54.
・゚✧༄ ・゚✧
capítulo cincuenta y cuatro !
—Buenos días.. —murmuro Jude de forma tímida, entrando en la cocina.
Remus le regaló una sonrisa, señalando el asiento libre a su lado.
La cocina que ayer parecía tan tétrica ahora estaba inundada del olor del desayuno, y por personas bastantes familiares.
—¿Que tal, Jude? —Bill la saludó al pasar junto a ella, tenía una tostada en la mano y le dio un beso en la mejilla a su madre antes de anunciar— tengo que irme. ¡Suerte con la limpieza!
La señora la Weasley saludo por lo bajo pero ni siquiera volteó para verla, fue raro para Jude porque la madre de sus mejores amigos siempre la había tratado con mucho cariño y era muy expresiva a la hora de saludarla.
—Más temprano en la mañana Dumbledore nos ha informado sobre tu reclutamiento..—Remus le explicó en voz baja cuando Jude se sentó a su lado— como notarás no está muy feliz por eso.
Una mano extendida aprecio frente la cara de Jude.
—¡Hola, soy Tonks!
Jude miro el cabello colorido de la mujer antes de estrecharle la mano.
—¿Cómo estás? —Jude preguntó de forma cordial— que lindo cabello.
—Oh, gracias —Tonks dijo con entusiasmo mientras se llevaba la taza a la boca y derramaba un poco del contenido en la mesa— estoy bien, un poco sorprendida realmente. ¿Tienes diecisiete?
—Si..
—Vaya.. si yo me hubiese unido a un grupo como la orden a tu edad mí madre hubiera ido a sacarme de los pelos.
—Mis padres están muertos —Jude le informó, mirandola con una ceja alzada— aunque sus espíritus bien podrían jalarme los pies durante la noche.
Tonks la miró con los ojos abiertos antes de mirar a Remus con culpa.
—¿Eres la hermana de Harry?
—Si —ella respondió, sonriendole sin mostrar los dientes.
—¡Lo siento! A veces son tan despistada... no preste atención cuando Dumbledore dijo que te unirias, solo escuché algunas cosas, es que vengo de un turno largo y...
La señora Weasley apoyó con fuerza las manos sobre la mesada haciéndolos sobresaltar a todos.
—¿Todo bien, Molly? —Remus le preguntó, mirando de reojo a Jude.
—Si, por supuesto —respondió la mujer—pero creo que ese no es un tema para hablar durante el desayuno.
Era obvio que no todo estaba bien pero nadie le hizo las preguntas, no hablaron hasta que los gemelos se aparecieron en la cocina asustando a su madre.
—¡Ya les dije que dejen de hacer eso! —ella los respondió.
—¡Judy! —George gritó alegre de verla— ven tenemos muchas cosas que contarte, a menos que Fred te haya puesto al tanto anoche.
La señora Weasley se dio vuelta y miró a su hijo.
—¿Te metiste en la habitación de Jude anoche? —ella le preguntó a Fred de forma severa.
Fred miró a su gemelo con reproche, antes de regalarle una gran sonrisa a su madre.
—Por supuesto que no. Te entendí cuando me dijiste el mes pasado que no podía tener sexo con Jude hasta que no estuvieramos casados, que solo podíamos besarnos unas cuantas veces pero nada más allá de eso.
—¡Fred Weasley! —Molly gritó con sorpresa.
Remus miró a Jude con una ceja alzada y ella se concentró en mirar el borde de la mesa con interés, estaba tan roja que fácilmente podría confundirse con un tomate.
Sirius abrió la puerta en ese momento sin percatarse de lo incómodo que todo se había vuelto, le guiñó un ojo a Remus y le desordenó el cabello a Jude antes de tomar una taza y servirse café.
—¿Ya desayunaste, Jj? —él preguntó, volteando a mirarla.
—No —Jude respondio— no pero no tengo mucha hambre.
—Debes de comer algo, Jude —la señora Weasley le dijo— no puedes andar con el estómago vacío.
—¿Ves? —Sirius le dijo con diversión— ¿Todavía eres fan del té con leche?
—Con una cucharada de miel —Fred respondió por ella.
Sirius miró al pelirrojo con una ceja alzada antes de compartir una mirada con Remus.
La señora Weasley se apresuró a prepararle té.
—Gracias —Jude murmuró, la señora Weasley abrió la boca y la volvio a cerrar repetidas veces como si quisiera decirle algo, pero al final no lo hizo.
Fred se sentó junto a Jude mientras que George se sentó frente a su hermano.
—¿Percy y Charlie también se están quedando aquí? —Jude preguntó con interés, era probable que ellos también formarán parte de la orden.
George abrió los ojos muy grandes y miró a Jude mientras negaba, la chica estaba a punto de preguntarle algo pero Fred le pellizco la pierna por debajo de la mesa.
La señora Weasley comenzó a sollozar.
—Judy —Remus la llamó, dándole una mirada extraña— ¿Por qué no vas a despertar a la chicas para que bajen a desayunar?
Jude se puso de pie e instantaneamente los gemelos la imitaron, los tres salieron de la cocina y se pararon frente a la escalera para hablar en voz baja.
—¿Que pasa? —ella preguntó.
—Percy y papá discutieron —comenzó Fred— Nunca había visto a papá discutir así con nadie, tendrías que haberlo visto Judex.
—Fue la primera semana después de terminar el curso —continuó George— Estábamos a punto de venir a reunirnos con los de la Orden. Percy llegó a casa y nos dijo que lo habían ascendido. Llegó a casa muy satisfecho de sí mismo, más satisfecho incluso de lo habitual y le dijo a papá que le habían ofrecido un cargo en la oficina del propio Fudge. Un cargo muy importante para tratarse de alguien que sólo hacía un año que había salido de Hogwarts: asistente junior del ministro. Creo que esperaba que papá se quedara muy impresionado.
—Pero papá no se quedó nada impresionado—comentó Fred con gravedad.
—Fudge no es más que un gran idiota y si Percy está siguiendo sus pasos... —la chica murmuró.
—Ya sabíamos que Percy era una idiota pero el problema es que Fudge sospecha de papá, pues sabe que se lleva bien con Dumbledore. Papá cree que Fudge sólo quiere tener a Percy en su oficina porque pretende utilizarlo para espiar a nuestra familia y a Dumbledore.
—Oh, Percy deber de habérselo tomado muy bien —dijo Jude con sarcasmo.
—Se puso hecho una fiera. Dijo… Bueno, dijo un montón de cosas terribles. Dijo que había tenido que luchar contra la mala reputación de papá desde que entró atrabajar en el Ministerio, y que papá no tiene ambición y que por eso siempre hemos sido pobres.
Jude miro a los gemelos con incredulidad, nunca pensó que Percy de atrevería a hablarle de tal forma a sus padres.
—Si y eso eso no es todo, Judex. Dijo que papá era un idiota por relacionarse con Dumbledore, que Dumbledore iba a tener graves problemas y papá se iba a hundir con él, y que él, Percy, sabía dónde estaba su lealtad: con el Ministerio. Y que si papá y mamá iban a convertirse en traidores al Ministerio, él pensaba asegurarse de que todo el mundo supiera que ya no pertenecía a nuestra familia. Hizo el equipaje aquella misma noche y se marchó. Ahora vive aquí, en Londres.
—Pues mejor para ustedes no relacionarse con un tonto que tiene su lealtad con el ministerio. Con lo inteligente que es Percy debería de creer que Voldemort volvió.
Fred sonrió de costado.
—Percy nunca ha sido nuestro favorito pero es raro..
—Mamá lo ha pasado muy mal —siguio George—. Ya te imaginas, llorando y eso.
—Ah... —Jude murmuró— creo que también puede estar un poco enojada conmigo.
Fred frunció el ceño.
—Obvio que no —él le dijo restándole importancia— solo está molesta por lo de anoche, la orden nos reveló un poco de información porque Harry quería saber, luego te lo contaremos, ahora tienes que escuchar esto...
—No tienen que contarme nada —ella le dijo, sin dejarlo hablar— a noche Dumbledore me propuso formar parte de la orden, ya se algunas cosas..
—¿Qué? —George gritó y luego se llevo una mano a la boca mientras miraba hacia las escaleras.
—¿Cómo? —Fred preguntó, luego de volteó para mirar a su hermano— hay que unirnos nosotros también.
—Mamá nos asesinaria antes de que quién tu sabes pueda hacerlo.
Antes de que Jude pudiera siquiera decirles algo, Hermione y Ginny aparecieron en su campo de visión, venían bajando las escaleras y ambas se alegraron al verla.
—¡Te dije que me pareció que alguien durmió en la cama conmigo anoche! —Ginny le dijo a Hermione mientras se acercaba a Jude para darle un abrazo.
Jude le acarició el cabello con diversión.
—¡Era obvio que no era un fastasma! —Hermione murmuró.
—Me dijeron que dormiría con ustedes pero solo había dos camas, y la verdad estaba un poco cansada como para buscar otro lugar.
—Puedes dormir conmigo —Fred le dijo con rapidez, se aclaró la garganta cuando Ginny le envío una mirada de asco, entonces aclaró:— con George y conmigo, a eso me refiero.
—¿Ya desayunaste, Judy? —Hermione le preguntó luego de abrazarla también.
—Si, iba a ir a despertar a Harry...
—Yo me encargo —George murmuró antes de desaparecer.
—Ven —Fred la tomó de la mano, alejandola de las chicas, la guió escaleras arriba y ambos se metieron en una habitación— ¿Como es eso de que estás en la orden?
—Asi podré proteger a Harry..
—¿Y quién te protege a ti? —él pelirrojo le preguntó, interrumpiendola.
—¡Hace como diez minutos también querías unirte! —Jude le reprochó.
—Pues si, porque si yo me uno puedo protegerte.
Jude sonrió de costado.
—No necesitas protegerme, puedo cuidarme sola.
—¿Ah si? —él le dijo acercándose a ella sigilosamente— ¿Puedes protegerte de esto?
Jude gritó cuando Fred comenzó a hacerle cosquillas.
—Para... para —Jude dijo entre risas internado librarse de Fred— no... me gusta.
—¿No que podías protegerte sola? ¿Acaso no puedes con el monstruo de las cosquillas? —el pelirrojo le preguntó con diversión.
Entre tantas risas, Jude choco con la cama y cayó en ella, intentando librarse de Fred le dio una patada lo que solo sirvió para que él se tambaleara y se cayera encima de ella.
—¿Monstruo de las cosquillas? —ella repitió con diversión.
—Si.. —respondió Fred en un susurro, mientras se acercaba a su rostro.
Cuando Fred estaba a punto de besarla, la puerta de la habitación se abrió de par en par y ninguno de los dos tuvo tiempo de reaccionar cuando la señora Weasley entro y tomo a su hijo del cuello de la remera, obligandolo a ponerse de pié.
—Fred... Weasley... no.. —parecia tan enojada que ni siquiera le salían las palabras— ¡Cómo te atreves! ¡No tienes respeto!
—Mamá te juro que no es lo que parece —él se quejó intentando soltarse de su agarre.
Jude se levantó de la cama y se quedó parada torpemente mirandolos a ambos.
—¿Me tomas por tonta? ¿Piensas que voy a creerte? ¡Pues vas a tener que explicarselo a tu padre cuando vuelva del trabajo!
—Señora Weasley... —Jude trato de intervenir.
—¡Y tu jovencita... ! —la señora Weasley tomo aire y se calmo un poco para no levantarle la voz— tu eres la más sentada Jude, no pensé que tu... ¡Le diré a Remus que hable contigo!
Fred y Jude compartieron una mirada antes de que la señora Weasley empujara a su hijo fuera de la habitación.
Jude se quedo allí, admirando la habitación en silencio, esperando que inevitablemente Remus llegara y le diera un sermón, pero en lugar de su padrino fue Sirius quién llego.
Sirius le regaló un enorme sonrisa mientras cerraba la puerta, él se dejó caer en la cama y la miró con las cejas en alto.
—No se lo que la señora Weasley te dijo, pero eso no fue lo que sucedió —Jude dijo, al notar que Sirius no iba a hablar hasta que ella no lo hiciera.
—Jude, por Merlín, yo también fui un adolescente hormonal —él respondió con diversión— y Molly no es ninguna santa ¡Tiene siete hijos!
Jude no puedo evitar reírse y Sirius pareció muy contento de haber logrado sacarle una sonrisa. Se movió en la cama y le dejo un lugar para que se siente a su lado.
—De todas formas no estábamos siendo adolescente hormonales —Jude le explicó mientras se sentaba— solo nos caímos.
Sirius la miró con una ceja alzada.
—Si, seguro. Ten cuidado en los lugares en los que te caes..
Jude lo golpeó con el pié haciéndolo reír.
—Mira... ¿Te sabes cuidar, conoces los métodos anticonceptivos? —Sirius le pregunto y Jude asintió— pues bien, eso es todo. ¡Disfruta de tu vida sexual!
—¡Sirius!
Ambos se voltearon para ver a Remus parado en la puerta. El negó con desaprobación mientas miraba a su amigo.
—¿Qué? —Sirius se quejo— ¿Piensas que por qué tu y yo le prohibamos tener sexo no lo va a hacer? Lo prohibido es aún más excitante, obviamente lo hará.. es mejor que sepa que tiene nuestro apoyo, que puede hablar de lo que sea con nosotros.
Remus se llevó una mano a la cara.
—Piensa en lo que James le hubier dicho.
—Pues Cornamenta hubiese querido que mueras virgen —Sirius dijo, apoyando una mano en el hombro de Jude— pero yo soy tu tío, así que te autorizo a acostarte con todos los pelirrojos que tengas ganas... ¡Espera! ¡Un pelirrojo!
Remus y Jude fruncieron el ceño.
—¿Que? —Jude le preguntó.
—¡La maldición Potter! Todos terminan con un pelirrojo —y de forma dramatica agrego— ¡JJ encontró a su pelirrojo!
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