[39]
Hans
He estado viviendo en una mentira. Todo tenía que ser perfecto, pero no es así. Es pura falacia que creó mi mente, está mal.
Arak se enojó con el engaño de las gemelas, yo no. ¿Y por qué? Asumí que era mi culpa, un estúpido cálculo. Aunque eso es imposible, no se puede controlar todo.
¿En qué estaba pensando? Una persona normal hubiera reaccionado distinto. Quizás como Arak, quizás como otro, pero no como yo lo hice.
Delilah chilla cuando tiro la copa con el coñac.
—¡¿Pero qué te pasa?! —grita—. ¡Loco!
Me levanto del sillón, desconecto cámaras, tiro papeles y empujo un mueble.
¡Qué frustración! ¡Estoy muy molesto, irritado!
Quiero gritar, pero no lo hago. Respiro con agitación y me refriego los ojos cuando mis lágrimas quieren escaparse.
Ese puñetazo de Arak no fue un golpe a mi físico, fue un golpe a mi realidad. Estaba tan equivocado y estarlo es frustrante.
—Hans, por todos los cielos, me asustas, detente —me pide.
Giro mi vista hacia ella y se sobresalta.
—¿Sabes qué es frustrante?
—¿Q...? ¿Qué? —consulta, nerviosa.
—Enojarse con uno mismo, eso es frustrante —respondo y asevero en el tema—. Es lo más frustrante —repito.
—¿Estás bien? —pregunta preocupada—. ¿Quieres un pañuelo?
—¡Nunca he estado mejor! —Alzo la voz—. ¡Ya entendí todo!
—¿Qué...? ¿Qué entendiste?
Suspiro.
—Lo equivocado que estaba.
—Oh, eso es bueno, hay que aprender de los errores —sugiere, la miro, enojado, así que se estremece—. Yo... yo... ¿Vas a pedirme disculpas entonces o estás hablando de otra cosa?
Bufo.
—Lo siento. —Mi mandíbula se tensa—. No debí haber jugado contigo, ni tampoco haber controlado las acciones de Dahlia.
—¿Hablas en serio? —Abre la puerta mi esposa, llegando—. ¿No estarás intentando manipular a mi hermana otra vez, no?
—Vinimos en un buen momento —opina Arak, que se presenta detrás de ella.
—¡Concuñado! —Reacciono—. Debo agradecerte, aunque me moleste admitirlo, estuve mal y lo siento, no debí haberme involucrado con tu esposa ni mentirte.
—¡¿Qué truco es este?! —se queja Dahlia.
Curioso, no es ningún truco, solo estoy dolido y confundido. Después de todo, estamos en esta situación por mi culpa, y otros factores que no vienen a cuento. Sin embargo, es una realidad, una imagen falsa que creé de la familia perfecta.
—Solo estoy intentando disculparme por una vida llena de confusión y error, cosa que mi fallecida madre me inculcó. —Bufo—. Necesito ir a un psicólogo.
—Hablando de familia, nunca me dijiste que tenías un hermano —se queja otra vez mi esposa.
¡¿Qué?! ¿Zem está aquí?
—Es porque ese imbécil permanece muerto para mí, me abandonó cuando más lo necesitaba —expreso molesto—. ¿Y dónde se encuentra ese infeliz? —Observo para todos lados.
—¿Eh?
Todos nos quedamos viendo, confundidos, pues el mencionado no se halla aquí.
Típico de Zem, ya me va a escuchar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top