Las pequeñas luces brillando en tonos rojos, verdes y dorados decoran todo el lugar.

La puerta del negocio a mi derecha se abre y una mujer sale con varias bolsas; puedo escuchar la música navideña de la tienda.

No hay nieve, tampoco hace frío aquí, en realidad hace bastante calor y eso que son casi las cinco de la tarde.

Unos músicos callejeros también cantan mientras la muchedumbre se agolpa a su alrededor. Mas yo solo quiero llegar a casa antes que los colectivos dejen de circular, al igual que muchos de los que caminan por esta peatonal.

Al final llego a la puerta de mi departamento, dentro el ruido exterior no llega y el encontrarlo vacío me provoca un poco de tristeza, pero no permito que el sentimiento anide mucho tiempo.

Preparo un poco de comida y hablo por teléfono con mis padres, nos deseamos una feliz navidad. La verdad es que hablar con ellos me alegra la noche; noche que ha llegado más rápido de lo esperado. Este año no nos hemos podido juntar y aparentemente para año nuevo será igual.

Ahora que lo pienso, esta es la primera navidad que paso sola, en este departamento, desde que él eligió que era mejor una vida junto a otra persona.

Suelto el aire de manera brusca, mejor no recordar.

Las luces de mi pequeño arbolito prenden y apagan tiñendo la sala ya a oscuras mientras miro por la ventana.

De verdad extraño a Fumi, una gata parda muy mimosa, pero hasta a ella se la llevó el muy... No vale la pena.

El teléfono suena, ya son las doce «Feliz navidad» le suelto a la noche antes de empezar a abrir los mensajes y contestar.

2021
M.D.D.