Capítulo 5 | ¿Saldrías conmigo?

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Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.

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—Estás perdiendo el tiempo, dobe. ¿Cuándo la invitarás a salir?

Estábamos a finales de marzo y la primavera apenas había comenzado, por lo que el gélido aire invernal se negaba a desaparecer tan rápidamente.

Habían pasado tres semanas desde aquella vez en que Hinata humilló al idiota ese. Seguramente ella no se dio cuenta, pero yo lo disfruté demasiado.

Durante todos esos días mis encuentros con ella eran de tres o cuatro veces a la semana, y al menos en uno de ellos estábamos a solas.

Si no era en la cafetería con los chicos, Sakura se aparecía en nuestra facultad con ella; otras, coincidíamos en la biblioteca de su facultad cuando iba con Sasuke a estudiar o me la topaba a la salida de su clase.

Una vez estaba por terminar mi turno en el café cuando divisé su pequeña figura sentada en una de las mesas del fondo; con un café a su lado, un rollo de canela y varias hojas de resúmenes esparcidas.

Giré mi vista a Gaara confundido pidiéndole una explicación, y él simplemente se encogió de hombros con una imperceptible sonrisa burlona. Lo fulminé con la mirada por no habérmelo avisado antes y, deshaciéndome de mi delantal, me acerqué a ella.

Cuando me recibió con una enorme sonrisa impregnada en sus perfectos labios me sentí desfallecer y mi corazón dio un vuelco de pura alegría y sensaciones agradables que solamente ella provocaba en mí.

Entonces, lo que aparentaba como una normal salida a las cuatro del trabajo terminó en una tarde con Hinata, hablando sin parar y disfrutando de su risa y compañía.

De sólo recordarlo suspiraba como un adolescente.

—Pronto —respondí, mientras el vaho salía por mis labios a cada respiración. Sasuke y yo solíamos salir a correr algunas mañanas, dependiendo de nuestros horarios. En ese momento estábamos recorriendo el circuito que había en un parque cerca de nuestro campus—. Estaba pensando en pedirle que vaya conmigo al cumpleaños de Sakura.

—Una primera cita en una fiesta... —musitó reflexivo—. Bien pensado, evita las incomodidades.

—Exacto. Y como Sakura es su amiga la hará sentir aún más en confianza.

Llegamos hasta la estatua de los fundadores y nos detuvimos allí, ambos intentando regular nuestra respiración.

—Aun así creo que estás yendo demasiado lento. ¿Más de un mes para una primera cita? Eso es bastante hasta para ti.

—Sabes que yo no tengo primeras citas, sólo citas. Las cuales aprovecho al máximo, no lo negaré. Pero Hinata es diferente. Quiero que me conozca y conocerla, para que no haya sorpresas más adelante...

—No seas paranoico, no todas las mujeres son iguales. Ella puede ser la una en un millón que te aguante.

—Sólo...no quiero fallar...Ella en serio me gusta, Sasuke —me quedé reflexivo mientras flexionaba mis piernas tocando la punta de mis pies con los dedos de mis manos. Recién cuando ambos nos erguimos Sasuke habló.

—No se trata de fallar, dobe. No puedes influir en los gustos de las personas.

—Lo sé...Es que...

—Tú invítala a salir, de nada te sirve apresurar conclusiones. Sólo trata de no acercarte a ella con esa cara de perro muerto que tienes ahora.

Lo miré ceñudo, pero al final sonreí. Esa era la manera de Sasuke de dar apoyo y decirme que de nada servirá ponerme negativo.

—¿Le comprarás un regalo a Sakura? —inquirí luego de varios minutos de caminata de regreso. Se giró a verme con fastidio para después volver al frente—. Uff...Está bien, está bien.

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Las manos me sudaban a pesar de los escasos diez grados que había de temperatura, y no dejaba de cambiar el peso de mi cuerpo de una pierna a la otra. Me encontraba fuera de la facultad de ciencias con mis manos enfundadas en mi chaqueta negra y el gorrito naranja en mi cabeza que traía puesto desde que salí a correr en la mañana. Quizás no debí haber esperado fuera, porque el airecito frío se colaba por la tela de mis jeans, enfriándolos por completo.

Estaba que me moría de los nervios, ¿Hinata aceptaría salir conmigo? ¿Habrá notado que mis intenciones no eran exactamente en plan sólo amigos? Rayos, la duda me consumía por dentro.

Pero estaba decidido, después de lo que le dijera hoy las cosas serían diferentes, si decidía darme una oportunidad, o no, estaba en su voluntad.

Aunque el pensar en ella rechazándome me estrujaba el corazón, pero era mejor eso, cortar por lo sano, que hacerme ilusiones.

De cualquier forma, ya me he preparado mentalmente para ello, para no ilusionarme, que por más que ella acepte salir conmigo debo tomar todo con calma como hasta ahora.

Lo último que quería era que me volvieran a romper el corazón.

Cuando la ola de estudiantes comenzó a salir por las puertas principales y divisé el cuerpo de Hinata, ataviado en su saco gris, tomé mucho aire y me di ánimos internamente.

Aquí vamos...

—¡Eh, Hinata!

Apenas hablé se volteó y me sonrió. Supongo que se hizo una costumbre entre nosotros.

—Naruto-kun, hola. ¿Necesitas que te saque un libro?

Me reí y pasé mi mano por detrás de mi cuello.

—No, de hecho vine a devolver el que me ayudaste a sacar la otra vez.

—¿N-No lo habías devuelto? Pe-pero pasaron varias semanas, ¿te multaron?

—¿Me multan?

—S-sí, por no devolverlo luego de los tres días reglamentarios.

—Rayos, no lo sé, yo sólo lo devolví. Además, la bibliotecaria me miró raro cuando vio que estaba a nombre de «Hinata».

Ella hizo ese precioso gesto de reírse suavemente mientras tapaba sus labios con una mano.

—Ay, Naruto-kun...

—¡Oye! —exclamé divertido.

Comenzó a caminar y yo la seguí, feliz de la confianza que ya había tomado conmigo.

—Lo siento. A lo mejor se dio cuenta de tu fraude y lo dejó pasar.

—Ojalá...

Durante un tramo del camino hablamos de cómo fue nuestro día. No pude evitar sentirme fascinado al saber que había aprobado todos sus exámenes con las mejores notas, incluso en de la clase de Orochimaru, cosa que Toneri no logró. Hubiese pagado lo que fuera por ver su cara en el momento en que supo su nota.

—¿Por qué sonríes, Naruto-kun? —Incliné mi mirada para verla y me observaba divertida.

—Estoy muy feliz por ti —sus ojos brillaron poco más y me sonrió con dulzura mientras sus mejillas se coloreaban sólo para mí—. Oye...—Aquí vamos— ¿Sabes? Sakura festeja su cumpleaños el sábado.

—Sí, algo me comentó. Está muy emocionada.

—Demasiado diría yo. Incluso obligó a sus padres a irse a un hotel, y nos hizo inflar con helio ciento veintiún globos rosas para que quedaran en el techo.

—Oh...

—Sí, «Oh...» —Metí mis manos en los bolsillos, empuñándolos allí dentro con fuerza, y tomé aire—. Me preguntaba... ¿Qui-quisieras ir conmigo...a la fiesta?

La voz me temblaba como el más fino papel, cosa que no es normal en mí, y recé porque ella no lo haya notado. Cuando me atreví a mirarla de reojo sus brillantes ojos se posaban expresivamente grandes hacia mí, y su rostro había adquirido una tonalidad de rojo tan intensa que hasta me preocupó.

Cuando inclinó su mirada al suelo, percatándose de la mía sobre ella, el corazón se me hizo un puño, y estuve a punto de aclarar que no tenía que sentirse presionada, que no era algo serio. Pero me mordí la lengua y detuve ese tren de pensamientos.

Claro que era en serio, era muy en serio, y si no se lo dejaba en claro desde ahora me arrepentiría después de mi cobardía.

Cuando por fin sus labios comenzaron a pronunciar palabras sin sentido, sentí que había pasado una eternidad. Me giré y, al ver su cara toda avergonzada, inevitablemente me inundó de ternura las entrañas.

—Y-yo...—rayos, pareciera como si la estuviera extorsionando— S-sí me gustaría...

La sonrisa de ternura que tenía en el rostro se borró inmediatamente al escuchar su leve murmullo. Abrí bien los ojos y tragué grueso.

—¿S-sí? —mi voz sonó incrédula.

Hinata asintió con vehemencia repetidas veces y se giró a verme, en sus ojos vi resaltar un brillo fascinante.

—Sí me gustaría ir contigo, Naruto-kun —sobrecogido por la emoción y el hecho de que no haya usado de tartamudeos para decirme que sí, provocó que una euforia latente recorriera todo mi cuerpo como una descarga eléctrica.

—¡Genial! —Exploté—. Ejem, ge-genial —me moderé con una sonrisa de lo más nerviosa, ella me devolvió el mismo gesto—. Entonces...dame tu número, así me mandas tu dirección para pasarte a buscar.

—Cla-claro.

—Te advierto que seré puntual —le dije con una sonrisa luego de mirar con emoción su nombre y número de teléfono guardados en el mío—. Sakura nos matará si llegamos un minuto tarde.

—No te preocupes —sus ojos brillaron como diamantes al mirarme—. Te estaré esperando.

Sonreí tanto que estoy seguro que los hoyuelos de mis mejillas se acentuaron al igual que mi barbilla.

—Es una cita.

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Uff necesitaba subir algo de ellos dos

Cada que releo un capítulo de esta historia me enamora más *-*

En fin, espero lo hayan disfrutado, sé que es cortito, pero se compenzará con el próximo que es la cita. Prometo que no me retrazaré en publicarlo jaja

En fin, ¿les gustó?

P.D. Para los que eperan el final de Regaliz, tenganme paciencia porfa, pronto verá la luz xD

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