Capitulo IV: "¿Audiencia perfecta?"
Harry P.O.V.
Me desperté sobresaltado y nervioso, y es que no podía evitarlo, hoy día se determinaba sobre mi caso.
Tenía curiosidad, sobre quien me defendería, pero, ¿si nadie me apoyaba?, ¿si nadie me creía?, elimine todas esas dudas de mi cabeza, debería estar seguro, o al menos aparentar no estar nervioso.
Me vesti rápidamente, iba a llegar tarde a la audiencia, cuando estaba listo, salí con la compañía del señor Weasley, los demás me desearon suerte.
Al llegar al Ministerio, varias miradas de curiosidad se dirigieron hacia mí, el señor Weasley me aconsejo actuar con normalidad, así no atraería atención.
Estaba nervioso, muy nervioso, y más cuando él señor Weasley, me dejo solo en el lugar donde eran juzgados los mortífagos.
Definitivamente, toda mi vida era un completo desastre.
Percy P.O.V
Todo esto era un completo estrés, tuve que amanecer con Annabeth, porque hoy día era él día donde teníamos que defender a Harry, no de monstruos ni enemigos, si no de su caso.
Sabíamos como llegar al Ministerio, Hécate nos indico a todos, como hacerlo, al estar frente a las puertas, me puse nervioso, cuando no debería estarlo.
Se me ocurrió una brillante idea.
-¿No hay un beso de buena suerte, listilla?-le pregunte pícaramente.
Annabeth me miro divertida.
-Dejame pensarlo...-dijo sonriendo, se me acerco y me dio un casto beso en los labios.
-No seas mala, quiero otro.-dije con un puchero.
-Eso lo veremos sesos de alga.-dijo Annabeth, entrando por las puertas, seguida de mí.
Al entrar me sorprendí bastante, todo era fabuloso y grande, nos dirigimos hacia el Wizengamot, esperaba encontrarme pronto con Harry, el muchacho debería estar nervioso.
Afortunadamente no me perdí, Hécate no solo nos había dado su bendición, sino que también nos dio toda, absolutamente toda, la información del mundo mágico, por lo que todos nosotros no sabemos ningún secreto, referente a este mundo.
Toda los magos, nos miraban nerviosos y con respeto, pero porque no si están viendo al gran Perssasy Jackson, creo que Leo me ha afectado en mi estancia en el Argo II.
Creo que no debí haber aceptado tanta bendiciones, estoy ganando varios defectos fatídicos, y uno de ellos es el de mi querida novia.
Llegamos a la sala, respire hondo y entre junto a Annabeth.
Vaya sorpresa, era la primera vez que conocía personalmente al orgulloso ministro de magia.
Él ministro dijo unas cuantas palabras, y dio inicio la audiencia.
Era hora de defender a Harry.
Harry P.O.V
No podía estar preocupado, todo daba un singular aspecto tenebroso.
Una fría voz de un hombre retumbo en toda la habitación.-Llegas tarde.
-Perdón-dije nervioso-yo...yo no sabia que la hora había sido cambiada.
-Esa no es una falta del Wizengamot-dijo la voz-Una lechuza le fue enviada esta mañana. Toma asiento.
Tome asiento, que se encontraba en el centro de la estancia. Todos los miembros me dirigían diferentes miradas, unas de sorpresa, otras de curiosidad, y la última de todos de reproche y en esta estaba incluído el ministro Fudge.
-Muy bien-dijo Fudge-Estando el acusado presente finalmente podemos comenzar. ¿Esta usted listo?-dijo a alguien abajo en la fila.
-Si señor-dijo una impaciente voz que se me hacía conocida, Percy, el hermano de Ron estaba sentado al final del banco de al frente.
Miré a Percy esperando alguna señal de reconocimiento de su parte, pero esta nunca llego. Los ojos de Percy detrás de sus anteojos estaban perdidos en su pergamino con una pluma colocada en sus manos.
Antes de que el ministro empezara a hablar, las puertas se abrieron precipitadamente, logrando captar la atención de todos.
Mi corazón empezó a brincar de felicidad, eran Percy Jackson y Annabeth Chase.
Hubo diferentes reacciones, el ministro Fudge palideció, mientras que Percy Weasley, se dedicaba a mirar embobado a Annabeth Chase.
Percy Jackson, al ver la mirada de preocupación del ministro, le dio una mirada retadora, como si estuviera dispuesto hacer cualquier acto para ganar.
Hubo un silencio sepulcral, durante unos instantes, que fueron interrumpidos por otra inesperada llegada y esta vez fue de Dumbledore, lucía tan tranquilo como siempre, a diferencia de las miradas dedicadas a Percy y a Annabeth, todas las miradas fueron serias hacia él.
-Audiencia disciplinaria del 12 de Agosto-dijo Fudge en voz fuerte al tiempo que Percy empezaba a tomar notas-ofensas cometidas al decreto de restricción de magia a menores de edad y estatuto de secreto de la confederación internacional de brujería por Harry James Potter, residente del numero cuatro de Privet Drive en Little Whinging, Surrey.
Interrogadores: Cornelius Oswald Fudge, ministro de la Magia; Amelia Susan Bones, jefa del departamento de aplicación de la ley mágica; Dolores Jane Umbridge, Subsecretaria del señor ministro. Secretario de la corte, Percy Ignacio Weasley.
-Defensores del acusado: Albus Dumbledore.
-Percy Jackson.
-Annabeth Chase.
Fudge lucía sorprendido.-Nunca me dijeron que él señor Jackson y la señorita Chase, fueran a salir en su defensa Potter...
-Fue un imprevisto de última hora, ministro.-dijo sonriendo Percy-O acaso le incómoda nuestra presencia, ministro.
Fudge se mordió él labio furioso y nervioso, a la vez.-Claro que no, son de una pulcra familia de sangre pura, e expertos autores a su corta edad.
Me sorprendí con aquellas palabras del ministro, él mismo se estaba comiendo su orgullo, y tratando de mostrarse respetuoso, con ellos, pero la interrogante era, ¿por qué le tenía miedo a Percy y a Annabeth?, ¿exactamente que eran ellos?.
Estos pensamientos se vieron interrumpidos por la estruendosa voz del ministro.-Se le acusa al señor Harry James Potter, de invocar un patronus, en un espacio de muggles, siendo además un menor de edad.
-Pero-continúo Annabeth y todos centraron su atención a ella-el realizo el hechizo por autodefensa propia, por la extraña causa de dementores que rondaban en ese lugar, no fue ciertamente su culpa, la culpa fue del Ministerio, al permitir rondar dementores en el espacio muggle.
-Pero no hay pruebas, no hay testigos, que me puede decir de eso, señor Jackson, señorita Chase, y tu Albus.
-Había un testigo.-dijo Dumbledore.-La señora Figg.
Fudge, dio la orden de traerla, y luego de cuestionarla, la señora Figg, salio de la sala nerviosa, aunque sus testimonios no daban tanto de fiar.
Fudge, no acepto ningún testimonio de la señora Figg, y la mayoría del consejo estuvo de acuerdo con él.
Hasta que Percy intervino.
-Usted sugiere, señor ministro que saquemos él recuerdo de Harry, en esa situación, o hacerle tomar la poción de la verdad, para que crea en sus palabras.-dijo con tranquilidad.
Todo él ministerio quedo en silencio, y era muy buena la idea de Percy, no era momento para pensar en eso, pero quería gritar, ¡¡Percy eres un genio!!.
Si me lo hacían cualquier de los dos casos, podrían comprobar que no estaba mintiendo, podrían creer en mi palabra.
Pero a mi parecer Fudge, no quería ridicularse frente a todos, y solo dijo:
-Tiene razón señor Jackson, pero creo que con eso es suficiente, pasemos a la votación.
Me sentía aliviado, los votos fueron a mi favor, por lo que significaba...
-El señor Potter, queda libre de todos cargos.
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