6. ☾ ⋆ olor

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―¡No es justo Jisung! Están buscando un
alfa para Taehyung.

―¿Y qué piensas que van a estar
buscando, estúpido? ¿Una tortuga para
que se aparee?

―No Jisung! Pero me- jAuch!

―No me pegues, sabes que te la devolveré.

―¿Tengo que mandarlos a la mierda
todos los días por esta puta máquina?

De nuevo ambos chicos lo miraron, Minho con un poco de miedo y Jisung con fastidio, sin decir nada, se fueron, dejando que Yoongi sacara su lata de refresco para ir hacia la biblioteca.

―Buenos días, Min ―dijo la
bibliotecaria.

Yoongi se acercó al escritorio para ver
el nombre en la placa por primera vez en todo lo que llevaba en esa universidad.

―Kim Jisoo ―dijo, más lento de normal, haciendo que la chica lo mirara con el ceño algo fruncido.

―Min Yoongi  ―dijo de la misma
forma que el pelinegro había hecho con
su nombre.

―Un gusto ―Yoongi sonrió, irónico,
mientras extendía la mano hacia la
bibliotecaria, pero la corrió rápidamente
en cuanto ella fue a tomarla.

Yoongi rió, divertido, pero la alfa
gruñó, acomodándose los anteojos con
una expresión molesta en el rostro.

El pelinegro dió media vuelta para
dirigirse hacia su sillón, dispuesto a
dormir un poco, pero la voz de Kim lo
hizo frenar.

―Veo que estás de buen humor hoy,
Yoongi ―dijo― ¿Ese olor que llevas tiene algo que ver?

Confundido, Yoongi se giró para caminar de regreso hacia donde la chica estaba sentada.

―¿De qué olor hablas?

Kim lo miró como si estuviera
bromeando, pero por la expresión en el
rostro del pelinegro se dió cuenta que no
era así.

―Hueles como a caramelo ―dijo―, es
algo leve, pero puedo sentirlo igual, no
sé, ¿Tuviste una noche interesante? ―preguntó con una sonrisa.

Yoongi no dijo nada por unos segundos,
cayendo en cuenta que había dormido
abrazando a Taehyung y que el olor del omega se había quedado consigo.

Pensó que quizás, si Yoongi tuviera su
olor propio no se notaría tanto.

―Corrígeme si me equivoco ―dijo
Jisoo al ver que Yoongi no iba a hablar― ¿Una omega interesante en la noche?

Yoongi comenzó a sentir el nerviosismo en su interior, y un calor lo abrumó.

―¿Tengo razón? ―preguntó Kim,
alzando una ceja, sonriendo de forma
victoriosa.

Yoongi reaccionó de golpe,
encogiéndose de hombros.

―¿Y qué si fué así? ―dijo, en tono defensivo, lo que hizo reír a la
bibliotecaria―, tú tampoco hueles mucho como tú ―dijo, inclinándose hacia ella de forma desafiante.

La chica rió.

―Porque no es un secreto que tengo a mi omega, Min ―dijo―, en cambio... No me esperaba eso de tí.

―¿Eso?

―Una omega, o un omega, no lo sé
―sonrió.

Yoongi tomó un sorbo de refresco, su
nerviosismo había pasado.

―Lo que haga durante la noche no te
incumbe ―dijo, de forma fría y para
sorpresa de la alfa―, a menos que quieras ser parte de ella― añadió, con una sonrisa y un guiño.

Jisoo gruñó como respuesta, pero Yoongi sólo rió ante ese gesto.

Decidió salir de ese lugar, ya encontraría
dónde dormir luego, la conversación con
Kim lo había hecho reaccionar.

Necesitaba comprarle supresores a Taehyung, y perfumes, para él o para el omega.

Sabía que los supresores disminuían el
olor, aunque él nunca los había usado y
tampoco sabía qué tipo eran.

Si alguien llegaba a detectar el olor
de Tae y lo encontraba, estaría en problemas y lo sabía.

Se suponía que el omega más deseado
del momento estaba escondido en su
departamento, pero ese aroma tan dulce
se sentía demasiado.

Se fué temprano de la universidad para
caminar unas cuadras de más hasta el
supermercado donde trabajaba, él no
sabía nada de supresores, pero si los
rumores eran ciertos, conocía a alguien a que sí.

―Rose.

La rubia se giró y miró confundida al chico.

―¿Vienes por horas extras? ―dijo, luego
arrugó la nariz un poco― ya se te fué el olor que tenías en la mañana, es una
lastima, era muy rico.

Yoongi frunció el ceño, ¿Rose también se había dado cuenta y no había dicho
nada?

―¿También lo sentiste?

―Lo que hagas en la noche no me
incumbe ―dijo con burla.

―Mierda, ¿Tan rápido cuentan los
chismes las mujeres?

―Te sorprenderías ―dijo― pero bien,
Yoongi, sé que no has venido para
charlar conmigo, ¿Qué querías?

―Supresores ―dijo el pelinegro de golpe.

Rose no dijo nada y sólo alzó una ceja.

―¿Para tí?

―Eso no te incumbe ―replicó Yoongi
con una sonrisa, ganándose una mirada
de odio de Rose.

―A ver, amigo ―Rose ya sonaba molesta―, hay varios tipos de supresores, para omegas, para alfas y más o menos fuertes, también de distintas marcas, en cápsulas, líquidos, en polvo para comidas y todo lo que quieras... Pero no hay supresores para betas.

Yoongi se sintió confundido y algo
estúpido, con un suspiro, se dijo a sí
mismo que tenía que contestarle bien a Rose.

―Es para un omega ―dijo, con un
suspiro― para disminuir su olor.

Rose no dijo nada por un momento.

―¿Tanta vergüenza te da llevar el olor de alguien?

―¿Puedes darme los malditos supresores y así pueda volver a mi dulce hogar?

Rose rodó los ojos, le hizo una seña para
que lo siguiera, llegando a la parte de
farmacia del supermercado, vio un poco
entre todas las cajas de supresores hasta
dar con una, tomarla y extenderla hacia
Yoongi.

―Estas no son muy fuertes, pero son
especiales para el olor ―dijo― casi todos son para el momento del celo, Yoongi, no encontrás muchas para cubrir el olor.

Yoongi asintió.

―¿Y perfumes? ―preguntó.

―¿Me viste cara de vendedora?

―¿No se supone que tú abuelito piensa
que estás trabajando? ―replicó―, haz algo.

―Esto es autoservicio, Yoongi.

―Pero yo no tengo ni puta idea de estas
cosas.

―¡Ya sé que no sabes nada!

―¡Estás asustando a los clientes! ―dijo,
viendo cómo una mujer los miraba con
los ojos muy abiertos.

―¡Siga caminando señora! ―dijo Rose
dirigiéndose hacia la mujer, quien apuró
su carrito para alejarse.

Yoongi no pudo evitar reír un poco
ante la actitud de mierda de Rose.

―Camina, Yoongi ―dijo la chica,
avanzando hacia la parte de perfumería,
extendió los brazos ante toda la variedad de productos.

Yoongi se sorprendió un poco, nunca había prestado atención a toda la cantidad de perfumes que él mismo
reponía.

Tenían perfumes de "marca", desde Polo
hasta Nina Ricci, algunos de celebridades, y luego pasaban a otros artesanales con olores más naturales, como café, chocolate, algunas flores y frutas.

―¿Cuál es tu olor? ―preguntó mirando a Rose.

La rubia se ruborizó un poco.

―Flores... y té ―murmuró.

Yoongi asintió.

―Y... ¿Kim Jisoo? ―dijo el nombre completo de la bibliotecaria con algo de duda.

―Jisoo huele a chocolate y café ―dijo― Pero se le pegó bastante el olor a frutos rojos de su omega.

El pelinegro asintió ante esa información.

Yoongi tomó el frasco de perfume a café, pensando un poco en ese olor artificial que en su momento fue su olor propio.

―¿Terminaste las compras? ―dijo Rose
en tono exasperante.

Yoongi asintió.

―Bien, te voy a cobrar el doble sólo por
atenderte.

Al salir del supermercado, para caminar
las pocas cuadras que lo separaban de
su departamento, Yoongi notó que aquellos carros negros de vidrios oscuros seguían andando por la calle.

Vió uno estacionado detrás de un auto
de policía, su conductor hablaba, parado
junto a la puerta abierta del coche con un oficial.

Un alfa de al menos un metro ochenta
algo delgado pero musculoso, unos
anteojos oscuros descansaban en el cuello de la camisa, perfectamente blanca tras el saco perfectamente negro.

Yoongi intentó no mirarlo demasiado
tiempo, no debía actuar sospechoso.

Dentro suyo algo le decía que aquellos
hombres de trajes y autos oscuros estaban buscando a Taehyung, y que se metería en problemas si llegaba a levantar sospechas.

Caminó dentro del edificio hacia su
departamento intentando disimular
la bolsa que cargaba tras el bolso de la
universidad, se encontró con algunas
personas, que no lo hablaron, al igual que todos los días.

Entró a su departamento, que estaba
en silencio y en completa oscuridad,
Yoongi frunció un poco el ceño.

―¿Tae? ―preguntó, algo bajo, avanzando hacia su cuarto.

Vio el bulto bajo las sábanas y se acercó
en silencio.

―Cachorro te tra- ¿Estás llorando?

Escuchó al muchacho sorber su nariz
mientras negaba con la cabeza.

El omega estaba cubierto por las sábanas hasta cubrir sus hombros, pero aún así temblaba.

―¿Tienes frío? ―preguntó Yoongi,
apoyó el dorso de su mano sobre la
mejilla de Tae, tal como hacía su madre
con él de pequeño, esta estaba húmeda.

El omega estaba algo frío, pero nada muy alejado de lo normal, Yoongi corrió su mano luego de unos segundos, pero una mano pequeña escapó del abrigo de las sábanas para atraparla, y dejarla de regreso en la mejilla del omega, acunándola.

Yoongi fruncio el ceño, ¿Qué mierda le pasaba a ese chico?

―Yoongi hyung ―escuchó la sutil voz
del omega, al nombrado le pareció raro
el formalismo, pero se acercó un poco
para darle a entender que lo escuchaba― ¿Puedes meterte en la cama conmigo?

Yoongi no contestó, en cambio un
suspiro cansado salió de sus labios.

-―Taehyung, escucha ―el tono, más brusco del que quisiera, hizo que el omega de encongiera un poco más bajo las sábanas― entiendo que como omega tengas tus necesidades, pero yo no soy quien para cumplirlas y tampoco soy el indicado.

>> Hoy, varias personas se dieron cuenta
que llevaba tu olor, y..

―¿No quieres contacto físico para que no huelas a omega?

―Exactamente.

Ninguno de los dos dijo nada por unos
segundos, hasta que Taehyung soltó la mano de Yoongi bruscamente y se sentó en la cama con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

―No sé si te diste cuenta, Yoongi hyung, pero, ¿A huele todo el puto departamento?

El pelinegro frunció el ceño, olfateando
un poco el ambiente.

―¿No lo notas?

Yoongi negó.

―Todo el lugar huele a mí, no es
necesario que me toques para te quede mi olor, porque todo este lugar apesta ―dijo Tae―, ¿Sabes por qué es eso?

Yoongi alzó una ceja.

Taehyung suspiró de forma cansada.

―Mi celo está cerca ―dijo simplemente.

―¿Entonces...?

―¿Cómo que "entonces"? ―dijo Taehyung, sonaba molesto.

―¿Qué? ¿Entonces qué, Tae? ¿Tu
olor aumenta? ¿Estarás más sensible?
¿Tendrás cólicos o malestares por unos
días y luego una necesidad frenética de tener sexo? ¿Eres de los que no tienen cólicos y sólo quieren fornicar? ―Yoongi habló en tono brusco, aunque no se dió cuenta hasta que vió el labio inferior de Taehyung temblar.

―Eres un idiota ―dijo el omega,
voltendose para cubrirse con las sábanas hasta la cabeza.

―Wow, qué noticia ―dijo en tono irónico, pero Tae no respondió, sólo se mantuvo hecho un ovillo bajo las sábanas.

Yoongi lo miró por unos segundos, y luego comenzó a sentirse como un verdadero idiota.

Insultando en voz baja, se levantó de la
cama, notando como Tae se movía un
poco al no sentirlo cerca.

―Te traje unos supresores ―dijo,
mientras comenzaba a quitarse la ropa
para bañarse―, para tu olor.

Taehyung no contestó.

Resignado, Yoongi se metió al baño sólo en calzoncillos, soltando un suspiro.

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