▪Capítulo 4▪
24/08/17
No he salido de mi habitación.
He llamado a la maestra Olivia, y le he dicho lo de mi madre, incluyendo que estoy enfermo. (Mentira), pero simplemente no puedo ir al colegio. Estoy demasiado decaído.
Debería ir a ver a Gale.
Pero tengo que cuidar de mi hermana.
Ella tampoco ha salido o ido al colegio.
Terminó con su novia...
Ambos estamos tan deprimidos como para hacer algo, como para hablar.
—Wen, tienes que salir de tu habitación, necesito hablar contigo —toqué la puerta de mi hermana. Wendy, Wendy McCleary, pero digamos que en sus relaciones ella es como el chico, y ha dicho que le digamos Wen.
No escuché ni pío de ella, sólo su alta música de rock.
-¡Wendy McCleary me comeré tus galletas! —ella odiaba que yo me comiese sus postres, específicamente sus galletas de fresa con crema.
Toqué la puerta una y otra vez. Pero mi hermana jamás salió.
Empezé a preocuparme.
a) Está dormida
b) Se escapó con sus amigas.
c) Se está intentando suicid...
¡Y UNA MIERDA!
Cuando pasó esa opción por mi mente el mundo entero se paró para mi.
Golpeé la puerta tan fuerte que la logré abrir.
—¡Wendy Natania McCleary! —grité tan fuerte como pude hasta que mis cuerdas vocales dolieran.
—¡No deberías entrar si yo no te abro pedazo de idiota! —mi hermana estaba teniendo sexo con un chico. No veía su cara pues estaba tapado con la colcha.
—¡Y así es como te desquitas por lo de mamá!, ¿¡Teniendo sexo con chicos y chicas al azar?! —me acerqué a ella y le aventé una toalla en la cara para que se tapara—. ¿¡Y quién es este imbécil?! —destapé su rostro. Al verlo el mundo me cayó aún más fuerte.
—Puedo explicarlo Aden —murmuró desnudo y teniendo una erección.
—¡Lárgate de aquí Steven! —lo levanté y le arrojé la ropa. Salió corriendo poniéndose la ropa interior.
—Wendy... —me interrumpió.
—Wen —dijo enojada con la mirada volteada.
—Wen. ¡Por qué estabas teniendo sexo en nuestra casa con nuestro primo!, ¡Qué te sucede!, ¿Qué no eras lesbiana?, Oh es sólo una trampa para que papá y mamá te dejarán salir con chicos y follartelos —exclamé muy enojado, confundido y al mismo tiempo decepcionado.
—¡Necesitaba hacerlo! —se sentó en la cama con los brazos cruzados y aún con esa mirada fría—. ¿¡Que querías que hiciera?!, Necesitaba olvidar a Sophia...
—No necesitas follarte a nuestro primo para olvidar a tu ex novia, lo que hiciste es una niñería y una estupidez —siempre eh sido comprensivo con mi hermana, siempre tomando las cosas con calma, pero esta vez se pasó de la raya.
—¡Entonces con quién quieres que folle! —me gritó más que enfadada—. A menos que... —su mirada cambio radicalmente de un instante a otro —. Ahora entiendo
—¿Qué entiendes Wen? —ella se acercó a mí lentamente y puso sus manos en mis hombros.
—Estás celoso, porque tú no tienes acción hermanito, no será que quieras follar conmigo... —su voz cambió de enojada a seductora, que mierda estaba pensando mi hermana. ¿Incesto?
—Somos hermanos Wen, ¿¡Cómo mierda puedes pensar eso?!, ¿Estás enferma acaso? —la miré muy fijamente, con mucha certeza de no querer follar con ella.
—Vamos Aden, sabes que quieres —se abalanzó hacia mi y me besó, me derribó al piso y empezó a tratar de quitarme la playera desesperadamente, en un movimiento traté de quitarla sin lastimarla, pero ella soltó su mano y agarró mi pene fuertemente, eso dolía—.No me digas que no te gusta hermanito —Apretó mi pene aún más fuerte y yo simplemente no sentía nada más que el tacto —.¿¡Por qué mierda no se te para Aden?!
—¡Porque eres mi puta hermana Wen! —la quité de en cima y me puse mi playera.
—¡Pero si cualquier mujer puede hacer que se te pare! —volvió a abalanzarse hacia mi, me tomó el trasero y esta vez me desesperé—. Follame Aden, ¡Follame!
—¡No quiero! —estaba forzejeando pues no quería lastimarla.
—¡Mierda Aden McCleary!, ¿¡Por qué no?! —gritaba eso una y otra vez, sus gritos y su urgencia de sexo estaban matando mis oídos.
—¡Porque soy gay! —en ese momento ella me soltó y quedó paralizada, como si hubiese visto un muerto, sus mejillas se volvieron pálidas—. Y una mierda Wen, me voy —salí de la habitación y cerré la puerta.
No se escuchaba ningún ruido, ella había quedado boquiabierta, nunca se esperaba que yo fuera homosexual, como ella, pero al parecer mi hermana es Bisexual.
Bajé con mi mochila y mi padre estaba tirado en el sofá viendo la tv, salí por la cocina así que ni si quiera me notó.
Tampoco le dió importancia escucharnos gritar ni si quiera ver a mi primo Steven salir corriendo en boxers de la casa. Mi padre estaba totalmente destruido.
Cómo un zombie, un alma muerta en un cuerpo vivo.
Caminé hasta el hospital, no sabía que decirle a Gale. ¿Tal vez un lo siento mucho fui un idiota?
Hola Gale soy un idiota me gustas.
No... Mierda
Hey Gale perdóname, me gustas.
¡No!
—Bienvenido Aden, ¿Vienes a ver a Gale? —preguntó el guardia, yo estaba fuera de mi mente, ni si quiera había visto que había llegado al hospital.
—Eh si, si —tartamudeé torpemente y me dejó entrar.
—Hola Donna, ¿Está Gale en aislamiento? —Donna parecía cansada, y algo lastimada.
—Si Aden, ten cuidado, anoche tuvo un ataque, traté de pararlo pero me arañó, desde el día que te fuiste empeoró —mi corazón se entumeció bruscamente ante las palabras de Donna.
Me dió las llaves y subí en el elevador.
Llegué a la habitación. Estaba nervioso, decidido pero muy nervioso. Abrí la puerta.
—¿Aden McCleary? —escuché su tenue voz bajo las cobijas.
—Si, Gale Sivan, soy yo —cerré la puerta y guardé las llaves.
—Lárgate de aquí —me ordenó brevemente, y sinceramente dolió.
—No me iré
—Dije lárgate —me interrumpió rápidamente.
—Perdóname Gale, no quise irme así el otro día, pero es que estaba muy nervioso, de verdad lo siento —me senté en la orilla de la cama.
—Donna me dijo que tu madre murió, lo siento, pero vete —Gale no soltaba las sábanas.
—Si, y encontré a mi hermana follando con mi primo, trato de follar conmigo y la detuve. Le dije a mi hermana que soy... —me frené en seco, estaba apunto de decir homosexual, pero no sabía cómo decirle a Gale.
—¿Qué eres? —preguntó curioso y extrañado.
—Quítate esa sábana, y mírame a los ojos primero —segundos después descubrió su rostro, tenía cicatrices en la frente de la terapia de electroshock, mi corazón volvió a darse un estrujon.
—Le dije a mi hermana que soy ... Que soy gay —abrió sus ojos como platos ante mi confesión y se quedó boquiabierto.
—Seguramente le dijiste eso para que no te obligara a follar.
—No Gale —interrumpí —.Soy gay, soy homosexual.
—¿Ah si?, pruébalo —se cruzó de brazos y su mirada de ojos verdes se clavó en mi.
Y entonces me acerqué y lo besé.
Lo besé tan apasionadamente que me calenté.
—Wow, bien Aden McCleary gay, ¿Y quién te gusta? —me puse rojo ante su pregunta, no podía decirle que el, no debía hacerlo ¿O si? —. Me gustas tú Gale Sivan —solté sin pensar.
—Bésame de nuevo —ordenó, y lo besé otra vez.
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