55.
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capítulo cincuenta y cinco !
Aunque en la siguiente semana no se celebró ninguna reunión oficial de al orden, Jude conoció a varias personas que llegaron al cuartel, no se entretenían mucho hablando por lo que nunca se quedaban demasiado como para que pudiera tener una opinión sobre ellos, pero había una persona en partícular que la mirada con desagrado: su profesor de pociones. Según Remus, Snape no estaba muy feliz de que una "adolescente tonta se uniera".
La doce de Grimmauld Place no era un lugar agradable, Jude lo entendió al paso de los días, era la casa de una familía mágica antigua muy interesante pero había sido descuidada con los años y estaba muy sucia, la señora Weasley los ponía limpiar todo el día durante todo el día y era simplemente agotador, no era el tipo de verano que todos los adolescentes que vivían allí esperaban tener. Sumándole el hecho de que Fred y ella no podían estar juntos en el mismo lugar sin la supervisión de alguien más (usualmente la misma señora Weasley era la que los vigila como un halcón) lo cual les dificultaba hablar libremente, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo con Sirius, porque a diferencia de Remus el no podía salir.
—¿Y en qué lugares de Londres has buscado departamentos? —Sirius le preguntó en la noche, cuando ella no podía dormir y se unió a él cuando lo encontró en la cocina tomando un poco de whisky de fuego— porque cuando me gradué de Hogwarts alquile un departamento en Carnaby Street, en ese momento estaba lleno de hippies... no tengo idea de cómo estará ahora.
—Pense que vivías con mí papá —Jude comentó, sirviendose un vaso de leche y buscando la miel.
—Cuando me escape, sí, tus abuelos fueron muy amables en recibirme con los brazos abiertos en el valle de Godric, luego cuando James se fue de la casa no me parecía apropiado quedarme si él no estaba así que conseguí ese departamento...
—La casa en la que mis padres vivían ¿También estaba en el valle de Godric, no? —Jude murmuró sentándose a su lado y prestandole atención.
—Si —Sirius asintió con tristeza— solo a unas calles de la casa de tus abuelos... ¿No has ido a verla?
—No y tampoco quiero ir —ella dijo con rotundidad, pensando en lo que quedaba de la casa. Siendo sincera se le había pasado por la mente un par de veces ir a verla, pero no quería ponerse triste, era su casa, que aunque destrozada probablemente estaba repleta de recuerdos.. fotos y juguetes..
—No, me refiero a la de tus abuelos —Sirius le dijo, poniéndole una mano en el hombro— nunca te enviaría allí para que vieras como quedó todo luego de aquella lamentable noche.
—¿No quedo cerrada? ...digo, por la viruela de dragón ¿No es sumamente contagioso?
Sirius hizo un gesto restándole importancia.
—Solo la habitación en donde tus abuelos dormían, cuando ellos murieron James la clausuró, pero creo que se puede sanitizar... Esa es una casa muy linda y espaciosa, tú y Harry prudente vivir bien allí y sin pagar nada, es su herencia al fin y al cabo. Ademas vivirían en la misma casa en la que su padre se crío.
Jude lo pensó por un momento.
—¿No estará muy arruinada? ¿Así como esta por los años en la que nadie la habito?
—Na.. tenían una elfina doméstica que seguramente se encargó de limpiar todos éstos años.. ¡Tenían una elfina doméstica! —Sirius se llevó una mano a la cabeza— ¡La pobre quedó sola todo este tiempo! Bueno, si no se murió.
—Pues vamos a averiguarlo —Jude dijo de repente, poniéndose de pié.
—¿Ahora? —Sirius preguntó con sorpresa, mirándola como si se hubiese vuelto loca— no puedo salir, Jj. ¿Lo recuerdas?
—Pero... ¿Si no voy contigo quien me mostrará en donde queda la casa? —ella le preguntó poniendo ojos de cachorro.
Solo bastó que ella lo mirara para que Sirius hiciera lo ella quería. La picardía, el brillo que solía estar en los ojos de su mejor amigo cada vez que hacían una travesura se veía reflejada en los ojos color miel de Jude, por lo que para él fue imposible negarse.
—Tienes razón —el dijo, poniéndose de pié.
Jude estiró su mano, esperando que Sirius se la tomara.
El hombre probablemente podía aparecer y desaparecer como quisiera pero era mejor que ella lo hiciera, cuando Sirius estaba a punto de tomar su mano, alguien apreció en al puerta de la cocina.
—¿A dónde piensan ir ustedes dos? —Remus les dije de forma severa.
Hace mucho tiempo que Remus había dejado atrás el rol que cumplía en su grupo de amigos, pero cuando miró a su ahijada y a Sirius fue como si hubiera retrocedió en el tiempo. Parecía que sus amigos estaban a punto de jugar la mejor broma de la historia y él estaba ahí para recordarles que no podían llegar muy lejos si no querían ser castigados por la profesora McGonagall.
Pero ellos ya no eran adolescentes y Jude no era James, Remus trato de recordarse eso a Sirius todo el tiempo.
—A dar una vuelta —Jude murmuró sin darle importancia, como quién decía que iría al baño.
Remus negó y entró en la cocina cerrando la puerta detrás de si, como si alguien más pudiera escucharlos.
—Sirius no puede salir y tu, Judy, tienes que tener cuidado a dónde vas ¿Recuerdas? No puedes irte sin avisar, menos a estas horas.
—Ahora tu sabes que voy a salir —ella le aviso con diversión, moviendo su mano con impaciencia que estaba en el aire para que Sirius la tomará.
—Sirius —Remus le dijo de forma severa, hablando con la mirada, advirtiendolo— no te atreverías...
—Estare en mi forma animaba, Lunático. —el hombre le dijo intentando convencerlo—
Solo estare allí para hacerle compañía a JJ, ven con nosotros si eso es lo que tanto te preocupa. Hay que arriesgarse de vez en cuando... y de todos modos no estoy haciendo nada malo. Volveremos enseguida y Dumbledore no se enterará... A menos que tu se lo cuentes.
Remus fruncio el ceño y miro a su ahijada que le sonrió de la forma más inocente posible.
—¿A dónde iran? —pregunto Remus, aceptando que no podía ganar esta discusión, no cuando Jude estaba actuando como James lo hacía y complotandose con Sirius.
—Al valle de Godric —Jude respondió— visitaré la casa de mis abuelos.
La chica tendió su otra mano libre para que Remus la tomara.
Sabiendo que si no podía detenerlos de hacer una estupidez, debía unirse a ellos para mantenerlos vigilados, así que Remus suspiró antes de tomar la mano libre de su ahijada y aparecerse en la valle de Godric.
Para Jude que no recordaba haber estado nunca en el valle de Godric, todo era nuevo y llamativo, pero para Sirius y Remus el valle de Godric era un lugar que guardaba muchos recuerdos preciados.
—Sirius —Remus dijo.
Solo bastó una mirada para que él hombre entendiera lo que su amigo le decía, Sirius adoptó su figura animaga y Remus enchacho su brazo con el de Jude mientras la guíaba por las calles.
De noche, apenas había gente en el valle de Godric, algunas luces de las casas estaban encendidas, pero no sé detenían a examinar el lugar aunque a Jude le hubiese encantado.
Sirius se puso al frente del grupo y los guió, conociendo el camino tan claro como la palma de su mano. Cuando el perro negro se detuvo justo al final de la calle frente a una enorme casa estilo Tudor con el césped tan alto que llegaba a las ventas, fue cuando al fin la chica pudo tenerse a examinar.
—¿Esta es la casa.. la casa de mis abuelos? —ella preguntó con curiosidad.
Sirius ladró al mismo tiempo que Remus asentía.
—¿Quieres pasar? —Remus le preguntó, poniendo una mano suavemente sobre la espada de Jude para guiarla por el corto sendero que estaba tapado por malas hierbas hasta llegar a la puerta.
—¿Así como así? —Jude preguntó con desconfianza— ¿La casa quedo abierta todos estos años?
—Por supuestamente que no —Remus le dijo con un poco de diversión— mira.
Remus se estiró para abrir la puerta pero apenas puso una mano en el pomo lo quitó murmurando una palabrota.
—Es una costumbre de los viejos magos.. hechizar las entradas, están encantas para que solo los miembros de la familía puedan entrar, de los contrario una persona como yo sufriría esto —Remus le dijo, mostrandole la mano que comenzaba a llenarse de ampollas.
La chica arrugó la nariz y con desconfianza estiró su mano, cuando apoyo la mano en el pomo, un destello blanco aprecio y desaprecio de la misma forma. La puerta se destrabó y los tres entraron.
Si bien Jude pensó que la casa iba estar llena de polvo y de doxys como la antigua casa de los Black, la casa de sus abuelos se mantenía impecable, los muebles de madera brillaban y había un olor en el ambiente a eucalipto.
Sirius dejo atrás su forma animaga e inhaló un gran bocanado de aire mientras miraba la casa con anhelo.
—¡Ah, el olor a eucalipto! —dijo.
Los tres se mantuvieron parados en la puerta, si bien Sirius y Remus se morian de ganas por recorrer la casa y ver si seguía tal cual la recordaban pensaron que Jude debía ser la primera en dar ese paso, pero antes de que Remus pudiera ordenar sus palabras una chasquido se escuchó delante de ellos.
Una elfina doméstica los miro con curiosidad antes de inclinarse frente a Jude.
—Saky recuerda a la niña Jude, Saky se alegra mucho de que su ama este de vuelta luego de tantos años.
Jude fue tomada por sorpresa y pero cuando se recompuso de agachó para quedar más o menos a la altura de la elfina. Ella le tendió la mano y Saky se ruborizó.
—Saky no puede aceptar tal muestra de gratitud, Saky se niega. Saky está muy feliz de ver a su ama, pero Saky no puede..
—Solo dale la maldita mano, Saky —Sirius murmuró con exasperación. Los elfos domésticos no estaban entre sus criaturas favoritas y aunque la de la familia Potter no era malvada lo hacía perder la paciencia con rapidez.
—¡Sirius Black! —Saky lo reconoció— ¡Saky reconce al mejor amigo del amo James!
Jude se puso de pié, aceptado que no podía luchar contra las creencias del elfo doméstico, recordó lo restaurado que era Dobby y desistió mientras se ponía de pie nuevamente. Dejo que su mirada vagara por el recibidor y su vista se posó en una foto de un bebé dentro de un caldero, eso la hizo sonreír.
—Esa eres tu, yo tengo una copia en mi casa —Remus murmuró a su lado, mirando la foto con cariño.
—¿Yo? —Jude preguntó tontamente, sorprendida.
El hombre le sonrió.
—Tus abuelos te mimaron durante dos años, te amaban profundamente así que probablemente encuentres aquí más fotos tuyas que de tu padre.
Jude se rió mientras se volvía hacia Sirius que seguía discutiendo con la elfina doméstica.
—¿Cual es la habitación de mi padre? —ella le preguntó al hombre pero Saky fue más rápida.
—Dejeme acompañarla joven ama.
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