Oscuro
Muy oscuro
Demasiado oscuro...
Creo que falta una linterna por aquí

¿Cuánto tiempo llevo, aguantando?

Mi mente se nubla, mi razón se retuerce, veo todo en blanco y negro
¿Dónde están, las tonalidades grises?

Es tan raro, y esa no es la parte más rara de mi situación.

La parte más rara, es que eso es mi vida

Y yo elegí como vivirla.

[...]

//Escuchando el despertador marcando las 4 'a.m.' me quedo pensando un momento, sentado en mi cama como si meditara, al final es eso lo que hago todas las mañanas. Aunque a de decir que está se sentida diferente, no estoy seguro, nunca estoy seguro.

Es domingo, curioso, mi percepción del tiempo está demasiado alterada, pensé que aún era viernes, solo me queda 1 día para empezar la semana.

Semana, inicio de semana. Siento que es más un reinicio, un "volver a intentar" totalmente frustrante dónde te dejan en claro que estás atrapado en un bucle conciente con una cuenta regresiva de 7 días antes de, "volver a intentar".//

[...]

Acostado en su cama, se encontraba un hombre de aspecto un tanto demacrado, con claros indicios de fatiga, una edad avanzada tirando a los 60 años, una piel pálida y cabello oscuro, lo suficientemente oscuro para que sus canas sean visibles.
Vestido con una camisa holgada y unos pantalones para dormir, su mirada reflejaba varias cosas: confusión, angustia, cansancio, un posible malestar estomacal, aunque lo mas probable sea su cuerpo pidiendo alimento.

—(Que noche, creo que volví a escuchar llorar a los vecinos, es molesto, demasiado molesto)—

//Lo primero que hago todos los días es reflexionar a la orilla de mi cama, pensando como alguien de mi tipo termino en una cama matrimonial con 3 baños y solo usar el de mi cuarto, dejando los restantes, totalmente impecables, aunque ya sea raro recibir visitas.
No es como si usará el resto de baños, al menos me ahorro pagar 2 servicios extra de agua//

—Debo de comprar el desayuno, muero de hambre— Dicho aquello, solo se levantó de su cama, acomodándose unas sandalias baratas de alguna tienda de segunda mano y dirigiéndose al baño, su baño.

—Se me antojan unos cereales, quizás algo de café con leche, un jugo de naranja, realmente no lo sé...¿Un poco de carne? Tocino no suena mal— Este mismo procedió con encender el grifo del lavamanos y mojarse la cara, algo de jabón para empezar a lavarse las manos y, bueno, higiene básica.

//Es raro, nunca me preocupo por los domingos, pero siento que hoy es un día diferente, ¿Estoy olvidado algo?, no lo creo, deje todo listo para mañana desde hace días, o quizás el viernes deje todo preparado, no lo recuerdo ahora y no lo recordaré si no voy a revisar//

Bajando por las escaleras hacia la cocina, dirigió su vista a la refrigeradora, también de segunda mano, desprendía un olor fuerte y nauseabundo —Tal vez haya algo para comer, asi y me ahorro salir— Acercándose hacia el aparato, abrió la puerta y el olor acompañado de sobras, de comidas pasadas, se esparcía en el aire.

—Absolutamente nada...— "Nada" era decir poco, y no se que empobrece más la palabra "nada", realmente no había mucho que rescatar de su nevera, Salvo las ya mencionadas sobras de las cuales algunas desprendían aquel asqueroso olor.

//Perfecto, tengo que salir a comprar alimento que me sustente durante la siguiente semana, de hecho no quiero salir, pero no tengo muchas opciones, es eso o morir de hambre mientras me desayuno la cabeza de una hormiga...//

Tomó un abrigo largo, parecido a una bata que cubre gran parte de su cuerpo, se puso unas medias y una bufanda, no tenía ganas de cambiarse el pijama, así que algo sencillo debía de bastar para comprar víveres.

Pero si iba a salir de casa, no podía olvidar sus guantes, sea por temas de frío o no, nunca sale de casa sin ellos.
De hecho, sus guantes son lo único que parece más caro que el resto de sus prendas.

Agarró sus llaves, su billetera y salió de su hogar, no sin antes asegurarla con el cerrojo.

—Solo 90$ dólares, si, suficientes para hoy— Camino cerca de su cochera, levantando la puerta corrediza a mano, y ahí la vio, un hermoso escarabajo rojo tenue, con algunas abolladuras.

A sus propias palabras, era el auto de su padre, heredado a él hace mucho tiempo, su primer y único auto.
Solo lo saco afuera y cerró su puerta corrediza.

Con una acción tan sencilla sea abrir esas puertas oscura-rojiza o insertar la llave y prender el auto era suficiente;
Suficiente placer, suficiente calma.

El olor a cuero era encantador, las abolladuras le daban un sentimiento nostálgico, y tomar el volante entre sus guantes era espléndido como si conducir un formula 1 se tratase.

Irónico, un hombre que odia salir, ama los vehículos de salida.

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[6:46 a.m./ Domingo, clima apagado]. Pese a que no hacía tanto frío como uno pensaría, aquel hombre solo se mantuvo lo más abrigado posible manteniendo su calor corporal, apretando el volante con un fuerte agarre y viendo a todos lados desde su retrovisor, frente suyo o simplemente desviando la mirada a las ventanas.

No quiere atropellar a nadie
No quiere carne molida en su delante
Conducir con cuidado es bueno
Conducir con cautela siempre es bueno.
Conducir es conducir.

—Estoy cerca, por aquí, dijeron que había un Minimarket recién abierto, por lo menos está cerca de mi casa, eso me ahorra problemas— Mencionó mientras se veia en uno de los espejos de su auto.

Quizás y la razón principal por la que odia salir sea el hecho de alejarse de su casa, los recorridos largos no le angustian, pero llamar la atención le incomoda.

//"SuperMarker Sunflower"...que clase de nombre...//

Aparcó el escarabajo y bajo de él, salió del estacionamiento, y se dirijo al maletero del auto.
Pareciera que sacaría algo, pero apartó la mano y negó con la cabeza, no, no era necesario, no hoy

Si a este hombre le dieran un centavo por cada ves que debía sobrevivir a la semana con poco dinero, entonces no sufriría por este mismo problema.
Necesita solo lo más barato, sustentable, comestible, nada caducado.
Aunque la comida caducada la puede curar, o también comprar pan pasado y hacer budín.

Camino hacia la entrada, a un paso tranquilo pero rápido, el establecimiento era; complejo, pero no grande.
Si estómago ruge con ganas, y él ruge de hambre

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[7:15 a.m./ ambiente cálido].
Estuvo dando vueltas por todo el lugar, si resultó ser grande para su gusto pero al final el hambre gana por encima de la razón, y en vez de ir a una tienda de conveniencia se decidio por comprar carne de cerdo para desayunar.
Aprendió que, pese a su edad puede digerir muy bien las carnes rojas y son de las pocas cosas que satisfacen su viejo paladar. Claro, también compró algo de huevos, tomate, y naranjas.

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"Jaja, entonces serían unos 83.99$ señor ¿Necesita a alguien que lo ayude con la carne?"

—Gracias, pero; se cómo tratar con fibras y músculo—

"No es común ver a alguien de su...'calibre' llevar un cerdo entero"

—Creame, lo necesito, mi doctor me recomendó una dieta rica en carne roja— Recogiendo sus compras en una cesta, alejó su vista del mostrador dirigiéndose a la salida.

"Es una persona rara" era lo único que pensaba el chico que atendió al canoso, hace un momento lo veia pasar por las carnes congeladas, solo le llegaba una palabra a la mente cuando veia a aquel tipo con una cabeza de cerdo en su posesión
"Perturbador..."

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[7:48 a.m./ ambiente aún cálido].
La gente puede ver a un hombre con un cuchillo y es considerado sospechoso de ser un asesino en potencia.
La gente puede ver a un hombre con varios cuchillos y es considerado un vendedor de cuchillos.

Si aplicas está misma lógica, eres capaz de eludir cuántos; por no decir muchos; problemas. Y este hombre lo sabía bien
Entre estos, evitar sospechas al comprar productos varios que la carne de cerdo en si, aunque haya exagerado con la cabeza...

Casa, de 2 pisos, no recuerda como terminó heredando la casa o si realmente era heredada, la edad pega fuerte con el tiempo; valga la redundancia
De lo que si puede estar seguro, es que su última revisión estomacal fue hace 6 meses y lo último que le dijo su doctora fue "mastica con calma, Marshall".

Auto, al garaje
Garaje, cerrado

Llaves, en cerradura
Cerradura, abierta

Comestibles, en la mesa
Mesa, preparada

Carne, fresca y fileteada

Horno ¿Quien necesita? Quizás más tarde, lo único que queda es.

—Herramientas...— aunque las carnes estén cortadas, no lo están lo suficiente, los necesita más precisos.
Fijó su vista en la alacena, con un estante donde reposaba un afilador de cuchillos. Agarro de la alacena un par de cuchillos, machete, una navaja, también tenía un hacha algo oxidado, todo oxidado, pero no tan descuidados

Viendo en una parte, su herramienta favorita, un machete carnicero, especialista en cortes profundos pero casi perfectos cuando se trata de músculos, lo sabe muy bien. Demasiado bien.

—Es raro; aún es muy temprano para sacarte, pero tengo hambre, no te mentire-(acercando el machete al afilador, empezó a realizar movimientos en el filo de la herramienta)-por lo general comería un par de huevos, pero es domingo, soy un hombre viejo, entiéndeme— Aquel hombre mayor solo miraba la superficie de su arma, algo sucia, hablar con tu reflejo es de locos, hablar con tu reflejo sabiendo lo que es, normalmente es llamado soledad.

—Solo, quiero darme un lujo luego de 6 meses. No, no espero que me entiendas-(alejo el arma del afilador, dirigiéndose al cerdo que yacía en la mesa cubierta de un mantel para evitar accidentes)-es lo más parecido que tengo para comer, créeme...—

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[8:01 a.m./templado, tenue].
Aquellos dicen que un hombre es más peligroso con hambre, o simplemente es más desesperado cuando a buscar comida se debe. ¿A qué si, Marshall?...

Restos de carne en el suelo junto con algunos huesos, carne cruda, realmente seguía helada, el mantel se encontraba en el horno siendo calcinado y el machete se encontraba colgado en una cadena cerca del fregadero, escurriendo sangre dentro de este.

Marshall por otro lado, guardando las sobras dentro de su nevera junto al resto de sobras de quizás, anteriores desayunos. Quizás almuerzos.

En una de sus manos tenía la cabeza de cerdo sin la nariz y con la falta de una oreja, siendo colocado en la parte de arriba de la nevera junto a unas bolsas con el mismo tamaño de la cabeza, este solo las arrimo y dejo al cerdo bien colocado.

—Mañana, mañana es lunes, mañana se acaba— Se dijo a si para proceder a alejarse, mostrando que, debajo de su alfombra saco unos productos de limpieza para reorganizar su cocina

Es un asco.
¿Sabes que más es un asco?.
Comer carne Cruda.

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TanTan
(Osea fin)

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Dicen que la muerte reclama a sus mejores guerreros, por qué sigo aquí w?
Ya que, volví del paro, retraje la pata, recogí el balde, alchl no se que otro término usar, hagamos esto denuevo

¡EYAAAA GENTE! HEMOS VUELTO!!

ATTE: Doble D, abogado y
asociados.