Fue la pregunta que me hiciste y vi en tus ojos a un niño expectante.

—Mucho —contesté sin dudar.

—¿Cuánto es eso? ¿Más o menos de aquí a dónde? —preguntaste mientras sonreías.

—Si te dijera de aquí a la luna o al infinito te estaría mintiendo y no quiero mentirte.

Tu mirada se veía confundida, pero esperaste pacientemente a que continuara.

—Porque —agregué —el amor no es una magnitud debido a que no puedes medirlo, la humanidad no ha inventado aún objeto alguno para darle valores. Pero si de verdad quieres saber cuánto, pues, te diré que cien amórios.

—¿Cien amórios? —repetiste.

—Sí, mi profesor de física cree en la existencia de una máquina llamada «Amorímetro» que va de cero a cien en la escala de amórios y sirve para medir el amor. Se encuentra dentro de cada persona.

Por un momento nos miramos en silencio con la sonrisa en los labios para luego estallar en risas.

—Entonces ¿tú cuánto? —pregunté.

—Cien amórios —respondiste y luego me besaste.

2020
M.D.D.