Capitulo II: "¡¿Quienes son ellos?!"
Harry P.O.V.
Irritado y preocupado, era lo que me definía en esta situación.
Mis tíos me hicieron una gran escena, cuando traje a un Dudley desmayado, deberían haberme agradecido de que salvara a su hijo, de los dementores. Y para mi mala suerte vienen un sin fin de lechuzas, con varios mensajes del Ministerio de Magia por usar magia delante de muggles, y sobre mi estancia en Hogwarts.
Me mandaron directo a mi habitación, no sabia que hacer, pero tenía la necesidad de escribir a alguien.
Necesitaba, desahogarme, de mis preocupaciones, y a la vez informar sobre lo sucedido, a Ron, Hermione, y Sirius, hací que decidí escribir una carta sobre este asunto a todos ellos.
Le di a Hedwig, sin embargo no regresó, ni mañana, ni pasado.
La cuarta noche después de la partida de Hedwig, me quedé mirando el techo, mi mente estaba cansada en blanco, cuando mi tío entro a la habitación. Miró lentamente hacia mí. Si algo tenía que decir ahora, sobre él, es que tenía puesto su mejor traje y con una cara de engreído.
—Vamos a salir—dijo.
—Si?—dijo Harry, esperanzado a salir de la aburrida casa.
—Nosotros, Dudley, Petunia y yo—añadio para el desánimo de Harry.
—Bien—dije viendo de nuevo al techo.
—No debes salir de tu habitación.
—Esta bien.
—No debes tocar, la televisión, el estéreo, o cualquier objeto de este hogar.
—Correcto.
—No debes robar la comida del refrigerador.
—Esta bien.
—Voy a cerrar con llave tu habitación.
—Haces eso—dijo causando, que tío Vernon lo mirara con furia, después bajo y se fue con SU familia en su coche.
Si, había algo bueno es que se quedó completamente solo en la casa, y tranquilo.
Pero su tranquilidad, se esfumó al escuchar un estrépito abajo en la cocina.
El se sentó erguido, concentrándose en escuchar. Los Dursleys no podían haber regresado, era muy pronto, y en todo caso debió de haber escuchado el carro.
Hubo un silencio por unos pocos segundos, luego voces.
Baje lentamente, con la varita en la mano.
Dudé por un momento y después me moví rápida y silenciosamente fuera del cuarto hacia las escaleras.
Escuché unas voces para nada conocidas hablar entre ellas.
-—Nico Di Angelo, que fue esta caída, pensé que ya sabías manejar el viaje sombra.—dijo una voz masculina.
—Ya te estás pareciendo a Will, Jason, por favor no te vuelvas insoportable— dijo una voz fría y seca.
—Chicos, calmense, Harry debe de estar por algún lado y si los ve peleando, se asustará.—dijo una voz femenina con serenidad, a la vez hechizante.
—Ya cálmense chicos,—apoyo otra voz femenina— según como hable con Dumbledore, antes de llegar aquí, supongo que estamos en la vivienda de los tíos del tal Harry Potter.
Alto, tiempo fuera; quería gritar, pero dudé al escuchar el nombre de Dumbledore, por lo que supuse que tal vez esas personas no conocidas, conocían a Dumbledore y según como hablaban de el, deberían ser amigos íntimos.
Además, venían a recogerme lo bueno sería que dejaría de los Dursley y estaría en otro lugar. Suspire, tal vez debería salir, de todos modos ellos le buscarían a él, pero antes de dar un paso adelante, ellos salieron por el umbral de la puerta de la cocina.
Por las barbas de Merlín, sus aspectos...Eran divinos.
Aquellos jóvenes no podían ser unos simples magos, parecían mitad dios.
Irradiaban alguna divinidad potente, eran bellos, no esa no era la palabra exacta, eran hermosos.
Las chicas parecían veelas, y más de ello. Casi me desmayo, pues todos ellos parecían modelos sacados de una revista muggle.
Uno de los muchachos, de aspecto lúgrube, me miro atentamente, y siendo sincero, tuve que darme el valor de no retroceder.
—Mi nombre es Nico Di Angelo—hablo y reconocí que era la voz fría y seca que había escuchado en la cocina, solo que note el perfecto acento italiano en que dijo su nombre.— hemos venido a llevarte a un lugar en especial.
—¿Quienes...son?—pregunte temeroso.
—Soy Percy Jackson, un auror e animago— dijo un muchacho pelinegro y ojos verdes mar, en comparación a los demás era el más guapo de todos.
- Annabeth Chase, aurora e animaga- dijo una muchacha, que era la versión femenina de Percy Jackson, sólo que con el cabello rubio ondulado y unos ojos grises.
- Piper Mclean, aurora e animaga- dijo otra muchacha, igualmente de hermosa, con un cabello color chocolate y desigual, y unos ojos verdes, celestes?... ojos caleidoscopios.
- Jason Grace, auror e animago- dijo otro muchacho, igualmente de guapo, con un cabello rubio, y unos ojos celestes eléctricos.
Sentí, volar de alivio, no eran peligrosos, solo unos simples aurores.
—Harry Potter—conteste.
Me pareció, que iban a decirme algo pero otro estrépito se hizo nuevamente en la cocina.
Dirigí mi vista directamente hacia allí, junto a los demás, para mi alivio en ese grupo, había unos conocidos, entre ellos estaban el profesor Moody, y Lupin.
—Como verás Harry—comenzo Lupin— muchos se han ofrecido para llevarte y... quienes son ellos?.—dijo dirigiendo su vista, hacia los modelos muggle.
—Ah, ellos son... espera no los conoces?— preguntó, si ellos le hubieran mentido lo más probable era que fueran mortífagos.
—No los conoces—repitio Lupin, y inadvertidamente les lanzó un hechizo desmaius.
Definitivamente, pensé que en un abrir y cerrar de ojos ya estarían desmayados en el piso, pero para mi sorpresa y el de todos, lo esquivaron fácilmente.
—Disculpen por no presentarnos adecuadamente, cuando llegemos al cuartel general, Dumbledore les hablará de el porque estamos acá y nos dará una misión para cuidar a Harry, ya que según los indicios Voldemort, esta recuperandose y muchos mortífagos y dementores están libres por lo que es necesario tener mucho cuidado con el.— dijo Percy con una sonrisa, pasando de alto lo sucedido con Lupin.
— Y como podemos confiar en ustedes, sin saber que pueden ser mortífagos?- preguntó Ojo loco Moody, gruñendo.
—Albus nos dijo que podría pasarnos esta situación, por lo que nos dejó esta carta para ustedes esta con sello y firma, si quieren pueden verificarlos.- dijo Annabeth
Lupin, agarró la carta y empezó a leerla junto a Moody. Cuando terminaron sus caras lucían sorpresa y vergüenza. Los demás también empezaron a leerla y se quedaron con los ojos como platos.
—Disculpen nuestro comportamiento—dijo Lupin
—Oh no es para tanto, deberíamos ponernos en marcha, viajaremos en escobas y por viento.- dijo Jason sonriendo.
—Harry alista tus cosas, nosotros hablaremos con ellos— dijo, Moody señalando a los extraños que conversaban entre ellos animadamente.
Antes de irme, los demás se apresuraron a presentarse.
—Iré a ayudarte—dijo alegremente Tonks.
Subí escaleras arriba, al llegar, sorpresivamente Tonks cambio su color de cabello.
—Como hiciste eso— pregunte atónito.
— Una de las ventajas de ser mago metarmofico—dijo ella.
—¿Y como se hace?—preguntó
—Noo se hace sino se nace.— le respondió— creo que te gustaría ocultarte esa cicatriz, cierto no?.
Desvíe la mirada no me gustaba que mirarán mi cicatriz, me hacía sentir incómodo, así que me dispuse a alistarme.
La tensión desapareció afortunadamente, y Tonks me comenzó a charlar y cuando ya estaba todo listo, nos encaminamos hacia donde estaban los demás, mientras caminaba, me pareció oír unas risas.
—Sorprendente, han hecho reír a Moody, ni siquiera conmigo ríe.
Ya en la cocina, observaron a Moody con su ojo en su sitio y riendo escándalosamente con los extraños conocidos.
Mientras que Kingsley y Podmore, revisaban el microondas, Hestia Jones se reía del pelador de papas y Lupin sonreía, mientras que sellaba unas cartas.
—Excelente, deberíamos salir ya, pero antes Ojo loco haz lo que tengas que hacer.
Antes de que me diera cuenta mi cuerpo, como se podría decir, parecía invisible, pero no exactamente, más bien un camaleón humano.
—Antes de irnos, ustedes como irán—dijo Lupin respetuosamente.
—Nosotros no iremos en escobas por ahora, podemos transformarnos e ir ahora, Nico realizará un viaje sombra hacia ese lugar, no se le confundan con un mortífago, es muy diferente, le esperaremos en el Cuartel y Dumbledore nos presentará correctamente— dijo Jason.
-—Ah, ya veo, entonces pueden ir, nos veremos allí.
Este dia, si que era de sorpresas, no era la primera vez que veía animagos, sólo que ellos se transformaron en aves muy hermosas, un águila, paloma, buho y un... un fénix de agua, el más hermoso que hubiera en la vida.
Mientras que Nico desapareció en un instante en una sombra oscura.
Ya, después, todos estaban montados en sus escobas y emprendieron la marcha.
Cuando llegaron y caminaron, Harry leyó una estrecha escritura muy familiar.
Decía:
Los cuarteles de la Orden del Fénix se pueden encontrar en el número 12, Grimmauld Place, Londres.
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