✎┇ final
―N-No quiero estar... ―lagrimosos ojuelos avellanos le suplicaban desde la camilla, sus manitas cubiertas por las vendas le impedían tomar con firmeza la blanca sábana que le tapaba del frío.
Aún tenía ese temblor interno jugando
con su tranquilidad, lejos de tener miedo
por un suceso semejante al de la noche
pasada, son cortos lapsos de tiempo que
se fijan para hacerle sentir mal, como en
aquel momento.
Estaba con Jimin y Jungkook, una
conversación medianamente normal
entre ellos al tener una relación estrecha
y con una flexibilidad admirable, pero
el ambiente cambiaba cuando el plano
donde sus dos amigos desparecian y en su remplazo se mostraba Yoongi.
Éste retrataba la viva imagen de
preocupación, atendiendo sus pedidos
y necesidades sin pero alguno en sus
palabras, acontecia sus relatos para pasar el rato y compartía emociones y anécdotas para entretenerle allí.
Es verdad que les dijeron que podía
volver a casa, que todo estaba bien y
minimizaron el problema de su omega
a lo inexistente, pero él no lo veía
así, Yoongi tenía esa espinita de la
posibilidad de una secuela en el castañito, ya sean por los nuevos tics involuntarios como intentar retirar las vendas, acomodarse la gafas más de cinco veces en un intervalo corto.
Además, sus ojos viajaban de un lado a
otro de la habitación, con la intención
de asesorarse del lugar en el que se
encontraba, que cerca de él no había
alguien que pudiera hacerle daño.
Yoongi le conocía, esos detalles no los
tenía antes y el miedo a que desarrolle
nuevos ataques de pánico crece en él a
pasos agigantados.
―Aún no te puedo llevar a casa, TaeTae... ―le dijo crispando sus labios, dejando la silla tras de sí y tomando un pequeňo hueco en el colchón del omega, éste buscó el contacto con agilidad, alzando sus brazos como un pequeño cachorro― ¿Quieres un abrazo? ―le vio con duda, el castañito asintió con su ceño fruncido, pero el azabache no quería invadir su espacio, no era consciente hasta dónde tenía miedo o inseguridad, por lo que debía ir con cuidado.
Y haciéndole caso acortó la distancia hasta extinguirla, estrechándole suavemente, una de sus manos enredándose en sus sedosos cabellos de manera cuidadosa para no tirar de ellos. Sentía que estaba mimando una piedra demasiado frágil y valiosa, que debía tratarlo con sumo cuidado.
Y haciéndole caso acortó la distancia hasta extinguirla, estrechándole suavemente, una de sus manos enredándose en sus sedosos cabellos de manera cuidadosa para no tirar de ellos. Sentía que estaba mimando una piedra demasiado frágil y valiosa, que debía tratarlo con sumo cuidado.
Suspirando le escuchó imitarle,
acomodándose en su pecho lo suficiente
como para levantar un poco su rostro y
encontrarse con el suyo a una distancia
considerable, donde aquella morenitay
suave piel era fácilmente apreciable junto a los lunares que por su rostro se retratan.
Le sonrió leve, casi incitándole a hacer
lo mismo, más sin embargo el castaño
bajó la mirada cohibido y temeroso,
haciéndose pequeño en brazos del alfa.
―¿Por qué... ―dejando al aire aquello,
suspiró un par de veces, alargando el
tiempo. No era capaz aún de arreglar
aquel problema en su habla y empezaba
a fastidiarle el no poder comunicarse a su gusto con el azabache.
―¿Mh? ―Taehyung sintió el ronroneo,
sintiendo próximas sus lágrimas.
―¿Me quieres? ¿P-por qué? ―avergonzado como un tomatito acertó a no alzar la mirada, sus mejillas ardían en calor y sentía como el nerviosismo se acumulaba en túmulos grandes en su pechito.
Yoongi meditó la pregunta breves
segundos antes de dejar libre el aire de
sus pulmones, intentando en aquella
acción aligerar la tensión en sus músculos.
―No lo sé...
―¿N-No me quieres?
―Te quiero mucho, muchísimo, TaeTae.
―apresuró a decir, brindando más cariciasal rostro y parte del cuello del omega, de aquella forma relajando sus emociones.
―¿La-lástima? ―inquirió, marcando el
miedo en las palabras masculladas.
―No te quiero por lástima, te quiero
porque sí, porque me gustas, porque me
haces feliz, porque eres mío.
Taehyung mordió su labio, negando
suavemente con su cabeza tragó el nudo
que se había formado antes, volviéndole
mudo por unos instantes.
―Y-Yoongi ―llamó, con cascaditas
de lágrimas brillantes descendiendo
lentamente por sus mejillas carmines,
sus labios pasando por temblores de
su nerviosismo― Q-Quiero que estés
si-siempre conmigo...
Min sonrió con seguridad y felicidad
emanando en su corazón.
―Siempre estaré contigo, te lo prometo.
Llegaré a casa con muchas flores para ti,
saldremos a pasear por donde gustes e
iremos de vacaciones donde quieras ir-
―Y-yo.. yo solo te quiero a ti.. n-no
quiero, no quiero cosas ni salidas... por
favor, solo quédate conmigo.
Yoongi se sumnergió en un bonito
ambiente junto al omega que bajo
sus brazos dejaba libres sus deseos y
sentimientos, así como él se derretía de
ternura y amor por las palabras tímidas
del castañito.
―Está bien, TaeTae, me quedaré siempre contigo.
―A-Amame... mucho...
―Ya lo hago, lobito mío. Te amo.
Taehyung alzó su rostro como antes,
visualizando los orbes cristalinos del
alfa devolverle una mirada sincera y
rebosante de amor, la burbuja febril en
la que ambos estaban descansando y los
aromas de ambos mezclados en ella era
lo que le daba el último toque a una tarde perfecta.
Una tarde que Taehyung nunca olvidaría.
Taehyung alzó su rostro como antes,
visualizando los orbes cristalinos del
alfa devolverle una mirada sinceray
rebosante de amor, la burbuja febril en
la que ambos estaban descansando y los
aromas de ambos mezclados en ella era
lo que le daba el último toque a una tarde perfecta.
Jamás llegaría a olvidar el momento
preciso en el cual sus labios saborearon
los finos y anhelados labios de Yoongi,
fundiéndose en una caricia mucho
más íntima que las demás, una más
significante para él.
Con suaves movimientos, guiando al
inexperto omega en un nuevo paso, el
alfa tomó su mentón con cuidado, dando
una posición más cómoda para el mayor. Le enseñó muy despacio a seguirle. Amó tantísimo sus belfos desde el primer toque, el primer roce y ya estaba delirando.
Yoongi amana a Taehyung, así como Taehyung amaba a Yoongi y eso solo se demostró en un beso, el primer beso con su amor verdadero.
Yoongi terminó siendo el delulu al final.
🦋
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―D-Dos más, ¡No! Qui-quiero tres-tres ―el lobito castaño salió de la habitación como alma que lleva el diablo, una mueca entre molesta y angustiada en su rostro.
Sus pacitos descalzos fueron audibles
a mitad de camino y el alfa se giró
apenas a ver en dirección del pasillo del
departamento, en grandes prendas vestía y sus cabellos revoltosos se notaban recién lavados y mismamente aporreados por el aire cálido del secador puesto que estaba de punta.
―¡Yoongi! ―se quejó nada más llegar
al salón, sus manos hechas puños fueron
a parar en su cintura, haciéndole saber de aquella forma su disgusto.
El alfa arrugó su nariz ignorándole
parcialmente para centrarse en la
televisión y en el programa de crímenes
sériales que se transmitía aquella
madrugada.
―Dijiste que no querías más... ―le
murmuró en un tono vacilante, viendo
al castañito fruncir más su ceño, pero
debido a su miopía, sus luceros sólo
enfocaba la silueta del alfa en la alfombra pero a su vez, la caja de pizza yacía sin una sola pieza del producto encima de la mesa.
―Di-dije que guardaras más-más ―repitió, un puchero en forma de protesta se alzó, esos ojuelos avellanos acusándole en todos los idiomas existentes y por existir, Yoongi en su sitio se negó a mirarle una vez más― Alfa malo.
Declaró juntando mucho más su
entrecejo, sus brazos cruzándose por
encima de su pecho y ahora sí, Yoongi se giró al estilo de exorcista en una mueca de indignación pura.
―¿Perdona?
―E-Eres malo...
―Tete, dijimos que deberías cambiar
tu alimentación y no es un juego ―le vio
intentando ser más convincente, como
si aquellas palabras apaciguaran tan
siquiera un poco el malestar y corazón
roto del castaño.
―N-No soy yo quien quiere pizza ―alzó
más la voz asustando al azabache― Tu-tu cachorro no para de pedir pizza.
Yoongi blanqueó sus ojos, chasqueando
la lengua se encogió de hombros dejando pasar unos segundos hasta que se levantó a pasos pesados y casi arrastrándose por el suelo.
Taehyung deshizo su rostro fruncido
en menos de un segundo, viendo al alfa
avanzar hasta la cocina, le siguió como si fuera a verle hacer algo muy entretenido. Cuando en realidad el azabache estaba abriendo un paquete de pizzas y encendiendo el horno para complacer sus caprichos, bueno, los de su cachorro.
Uh.
Taehyung está gestando.
―¿De peperoni o de barbacoa? ―inquirió alzando las dos propuestas para él castaño, éste frunció sus labios en duda.
―¡B-Barbacoa!
A sus veinticinco años de edad, Taehyung había convencido al testarudo alfa calculador a tener un pequeño bebé
de ellos dos, un cachorro o cachorra
de su sangre, un lobito pelinegro o uno
castañito, o tal vez sea más de uno.
―Yonnie, ¿Ma-mañana estás-estás
en casa? ―Min suspiró con desgana,
introduciendo el alimento precocinado al horno― Uh.
―¿Necesitas algo, amor? ―él castañito
asintió efusivamente uniendo sus manitas por debajo de un vientre apenas abultado, antes de que pudiera preguntar qué era específicamente, el omega avanzó hasta él.
Abriendo sus brazos exigió que le
cargara, con una sonrisa el alfa le obedeció, enroscando su cintura y sentándolo en la encimera de la cocina, esa que estaba hasta arriba de utensilios de cocina y más concretamente, de repostería.
―¿P-puedes quedarte? ―luminosos como una noche en Paris, aquellos ojuelos amados le vieron con súplica, sus labios quedándose en una fina línea.
―¿Quieres día de mimos?
―Quiero... ―de un momento a otro, su
mirada se decantó por bajar al suelo de
cerámica beige, sus pomposas mejillas
coloreándose poco a poquito del carmín
de sus labios― quiero hacer el amor...
Resulta que a alguien le gustó tener
relaciones sexuales con su pareja después de la primera unión, aunque había una parte en aquello que no llegaba a cuajarle del todo y era el nudo. Uh, cómo lo odiaba.
―Mi lobito tiene otros antojos en sus
primeras semanas~ ―canturreó en un
tono burlesco, riendo después cuando
Taehyung asintió suavemente de forma
tímida.
Alzó su rostro y después de unos
cuantos segundos, dedicándose única y
exclusivamente a verle con atención, unió despacio sus labios.
Esos besos que eran húmedos y
duraderos, esos en los que ambos se
fundían sin importar el qué y solo se
guiaban por el contrario.
Bueno, Yoongi se dio cuenta que el
beso había durado mucho.
La pizza se había quemado.
hemos terminado con esta adaptación, muchas gracias a la autora oroginal por permitirme adaptar su hermosa obra.
nos vemos en otra adaptación 😊
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