[Editado]

Caminábamos apresurados por los pasillos de aquel lugar, parecía una base de policías o algo así. Hasta que Jimin paró en seco y se acercó a una puerta para escuchar.

–Chicos... vengan –murmuró con cuidado y pegó su oreja a la puerta, se escuchaban gritos que eran amortiguados por algo. Ahí estaban las chicas–

Jungkook fue el primero en reaccionar, entreabrió la puerta observando que sólo habían dos hombres y que estaban desarmados –Podemos entrar, no son un peligro– murmuró el menor de todos que, junto a Hoseok, Taehyung y Jimin, entraron a la habitación, rápidamente se abalanzaron a los hombres que estaban a punto de violar a sus chicas.

Los antes mencionados golpeaban a los hombres como si hubiera un jugoso premio por hacerlo, mientras que los demás ayudaban a ambas chicas a vestirse y a salir de su trance, ambas estaban aterradas.

Después de unos minutos, todos salieron de la habitación, Jungkook llevaba entre sus brazos a Esmeralda quien dormía plácidamente mientras que TN sólo se apoyaba un poco en Namjoon.

POV. TN

Camimos un largo tramo de pasillos, sólo quería alejarme de aquella habitación fría y obscura. De repente, escuchamos los gemidos de los zombies acompañados con lamentos y gritos de varias personas, aceleramos el paso y nos detuvimos cuando un hombre me tomó del brazo desde una celda. Miré y dentro de esa celda habían muchísimas personas amarradas a cadenas del techo.

–Necesito que me entregues esas llaves –señaló unas llaves que estaban cerca de ellos pero no lo suficiente para poder alcanzarlas, una especie de burla.–

Le entregué las llaves y seguí caminando, importandome poco lo que hiciera con ellas o si ayudaba a los demás prisioneros. Estábamos a punto de salir de ese lugar pero llegó ese hombre, Patrick.

–¿Que quieres, Patrick? –Saqué una de las armas que había encontrado y le apunté, lista para asesinarlo–

–Oh, linda ,linda niña. Me hubiera encantado follarte en el lugar de esos bastardos a los que tus amigos mataron. Listima que tenga que asesinarlos, Carl era mi más fiel soldado, el padre de mis nietos y lo voy a vengar –sacó de su bolsillo un radio– su doy la orden, las paredes soltaran un gas toxico. Tu decide, los asesino sin sufrir, de un balazo, o los asesina el gas.

Disparé sin darle tiempo a hacer nada, le disparé en la mano, destruyendo el radio de paso. Sonreí satisfecha y les hice una seña a los demás para que me siguieran. Salimos del lugar y miré a mi alrededor, buscando una pista de donde estábamos.

Fué cuando ví un cartel con el nombre de la calle, estábamos cerca de la casa de mi tío.