1.Pino y citricos

El frío ingresaba a través de las huecos de la vieja casa que sus padres le habían dejado, no había podido repararla porque la gente del pueblo se aseguraba de que su vivienda estuviera en las peores condiciones, y tampoco podía abandonarla porque era lo único que sus padres le habían dejado además de la desgracia de su género.

Aún con los huesos tiritando por el frío y con las cobijas desgastadas se perdió entre el mundo de los sueños, donde el había nacido beta, los betas podrían ser quienes quisieran, conquistadores, arquitectos, ingenieros, panaderos, costureros o lo que se les cruce por la cabeza. A diferencia de Alfas que eran exclusivos para grandes cargos, generales, comandantes, jueces, reyes u cualquier otro oficio de renombre y luego omegas que eran incubadoras y amas de casa. Hasta estos últimos eran más privilegiados que un Delta.

Un asqueroso y pequeño delta como decía la gente del pueblo cada vez que lo veían caminar por el pueblo llevando lo poco que cosechaba para pagar los impuestos y no ser vendido como un esclavo. Quien sabe hasta cuando la suerte estaría de su lado

*****

Louis Tomlinson Alpha Lupus, Heredero de la Corona de Inglaterra se encontraba en su habitación, soportando uno de los peores celos que haya podido experimentar. No podía saciar la necesidad que su cuerpo y alfa clamaba, cualquier omega que pasaba por su habitación era inmediatamente expulsada debido al aroma que estos desprendía.

No entendía que era lo que sucedía con su ser, nunca le había ocurrido algo así, y era extremadamente doloroso, no se explicaba porque su alfa rechazaba a cada hombre o mujer que pasara, no toleraba el aroma de estos y le pedía algo que no lograba comprender.

Incluso autocomplacerse no es efectivo, y esta perdiendo el control, es su alfa quien quiere salir a buscar. Y no sabe cuánto más podrá detenerlo.

Un gruñido se escucha en todo el pasillo, los guardias se estremecen. La calma se ve interrumpido en el gran castillo cuando un grito de furia se hace escuchar y luego cosas romperse y soldados gritando.

Es entonces cuando un lobo negro de cuatro metros se habré paso por los pasillos del castillo y todo aquel en su camino se habré paso ante tan majestuoso animal, que colérico emprende carrera hacia el pueblo. Los soldados que se encuentran montando guardia sobre las murallas ven como el Heredero de la Corona se va perdiendo entre el follaje del bosque en busca de quien sacie la necesidad de su alfa.

*****

El aire frío se cuela entre las hebras de su pelaje, la luna ilumina senderos en los huecos que los árboles dejan que ella atraviese, el silencio se hace a su paso y no puede dejar de correr buscando algo, y no sabe que. Su alfa es quien lo domina y corre sin descanso.

Es cuando llega a un claro del bosque y su alfa suelta un aullido, llamando a su pareja. Los pajarillos aún en la noche abandonan sus nidos y árboles ante el temor. No hay respuesta a su llamado, y un segundo aullido se abre paso en medio del bosque.

El silencio a su alrededor es abrumador y no hay respuesta. Su lobo cae rendido al no lograr llegar a su pareja. Sigue corriendo hasta cruzar un río y varios kilómetros más. Un tercer aullido de súplica se hace presente y solo se oyen ramas crujir ante aquellos animales que huyen de su presencia.

Rendido ante el rechazo, el alfa cae sobre el pasto y levanta la mirada a la luna con súplica. El dolor que el celo le causa, más la carrera han causado mella en su ser.

Y es cuando escucha un leve y apagado aullido, en ese momento el alfa mira a la luna y vuelve a aullar a su pareja, y la respuesta vuelve a ser débil. Su omega existe, su Alma gemela le está dando la posibilidad de encontrarlo, nuevamente toma carrera dejándose guiar por su instinto, pero esta vez no está tan lejos de su destino.

Una cabaña, al costado del río con una leve humareda saliendo de la chimenea se hace presente en medio del frondoso bosque, no es lo suficientemente grande para entrar en su forma de Lobo, así que cambia y vuelve a ser el mismo Louis Tomlinson.

El clima helado le da una sutil caricia a su desnudo y fornido cuerpo mientras a unos quince metros de el esta la cabaña de donde proviene el llamado de su omega. La apariencia descuidada de la cabaña, no le hace justicia a lo que es por dentro, limpia y ordenada. Si su omega vive aquí como puede sobrevivir con este frío.

El olor a leña quemada y a flores silvestres que desprende el ramo sobre la mesa le da un toque hogareño. Observando todo a su alrededor, huele el aire, pero no hay olor a omega, solo el de la cabaña y el bosque.

Vuelve a aullar esperando la respuesta de su pareja y es cuando a su espalda oye un gemido. Un nido pequeño se puede observar y un bulto envuelto en mantas en el medio.

El heredero se acerca lentamente al nido y es cuando el bulto gira y la luz de la luna que se cuela entre los agujeros del techo le deja apreciar el rostro del durmiente.

Un joven de suaves facciones, labios rellenos y rosados levemente abiertos por la posición en la que se encuentra. Piel blanca y tersa y unos rizos que han de ser magníficos de acariciar y sentir entre los dedos.

Louis se da cuenta que este pequeño ser no es un omega, no desprende olor, su alfa está calmado y le pide acercarse al pequeño que descansa. Lo ve temblar y removerse.

Es cuando el pequeño se levanta y con unos fósforos enciende el velero que está a unos pasos de su nido. El joven es menudo tal vez de 1.60 cm de altura, se ve adorable adormilado. Cuando gira en su dirección es cuando puede observar como sus ojos se abren y lo miran con sorpresa que luego con temor haciendo que el pequeño retroceda unos pasos.

-¿Quien es usted y que hace en mi casa? -pregunta con voz trémula.

La luz de la luna se cuela a través de los recovecos y deja apreciar el delgado cuerpo del joven. El viento que se hizo presentó apagó el velero dejándolos en penumbras y provocando escalofríos en el chiquillo.

-Mi nombre es Louis Tomlinson - dice el Heredero mientras se dirige hacia la puerta cerrando el paso al viento - Y estoy aquí por mi pareja -decia a medida que agarraba unos leños y los tiraba sobre las brazas de la chimenea para avivar el fuego y calentar un poco la cabaña.

-El heredero de la Corona-dijo con asombro, arrodillandose rápidamente bajando la mirada.

El hombre se paseaba desnudo a su alrededor mirando al joven beta arrodillado ante su presencia, detallando las curvas de su cuerpo cubierto por un pijama de una tela gruesa y caída. Viendo cómo el pequeño se abrazaba así mismo dándose calor se dio cuenta del pequeño detalle. En su mano izquierda estaba un brazalete de cobre.

Ante el, no se encontraba ningún beta mucho meno un omega. Lo que tenía ante el era un Delta, lo que su alfa pedía era un Delta.

Louis del asombro de su descubrimiento retrocedió unos pasos. Como es posible que su alfa se haya puesto apacible y atraído ante ese Delta, ante semejante mierda. Un gruñido salió de lo profundo de su garganta mientras veía como el joven temblaba de miedo.

-Levantate - dijo con su voz Alfa viendo cómo el chiquillo saltaba en su lugar y se ponía lentamente de pie.

Se acercó al pequeño tomándolo fuertemente del mentón, obligándolo a mirarlo. Louis vio como el pequeño temblaba y sus iris se expandian viéndolo fijamente. En un rápido movimiento lo besó, tomó sus labios con hambre sintiendo al lobo en su interior aullar de felicidad al sentir esos gruesos labios fundirse entre los suyos. Se separo bruscamente del niño, empujandolo al nido, el grito que soltó al caer sobre la suave superficie fue música para los oídos del alfa.

-¿Cual es tu nombre Ricitos? - pregunto Louis mirándolo fijamente a unos pasos del nido, viendo al chiquillo desviar la mirada de su desnudo cuerpo.

-Harry su majestad -dijo con voz baja -Harry Styles.

-¿Tus padres? -cuestiono el alfa al oír el apellido Styles, solo había una familia que llevaba ese apellido.

-Anne Styles Alfa y Des Styles beta - dijo lo último en un susurro.

El alfa vio fijamente al chiquillo con sorpresa. Era hijo de Anne Styles tercera heredera en línea directa al Reino de España. Ella había desaparecidos hace 20 años cuando el empezaba sus estudios. Era la prometida a su padre Mark Tomlinson luego de haber fallecido su amada madre Johanna. No sabe la historia solo sabe que desapareció de repente junto a uno de sus escoltas.

Aunque ahora no era momento de pensar en los orígenes de ese pequeño Delta. Su cuerpo empezaba a arder, su miembro se hallaba erecto y su cuerpo empezaba a crecer. Un Alpha lupus en todo su esplendor, uno en celo.

-Pequeña Florecita -Dijo Louis adentrándose al nido del pequeño -Mi alfa me pide poseerte -se acercaba al niño mientras este se orillaba en el nido, quedando atrapado debajo del gran Alfa.

-No su majestad -su voz salió en un susurro, mientras Louis besaba suavemente su cuello, encantado de no sentir molestia ante el olor de un omega.

-Harry tu no eres nadie para negarte a tu futuro rey -su voz salía entre gruñidos mientras las manos de Louis viajaban de arriba y abajo, a lo largo de las piernas del joven.

-Por favor, no me haga esto -finos hilos de lágrimas caían por sus mejillas mientras Louis lamia los caminos que estás formaban llevándose el líquido salado entre sus labios.

-te haré disfrutar mi bella Flor -comenzo a desatar el cordoncillo que mantenía el camisón adherido a su cuerpo.

-Mi señor, piedad, aún no estoy en edad de apareamiento - Louis bajaba el camisón y dejaba al descubierto el hombro y pecho de su pequeño tesoro.

-No importa, yo decido la edad y ahora tu calmaras a mi alfa -dio como veredicto besando al chico de forma lujurioso acomodándose entre sus piernas y simulando embestidas contra el pequeño.

Los sollozos fueron silenciosos mientras el Alfa, besaba el pecho lampiño y suave, succionando y dejando huellas de que el es dueño de ese cuerpo, gemidos suaves y quedos departe del niño se escuchaba en la cabaña.

Los labios de Louis se apoderaron de sus pezones, succionando fuerte y luego suave, dando pequeños lametones. Iba a gozar del cuerpo de este hermoso y maldito ser. Sus manos recorrieron la cintura del niño y luego se extendieron a sus muslos, Louis fue bajando poco a poco el recorrido de sus besos al miembro del pequeño, que a pesar de negarse estaba excitado. Louis tomó el pequeño miembro en su mano, aún el niño no maduraba y estaba experimentando por primera vez el placer del sexo. Inicio un masaje sobre el miembro del niño de arriba y abajo, obligándolo a sentir placer, a soltar gemidos y suspiros.

Louis miró fijamente al chico debajo suyo, era increíblemente bello. Cuando escuchaba la palabra delta a su imagen venia la imagen de un hombre repugnante feo y sin gracia. Este chico en cambio era más bello que un omega, incluso las curvas que no pudo apreciar en su totalidad con el camisón puesto, ahora era más visible en toda su desnudez. Era sublime y pecaminoso.

Los labios de Louis rodearon el glande del pequeño otorgándole un placer que ni debería obtener de su Futuro Rey, era Harry quien debería darle toda esa atención, pero su alfa estaba en un trance nebuloso de excitación y quería ver al Delta gemir para el.

La lengua de Louis se enredaba alrededor del pene de Harry, causando que su espalda se arqueara y levantara levemente sus caderas, era extraña la sensación que experimentaba, el calor de Louis iba subiendo y su aroma a bosques helados y caminos de naranjos lo envolvía. Su cuerpo comenzaba a reaccionar de una forma desconocida, sentía algo escurrir entre sus piernas mientras que sentía las manos de Louis sujetar y mantener sus piernas separadas.

De un momento a otro un agudo gemido rompe el silencio de la cabaña y un joven de rizos trata de recuperar el aire perdido en el proceso, el como de los labios de Louis escurre un fino hilo de líquido blanco, como lo traga y una leve sonrisa aparece en sus labios. Ve como Louis se levanta y lo mira fijamente y se va acomodando entre sus piernas, frotando su miembro contra el suyo tratando de hacerle reaccionar de nuevo. Harry desvía la mirada del alfa a su miembro y un ligero temor se forma en su ser. Es largo y grueso, el miedo es visible en su rostro, en como mueve la cabeza negando y las lágrimas se abren paso por su mejilla.

Como el calor del alfa le otorga calidez y lo sumerge en el poso de la lujuria aunque el Delta se niegue, algo dentro de él se deja dominar por el Alfa que está entre sus piernas, gozando de su aroma que se impregna en toda su piel, otorgándole un aroma a pertenencia a algo que ya no puede ser tomado por otros.

-No por favor -susurra casi con resignación el Delta, mientras las cálidas manos envuelven su rostro, mientras sus labios se unen en un suave beso. Entonces Louis se separa levemente del joven.

-Harry, esto va a pasar ya resignate -los dedos de Louis se dirigen a la entrada del niño - ahora serás mío.

Louis se percató de la leve humedad que desprendía el pequeño, no era en nada similar a un omega, que escurría lubricante al solo oler a un alfa en celo. No, su pequeño Harry era una joya que había encontrado en medio de un paraíso como en los cuentos de hadas.

Obligo a Harry a humedecer sus dedos, viendo cómo esa lengua se colaba entre ellos y como sus ojos se cerraban fuertemente mientras el primer dedo, penetraba su cavidad, el como lamia las lágrimas del Delta tratando de calmarlo y dejando besos en su cuello y mandíbula. Dos dedos se encontraban en su interior expandiendo la entrada que albergaría como un segundo hogar a su miembro. Ya su alfa estaba gruñendo, estaba deseoso de ese cuerpo ya no podría esperar mas

Se posicionó en medio de las piernas del joven, con una de sus manos levantó su caderas y con la otra ayudó a su miembro a dirigirse al orificio del joven Delta, un sollozo fuerte escapó del joven antes de que el alfa empujara lentamente su miembro en su interior. Un gemido de dolor inundo el ambiente, mientras el alfa besaba al delta tratando de calmar su llanto apegando sus pechos, mientras el alfa seguía empujandose. El Delta empezó a removerse inquietó y adolorido, el llanto se hizo presente y el alfa lo sujetaba más fuerte contra su cuerpo, dando un último empuje, quedando totalmente enterrado en el cuerpo de Harry, sus manos en el hombro del alfa, causaron heridas con sus uñas. El grito ahogado de Harry se hizo hueco entre los gruñidos y gemidos de placer de Louis.

-Alfaaa detente... por favor -lagrimas que no tenían fin, caían sobre los hombros de Louis, mientras este lo sujetaba a su cuerpo, para que no se separara. -Louis me haces daño, me duele.

Los ojos de Louis se conectan con los de Harry, un azul eléctrico profundo y centelleantes contra los verdes, opacos y tristes. El alfa de Louis aullaba de dolor al causarle daño a esa criatura, pero no podía parar, ya se habían unido y estaba allí besando a la pobre criatura para que calmara su llanto, acariciando su espalda y caderas para distraerlo del dolor.

El primer empuje de Louis, arrancó más lágrimas y sollozos de Harry, este arañaba la espalda del alfa mientras se deshacía en suspiros. Varios "No" se escaparon de sus labios durante el coito, las caderas de Louis se movían lento, pero las penetraciones eran duras y certeras, levemente entre sollozos se oían gemidos de Harry. Louis podría destrozarlo y olvidarse de quién era, dejarse llevar por el instinto salvaje, pero no, su alfa le pedía tratar lo más delicado posible que se podía. No podía hacer nada con el dolor que le causaba, pero podría darle placer a cambio.

Louis empujaba e intercambiaba besos con el delta, que a duras penas correspondía. El choque de sus caderas se intensificó, los gemidos de Harry complacian a su alfa, quien anhelaba al delta como compañero. Sus Dientes empezaron a crecer, su alfa gruñia entre la bruma del placer y la posesión.

Harry, como un muñeco recibía todo lo que el alfa quería darle, nada podía hacer, su cuerpo dolía de muchas formas, pero lo que más dolía era saber que la gente del pueblo tenía razón, que el solo sería utilizado para dar placer a otros, que a nadie le importaría su opinión. Ahora era el futuro Rey de Inglaterra quien se había aprovechado de su debilidad y su poder, arrebatandole su pureza.

Louis succionaba su cuello dejando marcas moradas empujandose con más dureza, se separo un poco del cuerpo de Harry sin dejar de embestir y tomó entre sus manos el rostro del niño, las lágrimas ya se habían secado y los surcos que habían formado brillaban con la luz de la luna.

-Escuchame Harry, voy a anudarte y a reclamarle como mío -sollozo de dolor, mientras miraba los ojos del Alfa -Seras mío y te irás a vivir conmigo.

-No por favor, detente no me hagas más daño -Rogaba entre espasmos de dolor.

-Voy a anudarte Harry - gruño fuertemente mientras sus colmillos salían a relucir en su dentadura.

Harry lo vio con miedo, intento moverse pero sintió como algo crecía en su entrada, con terror miró fijamente al Alfa, quien tenía gotas de sudor deslizándose por su frente y cuerpo. Los gruñidos y gemidos se volvieron más salvajes y los embistes perdieron la lentitud y se volvió más frenético, el dolor se acentuaba, el placer se perdió y no sabía cuánto más podría soportar, entonces lo sintió, como el alfa crecía en su interior, dando paso al nudo. El grito de dolor y llanto se escuchó en todo el bosque, los pequeños animales huían del miedo. El alfa empezó a llenarlo mientras sus embistes perdían fuerza y el nudo, que lo destrozaba, entonces sintió los dientes del alfa en su cuello atravesando su piel, marcando su piel con su dentada alfa lupus. Sintiendo como iba perdiendo el conocimiento en medio de la bruma lujuriosa del Alfa y anhelando que todo haya sido una pesadilla.

Louis nunca se había sentido tan pleno, este niño era la gloria en comparación a otros omegas, era delicado y ominoso a la vez. Lo deseaba a pesar de su género y ahora era suyo, separo sus dientes del cuello y se alejó del niño, a quien había aprisionado entre sus brazos, viéndolo caer desplomado en el nido. Esto fue demasiado para su pequeño cuerpo, pero el se encargaría de que se adapte a el y pueda ser la mejor pareja de un alfa como el.

Lo vio inconsciente, apreciando las marcas de pertenencia, la mordida que estaba en su cuello sería hermosa. Pero de repente algo hacía clic en su mente, no sentía lo que las parejas enlazadas decían experimentar, su alfa estaba inquieto. Su lazo no estaba formándose y mucho menos sentía más unión a ese pequeño ser. En medio de la neblina de la confusión y el enojo, su nudo había bajado, pudiendo al fin separarse de su pequeña joya, se acostó junto al niño apegando a su cuerpo brindándole el calor que en esta fría noche necesitaría, arropandolo con las mantas con la que lo había hallado. El calor que le transmitía y la seguridad que su alfa gustoso daría y que le sería otorgado todos los días de su vida desde este momento. Mañana se cuestionara los acontecimientos de esta helada noche, por el momento adorará entre sueños a su pequeño Delta.

-Mi pequeña flor... Harry, te protegere y te cuidaré a partir de ahora.

Con una promesa de su alfa, Louis al fin pudo descansar y el dolor de su ser y los malestares del celo llegaron a su fin.

Todo tiene un porque y para que en el transcurso de esta historia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top