03.

Soy Lee Donghyuck.

— ¿Te encuentras bien? — El tono preocupado del chico sobre la cama sólo hizo que Mark se molestara más.

— ¿Que si estoy bien? ¿Quién mierda eres para-? — Mark se calló de golpe al ver los ojos del chico asomándose sobre el borde de la cama, de un marrón cálido.

Los mismos ojitos que lo habían mirado antes de ir a ducharse.

De repente se sintió totalmente apaciguado, como si esa mirada lo hubiera tranquilizado con algún tipo de magia.

— Eres el cachorro — La afirmación sonó casi un susurro desde los labios de Mark.

Vio el collar alrededor del cuello del chico, se levantó adolorido para ver el torso desnudo del rubio, con la parte inferior cubierta por las sábanas.

Se detuvo, intentando desviar la vista lo más posible de aquel abdomen adorable apenas marcado.

— ¿No tienes ropa?

El chico rubio pareció buscar señales de alguna prenda en su cuerpo, hasta alzó las sábanas para mirar su parte inferior.

— Nop — Sonrío de manera inocente a Mark, quien se preguntó si no le estaba tomando el pelo.

Mark fué hacia su armario para sacar otro par de calzoncillos, sin encontrar otra remera que el chico pueda usar, tomó un suéter grande de color negro y le alcanzó ambas prendas.

— ¿Quién eres? — Le preguntó Mark mientras veía al rubio colocarse su ropa interior bajo las sábanas.

— Sabía que eras un colgado, pero no me esperaba tanto — Dijo, antes de colocarse el suéter, ese comentario hizo que Mark frunciera el ceño.

— Responde la pregunta — Dijo sin ganas.

— Soy Lee Donghyuck.

Mark se quedó en silencio, procesando que Lee Donghyuck estaba en su cama.

— ¿El omega cambiaformas? — Donghyuck habló al ver que Mark no reaccionaba.

— Sé quién es Lee Donghyuck — Dijo de forma tosca —. Lo que no sé es por qué estás en mi casa.

Donghyuck lo miró con ojos penosos, pero por más que la mirada hizo efecto en el corazón de Mark, no cambió su expresión dura; hasta que el chico suspiró y habló sin ganas:

— Me escapé de mis guardias, y por lo tanto de mi familia, y te seguí hasta encontrarte.

No había sido precisamente así, y ambos lo sabían, pero simplificando las cosas, era verdad.

— ¿Me seguiste? — Mark alzó una ceja.

Donghyuck sólo asintió.

— Disculpa, pero lo que yo recuerdo es encontrar un cachorro luego de correr como un kilómetro — Mark suspiró con cansancio, de solo decirlo ya se agotaba.

Donghyuck frunció los labios en un gesto adorable.

— Pues... Sí es un poco más complicado que eso — Miró a Mark, con expresión de que no quería hablar —, es una larga historia...

— La noche es larga, Donghyuck.

El rubio apoyó su mejilla en su puño, Mark notó los redondeados mofletes del chico.

— Como sabes, soy el omega más deseado del montón, por eso de ser el primer cambiaformas luego de muchas, muchas décadas.

>>Mis padres, entre otras personas de poder, creen que eso está en mis genes, y quieren juntarme con un alfa de linaje puro para que halla más niños lobito corriendo por estas tierras — Donghyuck movió su mano para simular un animal corriendo.

>>O sea, tengo varios pretendientes que no me interesan. Iba de camino para la casa de uno de ellos, cuando sentí tu olor — Señaló a Mark, y este se sintió completamente confundido.

>>Lo siento desde hace bastante tiempo, pero hoy fue más fuerte, así que me decidí y salté de la camioneta.

>>En forma de lobo corrí, mientras te llamaba, hasta que me escondí y me encontraste.

Donghyuck se encogió de hombros al terminar su relato, como si fuera algo obvio o que no tenía mucha importancia.

Mark soltó una carcajada luego de unos segundos en silencio.

— Lamento informarte, Donghyuck — Mark tenía una expresión de decepción en el rostro—, que yo no tengo olor.

Donghyuck frunció el ceño, esta vez el confundido era él.

— Pero puedo notarlo perfectamente... — Dijo por lo bajo, luego asintió como si hubiera comprendido un problema matemático—. Ya entiendo, es porque estamos predestinados, por eso puedo sentir tu- — Se detuvo cuando las risas de Mark fueron más elevadas que su tono de voz.

Donghyuck lo miró con enojo, cruzándose de brazos hasta que Mark dejó de reírse, secándose una lágrima habló:

— Creía que ya no había idiotas creyendo en eso de los predestinados.

— Tal como la gente no creía que hubiera cambiaformas — Replicó Donghyuck de mala gana.

Mark pensó que el chico era un omega contestón, pero no dijo nada.

— Mira, no creo en esa porquería de los predestinados — Dijo Mark, con una mano en el pecho —, nada de eso del hilo rojo del destino, ni esas cursilerías de uno ser la luna y el otro lobo.

Donghyuck tenía el ceño fruncido y los labios en un mohín, en un gesto de enojo adorable.

— Café y pino — Dijo Donghyuck simplemente, haciendo que Mark se quedara sin poder hablar.

Sabía perfectamente a qué se refería el muchacho, pero hacía mucho tiempo que nadie reconocía, o siquiera sentía, su olor.

— Puedo notarlo, perfectamente — Repitió Donghyuck, esta vez con total seguridad.

Mark no tenía nada para decir.

— Y además, yo te llamé — Continuó hablando Donghyuck —, y tú lobo me escuchó, tú me escuchaste. ¿Eso no es una prueba de que ya estamos conectados?

Mark se esforzó en salir de su trance y sólo se encogió de hombros.

— Yo escuché a un animal llorar y seguí el ruido, fuerte y claro.

— Lo escuchaste en tu interior.

— Lo escuché con mis oídos.

Donghyuck pensó que Mark era sumamente terco.

— Me estaban buscando, ¿Tú crees que haría algún ruido en voz alta?

Mark no dijo nada.

— Mi lobo habló a tu lobo, yo hablé contigo, desde adentro — Donghyuck colocó una mano en el pecho de Mark, este notó que se veían suaves por más que la manga del suéter las cubría —, porque estamos conectados, estamos predestinados a estarlo.

Mark miró a los ojos de Donghyuck, sin decir nada, hasta que quiso cambiar de tema para deshacerse del silencio, señaló el collar del chico.

Donghyuck llevó sus manos hacia su cuello, palpando el grueso collar.

— Mis padres me obligan a llevarlo, no querían que ningún pretendiente se sobrepasara y me mordiera — Llevó una mano hacia su nuca —, y como saben que me incomoda, no me han dicho la contraseña...

Mark asintió.

— Como que eres un hijo único muy protegido. Guardias, collar...

— No soy hijo único — Donghyuck casi parecía ofendido —, ¿En verdad has visto alguna noticia sobre mí? Soy el menor de los Lee, Lee Minho y Lee Mingyu son mis hermanos mayores. Seguro escuchaste de ellos.

Mark permaneció en silencio hasta que Donghyuck se dió cuenta qué pasaba.

— No tienes ni puta idea de quiénes son — Dijo, a lo que Mark asintió —. ¿Vives bajo una una piedra? ¿No conoces a los Lee, ambos grandes alfas, exitosos actores, modelos y idols?

— Estudio medicina, Donghyuck, duermo y leo, no tengo tiempo para ver-.

— Solo soy especial para mi familia porque soy cambiaformas — Donghyuck lo interrumpió, en tono triste.

Mark no pudo evitar mirarlo con algo de pena.

— Me tratan así — Señaló su collar —, desde que me vieron como lobo.

Mark no tenía nada para decir al respecto, miró el reloj sobre el escritorio, que marcaba la aguja pequeña en las once y la grande en las nueve.

Luego se volteó hacia su cama, que era individual y estaba siendo ocupada por ese omega.

Se volteó hacia su closet, de donde sacó una frazada, se acomodó en el suelo junto a la cama y se envolvió completamente.

Donghyuck lo miró curioso desde la cama.

— ¿Quieres que te dé tu cama? No es justo que duermas en el-.

— No — Mark habló de forma seca, y Donghyuck cerró la boca.

Volteándose para dormir, Donghyuck decidió no hablar más e intentar descansar; aunque por dentro estaba sumamente feliz de haber escapado de su familia y estar en la casa de su predestinado.

En el suelo, Mark pensaba en que quizás Donghyuck podía volver a despertar a su lobo, aquel que había perdido junto con su posición de alfa.

Acostumbrado a su vida de falso beta, no sabía qué iba a pasar si volvía a ser un alfa.

Ambos, uno de felicidad y el otro de inquietudes no durmieron en toda la noche pero fingieron hacerlo.

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