Él es hermoso, y como todo en la naturaleza si es hermoso es peligroso.

Sí, es peligroso mirarlo mientras no mira, admirar sus ojos, ver su cabello a la luz del sol, descubrir algo sobre él.

Es peligroso, porque puedes terminar enamorándote de él.

Terminas amando su voz, su risa y sonrisa, esa que cuando aparece le hace bajar los ojos.

Puedes descubrirlo triste y que la necesidad de tomarlo en brazos y protegerle, de ayudarle, crezca en el pecho.

Es peligroso... porque es mi debilidad y yo su juego.

2019
M.D.D.