✎┇ capítulo 11

―Vete a molestar a otro lado, enano
―masculló con torpeza rasgándose los
ojos ante la luz de la mañana y las pocas
ganas que tenía al acabar de levantarse,
su voz salió mucho más grave y el omega azabache frente a él bufó.

―Soy de tamaño humilde ―repuso
osqueado― Déjame ver a mi Taehyungnie ―exigió cruzando sus brazos por encima de su pecho tratando de verse molesto un poco autoritario, cuando en realidad no causaba ni uno ni lo otro en el menor que le vio serio.

―Está durmiendo ――dijo y sintió el pelaje del minino contra su piel y bajó la
mirada topándose con Yoon mostrando
exactamente su estado de ánimo, soso y
poco energético― Llévate al gato y deja de molestar.

Echó al gatito siamés con un par de
pataditas cortas y Jimin rápidamente
de agachó a rescatarle, pero entonces le
cerraron la puerta en sus narices, había
subido de nivel.

―Alfa desgraciado, sal y te parto lo que
te cuelga, malnacido! ―chilló del otro lado de la puerta, sin atreverse a pegar lo que les separaba por el bien del minino que tenía en sus brazos.

―¿Jimin? ―bufidos incesantes despertaron la incertidumbre en el alfa que le veía desde el marco de su puerta y ni tiempo a preguntar tuvo puesto que el molesto omega pasó echando fuego― Supongo que dormiré en el sillón sin ser mi culpa..

―Supones bien, Jungkook .

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Regresando a la habitación del castañito y siendo lo más silencioso posible, Yoongi  volvió a acostarse en las mantas que había preparado Taehyung para él en el suelo, con una almohada y lo suficiente para que no se congelara allí mismo por lo frío que estaba el departamento, aún no entendía cómo el omega no había llegado al hospital por hipotermia si él estaba a nada de irse por las heladas ráfagas.

En un intento de dormir nuevamente, se
hizo bolita respirando hondo y olvidando que hacía frío, pero escuchó la camna del menor chirriar y fueron audibles pasitos cortos cerca de él pero no esperó que sus sábanas se levantaran de un extremo, se asomó por allí el castañito, acostándose a su lado sin llegar a tocarle siquiera, únicamente haciéndole compañía porque él estaba escondido bajo las blancas sábanas y Taehyung utilizaba la almohada.

Yoongi estaba en proceso de cortejo,
el omega castaño lo sabía, así que de
vez en cuando le daba pistas para que se
acercara, por lo tanto sonrió enternecido
cuando el alfa se abrazó a su espalda cual koala.

No llevaba mucho tiempo queriendo
cortejarlo, de hecho apenas hace dos
semanas se presentó en su casa con una
pequeña caja llena de chocolates con
relleno de mermelada de fresa y un
racimo enorme de rosas blancas, incluso
estaba sudando de los nervios cuando
el castañito asomó su cabecita por el
marco de la puerta al no estar en prendas presentables, porque unos calzoncillos y una chaqueta extra larga no eran prendas para recibir a un alfa.

Tampoco se había confesado directamente, ni un "me gustas" porque
tenía un gran nivel de miedo a un rechazo inmediato, apenas simples acercamientos y palabras reconfortantes, roces leves y abrazos largos, no pasaban de allí.

Cabe destacar el gran ego de Taehyung
ahora.

―¿Quieres que baje a por café?
―murmuró bajo la sábana, atreviéndose
a pasar sus grandes manos por el
esponjocito pijama del otro y escuchar
esa bonita risita tímida que lograba sacar con acciones pequeñas. No iba a dejar a tartamudear de la noche a la mañana, ni a perder sus miedos por el alfa, por lo que la comunicación seguía siendo un punto difícil entre ambos.

―Cho-chocolate... ―dijo acurrucándose
cuando el mayor se levantó un poco y
le apoyó en su pecho, en cucharita y
abrazados, amaba eso.

―Chocolate caliente será... ―afirmó
olvidando que tenía sueño, la tarde
anterior fueron las entregas de las
calificaciones previas a las oficiales y el
omega había saltado cuando le dijeron
que sus notas habían subido como nunca, añadiendo a esa nota el esfuerzo añadido al tener antecedentes médicos, por lo tanto sentenciaba como finalizada su vida escolar.

A pesar del trato que hizo Yoongi con el
director, quedó anulado tiempo después
y le permitió al azabache seguir con sus
estudios aparte, pero sin dejar darle clases al omega.

Lo que conllevaba a que ambos
estuvieran libres de su vida escolar
obligatoria, ahora tocaba vivir por su
cuenta o seguir hasta conseguir una plaza en la universidad, plaza que Taehyung tenía asegurada, pero simplemente no quería lanzarse a seguir estudiando en una carrera que no le llamaba la atención.

―¿Ji-Jimin Hyun-Hyung...?

―Tranquilo, vino a buscar a Yoon. ―mintió restregando su nariz en los sedosos cabellos de su acompañante, aspirando el aroma a bizcocho y miel que le volvía débil en cuestión de milésimas de segundo.

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