03: Propuesta

Yeonjun sonrió suavemente, acostumbrado al lenguaje sucio que Beomgyu tenía, pero también entendiendo por completo su reacción. No lo esperaba, y es por ello que estaba con esa ropa que no deja nada a la imaginación, pero de igual forma, si le hubiese avisado no podría disfrutar de tal espectáculo.

Y es que las tetas de Beomgyu son preciosas, Yeonjun las ha visto repetidas veces, la mayoría Beomgyu no se da cuenta, pero para Yeonjun es normal, ver sus tetas duras y grandes, con ese lunar cerca del pezón pequeño, hay pecas alrededor de ambas, y se ven suaves, bonitas.

Beomgyu lo miró con las mejillas encendidas, se cubrió el pecho pareciendo avergonzado por la escena. Pero Yeonjun sólo estaba complacido.

—¿Interrumpo algo? —preguntó alzando la ceja, pensando que tal vez el imbécil de Soobin estaba presente, ya que podía oler feromonas fuertes proviniendo de Beomgyu, parecía que acababa de hacer algo sexual.

Y ciertamente, después de la última vez en donde Soobin salió vivo de milagro, no quiere volver a verlo.

Porque había estado tomando el té con Beomgyu, Soobin estaba furioso cuando llegó y lo vio, y desquitó su furia con Beomgyu, las cosas llegaron tan lejos mientras Yeonjun guardaba silencio para no ocasionar problemas, pero Soobin se atrevió a tomar a Beomgyu del rostro con rudeza, haciendo que el omega se queje de dolor y lo mirará con miedo.

Eso fue suficiente para que Yeonjun se levantará y le diera un puñetazo que lo mandó a volar; próximamente le siguieron las patadas y Soobin trató de defenderse, pero fue inútil. Terminó mal herido, con fracturas y todo morado. Desde entonces han transcurrido cuatro meses y no se han vuelto a ver, lo que es mejor para Yeonjun que sólo quiere asesinarlo cada vez que lo ve.

—Por supuesto que no. —Beomgyu lo miró con el ceño fruncido, suponiendo a lo que se refería, jadeo sonrojado —No, Soobin tampoco está, se fue a un viaje de negocios hace dos semanas.

—Bueno. —Yeonjun asintió y señaló la maleta que tenía al lado de los pies. Bajó y la tomó con sus manos —Te traje regalos del extranjero. Son ropas que estoy seguro que se te verán muy bien.—Sonrió mostrando lo que había en su otra mano —Aunque también hay comida y oh, un cactus con flores.

Se lo extendió y Beomgyu sonrió tomándolo, 

—¡Es muy bonito! —Exclamó mirando el cactus, entonces volvió a cubrir su pecho y retrocedió abriendo la puerta —Dios, pasa adelante, solo déjame ponerme una bata.

Yeonjun asintió y entró cerrando la puerta detrás de sí.

—No me importaría si decides andar así. —Susurró por lo bajo, observando el trasero rechoncho de Beomgyu moverse con cada paso que daba, además, el short era tan corto que apretaba todo el exquisito trasero del omega y eso solo lo hizo lamerse los labios.

Cuánto le encantaría hundir su lengua en ese trasero gordo, luego su polla hasta hacerlo correrse y escurrir por los muslos.

Choi se quitó la chaqueta de cuero, descubriendo sus brazos gruesos llenos de masa muscular y tatuajes, uno de ellos estaba cubierto por completo y el otro estaba vacío, solo tenía la mano llena de tatuajes pequeños.

Eran muchos tatuajes que lo hacían ver como un criminal y mucho más en su trabajo, aunque ya nadie le toma importancia porque ha demostrado que su apariencia no tiene nada que ver con su inteligencia y potencial.

Su cabello plateado también deja mucho que desear, pero poco le importa cuando logra verse tan bien de aquella forma.

Yeonjun tomó asiento en el sofá de la sala, frunció el ceño oliendo "algo", juraría que huele a feromonas sexuales, pero sin Soobin aquí...El alfa acabó por sonreír con coquetería, dándose cuenta entonces del fuerte aroma a feromonas de cereza, era tan fuerte que su nariz pico por la dulzura en el aire.

Pero después de todo se dio cuenta de que, es el aroma de un omega en celo. Un omega en celo que estuvo jugando consigo mismo.

Llegó justo a tiempo.

—Te serviré un poco de té. —Beomgyu informó, poniéndose la bata a juego con su ropa, cubría su pecho, pero sus piernas y muslos seguían a su vista y Yeonjun estaba deleitado.

Cuánto le gustaría que Beomgyu envuelva esos mismos muslos en su cintura, o en su cabeza, como él lo prefiera.

—Gracias. —Yeonjun asintió ante el ofrecimiento, feliz.

Beomgyu asintió y se movió por el lugar, aprovechó en la cocina para lavarse las manos que no dejaban de temblar, sus piernas eran gelatina porque después de todo, Yeonjun es un Alfa y sentir sus feromonas en un momento como ese es un poco...problemático.

Yeonjun mientras tanto, no dejaba de lamerse los labios, suspirando y girando la cabeza de un lado a otro. Porque no importa si estuvo con algún omega en la semana para desahogarse de tanto estrés, ver a Beomgyu siempre logra ponérsela.

Y es que no se trata de cualquier omega. Porque Yeonjun le dedicó su primer orgasmo, es algo profundo, como su primer amor, el primer omega al que deseó para sí.

Lo mejor es que con los años no ha perdido su belleza, de hecho se ve más hermoso que antes.

Hubo un tiempo en donde engordó por las medicinas que bebía para quedar encinta, tenía los muslos flojos y grandes, el trasero gelatinoso, los senos grandes y cachetes preciosos, pero Yeonjun sólo lo amaba más, deseaba besarlo y comérselo, le encantaba. Soobin lo discriminaba, pero Yeonjun se encargaba de hacerle saber que era precioso.

Ahora que ha adelgazado y reafirmado una figura con más curvas, músculos y delgada por el ejercicio, sigue siendo bello, Yeonjun lo ama de todas formas, lo adora y su deseo solo incrementa cada día.

El alfa esperó en la sala, con una pierna sobre la otra a que Beomgyu trajera su té favorito. Lo que sucedió pronto, porque trajo el té y a su lado, le sirvió una taza.

—¿Cómo has estado? —Yeonjun preguntó interesado, mirándolo con amabilidad. Beomgyu sonrió, sentándose a su lado, subiendo los pies al sillón y sentándose de lado para verlo.

—Bien, dentro de la palabra. —Se encogió de hombros — Ya sabes, no salgo de este lugar y puede que sea aburrido a veces, pero supongo que es lo que hay.

Yeonjun bebió lentamente del té, disfrutando de su sabor con la lengua. Internamente se dijo que cuando Beomgyu sea libre, le enseñará a vivir.

—¿Mi hermano te sigue dando problemas? —Cuestionó, sosteniendo la taza, Beomgyu negó con la cabeza, sonriendo y bebiendo de su propio té.

—Mmh, está molesto porque aún no quedó encinta. —Hizo una mueca con los labios  —Pero seriamente puede irse a la mierda, estoy cansado y definitivamente no estoy preparado para tener hijos. —negó —Así que esperaré a su regreso para que el divorcio venga, supongo que después de eso mi familia me va a desterrar y entonces estaré solo.

—Me ofendes. —Yeonjun siseo mirándolo mal —Sabes que siempre me tendrás aquí, yo nunca te dejaré solo.

Beomgyu parpadeo, percatandose entonces de lo que había dicho. Sonaba cómo si no tomase en cuenta a Yeonjun, aunque la realidad es otra. Tal vez es lo único que tiene.

—Hablé de manera precipitada, perdóname. —Beomgyu le sonrió dulcemente y Yeonjun le correspondió de inmediato.

Yeonjun es el único que conoce tan bien a Beomgyu, sabe todo lo que hay dentro de su cabeza porque Beomgyu no le oculta nada, a excepción de los golpes que Soobin le da porque sabe que de enterarse, Yeonjun enloquecera. Se guarda ese tipo de cosas para sí mismo más que nada porque no quiere tener problemas.

Pero en realidad, desde siempre, es Yeonjun quien puede ver al verdadero Beomgyu diciendo groserías, lo ha visto reír de verdad y maldecir a su esposo, lo que es un total placer para Choi, quien odia por completo al inepto de su hermano.

Lo sigue odiando tanto.

Después de diez años, el objetivo de Yeonjun en lugar de desviarse, solo se ha intensificado. Ha vivido doce años enamorado de su cuñado, doce años que son la mitad de su vida, aunque las cosas no hayan salido como le gustaría, que Beomgyu esperara por él para ser su esposo, lo sigue amando y deseando mucho más que hace diez años.

Odia a Soobin porque es el único que tiene el privilegio de hacer suyo a Beomgyu, lo detesta por no valorar lo que tiene, por maltratar a su Beom. No sabe que tiene la perfección en sus manos y lo desprecia. Yeonjun siente su sangre hervir pensando que es el único que puede hacer suyo a Beomgyu, lo detesta.

En todos estos años, han sido más bien como amigos, se ven y hablan seguido, Yeonjun siempre lo considera y piensa en él, por supuesto que lo hace. Lo conoce de pies a cabeza, lo ama, por supuesto que lo conoce.

Beomgyu ha sido alguien valioso que siempre ha estado a su lado, capturó todo en sus manos, su corazón también está en sus manos. Yeonjun lo toma como su persona más especial.

Aunque Soobin odiaba que se juntara con Beomgyu y ya se habían peleado dos veces por el mismo tema, a Yeonjun no le importaba y seguía buscándolo, porque su hermano no será un impedimento, jamás lo será.

Vio a Beomgyu lucir miserable por toda la mierda que Soobin le hizo, lo vio parecer un robot y aparentando que las cosas estaban bien aunque no era así, él mismo se encargó de que Beomgyu despertará y aprendiera a sentir, a hacer y decir cosas sin miedo alguno, fue duro, pero después de tantos años, Beomgyu es capaz de decidir si quiere vivir solo y ser odiado por su familia, ahora puede buscar su felicidad.

Y en realidad, Yeonjun no piensa desaprovechar esa oportunidad. Es un hombre hecho y derecho, con un buen trabajo y dispuesto a darle a Beomgyu un excelente futuro a su lado, planea conquistarlo y hacerlo feliz. No va a detenerse.

Pero eso no significa que no lo desee. Porque mierda, no hay nada que no desee más que tener a Beomgyu en su cama, pidiendo por más y gimiendo su nombre, mirándolo con ojos llorosos de placer, suplicando por más con tiernos sonidos y lindos jadeos. Beomgyu es el amor de su vida, pero también el agua en un desierto que Yeonjun desea día y noche, lo desea tanto que ya no puede más.

Y hoy parece que esa oportunidad se hace presente. Hoy después de diez años. Porque Beomgyu está por entrar en celo, Yeonjun puede verlo perfectamente sudar, con las mejillas rojas y sus feromonas intensas por toda la casa. Además, por su aspecto al abrir la puerta, puede deducir con facilidad que estaba tocándose los senos y tal vez metiéndose los dedos antes de que llegará.

¿Cómo explicarle que él se muere por meterle los dedos hasta tocar su próstata? Meterle la lengua, la polla, los testículos e incluso su mano. Lo desea tanto, puede hacerlo gritar de placer, hacer que vea las estrellas y llegue al cielo con facilidad, él puede hacer todo.

Yeonjun se lamió los labios en esa posición, mirando las hermosas piernas de Beomgyu. Solo el infierno sabe cómo desea meterse entre sus piernas y hacerle ver las estrellas, tocar las nubes, volar y aterrizar durante horas seguidas.

Lo desea, lo ansía.

Y no piensa perder su oportunidad hoy. Por nada del mundo.

Hablaron de muchas cosas durante una hora seguida, poniéndose al día con el otro y demás. Estaban riendo felices y sentados juntos.

—Cuando te divorcies entonces, me gustaría llevarte a un viaje. —Yeonjun informó, bebiendo de su té.

—¿Viaje? —Beomgyu lo miró sorprendido, Yeonjun en cambio sonrió.

—El imbécil de Soobin no permite que te saque del país, sin contar que la última vez que lo intente nos agarramos a golpes. —Bufo, recordando aquella ocasión —Así que una vez que te divorcies, me gustaría llevarte a París.

Beomgyu jadeo sorprendido y asintió, poniéndose feliz al instante de oírlo, porque la idea sonaba espléndida. Ha estado en muchos países, estudió en París, pero jamás conoció el país o hizo turismo porque nunca tuvo el control de sí mismo.

Pero ahora es diferente. Todo es diferente.

—¡Me gustaría mucho!—Exclamó, haciendo sonreír al alfa —Si, quiero ir contigo.

—Entonces así será.

Beomgyu asintió y se encargó de servirles más té, con delicadeza.

—¿Has estado bien? —el omega cuestionó —No hemos hablado mucho por cartas, ¿has encontrado a alguien especial?

Yeonjun siseo, mirándolo mal y haciendo una mueca que hizo reír a Beomgyu.

—Sabes que eso no será así.—masculló —No me interesan esas cosas.

Beomgyu golpeó amistosamente su brazo, haciendo reír a Yeonjun, aunque con el tema no estaba para nada cómodo. Porque no le interesan otros omegas, solo le interesa Kang Beomgyu, siempre ha sido él.

—Eres un Alfa, de verdad, cuando tenías quince creí que tendrías muchos omegas detrás de ti. —Beomgyu le comento con comodidad.

Yeonjun negó con la cabeza.

—Los tengo, pero no me interesan. —Yeonjun informó, encogiéndose de hombros y acercándose a Beomgyu, que lo miró con una sonrisa de lado.

—¿Nada de nada?

Yeonjun se atrevió a estirar la mano para tocar la mejilla de Beomgyu, lentamente con sus dedos, el omega se inclinó hacia el toque cariñoso.

—¿Tú qué crees? —Susurró, acariciando entonces con su pulgar el labio inferior del omega que seguía sonriendo.

Beomgyu borró lentamente su sonrisa, cuando notó por primera, o bueno, cuando noto otra vez a Yeonjun siendo descarado, porque notó cuando bajó los ojos y miró directamente sus senos, eso sin duda hizo que un estremecimiento recorra su espalda con rudeza, porque no estaba preparado para enfrentar lo que venía suponiendo desde hace años.

Y quizá por eso mismo, fue que terminó por tragar pesado cuando Yeonjun subió la mirada y dejó de tocarle las mejillas. Con sigilo, sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo dio.

—La leche está traspasando tu ropa. —Yeonjun señaló, Beomgyu abrió sus ojos con sorpresa y miró sus pechos, notando que había humedad saliendo de la tela.

El omega jadeo cubriéndose rápidamente.

—¡Mierda! —maldijo, enrojecido de vergüenza, pasando saliva y respirando agitado.

Yeonjun sonrió de lado.

—No te preocupes. —Yeonjun le sonrió, dándole el pañuelo que Beomgyu tomó y presionó contra sus pechos, avergonzado y mirando hacia otro lado — Parece que el celo está por venir...¿Por qué no me dijiste que no viniera?

Beomgyu lo miró apenado y bajó la mirada, cubriendo sus senos con sus brazos.

—No quería cancelar tu visita por esto, supuse que bebiendo supresores podría dejarlo pasar. —se encogió de hombros, restándole importancia.

Yeonjun asintió, bebiendo el resto de su té y dejando la taza en la mesita.

—Tal vez sea momento de que hablemos.—sentenció, Beomgyu lo miró extrañado —Pero no como amigos, en realidad, me gustaría hablar de omega a alfa.

Beomgyu parpadeo confundido, sin entender o al menos, fungiendo un poco de demencia respecto al tema.

—¿D-De qué se trata?—susurró, Yeonjun se aclaró la garganta y lo miró con profunda seriedad a los ojos.

—Beomgyu, no hay que seguir fingiendo demencia, sé que sabes que mi descaro es únicamente contigo, no es parte de mi personalidad y tampoco lo hago con otros omegas. —informó, Beomgyu frunció el ceño —También sé que sabes que el imbécil de Soobin no está de vacaciones, él está con un amante suyo, su nombre es Huening Kai y posiblemente esté a punto de embarazarse, porque según mis investigadores, es un joven ambicioso.

Beomgyu sonrió un poco, encogiéndose de hombros, no le importa lo que Soobin haga, no significa nada.

—Está bien, me voy a divorciar de Soobin. —respondió sin más.

Yeonjun suspiró, mirando sus piernas y su cuerpo sin descaro.

—Ese imbécil nunca ha sido lo suficiente hombre como para satisfacer tus necesidades, pero yo...

—¿Tú qué? —Beomgyu lo cortó de inmediato, mirándolo con sorpresa, sus ojos abiertos mientras anticipaba algo.

El omega volvió a tomar el té y bebió un gran sorbo.

—Yo soy suficiente para ayudarte, ¿no te gustaría pasar tu celo conmigo? —Yeonjun cuestionó, estirando su mano para tocar su muslo con suavidad —Puedo ayudarte.

Fue cuando Beomgyu escupió el té, que se dio cuenta de que fue demasiado rápido.

Será que Yeyo sí la pone en el siguiente capítulo? 😲

Nos acercamos al final.

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