Cap5: Sed
Ahora era un asesino, así era como se catalogaba Izuku midoriya al estar encerrado en las cuatro paredes de su habitación sin entablar conversación alguna con su amante, no solo eso, si no que no se presentaba a las clases por el miedo y el pánico de atacar a los demás.
Su ansiedad aumentaba y se sentía desesperado pero su miedo y arrepentimiento eran mas fuerte.
¿¡A quien mierda engañaba!?, su hambre era mucho mas fuerte que su ética, estaba carcomido por el hambre, el comer la simple carne de animales no le llenaba para nada, la irritación en su cuerpo volvía y se desesperaba retorciéndose en la cama por la horrible abstinencia.
-Izuku.. - La voz de shoto se volvía a escuchar detrás de su puerta- ¡Izuku! ábreme te traje comida.
El pecoso imaginaba que de nuevo era carne cruda de algún animal e ignoro la voz del bicolor, pero la insistencia y los azotes contra su puerta le hartaron y se levanto de la cama para abrirla.
- ¡lárgate no tengo ham!- fue empujado bruscamente por el bicolor que lo tiro al piso y se puso sobre él.
- ¡Abre la puta boca! -le exigió furioso apretándole la mandíbula al pecoso.
Izuku al ver lo que shoto tenia en la mano y lo acercaba a su cara se negó rotundamente, no quería probar de nuevo carne de perro o de algún gato, lo que quería era carne humana, pero no era capas de acéptalo, el mayor seguía forzando para obligarlo a comer hasta que metió ese trozo de carne sangriento en su boca.
No era carne de ningún animal.. era carne humana, la dulce y exquisita carne humana.
Nuevamente la bestia hambrienta dentro de izuku despertó y como fiera en celo tomo con desesperación ese trozo de carne y comenzó a mordisquearlo y arrancarle los tejidos como un sucio perro, shoto se alejo de él con un semblante serio y hasta cansado, satisfecho de a ver complacido por fin a su amante,era hora de que el lo complaciera también.
Se aprovecho de la hambrienta distracción del pecoso y de que este estaba a gatas comiendo para colocarse detrás de el y comenzar a violarlo, entro sin cuidado alguno bajándole la ropa interior que es lo único que ese chico tenia puesto junto con una playera sin mangas,se deleito al estar dentro de el y comenzó a moverse bruscamente, el dolor dentro del pecoso ya era la señal clave para saber que shoto estaba abusando de él, le dolía pero se sentía deseoso de más.
Arqueo la espalda al sentir lo profundo que lo estaba penetrando, la sangre junto con la saliva escapaba de su boca por el placer culposo, sus uñas teñidas de rojo se encajaban y rasguñaban la madera, podía sentir a la perfección como su miembro comenzaba a ser bombeado, gemía por más, quería mas, ser alimentado como un animal y tratado como uno, escondía su rostro en ese frió piso de madera sintiendo como era cada vez mas invadido, gruñidos, gemidos era lo único que podía salir de su boca.
Fueron presas de su lujuria otra vez, después de horas de sexo el pecoso yacía recostado en el firme pecho de ese sensual bicolor, rozando con sus descuidadas uñas esa pálida y lastimada piel.
- La carne... ¿de donde la sacaste? ... ¿a quien mataste? - el mayor solo le acaricio su espalda baja soltando un leve suspiro.
- ¿A que te supo?.. ¿dulce verdad?... así me supo a mi- Izuku se incorporo un poco para verlo de frente.
- ¡No me respondiste! ¿a quien mataste?- shoto solo bufo mirando a otro lado
- No te gustara la respuesta... sera mejor que no lo sepas - el pecoso lo miro serio insistiendo. Harto shoto solo renegó y contesto- a una niña ¡¿okey?! .. ¡estaba perdida en el bosque! ..creo que era una vagabunda y la mate nadie la va a extrañar.
Izuku se horrorizo, sentía como estaba a punto de devolver todo por el profundo asco que estaba sintiendo de si mismo y de shoto, se alejo asustado pero el bicolor lo tomo con rudeza de las muñecas y lo abalanzo al concho colocándose sobre él.
- ¡Te dije que no te gustaría la respuesta! ahora tu y yo estamos metidos en esta mierda.. tu no puedes controlarte sin mi ayuda.. ahora tu y yo nos tenemos el uno al otro ¡¡y si yo caigo tu caerás conmigo!! - miro frió y desafiante al pecoso para después plantarle un forzado y desesperado beso hasta invadir su garganta
Izuku se defendió mordiendo su labio, pero eso solo despertó más el deseo entre los dos, colocandose Shoto entre sus piernas para violarle de nuevo.
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Tres días más, los pasillos de la escuela estaban tapiados con la foto de una pequeña niña de ocho años que había desaparecido, no era una niña perdida o una vagabunda, era la hija del decano una pobre niña albina de ojos rubís, Izuku seguía comiendo la carne de la podre hija de un noble hombre, pero ya no podía hablar, no podía hacerlo , shoto tenia razón sin su ayuda el no podía controlase.
pero sus nervios y paranoica actitud lo hicieron ser el blanco fácil de los policías que habían estado estudiando el caso de la niña en el campus, shoto se dio cuenta de ello, se dio cuenta que poco a poco, tarde o temprano serian atrapados.
Mintió, no iba a dejar que izuku estuviera hundido con el, primero lo mataría antes que dejar que lo atrapen.
-¡Shoto la policía tiene la mira en mi! no deberíamos venir aqui- caminaron entre la llanura del bosque hasta llegar de nuevo a la cabaña.
- Si es así es por tu culpa.. no te sabes controlar- shoto jalo de la muñeca al pecoso hasta por fin estar enfrente de la cabaña.
- Vamonos por favor shoto - el mayor lo miro desafiante.
- Si te están vigilando tenemos que deshacernos de todo.. con la nieve sera difícil que lo encuentren .. vamos entra- lo jalo de nuevo para entrar al pestilente lugar.
Guardaron todo lo que pudieron en unos cuantos sacos, cuchillos, agujas, navajas, tiras de piel entre mas cosas retorcidas, izuku miraba con dolor y horror los huesos de aquella niña que tenían algunos pedazos de carne unidos al esqueleto, se relamió los labios y se acerco, pero ya era tarde la policía estaba cerca de la zona, podían escuchar las sirenas acercándose, asustado izuku se exalto ya paranoico.
- ¡Shoto! ¡y-ya están aquí! ¡me atraparan! ¡nos atraparan! - el pecoso se apretaba los cabellos casi queriendo arrancárselos
- No.. solo me atraparan a mi ... - encajo un cuchillo de carnicero en el estomago del pecoso y lo empujo al suelo.
Se puso sobre el acercando la hoja del cuchillo a su cuello rozándola asta ver como la sangre se abría junto con la herida, shoto le tapo la boca impidiéndole a izuku gritar, el peliverde mirada con miedo y dolor como esos heterocromaticos ojos lo miraban con frialdad sintiendo que la vida se le escapaba del cuerpo.
- Te amo izuku...- fue lo único que escucho el pecoso al sentir como este le golpeo con fuerza la cabeza con el mango del cuchillo quedando inconsciente, creyendo que ya estaba muerto.
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Se miraban a trabes del vidrio de aquel hospital psiquiátrico, shoto miraba con detalle las vendas que cubrían todo el cuello del pecoso, como su semblante era mas pálido y como sus ojeras eran mas profundas, notaba sus leves jadeos a través del cristal y ese pequeño tic en uno de sus bellos ojos, había pasado casi un mes después de que shoto fue condenados a pasar el resto de su vida en un sanatorio mental de máxima seguridad mientras el pecoso merodeaba libre al ser considerado una victima sobreviviente del bicolor.
- ¿Estas comiendo bien?- pregunto shoto con una ligara sonrisa.
Izuku también notaba como todo en shoto había cambiado, tenia su alocado cabello mas largo, era mas pálido, tenia pinchadas que se notaban a plena vista detrás de ese cristal y esas ojeras resaltaban su hermosa marca de nacimiento, el pecoso escondiendo sus manos debajo de la mesa se rascaba fuerte con sus uñas hasta sacarse un poco de sangre entre esos raspones, seguía sintiéndose igual o mas ansioso.
- Estoy de nuevo comiendo vegetales... mamá me obliga... tengo que beber mi propia sangre para calmarme - shoto sonrió soltando una pequeña risa.
- Eso explica porque estas hecho un desastre.... te extraño mucho - izuku se sintió abochornado al escuchar ese tono de voz de su demente amante.
- Yo también te extraño.. - shoto con una leve sonrisa, junto sus manos esposadas al cristal, esperando a que el pecoso hiciera lo mismo.
- ¡La visita termino! ¡es hora de irse!- hablo uno de los guardias, el horario de visita había terminado.
Pero antes de que el pecoso se fuera pego sus manos al cristal, se sentía frió, odiaba no sentir el calor de las manos de su amado amante, lo deseaba con tantas ganas, pego su mejilla al cristal jadeando levemente, el vapor empañaba un poco el vidrio y shoto extasiado con esa lasciva vista que tenia de su pequeño caníbal paso su lengua lentamente por esa fría pared transparente que los separaba.
- Te amo- fue lo ultimo que se pudieron decir antes de que los separarán.
Mas grande que la ansiedad de no poder comer carne era la de no poder comerse entre ellos, un desenlace muy cruel para tan bestiales almas gemelas.
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De nuevo bajo el ala de su madre el pecoso jugaba con las sobras de su plato, mientras que ella cortaba las verduras frente a él para la cena.
Aquella regordeta mujer miraba como las heridas en los brazos de su hijo aun no terminaban de sanar, sabia que se las autoinfringia, era su culpa que ahora su hijo estuviera así, era su culpa que su hijo fuera un caníbal desesperado al igual que ella.
- Cariño... perdóname.. por mi estas así- izuku no entendía- por mi culpa te haces esto... es por mi que ya no eres mi niño tierno.
- ¡Mamá! estoy bien tranquila no pasa nada- la peliverde tomo su cuchillo acercándolo a la palma de su mano asustando a su hijo- ¿Mamá?
- No estas bien mi niño... tienes hambre y yo lo se - acerco la hoja a su palma hasta encajarla dejando escapar una gruesa tira de sangre.
Izuku miro horrorizado como su madre acercaba su mano a su rostro y lo untaba en toda su cara, las manos del pecoso comenzaron a temblar y sus pupilas verdosas brillaban, jadeaba levemente al ver a su madre con la cara manchada de sangre.
- hora de cenar cariño..-
El amor de una madre. Madre nos alimenta.. madre es el alimento.
[ FIN ]
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