Capítulo 1 | Plantines

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Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.

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Resoplé como por enésima vez en esos treinta minutos. Sakura tardaba años en volver, y yo que sólo había pasado por su puesto para saludarla y ver cómo le iba.

Pero claro, tenía que ser tan torpe como para aceptar cubrirla mientras ella iba a «hacer una cosa» y volvía.

Pff...de seguro había ido a coquetear con Sasuke. Sólo esperaba que él la ignore como siempre, así obtendría su merecido por clavarme ahí por quién sabe cuánto tiempo más.

Maldije el día en que me enfermé y Sakura consiguió los resúmenes de mis clases, obligándome, así, a deberle un favor.

Paseé la vista por los plantines del puesto de Sakura. Para mi eran todos iguales, y sólo variaban el color de sus macetitas —de seguro mi madre me golpearía por esa apreciación— pero podía ver claramente los nombres de cada uno escritos en una tarjetita, clasificados en «aromáticas» y «medicinales».

A mí alrededor los estudiantes de la universidad iban y venían de puesto en puesto, ataviados con abrigos y bebidas calientes en sus manos, pero ni una sola alma se pasaba por aquí.

Dejé escapar el vaho de mi boca en unas tres exhalaciones y enfundé mis manos aún más en mi abrigo. Apenas hacía una semana habíamos regresado de las vacaciones de navidad y teníamos exámenes muy cerca, ¿por qué se le habrá ocurrido a la universidad organizar una especie de feria? Ni que fuéramos niños de secundaria.

Volví mi vista sobre el mesón donde estaba, y fruncí mis cejas cuando leí una planta que decía «ajenjo» y decidí que ya tenía suficiente de estarme ahí parado esperando a alguien que obviamente me vio la cara.

A nadie le interesan estas cosas, Sakura. Eres la persona más aburrida del mundo.

Giré sobre mis propios pies, decidido a retirarme definitivamente de allí y con celular en mano para escribirle a Sakura avisándole de mi partida.

Pero, contra todos mis pronósticos, una suave voz me hizo detenerme.

—Di-disculpa...

Cuando me giré, extrañado y algo frustrado de que a alguien se le ocurriera aparecer justo cuando me estaba yendo, mi mueca de disgusto se borró totalmente ante la apabullante imagen que tenía delante de mí.

Era la chica más preciosa que mis ojos hubieran visto jamás. Su cabello, negro como la noche, era largo y le caía con gracia por la espalda y delante de los hombros; tenía unos ojos brillantes y enormes del más fino y elegante color como la perla, y su rostro redondeado la hacía tener un aspecto tan dulce que contrarrestaba a la perfección con ese elegante sobretodo gris que delineaba su esbelto y apreciable cuerpo.

Tuve que golpearme mentalmente por haberme quedado mirando y, sacudiendo disimuladamente mi cabeza, tragué el nudo que se había formado en mi garganta e intenté dar mi mejor primera impresión.

—¿Sí? ¿En qué puedo ayudarte? —hablé calmado, ofreciéndole una sonrisa.

Vi como sus pálidas mejillas se ruborizaron y me dio tanta ternura que tuve ganas de estirar mis manos y apretujárselas.

Ella titubeo un momento y luego habló.

—Amm...M-me preguntaba si tenías perifollo y...

—¡Claro que tengo! Mira está por aquí...

Recordaba vagamente haber leído ese nombre en alguno de las tantas macetitas, sólo tenía que levantar uno por uno hasta dar con él...aunque no esperaba que estuviera tan escondido.

¡Demonios! ¿Dónde estás maldita perifollo?

—E-estaba por aquí hace un segundo —le sonreí nervioso y ella me devolvió una mueca. Mierda, estaba quedando como un idiota. Tenía que calmarme—. ¡Aquí está! —exclamé cuando la tuve en mis manos con una sonrisa triunfante—. Aquí tienes, prifollo.

Cuando se lo entregué mis dedos rozaron apenas los suyo e inmediatamente un hormigueo me subió por ellos hasta mi espina dorsal.

Ella lo miró atentamente y luego subió su vista hacía mí. Le regalé una de mis enormes sonrisas y ella, en cambio, me dedicó una un tanto apenada.

—Di-disculpa pero...e-esto no es perifollo sino perejil...

La sonrisa se me borró automáticamente y sentí como si una enorme roca me hubiese caído encima. ¡Mierda, quería desaparecer en ese mismo momento! ¿Podría verme aún más ridículo?

—¡Ah! Mi-mira, aquí está —me golpeé la cara mentalmente cuando la vi tomar uno de los plantines que se encontraban en el otro extremo de la mesa.

Buen trabajo impresionándola, Naruto. Grandísimo idiota.

—A-ah, que bien —me esforcé por sonreírle y es que ya no me quedaba nada más para que esa hermosa chica me siguiera viendo como el patético tipo que soy.

Suspiré. Siempre tenía que arruinarlo todo, por eso Sasuke era el que tenía la cola de mujeres detrás de él y yo, con suerte, he tenido unas cuantas citas...

—¿Cu-cuánto cuesta? —salí de mis pensamiento y levanté mi vista al volver a escuchar su tierna voz. Tenía una mirada tan malditamente adorable que estoy seguro de que podría admirarla por días enteros y no me aburriría.

No podía seguir metiendo la pata.

—No te preocupes por eso —Hice un gesto con mi mano para restarle importancia.

Ella levantó sus cejas y negó efusivamente moviendo el rostro de un lado a otro.

—¡N-no, insisto! Déjame pagarte lo que corresponde.

Su cara horrorizada me hizo sonreír. Cada gesto que hacía era encantador.

—En serio, no te preocupes —Esta vez yo negué con la cabeza—. Tómalo como una bonificación por ser mi mejor clienta —Le regalé una sonrisa zorruna y pude disfrutar una vez más como sus mejillas se coloreaban tenuemente. Debe pasarle seguido al ser tan blanca, no me importaría verla ponerse así más seguido.

—¿S-soy la mejor? —Preguntó con timidez y mi corazón saltó de alegría al ver cómo me sonría.

—Y la única —Le guiñé un ojo y ella se carcajeo levemente, tapando su pequeña boca con una mano. Su risa fue tan angelical que por un segundo cerré los ojos para apreciar su hermoso sonido.

Esta chica me estaba calando bien hondo.

—¡Ya volví! —La repentina voz de Sakura reventó mi burbuja de ensueño y, por inercia, ambos nos giramos a verla—. ¡Oh, Hinata! Que agradable que vinieras.

Miré sorprendido como Sakura se acercaba a la bella chica y la saludaba amistosamente.

—Sí, te lo había prometido. Nana me encargó diligentemente conseguir una de estas —señaló con su mirada la planta que tenía en sus manos.

—Que bien. Espero que el idiota de Naruto no te haya tratado mal —Me dedicó una mirada fulminante y fruncí mis cejas totalmente ofendido. Estuve a punto de protestar pero la chica linda se me adelantó.

—¡Pa-para nada! Ha sido e-encantador —Mi corazón dio un vuelco al oír sus palabras y casi salto de la emoción. Hice mi mayor esfuerzo por simplemente sonreír, a Sakura con petulancia y a ella con agradecimiento.

—Pues más le valía —Volvió a dedicarme una mirada gélida. ¿Pero qué le pasaba? De seguro que Sasuke la había vuelto a ignorar y por eso se andaba con sus clásicos humores de perro. Claro, sólo conmigo—. ¿Ya te vas?

—No, me pasaré antes por el puesto de mis compañeras de laboratorio.

—Entiendo, entonces nos vemos el lunes en clase.

—Sí, nos vemos —Dio dos pasos hacia atrás y de inmediato se giró a verme. Cuando sus enormes ojos se clavaron en mí no pude evitar que se me cortara la respiración—. Adiós, Naruto-kun.

Y con una última sonrisa se giró y se alejó dejando una estela de belleza a medida que caminaba.

Me di cuenta de que me había quedado embobado mirando el lugar por donde se fue cuando los chasquidos de Sakura frente a mi rostro me despertaron del letargo.

—Oye, despierta, tonto.

Parpadeé y me giré para mirarla.

—¿Quién era ella?

—¿Te refieres a Hinata?

Hinata.

Sin duda ese nombre era tan perfecto como ella.

—¿De dónde la conoces? ¿Estudia en nuestra universidad? ¿Cursas con ella?...

—¡Oye, tranquilízate! —Me golpeó el hombro con fuerza provocando que soltara los suyos que había agarrado con aprensión para que respondiera a todas mis preguntas—. Sí, estudia conmigo, cursamos algunas materias juntas. ¿Por qué tanto interés?

En mi cabeza se formularon las mil y un preguntas de por qué no la había visto mucho antes. Había tenido que pasar por el edificio de Sakura millones de veces con Sasuke —o a veces sin él— y Sakura, me resultaba increíble pensar que ella estuvo ahí todo este tiempo.

Tenía que conocerla, tenía que volver a verla porque simplemente no soportaba la idea de no hacerlo por un minuto más.

—Un segundo...—cuando miré de nuevo a Sakura supe que se había dado cuenta. A veces me daba miedo lo fácil que se le hacía leerme la mente.

—¡Tienes que presentármela! —Ella negó con la cabeza y se llevó dos dedos al puente de la nariz—. ¡Vamos no seas mala amiga! ¿Cuántas veces yo te he ayudado con Sasuke?

—Esto es diferente Naruto, Hinata es...

—¿Qué?

-No es para ti, ¿de acuerdo? —Fruncí mis cejas antes sus palabras.

—¿Por qué dices eso? ¿Qué tiene de malo?

—No es eso. Es que tú eres...ella es...—entrecerré mis ojos exigiéndole que se explique—. ¡Son muy diferentes! Ella es todo lo opuesto a ti: Elegante, amable, dulce, refinada. No pretendo herirte, pero tampoco quiero que te hagas ilusiones Naruto, ya sabemos cómo eres...

Desvié mi mirada y apreté los puños con fuerza. En este tema ellos siempre me verían como a un inútil. Quería demostrarles que yo también podía, que también tenía oportunidad en el amor y podría soportarlo como cualquiera...No todas las chicas eran iguales y quería creer que Hinata era parte de esa excepción.

Volví a mirarla con decisión.

—Quiero conocerla, Sakura. Por favor.

Ella me sostuvo la mirada, hasta que sus pupilas temblaron y, finalmente, suspiró.

—De acuerdo...te la presentaré. Espero que tengas suerte y Hinata sea diferente. Pero no quiero que después vengas arrastrándote llorando porque en lugar de consolarte otra vez te patearé la cara, ¿oíste?

Asentí resuelto con mi mayor sonrisa y la abracé tan fuerte como pude.

Estaba decidido, conquistaría a Hinata.

Le demostraría que podía ser el mejor candidato para ella.

¡Era una promesa'ttebayo!

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¡Hello!

Esta es una nueva historia que hace raato había comenzado a escribir. Cómo a Regaliz solamente le quedan dos capítulos no me pareció mala idea publicar el primer capítulo de esta a modo de...eh...¿trailer? jeje

¿Cómo va a ser este nuevo fic? Bueno, mis queridisimos y curiosos lectores, la historia va a ser bastante dulce en realidad. Mucho NaruHina y apenas drama, pero eso sí, no va a ser muy larga.

Los capítulos pueden ser tan largos como este, salvo, quizas, alguna excepción, pero por lo general no. Ya tengo pensada la trama y he calculado unos doce capítulos.

Si les llama la atención y les interesa ¡háganmelo saber! Así veré si continuar subiendo más capítulos. Por ahora, me enfocaré en terminar Regaliz, para darles un bonito final.

En fin, ¿qué les pareció este primer capítulo? ¿Merece continuación?

jeje

¡saludoss!

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