59.





・゚✧༄ ・゚✧ 
capítulo cincuenta y nueve !

—Que discurso de mierda que se aventó esa mujer —Lee se quejó mientras salían del gran comedor— creo que me quedé dormido en alguna parte ¿Me perdí de algo interesante?

—Lo único que la escuché decir fue: «Ejem, ejem» —George la imitó haciendo muecas extrañas.

—De lo único de lo que te perdiste fue cuando dijo abiertamente que el Ministerio está inmiscuyéndose en los asuntos Hogwarts. Esa mujer estaba en el juicio de Harry, es casi como la mano derecha de Fudge.

—Al final, del uno al diez ¿Que tan raro fue ser testigo frente a todas esas personas? —Lee le preguntó— dijiste que ibas a enviarme una carta luego pero no lo hiciste.

—Fue bastante feo, estar allí bajo todas esas miradas, pero en un momento la señora Figg me hizo reír mucho, le pidieron que describiera a los dementores y ella no entendió, así que comenzó a descubrir a mi primo, a Harry y a mi. Dijo textualmente "Bueno, uno era muy gordo y los otros dos delgaduchos…"

Fred y George que ya habían escuchado la historia asintieron con diversión, pero tuvieron que dejar de caminar por Lee que se  casi se cayó de tanto reír.

—Saben... estuve pensando en algo que podría divertimos mucho más que la vecina de Judex —Fred dijo en voz baja, sus ojos estaban cargados de picardía— ¿Que si le hacemos una broma de bienvenida a esta agradable mujer?

—Estoy dentro —George respondió al instante, sonriendole a su hermano con complicidad.

—Depende —tercio Lee— ¿Que planeas hacer?

—Galletas de canarios.

Los ojos de George adoptaron la misma picardía que la de su gemelo.

—Si, definitivamente.

—¿Una galletitas? —Lee preguntó con confusión.

—No son solo unas simples galletitas, mi querido amigo... —comenzo George.

—...una vez que Umbridge coma una se convertirá en un canario.

Lee miró a Jude, quién, en caso como estos era la voz de la razón.
A lo largo se los años en Hogwarts los cuatro se habían complotado para hacerle unas cuantas bromas a los profesores (particularmente a Snape) pero eran en su mayoría cosas muy inofensivas, nada de convertír a un profesor en un animal.

—Ahora que lo pienso fue bastante maleducada hoy interrumpiendo así a Dumbledore —Jude dijo, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro— y fue bastante mala con Harry en la audiencia.  Además... unas galletitas no se le niegan a nadie ¿Verdad?

Fred sonrió enormemente y acortó la distancia con Jude para darle un rápido beso.

—¿No es hermosa cuando se suma a nuestras bromas? —pregunto con ensoñación.

—Yo encuentro a Judy bastante terrorífica cuando busca venganza, y aún más cuando sonríe así.

Jude le pegó un codazo.

—Esto no es un acto de venganza Lee —ella le dijo— son solo unas galletas de bienvenida.

—Entonces hagámoslo ahora antes de que llegue a su despacho.

Los cuatro tomaron un camino diferente al del resto de los alumnos de Gryffindor.

—¿Y si nos atrapan? —Lee preguntó con preocupación mientras subían las escaleras hacia el segundo piso— no quiero pasar ni último año castigado.

—Tenemos un premio anual con nosotros —George señalo con obviedad.

—Si nos atrapan Judy se lavara las manos, dirá que nos encontró y que nos estaba por castigar —Lee señaló.

—Judex no lo haría —Fred abogó por ella.

—¿Lo harías, Judy? —George le preguntó.

—Definitivamente lo haría —ella respondió con rotundidad, soltando una risita al final.

—¡Jude! —los tres la reprendieron, volteando se a verla con sorpresa.

Cuando llegaron al despacho, George se encargó de verificar que no hubiese muros en la costa, cuando todo estuvo despejado los otros tres se metieron.

El despacho estaba lleno de cajas, esperando ser abiertas para decorar el lugar, pero los cuatro de dirigieron directamente al escritorio.
Fred saco el bolsillo de su túnica una bolsita transparente con tres galletitas de crema normales y corrientes.

—¿Así de fácil? —Lee preguntó, volteando para vigilar la puerta.

—Sospechara —Jude dijo y luego de pensarlo un minuto, y con la ayuda de la magia hizo aparecer un platito y una rosa.

—Pongamosle una nota —dijo Fred con diversión, buscando un trozo de pergamino en sus bolsillos.

—Yo escribiré —Jude le dijo, quitándole el pergamino y usando su varita como una pluma escribió: "¡Bienvenida señorita Umbridge, espero que su estadía aquí sea placentera. Atte: su admirador secreto."— no tomo defensa así que no podrá asociar la caligrafía con la mia.

Riéndose, los cuatro salieron del despacho de la profesora y se encaminaron de nuevo hacia la torre de Gryffindor.

—¿Cuando se le pasara el efecto? —Lee preguntó con curiosidad antes de darle la contraseña a la señora gorda para entrar a la sala común— me encantaría que nos de la clase un canario.

George se rió.

—Aun no lo tenemos muy claro, quizá dentro de un par de horas..

—Hablando de eso tenemos que colgar el anuncio —Fred le recordó.

—¿Que anuncio? —Jude preguntó, mirando el pergamino que George acababa de sacar de su bolsillo.

George se acercó al tablero y engancho el pergamino, Jude lo siguió de cerca para leerlo.

¡GALONES DE GALEONES!
¿Tus gastos superan tus ingresos?
¿Te gustaría ganar un poco de oro?
Si te interesa un empleo sencillo, a tiempo parcial y prácticamente indoloro, ponte en contacto con Fred y George Weasley, sala común de Gryffindor.
(Lamentamos decir que los aspirantes tendrán que asumir los riesgos del
empleo.)

—Como premio anual debería de evitar que cuelgues eso —Jude señaló.

—¿Lo harás? —Fred le preguntó, mirándola con lo que él pensó que eran ojos de cachorro.

—Estoy muy cansa como para hacerlo. Dejaré que los prefectos se encarguen mañana —les dijo alejándose en dirección a su dormitorio.

—¡Les diremos que tu lo permitiste! —George le gritó.

—¡Bueno! —ella respondió restándole importancia.





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—¡Miren lo que tenemos hoy! —gruñó Ron—. Historia de la Magia, clase doble de Pociones, Adivinación y otra sesión doble de Defensa Contra las Artes Oscuras… ¡Binns, Snape, Trelawney y Umbridge en un solo día! Espero que Fred y George se den prisa y se pongan a fabricar ese Surtido Saltaclases…

—¿He oído bien? —dijo Fred, sentándose junto a Ron. George de sentó a su lado.—¡No es posible que los prefectos de Hogwarts intenten saltarse clases!

Jude se inclinó para darle un beso en la cabeza a su hermano y sentó junto a él mientras que Lee se sentaba justo en frente de ella.

—Recuerda que tu mismo decidiste tomar adivinación, Ron —Jude le dijo, sirviendose un poco de té.

—¡Miren lo que tenemos hoy! —repitió Ron de mal humor, y le puso el horario bajo la nariz a Fred—. Es el peor lunes que he visto en mi vida.

—Tienes razón, hermanito —le dijo Fred leyendo la lista—. Si quieres puedo darte un turrón sangranarices; te lo dejo barato.

—¿Por qué barato? —preguntó Ron con recelo.

—Porque sangrarás hasta quedarte seco. Todavía no hemos conseguido el antídoto —respondió George mientras se servía un arenque ahumado.

—Gracias —repuso Ron de mal humor, y se guardó el horario en el bolsillo— pero creo que iré a las clases.

—Por cierto, hablando de sus Surtido Saltaclases —dijo Hermione mirando a Fred y a George—, no puede  poner anuncios en el tablón de Gryffindor para contratar cobayos.

—¡¿Ah, no?! —exclamó George con sorpresa—. ¿Quién ha dicho eso?

—Lo digo yo —contestó Hermione—. Y Ron.

—A mí no me metas —se apresuró a decir éste.

—Judy nos autorizó —George le dijo— y ella es la que tiene la última palabra. Es premio anual y debes hacer lo que ella dice.

Hermione miró a la chica con confusión.

—No estan obligando a nadie a actuar como ratas de laboratorio, Hermione —Jude le dijo, restándole importancia— además, piensalo así: los inventos necesitan de experimentación.

—Si, pero no esa clase de inventos —ella dijo.

—Si no puedes con el enemigo, uneteles —Jude le dijo dando por finalizada la conversación.

Los gemelos rieron por lo bajo.

—No tardarás en cambiar de actitud, Hermione —vaticinó Fred mientras untaba un buñuelo con mantequilla—. Vas a empezar quinto, y dentro de poco vendrás a suplicar que te vendamos un Surtido Saltaclases.

—¿Y qué tiene que ver que empiece quinto con que quiera comprar un Surtido Saltaclases? —preguntó Hermione.

—Quinto es el año de los TIMOS —le recordó George.

—¿Y?

—Que llegarán los exámenes, ¿no?

—La mitad de los de nuestro curso sufrieron pequeñas crisis nerviosas cuando se acercaban los exámenes del TIMO —añadió George la mar de contento—. Lágrimas, rabietas… Patricia Stimpson se desmayaba a cada momento…

—Kenneth Towler se llenó de granos, ¿te acuerdas? —dijo Fred con nostalgia.

—Eso fue porque le pusiste polvos Bulbadox en el pijama —aclaró George.

—¡Ah, sí! —admitió Fred, sonriente—. Ya no me acordaba… A veces resulta difícil llevar la cuenta de todo ¿verdad?

—En fin, quinto es un curso de pesadilla —concluyó George—. Si te importan los resultados de los exámenes, naturalmente. Fred y yo conseguimos no desanimarnos.

—Sí, claro… —intervino Ron—. ¿Qué sacaron, tres TIMOS cada uno?

—Sí —afirmó Fred con indiferencia—. Pero Judex cree que nuestro futuro está fuera del mundo de los logros académicos.

—Nos planteamos muy seriamente si íbamos a volver a Hogwarts este año para hacer séptimo —comentó George alegremente— ahora que tenemos…

Se interrumpió al captar la mirada de advertencia de Harry.

—… ahora que tenemos nuestros TIMOS —se apresuró a añadir George—. No sé, ¿de verdad necesitamos los ÉXTASIS? Pero creímos que mamá no soportaría que abandonáramos los estudios tan pronto, sobre todo después de que Percy resultara ser el mayor imbécil del mundo.

—Pero no vamos a malgastar nuestro último año aquí —prosiguió Fred echando un afectuoso vistazo al Gran Comedor—. Vamos a utilizarlo para hacer un poco de estudio de mercado. Nos interesa saber con exactitud qué le exige el alumno medio de Hogwarts a una tienda de artículos de broma para luego evaluar meticulosamente los resultados de nuestra investigación y crear productos que satisfagan la demanda.

—Pero ¿de dónde piensan sacar el oro necesario para montar una tienda de
artículos de broma? —inquirió Hermione.

—¿Han visto a McGonagall? —Jude se apresuró a preguntar, cambiando de tema.

—Esta justo allí —Ron le dijo como si fuera obvio, señalando hacía la mesa de los profesores con el tenedor.

—¿Nos vemos después? —Fred le preguntó cuando se puso de pie y se colgó la mochila al hombro.

—Si, luego me cuentan que tal la clase.

Jude le dio el último trago a su té y se alejó de la mesa de Gryffindor con nerviosismo.

Hablar con McGonagall le pondría fin a algo que ella no deseaba que terminara, había estado posponiendo el tema durante mucho tiempo cuando tranquilamente podría haber hablado con ella juego de las reuniones de la orden, pero no había juntado el valor.

Ahora tampoco creía tener el valor, pero ya se había acercado a la mesa de profesores y McGonagall ya la miraba con curiosidad.

—Señorita Potter ¿Sucedió algo? —la mujer le preguntó cuando Jude se puso frente a ella en la extensa mesa.

—Profesora quería hablar con usted sobre el horario —Jude murmuró, metiendo la mano en el bolsillo de su túnica dónde su horario descansaba.

—¿Hay algún problema con eso?

Jude miro de reojo al profesor Snape que estaba sentado la lado de McGonagall, era obvio que estaba prestando atención pero lo disimulaba muy bien.

—Queria preguntarle.. si hay alguna posibilidad de retomar Defensa contra las artes oscuras —ella le dijo en voz baja, como si esperara por parte de su jefa de casa una reprimenda.

—Potter, desde el curso anterior que dejaste esa clase. Retomarla te pondría en una clara desventaja, estás más atrasada que tus compañeros —McGonagall le dijo con severidad— ¿De dónde ha surgido de este interés tan repentino?

—He pensado desde el fin del curso anterior... con todo lo que paso.. que.. seria mejor si me dedicará a otra cosa. Convertirme en auror podría ayudarme...

—¿Ayudarte? —McGonagall la interrumpió bruscamente— ¿O ayudar a tu hermano? —como no recibió una respuesta por parte de Jude, siguió:— se que has hecho de tu hermano tu responsabilidad, pero tu tienes un futuro increíble, y ciertamente no es convirtiéndote en un auror. Severus ¿Tu que piensas?

Si bien Jude nunca había visto a Snape como un ejemplo a seguir,  secretamente lo había admirado, era un muy bueno con las pociones, así que quizás esa fue la razón por la que sintió vergüenza cuando Snape la miró con desaprobación.

—La señorita Potter tiene excelente dotes en en el arte de las pociones.. sería una lástima que los desperdiciara en otra cosa. Yo mimo soy pocionista y ayudo mucho en los asuntos de Dumbledore...

Si, como un mortifago traidor, Jude quiso decirle, pero se guardo el comentario.

—Me parece que podría ayudar más siendo auror —Jude musitó con determinación.

—Lo siento, Jude. No puedo permitirlo. Ya abandonaste la clase, ahora tienes que atenerte a las consecuencias.

—Profesora, me esforzaré y rápidamente me pondré al nivel de mis compañeros, durante el curso anterior ayude a mis amigos a estudiar, se que puedo...

—Mi respuesta final es no —McGonagall dio por finalizada la conversación—  habla de este asunto con Dumbledore.

Con resignación Jude se dio media vuelta y se sorprendió al notar que Harry había abandonado la mesa de Gryffindor y estaba parado a poca distancia de ella. Claramente había escuchado todo, pero Jude intento pasar a su lado, tratando huir de las inevitables preguntas.

—¿Judy? —Harry la llamó, le hablo con cuidado, como si tuviera miedo de que estallara en el gran comedor y montará un escándalo.

—¿Si?

—¿Desde cuándo quieres ser auror? Siempre.. siempre soñaste con ser como el abuelo. ¿Acaso estas arruinado tu futuro por mi?

—No es de tu incumbencia, Harry —ella le respondió de mala forma.

—Si lo estás haciendo por mi si es de mi incumbencia.

—Te dije que no te metas, Harry —Jude le advirtió, comenzando a caminar para salir del gran comedor.

Su hermano la siguió de cerca.

—¡No quiero que hagas esto! ¡Ya has sacrificado mucho por mi!  —él se quejó— no puedes...

—Harry, eres mi hermanito ¿No lo entiendes? —ella le preguntó, volteando para verlo de frente— no hay nada en el mundo que yo no haría por ti, daría mi vida si es necesario, quizá no lo entiendas nunca, pedo mi mayor prioridad es mantenerte a salvo...

—Me mantuviste a salvo durante todos éstos años, no hace falta que abandones tus sueños para esto. Puedes estar en la guerra y dedicarte a las pociones, puedes darle veneno al enemigo o lo que sea que fuera, pero no dejes tus sueños por mi, por favor Judy.

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