35.
・゚✧༄ ・゚✧
capítulo treinta y cinco !
El comienzo del mes de diciembre llevó a Hogwarts vientos y tormentas de aguanieve. El castillo siempre resultaba frío en invierno por las abundantes corrientes de aire, por lo que Jude se quedaba la mayor parte del tiempo en la sala común junto al fuego acariciando a Crookshanks cuando se acercaba a buscar mimos, en ese momento la única persona que buscaba mimos era Ginny que estaba tirada frente a la chimenea con la cabeza apoyada en la pierna de Jude mientras ella le hacía caricias en el cabello.
—¿Con cual de mis hermanos irás al baile de navidad? —la pelirroja le preguntó, con los ojos cerrados, disfrutando de las caricias en el cabello que estaba recibiendo.
Jude suspiró.
Hace poco más de una semana la profesora McGonagall, jefa de su casa, les había informado sobre el baile de Navidad que era una parte tradicional del Torneo de los tres magos. Al baile sólo podían asistir los alumnos de cuarto en adelante.
—Ninguno me lo ha pedido —ella murmuró, Ginny abrió los ojos y la miró con sorpresa— y quizás ni siquiera asista, no es obligatorio y además no tengo un vestido.
—Yo tengo un vestido —la pelirroja murmuró— mamá me lo metió en el baúl, quizás pensó que alguien más me invitaría.
Jude le sonrió.
—Alguien te invitará. Y si nadie lo hace, yo te llevaré al baile, McGonagall no puso reglas en ese sentido.
Ginny le devolví la sonrisa.
—¿Y si alguien más te invita que no sea ninguno de mis hermanos.. como por ejemplo Cedric, aceptarás?
La chica se encogió de hombros.
—Si.. es probable que le diga que si al primero que me lo pregunté.
Ginny frunció el ceño.
—Pues no deberías. Eres la chica más linda que conozco, deberías de tener un estándar...
—Era solo una forma de decir G, por ejemplo si Davies me lo pregunta no iría con él.
—¿Y por qué te lo preguntaría? —la pelirroja la miró con una ceja en alto— oh... ya veo.
—¿Qué? —ella preguntó riéndose.
—Bueno, es obvio que algo paso entre tu y Davies, si no, no lo nombrarias y tampoco te reirías de esa forma —Ginny le dijo, sentándose para mirarla.
—Solo estaba dando un ejemplo.
Ginny entrecerro los ojos mientras la miraba.
—No me mientas, Judy —le dijo, apuntanola con un dedo.
—Solo fueron unos cuantos besos..
La pelirroja soltó un grito que alerto a las demás personas que estaban en la sala común.
—¿Y que tal fue?
Jude alzó los hombros con diferencia.
—Bien ¿Creo? Fue mí primer experiencia y no me bese con más nadie como para compararlo.
Ginny la miró con atención.
—Cuando alguien me bese te contaré lo que sentí y podremos compararlo.
Jude se rió.
—Cuando alguien te bese será el fin de la persona que lo hizo, tus hermanos lo mataran.
—¿Que cuchichean ustedes dos? —Hermione pregunto, acercándose a ellas y sentándose al otro lado de Jude.
—Primero estuvimos hablando sobre el baile de navidad y luego...
—Oh, tengo algo que contarles sobre eso.
Jude y Ginny la miraron de forma expectante.
—Adelante, te escuchamos.
Las mejillas de Hermione se tornaron rojas antes de decir:
—Victor Krum me invitó al baile.
Ginny frunció el ceño.
—¿De verdad?
Al contrario de la pelirroja, Jude estiró su mano y tomo la de Hermione.
—¿Y aceptaste? —Jude le preguntó con emoción.
Hermione asintió.
Ginny volvió a gritar y está vez nadie en la sala común se sorprendió.
—Que alegría, Mione —Jude le dijo— cuéntanos como fue.
Ambas chicas, que no tenían hermanas, veían a Jude como si fuera una, las dos sabían que si existía algún problema podrían hablarlo tranquilamente con ella y Jude las ayudaría en lo que fuera, aparte de considerarla como su hermana también la consideraban su mejor amiga. Las tres tenían una obvia diferencia de edad, pero era lo que menos les importaba.
Así que sintiéndose segura, Hermione tomo un poco de aire antes de contar como uno de los campeones del torneo se le había acercado a hablar en la biblioteca.
・゚✧༄ ・゚✧
Cada día de la última semana del trimestre fue más bullicioso que el anterior. Por todas partes corrían los rumores sobre el baile de Navidad.
—Mientras no nos hagan escuchar a Celestina Warbeck, no me importa que música pongan —George murmuró, mientras los cuatro entraban a la sala común.
—Celestina Warbeck no está tan mal —Jude murmuró recordando a la señora Weasley tararear alguna de sus canciones.
Antes de que George pudiera contestarle se escuchó un estallido y los cuatro amigos voltearon para ver a Ron con las cejas chamuscadas por haber tenido la cara tan cerca al jugar a los naipes explosivos.
—Muy guapo, Ron... Esas cejas te combinarán a la perfección con la túnica de gala —Fred le dijo con diversión.
Los cuatro se acercaron a Ron, Hermione y Harry.
—Ron, ¿nos puedes prestar a Pigwidgeon? —le preguntó George.
—No, está entregando una carta —contestó Ron—. ¿Por qué?
—Porque George quiere que sea su pareja de baile —repuso Fred sarcásticamente.
—Pues porque queremos enviar una carta, tonto —dijo George.
—¿Por qué no le piden a Jude usar a Hedwig?¿Además a quién siguen escribiendole ustedes dos, eh? —preguntó Ron.
—Hedwig está ocupada —Jude respondió— le envíe una carta a Remus.
—Aparta las narices, Ron, si no quieres que se te chamusquen también —le advirtió Fred moviendo la varita con gesto amenazador—. Bueno... ¿ya tienen todos pareja para el baile?
—No —respondió Ron.
—Pues mejor te das prisa, o pillarán a todas las guapas —dijo Fred.
—¿Con quién vas tú? —quiso saber Ron.
Fred se quedó en silencio y Jude se volteó para mirarlo con curiosidad.
—¿Irás con Angelina? —Jude le preguntó con pesadumbre.
Harry frunció el ceño.
—Eh.. si —respondio Fred al fin, sin atreverse a devolverle la mirada a Jude.
—¿Qué? —exclamó Ron, sorprendido—. ¿Se lo has pedido ya?
—Buena pregunta —reconoció Fred. Volvió la cabeza y gritó—: ¡Eh, Angelina!
Angelina, que estaba charlando con Alicia Spinnet cerca del fuego, se volvió hacia él.
—¿Qué? —le preguntó.
—¿Quieres ser mi pareja de baile?
Angelina le dirigió a Fred una mirada evaluadora.
—Bueno —aceptó, y se volvió para seguir hablando con Alicia, con una leve sonrisa en la cara.
Jude de repente encontró muy interesante un hilo que se desprendía de su sweater. Harry la miró de costado y le tendió la mano esperando que ella se lo tomará, cuando Jude lo hizo él solo le dio un fuerte apretón.
La chica le regaló una sonrisa pero Harry que la conocía hace catorce años se dio cuenta que solo lo hacía para que él no se preocupara. Era obvio para Harry que a su hermana le gustaba Fred, pero él no sabía muy bien como debía consolarla, siempre había sido al revés, Jude siempre era la que lo consolaba a él.
—Recorde.. —Jude se puso de pié de repente, sorprendido a sus amigos— recordé que.. tengo que irme.
Lee se puso de pié enseguida y salió detrás de su amiga.
Cuando los dos estuvieron lo suficientemente lejos de la sala común Jude se volteo y abrazo a Lee con todas sus fuerzas.
—Quiero enojarme con él o con Angelina pero ni siquiera puedo —ella murmuró, escondiendo su cabeza en el cuello de Lee— no es como si ellos pudieran controlarlo, no es culpa de Fred que me guste.. el problema soy yo, yo siempre soy el problema.
Lee negó y comenzó a hacerle caricias en el cabello.
—Jude, tu no eres el problema.
—¿Entonces por qué nadie me ama?
—Yo te amo.
Jude se separó un poco del abrazo y lo miró. Lee se dio cuenta que el labio le temblaba y que tenía los ojos llorosos, él la volvió a abrazar.
—Yo te llevaré al baile ¿Quieres?
La chica negó.
—Ya invitaste a esa chica de Hufflepuff.
—No importa, le diré que no puedo y..
—No. Está bien, de verdad. No me importa ir a baile es solo... es solo esa horrible sensación que tengo en el pecho cada vez que Fred mira Angelina como me gustaría que me mimara a mí.
Lee suspiró.
—Fred es un estúpido.
—No es estúpido —Jude aún así lo defendío— él no tiene la culpa de las cosas que me pasan.
El chico no supo que más responder, quería volver a la sala común y gritarle a Fred por lo que había hecho. ¿Por que simplemente no se armaba de valor y invitaba a Jude?
—¿Judy?
Ambos se separaron del abrazo para ver a Cedric Diggory que miraba a Jude con preocupación, estaba parado torpemente en las escaleras.
Jude rápidamente se pasó una mano por debajo de los ojos para borrar cualquier evidencia de que había estado llorando.
—Hola Ced —ella murmuró, su voz salió tan extraña que se obligó a saludarlo de nuevo—... hola.
Cedric le sonrió pero aún la miraba con preocupación.
—¿Estás bien? —él le preguntó, acercándose lentamente a ella.
—Si —ella asintió— si, solo se me metió algo en en el ojo.
Lee la miró con una ceja alzada.
—Estaba buscándote para hablar pero si quieres lo dejamos para más tarde...
Jude negó.
—No. Está bien —ella miró a Lee, advirtiendole que la dejara sola— hablemos ahora.
—Bueno —Lee miró a Cedric— me iré a la sala común.
Cómo ni siquiera habían salido de la torre de Gryffindor, Lee no tuvo que caminar mucho para llegar al retrato de la señora gorda, cuando se metió a la sala común, Jude se volteó para mirarlo.
—¿De que querías hablar?
—Espero que no te parezca inapropiado, pero quería invitarte al baile de navidad —el murmuro con nerviosismo.
—¿De verdad? —Jude le preguntó con sorpresa.
Cedric asintió.
—Si.. pensé que lo el otro día habían quedado claros mí sentimientos por ti...—el obviamente se refería al día en el que casi la beso—y me estoy arriesgando a quedar como un completo tonto y arruinar nuestra amistad, pero ya no puedo esconder más estos sentimientos..me gustas, mucho.
Si bien Jude sabía que existía la posibilidad de que Cedric gustará de ella no pensó que el se fuera a declarar, menos en ese momento, luego de todo lo que le había pasado hace unos instantes.
—Por favor, di algo —el le pidió.
Jude le sonrió.
—Ced me agradas, te considero uno de los chicos más bondadosos y bellos del colegio, además de un gran amigo, por lo que no puedo mentirte. Tu no me gustas de esa manera.
Cedric suspiró, su cara se volvió completamente roja.
»Lamento haberte dado falsas esperanzas, no se si alguna vez lo hice, pero lo siento, nunca fue mí intención ilusionarte. Eres la persona más maravillosa que conozco, y estoy muy halagada por lo que me acabas de decir, pero no quiero lastimarte. Estoy segura de que encontrarás a alguien que sepa merecerte, alquilen que comparta lo mismo sentimientos que tu..
—Es terrible —Cedric se rió, llevándose las manos a la cara— acabas de rechazarme de la manera más amable del mundo así que ni siquiera puedo molestarme.
Jude le puso una mano en el brazo.
—Lo siento Ced.
—¿Ni siquiera hay una posibilidad, no?
La chica negó.
—Me gusta otra persona. Y el karma es tan cruel que como yo te rechace ahora, él me rechaza a mí.
Cedric suspiró.
—Aun podemos seguir siendo amigos. ¿Verdad?
—Por supuesto que si.
—¿Y puedes acompañarme al baile como una amiga, no?
Jude lo miro con una ceja en alto.
—Si..
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