{Capítulo 17: The Ashen God}

(Antes de comenzar, les advierto que este capítulo será bastante explícito en temas como sangre, muerte, etc.

Se recomienda la discreción del espectador, sobre todo si son menores de 16 años

Esta advertencia está puesta para que Wattpad no me tire la cuenta, pero no quiero ver a nadie que me venga a decir que quedó traumado/a, yo ya les advertí.)

...

Se pueden ver a varios humanos, aproximadamente diez, entrando a un gran campo de batalla el cuál estaba devastado, habían varios cadáveres ya putrefactos, quemados o directamente esqueletos o armaduras rotas y vacías con cenizas o polvo de parte de los monstruos, mientras que sus armas estaban tiradas de forma dispersa y hasta algunas o fueron destrozadas, carbonizadas o destinadas a asesinar a su propio dueño, aunque por lo reciente que parecía la destrucción, sugería que fueron varias batallas en distintos tiempos y que una de ellas acababa de ocurrir

Mientras que en el centro de todo, se podía observar a un sujeto de aproximadamente tres metros de alto con una armadura que simulaba y contenía el fuego mismo, la cuál también estaba imbuida en el poder de la Primera Llama, siendo de cierta manera hasta una manifestación de la misma, y en la parte frontal de su yelmo parecía tener la forma de una corona que estaba fundida a esa parte, además de que sus guantes tenían unos agregados punzantes en los nudillos que estaban literalmente hechos de fuego, aparte de que la armadura al completo era totalmente impenetrable, lo que hizo que no sufriera ningún tipo de rasguño

Este estaba peleando, por así decirlo, contra un caballero cuyas condiciones eran bastante diferentes, ya que la mayoría de su armadura estaba desgastada y quemada, a excepción de su yelmo que directamente estaba destrozado, su escudo y parte trasera de la armadura tenían grabados un ojo abierto con dos lanzas cruzadas en forma de X, aunque él había arrojado su defensa de la mano izquierda pues había quedado inutilizado por los ataques del otro, estaba bastante lastimado y sangraba por distintas partes de la cara, incluido su ojo derecho que había perdido en el transcurso de la pelea, su respiración sugería que había estado ahí por mucho tiempo y que era el último de los suyos

El sujeto se quedó mirando al caballero que destruyó a todos sus compañeros que habían entrado al campo de batalla, para que luego su ojo restante brille con potencia en un rojo sangre que hace que él se lance contra el de la armadura, levantando su espada apuntando hacia el cielo, para luego bajarla intentando dañar a su enemigo

Aunque antes de lograrlo, el caballero levanta el puño izquierdo y abre la mano, agarrando el arma por el filo, y antes de que el otro pudiera reaccionar, aplica presión y rompe la espada con una gran facilidad, a la vez que agarró al caballero del cuello y lo levantó del suelo mientras lo miraba a la cara

- Lo has hecho bien, comandante Defuncti... Ahora puedes tener tu merecido descanso... - dijo el Ashen God, a lo que empezó a poner más fuerza al agarre y el comandante empezó a entrar en pánico, agitaba sus piernas, sus pupilas se volvían cada vez más pequeñas, él usaba sus manos para intentar que el otro lo soltara al mismo tiempo que perdía poco a poco el oxígeno, lo cuál hizo que lentamente sus movimientos se volvieran más débiles... Hasta que dejó de responder y dejó este mundo para siempre... Para que, segundos después, su asesino lance su cadáver a los pies del líder del equipo que acababa de llegar al lugar, quien lo miró unos segundos y luego directamente al Ashen God

- Parece que algunos son incapaces de aceptar vivir en la utopía que se les construyó por su seguridad y quieren o arruinarla o vivir en la miseria del mundo exterior... ¿O me equivoco? - dijo el caballero al mismo tiempo que se acercaba a una espada en espiral que estaba clavada al suelo, incluso el más fuerte sería incapaz de moverla un centimetro, aunque esto no impidió al Ashen God de agarrarla del mango, lo que hizo que un aura entre rojiza y anaranjada lo rodeara por completo, aunque esto le importó poco pues empezó a tirar con fuerza

Eventualmente, se sintió cómo es que el campo de batalla, el mundo, e incluso el universo entero temblaban justo antes de que el sujeto arrancara la espada del suelo, liberando una energía que adoptó la forma del fuego, rodeando el arma en espiral por completo y mostrando el gran poder del Ashen God... Él miró a los humanos, quienes no retrocedieron ni un paso, incluso el líder se fue para adelante mientras sus ojos mostraban determinación...

- Bien... Supongo que así será... General Exul... - comentó el dios de las cenizas mientras se acercaba caminando lentamente a su enemigo, cargando su arma en su mano derecha y viendo fijamente a los nuevos enemigos que tendría que enfrentar, al mismo tiempo que esa energía naranja se iba uniendo a la armadura y prendiendo fuego algunas partes de la misma...

El General Exul simplemente cerró los ojos y empezó a hacer unos movimientos... Probablemente le rezaba a alguien, antes de abrir nuevamente los ojos y dar un grito que fue replicado por sus nueve hombres, yendo todos contra el Señor de El Origen, quien los observó unos segundos antes de empezar a ir corriendo contra los mismos

Uno de los tantos se detuvo en seco y sacó un bastón que servía para hacer magia y les otorgó a los suyos una bendición y armadura hechas de magia, esto antes de que él se echara para atrás y empezara a ayudar a sus compañeros desde atrás con magia

El Ashen God se cruzó con un guerrero con lanza y vió cómo es que este empezó a atacarlo con estocadas de su arma larga, siendo bastante fácil de esquivar para el dios, primero se fue a la izquierda y levantó su arma rápidamente antes de hacer un ataque desde arriba que golpeó al de la lanza y lo alejó mientras lo dañaba de forma severa

Estuvo a punto de volver a atacarlo, cuando entonces se agachó y esquivó un ataque de barrida de otro que llevaba un hacha como arma, para luego patearlo en medio del pecho, lo que hizo que toda la caja torácica del sujeto se despedazara en segundos, e irse para atrás y, antes de que el otro se diera cuenta, atravesarlo por completo de un ataque recto con la espada, después lo tiró a un lugar apartado en el campo de batalla y volteó a mirar a otro más de los presentes

Este otro guerrero estaba intentando ayudar al de la lanza, quien había quedado herido tras el corte del Ashen God, aunque antes de poder hacer que se vuelva a levantar, una Lanza de Luz Solar, que era una lanza hecha de electricidad pero sumamente potenciada, impacta en el sujeto herido y lo mata de manera instantanea, haciendo que su compañero grite su nombre y se arrodille segundos antes de que el otro fallezca

De todas maneras, esto le dió igual al Ashen God, quien fue y arremetió contra otro que llevaba un escudo en la mano izquierda, rompiéndole la guardia y después dándole un puñetazo con la derecha en la cara que fue tal que le explotó el globo ocular y le deformó parte de la cara, luego le dió otro igual con la izquierda que dió el mismo resultado, y luego otro y otro de forma consecutiva antes de agarrarlo de la cara y tirarlo lejos con una enorme fuerza, dejándolo desangrarse en el suelo hasta morir

Tras ver esta escena, agarró su gran arma con las dos manos y fue corriendo contra uno de los tantos guerreros, esto antes de ser interrumpido por un proyectil hecho a base de magia que tuvo que esquivar para luego voltear a ver al hechicero que estaba acompañado del general Exul, lo cuál causó que el dios de El Origen baje la mano izquierda y cierre el puño mientras una Lanza de Luz Solar de una gran potencia se materializaba en la misma

Segundos después de haberla creado, el Ashen God lanzó el ataque hacia arriba, alcanzando el cielo donde se volvió una nube hecha de pura electricidad que abarcó el campo de batalla entero antes de empezar a hacer caer rayos eléctricos que dañaban severamente a los presentes que seguían vivos, lo que causó que estuvieran en constante movimiento para evitar los ataques de arriba

Uno de ellos se acercó demasiado al señor de El Origen, quien rápidamente lo agarró de la cara y, justo como a su compañero, lo sostuvo en el aire, con la excepción de que no lo ahorcó, sino más bien le hizo una explosión de fuego en el rostro y lo tiró lejos...

A pesar de esto, el sujeto se volvió a levantar, sin embargo, tiró su arma lejos de él y le empezaron a salir varias heridas visibles en el pecho, los hombros, el cuello y la cabeza, siendo que de estas empezó a salir una masa negra que se fue expandiendo y uniéndose entre sí, hasta finalmente liberarse en la forma de una serpiente oscura de ojos rojos y brillantes... Un Pus del Hombre

Tras verlo detenidamente unos dos segundos, el Ashen God guardó su espada y se empezó a acercar a la bestia mientras los rayos eléctricos seguían cayendo sobre los otros guerreros, quienes se cubrían o esquivaban según correspondía, a lo que, a diferencia del dios, Pus del Hombre se acercó corriendo para luego darle un puñetazo en la cara al dios, seguido de otros dos que se volvieron tres, cuatro, y así constantemente... Más el último ni siquiera se inmutó...

Aproximadamente dos minutos más tarde fue cuando el monstruo se dió cuenta de que sus golpes no afectaban en lo más mínimo al Ashen God, quien relajadamente puso su mano izquierda en la mejilla derecha de la bestia y se quedó así unos pocos segundos...

Después de eso, le metió un potente puñetazo en el ojo izquierdo con sus picos de fuego ardiendo intensamente, haciendo que la bestia se incendie y pierda la visión del mismo ojo para luego alejarse e intentar cubrir el sangrado con su mano, seguido de que el dios dé un par de pasos y un segundo puñetazo que le clavó en el otro ojo, más esta vez lo agarró de adentro y le dió una patada en el pecho, donde arrancó tanto al Pus del Hombre como a la cabeza del pobre sujeto que lo tenía, matando a ambos inmediatamente...

Tras esto, él escuchó un grito atrás suyo y rápidamente sacó su espada antes de bloquear con la misma el arma del general Exul, quien lo vió con odio unos segundos para luego empezar a mover su espada e intentar atacar por distintos lugares y con distintos movimientos, siendo bloqueado en todos los ángulos por el Ashen God mientras el arma del otro se iba desgastando por el fuego divino que emanaba la espada, hasta que finalmente ambos se quedaron viendo a la cara del otro mientras Exul intentaba hacer fuerza a la vez que el mago le disparaba una Flecha del Alma Pesada desde atrás al dios

- ¿Quieres saber qué es lo más gracioso de todo? ¡Yo no estoy sintiendo absolutamente NADA de esto! - le gritó en la cara el Ashen God, para luego crear justo un poco antes de su espalda una barrera momentanea hecha de luz que desvió el hechizo del mago y tirar bastante lejos el arma de Exul con la suya, a lo que cierra el puño izquierdo donde carga una extraña energía divina de color naranja y golpea en el pecho al general, tirándolo extremadamente lejos y dejándolo herido en el suelo, entonces el Ashen God se da la vuelta y empieza a correr hacia el mago a grandes velocidades y saltar hacia él

El tiempo fue muy corto, menos de una milésima de segundo, pero el dios levantó la mano justo en el momento que cayó un rayo sobre él, agarrándolo y volviéndolo una gran lanza, el mago intentó darse la vuelta y correr mientras Exul se estaba levantando y vió la escena atónito, más la acción del primero fue inútil pues el Ashen God había aterrizado justo sobre él y clavó la lanza en el suelo como si fuera una estaca, generando una poderosa explosión de electricidad que pulverizó todo, a excepción del suelo, a los alrededores...

Tras esto, Exul se levantó adolorido mientras observaba la escena, donde su compañero y amigo se había vuelto nada más que otro montón de polvo a los pies del Ashen God, quien estaba mirando fijamente al general antes de darse vuelta y empezar a ir hacia él, a la vez que su espada se incendiaba en un potente e insaciable fuego...

Esto hizo sentir miedo hasta en Exul, quien era un general antiguamente romano y nunca sentía miedo, pero esto no lo detuvo de levantarse e ir corriendo a pelear contra el dios sin armas y a puño limpio

Cuando estuvieron frente a frente, el general empezó a dar golpes a diestra y siniestra que eran fácilmente esquivados por el Ashen God, quien sólo se movía un poco o se agachaba para evitar los puñetazos del mortal...

Eventualmente, le dió un golpe al pecho con la mano izquierda, rompiéndose el brazo entero por la resistencia natural del dios (más la de la armadura), a lo que él retrocedió un par de metros tras gritar de dolor y agarrarse el brazo con el otro mientras miraba con odio al Ashen God

- Sabes que ni tú ni los pocos hombres que te quedan pueden ganar la batalla... - fue lo que dijo el ser divino, para segundos después apuntar a la salida del campo de batalla - Ríndete ahora y lárgate de mi ciudad, por favor. -

- ... Vete a la mierda, ¡Veni huc! - pronunció el general mientras ponía su mano derecha sobre su espalda, llamando su arma la cuál fue hacia él enseguida y fue alzada hacia el cielo antes de bajarla con el objetivo de atacar al dios...

Un instante después, el sonido de metales chocando llenó el campo de batalla mientras Exul y los pocos hombres que quedaban miraban las armas que el Ashen God estaba utilizando para bloquear su ataque, esta vez no era su típica espada, sino que era aquello que aterrorizaría a cualquier griego, romano o vikingo...

- N-no puede ser... ¿Acaso esas son...? - preguntó incrédulo el general mientras miraba perplejo esas dos armas que ocupaban cada mano del dios y formaban una x para bloquear el ataque...

- Así mismo... El terror greco-romano también es mío... Tuviste que irte cuando tuviste la oportunidad... - dijo el Ashen God mientras mostraba las dos espadas que llevaba en sus manos las cuáles bloqueaban el ataque del enemigo, a quien le temblaba la mano por esto...

Tras esto, y antes de que pudiera reaccionar, el dios empezó a darle una paliza impresionante al general, o mejor dicho, una completa humillación, ya que el primero usaba las espadas y sus movimientos casi como si estuviera bailando con la Primera Llama, evitando que el romano tenga un segundo de descanso, mientras que el mismo tampoco podía hacer nada más que recibir todos los ataques de las compañeras de baile del dios... Unas malditas compañeras de baile...

Inexorablemente, el frenesí de espadas había terminado, dejando muy herido y en el suelo al general, quien, si bien intentó levantarse, no pudo hacerlo pues el dolor, miedo y la pérdida de sangre lo superaban en gran medida, sólo fue capaz de oir los pasos del Ashen God enfrente suyo, a la vez que se escuchaban a las espadas del exilio botar miles de chispas eléctricas cuya cantidad y potencia no paraban de aumentar...

- Yo te lo dije... Tuviste que irte cuando te dí la oportunidad... - dijo el dios para luego levantar las armas y apuntar el filo hacia abajo, Exul levantó la mirada y sus pupilas se encogieron mientras su vida pasaba enfrente de sus ojos, hasta que el dios clavó las armas y descargó toda la electricidad en el cuerpo del romano, donde fue tanta como para soportarla y acabó explotando... Volviéndose sólo otro difunto más...

El Ashen God simplemente se levantó y cambió la forma de las espadas para unirlas y que se vuelvan un arco el cuál tensó y disparó hacia su propia nube eléctrica, la cuál disparó una lluvia de flechas que alcanzó todo lo que estaba en la arena y mató a los hombres restantes despiadadamente, para luego desaparecer y dejar que el dios se vuelva a sentar, pudiendo descansar tranquilamente... Hasta que alguien tocó su hombro izquierdo y él se dió la vuelta

- ... ¿Qué quieres, Ashen? - preguntó el dios a alguien que tenía su misma armadura, sólo que era más pequeño, usaba una espada en espiral de un tamaño menor y tenía una parte del yelmo rota, dejando ver su ojo izquierdo y rojo - ... Debes tener más cuidado con quien te enfrentas... Siempre debes vigilar tu espalda, incluso si tienes aliados, pues no sabes quién de verdad te apoya... -

Tras decir esto, el menor se sienta al lado de su padre, quien le saca el casco y se deja ver un cabello de color marrón claro que es familiar, antes de dormirse viendo a la Primera Llama, siendo que el mayor hace lo mismo poco después...

... Camino de los Sacrificios...

- Bueno... ¿Qué hacen ustedes aquí, en el Gran Pantano? ¿Saben los peligros que tiene este lugar? No es seguro para nada. - preguntó curiosa y afirmó Heysel a la vez que miraba al trío de protagonistas

- Espera... Si es tan peligroso, ¿Por qué tú estás aquí? No es que pueda decir mucho, pero no pareces muy fuerte que digamos... - cuestionó Ralsei ante lo que decía la humana frente a ellos, quien, lejos de ofenderse o algo por el estilo, rió un poco ante lo que decía el Darkner

- La diferencia, Ralsei, es que yo llevo viviendo aquí por más de veinte años, conozco este lugar como la palma de mi mano y sé de sus peligros así como todos los hechizos que hay aquí. - contestó la chica, extrañando enormemente a los presentes a pesar de que esta no le dió la más mínima importancia y sólo se dió la vuelta - Ah, sí, intenten no molestar a mi primo Hodrick, es algo gruñón, ¿Okey? Bueno, ¡Bye! -

- ¡Espera...! - tarde, cuando Susie pronunció esa palabra, Heysel ya se había ido corriendo a una fortaleza al otro lado del pantano dando saltos entre árboles y ladrillos medio sueltos de las construcciones que estaban ahí, llegando a una vieja fortaleza que cubría toda una zona no visible desde allí

- Qué raro... Si de verdad supiera de los peligros de este lugar, sabría que ese es al último punto al que iría... - pronunció Yoel un tanto desconcertado por las acciones de la humana - Bueno... Eso no importa por ahora, hay que seguir por esta fortaleza de aquí. -

- ¿Qué? ¿Por qué? - preguntó Susie mientras veía la fortaleza, la cuál tenía musgo por todas partes, estaba destruida en algunos puntos y parecía abandonada

- Porque detrás de esta, y no tan lejos de aquí, se encuentra nuestro nuevo destino... La Ciudad de Rosaria. - respondió el anciano peregrino para luego entrar seguido de los otros dos, quienes seguían sin entender mucho

- ¿Saben una cosa? Creo que tengo algo de miedo por esos dioses, me aterra pensar la idea de que aparezca uno y nos venga a atacar con... No sé... Un machete oxidado. - comentó Ralsei, a lo que Susie se rió un poco, pues su amigo había dicho algo que la había animado

- Lamento decepcionarte, pero eso no es posible por dos razones, primero; los dioses prefieren tener armas más eficientes como lo pueden ser las lanzas, las hachas o las espadas, o las guadañas o bastones en algunos casos escasos, además de que las tienen en sus condiciones más mortíferas, y segundo; los dioses no pueden imitar armas o estilos que no hayan visto o vivido en persona antes, aunque pueden hacer unos propios. - dijo Yoel, arruinando un poco el ambiente, aunque no demasiado pues Susie se había quedado con la sonrisa que le había devuelto su amigo...

Continuará...

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