50.
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capítulo cincuenta !
Jude nunca hubiese imaginado que la primera vez que podría aparecerse por su cuenta lo haría para asistir a un funeral. En realidad ella nunca había ido a uno, así que todo se sentía extraño.
Ella se mantuvo callada y en el fondo mientras enterraban en el cajón, no se había acercado a ver el cuerpo de Cedric antes porque todavía el recuerdo de él tendido en el campo de quidditch venía a su mente cada vez que cerraba los ojos.
—No se como le haces para mantenerte tan fuerte.
Jude tampoco lo sabía, sus ojos se habían llenado de lagrimas cuando vio a la señora Diggory llorar en los brazos de su esposo, pero no había derramado un lagrima. Era como si su cerebro todavía no hubiese procesado los hechos, sabía que Cedric estaba muerto pero no podía creerlo todavía, era tan irreal.
Thomas Mayer, el mejor amigo se Cedric (el que había rescatado en el lago) era el otro único adolescente que se encontraba en el funeral, eran los únicos que habían recibido un permiso especial para salir del colegio.
—¿Sabes? Él estaba muy enamorado de ti...
Jude se volteó a mirarlo, Thomas tenía los ojos llorosos y la nariz roja, pero había una gran sonrisa en su cara mientras recordaba a su amigo.
—Esa vez que te invito a salir... discutimos como un mes completo como debería de preguntartelo, se puso muy feliz cuando aceptaste ir a una cita, estaba muy nervioso.
—¿A una cita? —Jude preguntó con confusión— Ced y yo nunca tuvimos una cita.
—Pero si fueron al callejón diagon y llevaste a tu hermano.
La chica frunció el ceño.
—Esa fue una salida de amigos.. —ella murmuró.
—Pues Ced lo entendió apenas lo enviaste a la zona de amigos —dijo negando— tendría que haberse dado cuenta apenas llevaste a tu hermano.
—No sabía que era una cita...
—Pues por lo menos logro besarte antes de... Bueno, es como dice la señora Diggory no ha sufrido y se ha ido feliz, eso es lo único que me consuela.
Jude pensó en el beso de Cedric y lo enojada que estaba de que él lo hubiera hecho, hasta tenía pensado discutir con él cuando saliera del laberinto...
—Estaba un poco enojada con él —ella le confesó— ahora me siento tan mal...
Thomas le apoyó una mano en el hombro.
—Eso ya no importa, Jude.
Ella no le respondió, pero si le importaba. Cedric había sido un gran amigo desde que tenía once, no era su mejor amigo pero Jude sabía que podía contar con él en cualquier momento aunque no hubiesen hablado en meses.
—Toma esto —murmuro la señora Diggory cuando Jude se fue a despedir— lo encontré en las cosas de Ced que me dio la profesora Sprout..
Era la foto que se habían tomado en el baile de navidad, tenía un marco que estaba decorado con abejas y corazones.
Aunque Cedric había acordado darle una copia no sucedió enseguida y Jude se había olvidado por completo.
—No..—Jude se negó, no la quería. No sabía cuántas fotografías tenía la señora Diggory de su hijo, así que no quería dejarla sin ese recuerdo— quedeselo.
La señora Diggory negó, empujando el cuadro en el pecho de Jude.
—Hay otra foto de esto, esta es solo una copia —ella le dijo, adivinando las intenciones de Jude— quizás planeaba regalartelo a ti..
Luego de que Jude se despidiera del señor Diggory, se alejó del cementerio a paso lento, mirando la foto dentro del marco. El chico de la foto no se parecía a nada al Cedric que ella recordaba al cerrar los ojos.
Jude quería recordar a este Cedric, el tipo feliz, que había bromeando con ella en el baile, al que le brillaban los ojos de diversión y tenía una risa melodiosa.
Mientras más miraba la foto se dio cuenta que la esquina estaba doblada, así que antes de aparecerse abrió la parte de atrás del marco pero al sacar la madera finita y acomodar la foto pero la letra pulcra de Cedric apareció.
¡Feliz cumpleaños para alguien que espero que siga siendo mi amiga incluso cuando estemos demasiado viejos como para recordar está foto!
Con amor, Cedric.
Jude sonrió, recordó que Cedric le había dicho que no pudo acercarse a ella durante la fiesta... probablemente ese hubiera sido su regaló.
—Seras recordado Cedric Diggory —Jude murmuró antes de cerrar los ojos para aparecerse.
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—¿Estás bien? —Fred le susurró, inclinándose para que solo Jude pudiera escucharlo— desde que Dumbledore dio ese discurso no has estado...
—Es solo que me he puesto a pensar en el futuro. Hace unos meses tenía bien en claro lo que quería hacer pero ahora..
—¿Ya no te interesan las pociones? —Lee preguntó con sorpresa.
Aunque Fred se había mantenido hablado en voz baja, Jude no lo hizo y llamó la atención de todos sus amigos dentro del compartimento.
—Aun me interesan, pero no parece tan importante con lo que esta sucediendo. Con Voldemort de regreso no puedo ayudar a Harry detrás de un caldero. Estuve pensando que quizás podría convertirme en auror, eso me ayudaría mucho pero ni siquiera he tomado defensa contra las artes oscuras este año, tendré que hablar con la profesora McGonagall y...
—Judy, desde que nos conocimos lo único que te ha interesado son las pociones, no puedes solamente querer cambiar de profesión por lo que está sucediendo. Las pociones son muy importantes también —Gorge le dijo de forma severa. Fred y Lee asintieron de acuerdo.
Era raro para Jude ver a sus tres amigos comportarse de esa manera, probablemente nunca antes habían estado tan serios.
—Si no estudias pociones al salir de Hogwarts luego de todas las horas que tuve que escucharte hablar sobre la creación de la piedra filosofal, me suicidare —Lee le dijo, apuntandola con el dedo índice.
—Judex —Fred le puso una mano en la pierna— piensalo bien ¿si? Háblalo con Harry también, no creo que el quería que tu dejes de hacer lo que te gusta por él.
—No es solemnemente por él —Jude murmuro y sus amigos la miraron con una ceja alzada— bueno, en gran parte si, pero ser auror no solamente me ayuda a proteger a Harry, podría luchar en la guerra se que avecina.
George suspiró.
—Pero ser pocionista siempre fue tu sueño.
—A veces los sueños son solo eso.. —Jude dijo dando por terminada la conversación— iré a ver a Harry, ya vengo.
—Vamos contigo —Fres y George respondieron al mismo tiempo.
Jude se quedó parada en la puerta del compartimento viendo a Lee.
—¿Vienes?
Lee negó, pero también se puso de pie.
—Ire a ver a las chicas, Katie me debe una partida de snap explosivo.
Los cuatro se dividieron.
No hizo falta adivinar en que compartimento estaba Harry, porque vieron a Malfoy y sus dos matones parados en el medio del pasillo.
—Estos idiotas —murmuro George con desprecio.
—¡Ya es demasiado tarde, Potter! ¡Ahora que ha retornado el Señor Tenebroso, los sangre sucia y los amigos de los muggles serán los primeros en caer! Bueno, los primeros no, los segundos: el primero ha sido Digg...
Al notar la cara de disgusto de Jude, George saco su varita.
Fue como si alguien hubiera encendido una caja de bengalas en el compartimiento.
Malfoy, Crabbe y Goyle estaban inconscientes en el hueco de la puerta.
—¿Están bien? —Jude preguntó entrando al compartimento con cuidado para no pisar a ninguno.
—No es un buen lugar para tomar una siesta—dijo Fred pisando a Goyle para entrar en el compartimiento, George copio su accionar y piso a Malfoy.
—Vamos a sacarlos de aquí, no pegan con la decoración —George murmuró.
Ron, Harry y George los sacaron al pasillo empujándolos con los pies. Luego volvieron al compartimiento y cerraron la puerta.
Jude se sentó junto a Hermione quien le sonrió cuando ella le acomodó el cabello de forma cariñosa. Los chicos se pusieron a jugar al snap explosivo mientras ellas dos leían un libro que Hermione había abierto y puesto en el medio de ambas.
—¿No nos lo van a decir? ¿A quién le hacian chantaje? —Harry pregunto, mirando especialmente a su hermana, él también había estado insistiendo con que ella le dijera lo que había hablado con Dumbledore.
—Ah —dijo George—. ¿Les contamos?
Jude alzó los hombros con indiferencia.
—Es su decisión, chicos.
—No importa —contestó Fred—. No
tiene importancia. Ya no la tiene, por lo menos.
—Hemos desistido —añadió George encogiéndose de hombros.
Pero Harry, Ron y Hermione siguieron insistiendo, hasta que Fred dijo al fin:
—Bien, de acuerdo. Si de verdad lo quieren saber... se trataba de Ludo Bagman.
—¿Bagman? —exclamó Harry con brusquedad—. ¿Quieres decir que estaba envuelto en...?
—Qué va —repuso George con un dejo sombrío—. Ni mucho menos. Es un cretino. No tiene bastante cerebro para eso.
—¿Entonces? —preguntó Ron.
—¿Se acuerdan de la apuesta que hicimos con él, en los Mundiales de quidditch? Apostamos a que ganaría Irlanda pero que Krum atraparía la snitch.
—Nos acordamos —dijeron Harry y Ron.
—Bien, el muy cretino nos pagó en oro leprechaun que había tomado de las mascotas del equipo de Irlanda.
—Pero... habrá sido una equivocación, ¿no? —comentó Hermione.
—Ojala —dijo Jude— ese tipo es un estafador de primera.
—Al final se volvió bastante desagradable —explicó Fred—. Nos dijo que éramos demasiado jóvenes para apostar, y que no nos daría nada.
—Así que le pedimos que al menos nos devolviera nuestro dinero.
—¡No se negaría a eso! —exclamó Hermione.
—¡Ya lo creo que se negó! —dijo Fred.
—Pero ¡eran todos sus ahorros! ¡Y Jude también apostó!
—Resulta que está metido en líos con los duendes. Le prestaron mucho dinero. Una banda de ellos lo acorraló en el bosque después de los Mundiales y le tomo todo el oro que llevaba con él, y aún no bastaba para pagar todo lo que les debía. Lo siguieron a Hogwarts para que no se les escabullera. Lo ha perdido todo en el juego. No tiene dónde caerse muerto. ¿Y saben cómo intentó pagarle a los duendes?
—¿Cómo? —preguntó Harry.
—Apostó por ti —explicó Fred—. Apostó un montón contra los duendes a que ganabas el Torneo.
—¡Por eso se empeñaba en ayudarme! —exclamó Harry—. Bueno... yo gané, ¿no? ¡Así que ahora puede darles lo que les debe!
—Nop —dijo George—. Los duendes juegan tan sucio como él: dicen que empataste con Diggory, y que Bagman apostó a que ganabas de manera absoluta. Así que Bagman ha tenido que darse a la fuga. Escapó después de la tercera prueba.
El resto del viaje fue bastante tranquilo. Fred se aburrió de jugar al snap explosivo y se sentó junto a Jude para que le contará de que iba el libro que estaba leyendo con Hermione.
Cuando llegaron a King’s Cross, Jude fue de las primeras en salir del tren, esperando encontrar a Lee para saludarlo antes de que se fuera.
—Hola señor Jordan —Jude saludo al padre de Lee antes de abrazar a su amigo— ¿me escribirás en el verano?
—Por supuestamente que si —él le dijo, apretándole la mejilla con diversión.
Jude siguió a Harry al otro lado de la barrera, Tío Vernon los esperaba. La señora Weasley estaba muy cerca de él y cuando los vio acercarse les sonrió.
—Cuidate Jude, ¿Si? —le dijo la mujer dándole un fuerte abrazo.
—¡Judex!
Jude se separó de la señora Weasley para sonreírle a Fred. Él y George venían trotando hacia donde estaban, parecían muy felices.
—Te besaré ahora mismo —Fred le advirtió.
—¿Qué..?
Jude no pudo terminar de hablar porque Fred puso una mano en su cintura y acercó su cara a la de ella hasta que sus labios quedaron unidos.
En el medio del beso Fred sonrió y cuando se separó le dio otro rápido beso antes de alejarse para acercarse a su madre que lo miraba con sorpresa.
Harry se aclaró la garganta llamando la atención de Jude, que lo único que había hecho era llevarse una mano a la boca mientras veía a Fred que le guiñaba un ojo.
El trío Vernon gruñó por lo bajo.
—Lo único que faltaba —él se quejó mientras comenzaban a caminar.
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