empapada en su chaqueta de aviador y gritando a los cuatros vientos:
—¡Definitivamente Percy y los ladrillos no son mi tipo!
Las personas que se encontraban a nuestro alrededor o mejor dicho magos, lo miraron raro, pero Nico los ignoro, y recién me di cuenta de sus palabras y puse cara de ofensa, y una cara de disgusto de Jason por herir los sentimientos de sus queridos y preciados ladrillos.
Nico se acerco caminando, hacia nosotros, la hemorragia nasal había parado y trataba de limpiarse la sangre que había manchado su aviador.
Antes de que pueda hablar y justificar, que era el tipo de todos, el me advirtió con la cara sombría—. Ni una palabra Jackson, he intentado varias veces cruzar ese estúpido muro, hecho de estúpidos ladrillos mágicos, para que al final me estrelle incontable veces sobre ellos.
—Continuemos mejor, ya que todos estamos aquí seria mejor que nos pusiéramos en marcha— dijo Annabeth.
Todos asentimos, y nos pusimos en marcha, entramos disimuladamente por el tren, para no causar sorpresas con nuestras presencias, y buscamos un vagón vacío, Nico se excuso diciendo que quería un momento a solas, para buscar otro vagón, de seguro trataría de enviar un mensaje iris a Solace.
El tren se puso en marcha, en unos instantes, los paisajes empezaron a cambiar para ir a camino a Hogwarts, la escuela magos y algunos legados, solo esperaba que esto fuera sencillo y regresar pronto al Campamento Mestizo, para disfrutar con nuestros amigos semidioses, que equivocado estaba porque se venían situaciones difíciles de afrontar.
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