8. ☾ ⋆ destino o coincidencia
(4/4)
Taehyung no supo a dónde se fué Yoongi
luego de eso.
Sólo sabía que no había aparecido en
toda la noche, que volvió en la mañana,
buscó las cosas de la universidad y se fué, ignorando sus súplicas para hablar.
Y fue cuando Taehyung se rindió.
Se había dejado llevar demasiado por
los instintos de su lobo, y los instintos
no funcionaban para las personas, y
menos para alguien tan poco lobo como Yoongi.
Mandó a la mierda a su lobo interior,
quién quería que el pelinegro le diera
atención, y también mandó a la mierda a Yoongi.
Acomodó las sábanas sobre la cama al
rededor de él, dejando una para cubrirse
hasta tapar su cabeza, para sentirse más
protegido, y sólo se quedó allí abrazando
la almohada.
―Wow, llegas temprano ―dijo Rose al
ver al pelinegro entrar al supermercado,
no había terminado de subir la reja de la
entrada y Yoongi sólo había entrado
agachándose, sin disminuir su paso
apresurado.
La rubia frunció un poco el ceño al
no escuchar respuesta por parte de
Yoongi.
―¿Te pasa algo? ―la sala de los empleados para ver a Yoongi haciendo café en la cafetera con expresión seria pero con un dejo de enojo.
El chico de encogió de hombros, sin
siquiera mirarla.
Rose notó las ojeras oscuras bajo los
pequeños ojos de Yoongi.
―Mira, no te he hecho nada para que
tés enojado conmigo, así que te calmas ―el tono de Rose sonaba hartado, apenas había empezado el día y ella no estaba para soportar a un universitario actuando como un niño ofendido.
―Justamente, Rose, no me has hecho
nada ―dijo, luego de unos segundos de
mirarla con frialdad― Y por eso no te
importa cómo mierda esté, ya que no es tu culpa.
Rose se mordió el labio con fuerza, en un acto insignificante para calmar su enojo.
―Estás peor que una niña en su primer
celo, Min ―dijo, alzando una ceja― tu
puta madre...
Y salió del lugar, más enojada de lo que
había entrado.
Yoongi no dijo nada el resto de la
mañana, haciendo su trabajo en silencio
y con la misma expresión seria, casi
molesta, que cargó toda la mañana.
Rose no se molestó en hablarle, la chica
también estaba ofendida por la actitud de mierda de Yoongi hacia ella, no le había hecho nada para ser tratada así.
Pasó su turno y Yoongi dejó su delantal
y tomó sus cosas, sin decir nada ni
despedirse, caminó hasta la universidad
a paso apresurado, seguía molesto, por
lo que llegó un poco más temprano a su
destino.
Vió a la castaña bajar de una motocicleta, hablando por teléfono con una sonrisa, la que se borró rápidamente al ver la expresión seria con la que Yoongi la miraba.
―¿Te pasa algo, Jeon? ―preguntó
Jisoo, acercándose al pelinegro.
Fue cuando Yoongi se dió cuenta que
había detenido su paso al cruzar a la alfa de ojos marrones.
Sin decir nada, continuó caminando.
Unos pasos apresurados lo siguieron y
la bibliotecaria apareció a su lado, fue
cuando Yoongi notó que la chica era de su misma estatura.
―Tienes el mismo olor de ayer, un poco
menos ―comentó, aunque un poco
diferente...
"No tomó los supresores" pensó.
Yoongi no respondió.
―¿Está todo bien?
El pelinegro lo miró, sin cambiar
expresión.
―Aunque estuviera algo mal no tendría
porqué contarte.
―La puta madre, Min ―dijo la chica
con un gruñido, aunque rápidamente
se cubrió la boca con la mano ante
semejantes palabrotas.
La expresión de Kim hizo que Yoongi
riera en silencio, fue cuando por primera vez pensó que Rose y Jisoo eran amigas, ambas insultaban igual.
―Yoongi... ―esta vez el tono de Jisoo era más suave, y ambos dejaron de caminar para mirarse―, tienes algo de olor a tristeza, pero se nota que no es tuyo, no tienes que darme detalles, pero... ¿Es ese omega?
Yoongi pensó en si responder o no un
momento, pero antes de hablar, la chica
alfa se le adelantó:
―Escucha, debes cuidar de los omegas,
ellos son más sensibles que otros, podría
enfermar y luego... Empeorar.
>> Y se nota gue no sabes tratar a un
omega, pero si necesitas consejo siempre
puedes contar conmigo.
Yoongi asintió, con su orgullo un poco
herido, por esas últimas palabras, ¿Quien era ella para decir que él no sabía tratar a un omega?
―¿Es tu primer omega, Yoongi? ―preguntó la chica.
Yoongi recordó vagamente los ligues
que había tenido tiempo atrás, cuando era un alfa hijo de un hombre adinerado.
―Justamente, Jisoo ―dijo, sin ninguna
intención de ser formal con la chica alfa― No tengo que darte detalles.
Y se volteó para ir hacia la cafetería, a
comer algo.
Escuchó el gruñido y los insultos de
Jisoo.
Continuó de mal humor el resto del día,
en un momento casi olvida el porqué
estaba con esos humosy se molestó un
poco más, pero luego volvió a recordar las palabras de Taehyung la noche anterior. ¿Quién se creía ese omega para hablar de ese tema? ¿Quién era él para decir cómo se sentía?
Había huido para alejarse de ese
recuerdo, había empezado una nueva
vida sin decir nada y le estaba llendo
bastante bien, pero entonces había
llegado ese cambiaformas para recordarle todo, con palabras bonitas como si eso suavizara las cosas.
Pero por más que estuviera enojado
con Tae, una parte de él pedía tenerle
piedad.
Una parte de él se preocupaba por cómo
estaría el omega, y se enojaba consigo
mismo por haberlo tratado así.
Y fue esa segunda parte de él mismo que
buscó en la biblioteca, en la parte de
libros de autoayuda, uno de los tantos
libros que consideraba estúpidos de cómo cuidar a un omega.
Y se sentó a leer, ignorando la mirada
curiosa que le dedicó Kim desde su
escritorio.
El libro resultaba un poco menos estúpido de lo que él pensaba, y logró entretenerlo bastante rato, leyendo unas cuarenta páginas seguidas, sin percatarse de la chica que se acercó a él, sorprendida al ver que Yoongi estaba leyendo en serio, y no dormía.
―Que estés leyendo ese libro me
hace pensar que rechazaste mí ayuda
olímpicamente ―dijo, haciendo que los
ojos de Yoongi se separaran de las
palabras para mirar a la bibliotecaria― Ese es el típico libro que lees cuando
hay un problema y no tienes amigos para conversarlo.
―Es exactamente por eso que lo estoy
leyendo ―respondió con una sonrisa
amarga.
―Por favor, Min ―dijo Kim―, somos
amigos.
―¿Lo somos? ―Yoongi dramatizó su
sorpresa― ¡Que cool! ¡Un amigo! ¿Cuando hacemos una fiesta de pijamas, amiga?
Jisoo alzó una ceja.
―Está bien, Yoongi, no somos amigos.
El pelinegro sólo respondió con una sonrisa tosca.
Pero mi oferta para serlos, y lo de que
me cuentes lo de tu omega siguen en pie.
Yoongi la miró unos segundos, Jisoo sonrió un poco al ver que se lo estaba
pensando.
―Es más fácil hablar con una persona
que con un libro ―admitió el pelinegro― Pero sólo si prometes no decirle nada a Rose.
Jisoo rió un poco, contenta por su logro, se sentó junto al chico, esperando a que hable.
―¿Tú... Crees en los predestinados? ―la
pregunta sonó casi tímida.
―Hmm~ ―Jisoo pensó la pregunta
un momento―, no creo en el destino o cosas de esas, de que toda tu vida ya
está escrita, pero creo que hay cosas que ocurren por alguna razón, y aunque no lo quieras... van a suceder todas las
casualidades necesarias para que ocurra.
Yoongi asintió, le pareció una reflexión bonita.
―Mi omega... ―dijo el pelinegro, sin
darse cuenta de la posesividad de sus
palabras―, vive conmigo, y está todo el
día en mi departamento, sólo estoy con él en la mañana y en las noches.
La chica adornó su rostro con una sonrisa cómplice, aunque no supo si la que estaba en el rostro de Yoongi era una sonrisa consiente o no, así que decidió preguntar.
―¿Y te gusta?
El "No" automático se trabó con un "Sí",
que no supo muy bien de dónde había
salido.
O quizás sí, sintió a su lobo inquieto en su interior, era la primera vez que lo sentía sin estar con Taehyung.
Por unos segundos Yoongi no pudo
decir nada, y el rubor subió a su rostro
En realidad, nunca lo había pensado.
Nunca se puso a razonar si él mismo
quería a Taehyung de esa forma tan especial, porque no tenía ninguna duda de que su lobo amaba al omega, y cada vez que estaba con él, la calidez de su corazón lobuno llegaba un poco a su propio corazón.
―No lo sé ―dijo, un poco más serio que
antes, nunca lo pensé.
Jisoo asintió.
―No tienes que pensar en los
sentimientos, Yoongi ―dijo la chica― ellos están incluso si no te das cuenta, lo único que tienes que pensar es en cómo
traducirías esos sentimientos al exterior,
si es que quieres a este omega como una
pareja, sea tu predestinado o no, o si no lo quieres de esa manera.
Yoongi asintió, se sintió un poco abrumado por esa charla de sentimientos.
―Y volviendo al tema... Pues, al parecer
está muy sensible, y está triste, y llora, y
me necesita todo el tiempo y-
―¿Tuvieron relaciones?
La pregunta descolocó a Yoongi, dejó
de hablar de golpe, y quizás sólo fue por
escuchar tener relaciones con Tae que su rostro se ruborizó.
Jisoo soltó una carcajada.
―No, no, no ―Yoongi se apuró a hablar―, no, nosotros sólo... Dormimos juntos.
Kim alzó una ceja, no se la creía.
―De verdad, sólo dormimos.
Jisoo suspiró, aún con una sonrisa.
―Iba a preguntarte si ya lo habías
marcado, pero... Recordé que eras un beta ―dijo la chica.
Las palabras lo golpearon un poco en su
orgullo, pero no dijo nada.
No era que por ser un beta no podías
marcar a tu pareja, varios betas lo hacían, pero el lazo que creaban entre su parejaera tan débil que hacía poco y nada de diferencia, al punto en que la mordida pasaba a ser un adorno, que tampoco duraba mucho tiempo.
―Entonces... ―dijo la bibliotecaria―
sigo sin ver el problema con ese omega, se escucha como un omega bastante normal.
―Tú porque no tienes que soportara
un sensible que se pasea por tu hogar
pidiendo que le des atención y mimos, y
que a veces se le pasa la lengua diciendo
estupideces y cosas molestas ―dijo el
pelinegro, de forma rápida, algo enojado.
―Pues... Sí he tenido que soportar
esas cosas, Min ―la chica sólo obtuvo
una mirada pidiendo un poco más de
detalles―, no debes exagerar esas cosas,
Yoongi, no te lo tomes enserio, además,
apuesto lo que quieras a que ese omega te pidió perdón si dijo algo que te molestó.
Yoongi no respondió, y por un momento se sintió de la misma forma de cuando su madre lo castigaba.
―¿O me equivoco? ―Kim habló con una
sonrisa.
-―Si, lo hizo ―murmuró Yoongi.
―Y conociendo lo imbécil que eres, no
aceptaste sus disculpas.
―Adivinaste ―dijo el pelinegro― Para no ser mi amiga me conoces bastante bien.
―No necesito conocerte profundamente
para darme cuenta que eres un orgulloso de mierda.
Yoongi se quedó sin palabras.
―Y si quieres un consejo de enserio, y
no perder el tiempo con un estúpido libro ―la joven alfa tomó el libro―, ve con tu omega, no te vayas nunca de su lado, hazle caso, y no tengas miedo de pedirle perdón tú mismo... Que siempre puede ser la mejor coincidencia de tu vida.
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