17. ☾ ⋆ eso puede arreglarse
Ambos pudieron dormir, aún desnudos,
calentados por el abrazo del otro,
descansaron con una sonrisa en los labios.
La mañana les regaló nieve,
despertándose dermasiado temprano para el gusto de Yoongi al sentir el golpe de esta en su ventana, acompañada por el viento fuerte.
Con sólo ver esa tormenta Yoongi supo que el supermercado no abriría, y
tendría todo el día para quedarse en su
departamento, con Taehyung.
Le encantaba esa idea.
En cuanto el omega alzó la visita hacia la ventana y vio la nieve, sonrió con alegría.
―Hyung ―lo llamó―, ¿Podríamos salira ver la nieve?
Yoongi sintió su corazón derretirse por lo adorable que era aquel chico.
―Primero hay que lavarnos un poco ―dijo, viendo los restos de lo que habían hecho ayer, y vió a Tae hacer un mohín, rió de ternura―, ponte ropa, ve al baño y luego a la cocina, cambiaré las sábanas. ―añadió, aunque no se levantó hasta que el lindo culo del omega dejó de verse tras los pantalones del día anterior.
Había terminado de hacer la cama
cuando Taehyung salió del baño, Yoongi
llevaba puesto sólo los boxers y notó como el omega de quedaba viendo su
cuerpo un momento en su camino hacia
el baño.
Se lavó el cuerpo rápidamente con la
ducha, se vistió con la misma ropa que
ayer, y fue hasta la cocina, con toda
la intención de esforzarse un poco y
preparar unos omelettes para los dos.
Así que usando su minima habilidad
culinaria, añadió queso, jamón y algo
de cebolla y los llevó a la mesa cuando
estuvieron con una forma más o
menos decente, al mismo tiempo, había
preparado un café para él y un vaso de
leche con chocolate para Tae.
El omega sonrió encantado ante esa
atención, y agradeció y felicitó a Yoongi por el desayuno.
Al terminar de comer, dejaron lo que habían usado remojandose para
aprovechar que la nieve se había calmado para salir afuera.
―- Iremos a la terraza del edificio ―dijo
Yoongi, mientras sacaba ropa de abrigo
para los dos; suéters, buzos, un par de
guantes y su única bufanda que fue para
Taehyung― Nunca sube nadie, y menos si está nevando.
Tae asintió, colocándose uno de los
buzos, y ya bastante abrigado, con al
menos tres capas de ropa, necesitó ayuda de Yoongi para acomodar la bufanda alrededor de su cuello, ya que no podía levantar sus brazos del todo.
Yoongi estuvo listo un poco después,
colocándose su campera de abrigo y un
barbijo antes de salir, fijándose que no
había nadie en el pasillo, antes de tomar
la mano de Taehyung.
El omega se ruborizó ante eso, aunque
parecía que Yoongi lo había hecho de
forma inconsciente.
―Vamos a usar las escaleras, nadie pasa
por ellas tampoco ―dijo, doblando hacia
el fondo de otro pasillo, para comenzar a
subir las susodichas.
En todo el camino hasta la terraza,
Yoongi no soltó su mano, lo que hizo
que Tae tampoco dejará de sonreír.
No fue sino hasta que llegaron a la
terraza, que Yoongi lo soltó para abrir
la puerta hacia el exterior, que necesitó de ambas manos para abrir la puerta.
El viento frío y la brillante nieve blanca
hizo que ambos se cubrieran el rostro con el brazo por un segundo, luego, Yoongi miró a Taehyung antes de salir afuera.
El omega respiró hondo, inhalando todo
el aire posible, del exterior, a pesar de que su naricita se congeló por eso, disfrutó poder respirar aire nuevo.
Se arrodilló para tocar la nieve, suave,
recién caída, hundiendo sus manos con
facilidad, dejando los guantes en sus
bolsillos para sentir el frío directamente
sobre su piel.
Armó una bola y la arrojó hacia Yoongi, que se giró con lentitud, y expresión seria, alzó una ceja, en gesto desafiante.
Aunque sólo fue la primera bala de la
guerra, porque Yoongi no se contuvo en atacar.
Entre risas y golpes de nieve, corrieron
por toda la terraza para huir o lanzarle al otro.
Se arrojaron nieve hasta que no sintieron los dedos por el frío.
Tae sonrió, recuperando el aire, mirando al cielo, aún nublado, con ligeros copos de nieve que caían.
Yoongi no estaba seguro si el paisaje que Tae veía era tan lindo como lo que él estaba viendo en ese momento, su lindo omega sonriendo hacia el cielo con un par de copos blancos sobre su rostro, con la nariz y las mejillas enrojecidas por el frío.
A Taehyung no le tomnó mucho tiempo notar la mirada de Yoongi sobre él, y ese ligero brillo en los ojos del chico, el mismo que había visto durante la noche.
No pudo evitar reír un poco al recordarlo, con felicidad.
―Yoongi hyung. ―la voz de Tae
sonaba tímida, el nombrado sólo hizo
un sonido afirmativo para que hablara―, ¿Podría... quedarse quieto?
Ante la pregunta el otro ladeó un poco la
cabeza, confundido.
El omega estaba ruborizado, mas no era
por el frío, se acercó a él lentamente,
el mundo estaba en silencio y sólo se
escuchaban sus pasos sobre la nieve y sus respiraciones.
Yoongi se resistió a comenzar a retroceder cuando notó que la distancia
entre ambos estaba siendo acortada en
demasía por Taehyung.
Al guedar frente a frente se detuyo
momento, preguntándose qué estaba
haciendo.
Pero su duda no duró mucho cuando
pasó su vista de los ojos de Yoongi, que estaban un poco más abiertos de lo
normal, descendiendo hacia el barbijo
que cubría su nariz y boca.
Yoongi vió todo en cámara lenta, las manos pequeñas y adorablemente
gorditas que subieron hacia su rostro,
acariciando sus mejillas con unos dedos
congelados, conforme iba bajando la
mascarilla, deteniéndose un momento
bajo su mandíbula cuando Tae se detuvo a ver sus labios.
Vió el rostro de Taehyung inclinarse sobre él, rozando sus narices, los ojos oscuros del omega subieron de nuevo a los de Yoongi, con el ceñio algo fruncido en una expresión como si pidiera permiso para lo que iba a hacer, con su respiración chocando contra los labios del otro, llevando una corriente eléctrica recorrer el cuerpo del pelinegro.
Yoongi seguía sin moverse, lo que hizo
que Taehyung continuara.
Lo vió cerrar los ojos, y separar
ligeramente los labios a tiempo que
eliminaba la distancia entre ellos.
Apoyando sus carnosos labios contra los
de Yoongi un momento, con apenas un
movimiento, suave, casi imperceptible,
separó de él.
Fue apenas un beso, apenas un dulce,
tímido y tierno roce.
Yoongi no pudo decir nada.
Al ver como su alfa no reaccionaba, como había bajado la mirada al suelo,
apretando sus labios, Tae no pudo evitar sentir que había hecho mal.
―L-lo siento ―se apuró a hablar―, no debí, hyung-
Al escuchar cómo hablaba con vergüenza, Yoongi alzó el rostro para mirarlo, sin expresión alguna, lo que hizo que el omega no pudiera seguir hablando.
Taehyung sintió los ojos aguados y quiso salir corriendo de allí, bajó la vista y volteó ligeramente el rostro para no mirarlo.
Unas manos acunaron su rostro,
alzandolo para mirar a Yoongi , al ver
una pequeña sonrisa en él, cariñosa y algo tímida, Tae se sintió un poco mejor.
Pero al sentir los labios de Yoongi sobre
los suyos lo hizo olvidar esa sensación
penosa que había quedado en su pecho.
El beso lo había tomado por sorpresa,
que le tomó un par de segundos terminar de caer en lo que estaba pasando para cerrar los ojos y dejarse llevar por las sensaciones del beso, sonriendo bajo los labios de su alfa.
Siendo cada tacto, el cómno la nariz del
otro se hundía ligeramente entre su
mejilla y nariz, al igual que la suya en
Yoongi, como las manos, un poco más calientes que antes por estar guardadas en los bolsillos de la campera, aunque con ellas sintió la diferencia de temperatura con sus enrojecidas mejillas, sostenían su rostro por los lados, con delicadeza y cariño, y el cómo los labios del mayor se movían con ternura sobre los suyos, recorriendo toda su carnosidad lentamente.
Jadeó cuando la lengua de su hyung lamió sus labios, antes de entrar en su boca con cariño, permitiendo que él hágalo mismo con la de Yoongi, recorriendo todo, haciendo al beso húmedo.
Yoongi se permitió morder un poco,
apenas jalar, el labio inferior de Tae al
separarse, dejando a ambos tomar aire
varias veces, con las frentes juntas y los corazones acelerados.
Yoongi sonrió, en grande, mostrando
sus tiernas encías y arrugando ligeramente su nariz, una sonrisa infinitamente adorable que fue sólo para Taehyung, quien respondió de la
misma forma.
Yoongi acarició las mejillas abultadas
del omega, que estaban calientes por el
rubor.
―Yoongi hyung ―lo llamó Tae,
hablando bajo, recibió un "ajam" apenas
entendible como respuesta― ¿Por...
porqué no quiso besarme así anoche?
Yoongi detuvo sus caricias con esa
pregunta, en aquel tono penoso, miró a
Taehyung a los ojos y sonrió un poco.
―Quería que nuestro primer beso sea un poco más especial. ―dijo― Pensé en besarte en ese momentoo, pero no quería que fuera así... Buscaba algo más especial, que no sea sólo por la... situación en la que estábamos, no quería que pensaras que besaba sólo por sexo... Te quiero más que por eso, y quería... Que nuestro primer beso sea especial por sí mismo.
Taehyung sonrió.
―¿Cómo un beso en una terraza que debe ser la mugre bajo toda esta nieve?
Yoongi rió un poco.
-―Exactamente. ―dijo, y luego sonrió con confianza― Pero si lo que tú quieres es que te folle con mis besos, eso puedo
arreglarse.
Taehyung bajó el rostro con algo de
vergüenza, estaba claro que ambos
habían disfrutado lo que habían hecho.
Y querían más.
―Arreglemos eso, entonces. ―dijo, con
seguridad, haciendo sonreír a Yoongi.
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