33.



・゚✧༄ ・゚✧ 
capítulo treinta y tres !


—Podrías comenzar utilizando el hechizo avis.. eso distraeria al dragón, aunque deberíamos saber lo que debes hacer con el dragon. ¿Hagrid no te dijo? ¿Acaso no tendrás que matarlo, no?

Harry miró completamente horrorizado a su hermana.

—Pues no lo creo.. de igual forma tienes que dejar de preocuparte, Judy.

Su hermana negó mientras cerraba su libro.

—No puedes pedirme eso, Harry. Soy tu hermana y mí deber es preocuparme por tu bienestar, y aún mas cuando estás metido en este tonto torneo con un estúpido dragón. ¿Por qué no mejor te tiran al lago negro y te ponen a luchar con el calamar gigante? —ella dijo con sarcasmo.

—Esta bien —Harry la tranquilizó, sintiendose culpable de que ella siempre estuviera preocupado por su culpa— Hermione y yo ya lo solucionamos —él le mintió— ya encontramos un hechizo que utilizar.

—¿Y cual es? —ella le preguntó mirándolo con una ceja alzada.

—No te lo diré. ¿Mira si se te escapa delante de Diggory?

Jude puso los ojos en blanco.

—Ni siquiera se si Cedric lo sabe. ¿Piensas que los demás campeones lo saben?

—Bueno, Madame Maxime estaba allí con Hagrid cuando el me llevo a ver a los dragones, así que Fleur lo debe de saber, Krum.. no lo sé, es probable, pero no creo que nadie se lo haya dicho a Cedric... —ambos se quedaron en silencio, mirandose por un momento, hablando si hacerlo realmente— está bien, dicelo.

Jude le sonrió antes de ponerse de pié, ella le desacomodó el cabello antes de salir de la biblioteca, esperando encontrar a Cedric merodeando por ahí porque realmente no quería entromerse en la sala común de Hufflepuff (de la cual sabía la ubicación, el ritmo de Helga y que barril tocar, gracias a los gemelos).

Para su suerte Cedric choco con ella en el corredor.

—¡Judy, te estaba buscando! —el le dijo, tomando por ambos brazos para que no se terminará en el suelo luego de aquel encuentro.

La chica le sonrió.

—¡De hecho yo también te estaba buscando a ti!

—¿Si? —le preguntó Cedric sonriendole de costado.

—Si, quería hablarte sobre la primera prueba —ella murmuró mientras volteaba para ver a los demás alumnos que los miraban con curiosidad— quizás sea mejor que hablemos de esto en un lugar más privado.

Cedric asintió y tomo a Jude de la mano para guiarla hacia un salón desolado. Cuando ambos entraron el cerro la puerta y se volteó a verla con curiosidad.

—¿De que se trata, Judy?

—¿Ya sabes que cual es la primera prueba?

Cedric negó con tristeza.

—No tengo idea —el murmuró— he estado estudiando todo tipo de cosas, pero no lo sé. ¿Harry ya lo ha descubierto?

—Si —ella le dijo— es de lo que te quería hablar.  La primera prueba son dragones.

El chico frunció el ceño y se alejó de la puerta para acercarse a Jude a paso lento.

—No bromees conmigo, Judy.

—No lo hago.

Cedric se detuvo.

—¿Realmente son dragones?

—Si, Harry los vio. Trajeron cuatro dragones, uno para cada campeón.

El chico la miró, preso del panico.

—Pero ¿cómo Harry se enteró de eso? Se supone que no podemos saber...

—No importa, solo lo sabe, al igual que los otros campeones. Todo lo saben excepto tu.

—¿Por qué me lo has dicho? —preguntó.

Jude frunció el ceño.

—Para que todos estén en igualdad de condiciones —ella respondió con obviedad— no es justo que los demás tengan información que tu no tienes...

—¿No estarás haciendo esto para distraerme del verdadero desafío y así ayudar a Harry a ganar, no?

—Cedric —Jude lo miro con decepción— ¿Realmente crees que yo soy capaz de hacerte algo así a ti?

—Lo siento, Judy —el se disculpó enseguida, acortando el espacio que quedaba entre ellos— estoy tan nervioso por todo esto... y no logro tener un segundo de paz, siempre hay gente persiguiendome todo el día y mira, no quiero ser grosero pero ya no los soporto.

Jude le sonrió.

—Es comprensible, yo ya los hubiese enviado a comer mierda.

Cedric también sonrió.

—Es lo que me gusta de ti, eres muy amable pero también eres tan osada y descarada. Ojalá pudiera yo poder decirles a los demás que me dejen en paz, al segundo ya me estaría sintiendo mal por haberlo dicho.

—No dejes que Rita Skeeter te escuché decir la palabra me gusta dirigida hacia mí porque no veremos en final.

Ambos se rieron.

—Asi que lo leíste.. pensé que no lo habías hecho. Lo siento, intento hacerme preguntas ese día sobre ti pero solo le dije tu nombre y lo demás lo inventó todo.

Jude se encogió de hombros.

—Esta bien, pero como tu nueva conquista puedo decirle a toda esa banda de fastidiosos que te dejen en paz si quieres —ella le dijo con diversión, recordando que Rita Skeeter la había llamado asi en el artículo— me funcionó cada vez que le pedí amablemente que dejen en paz a mí hermano.

Cedric sonrió ampliamente.

—¿Acabas de decir amablemente? —el preguntó con diversión— creo que tienes un recuerdo muy diferente al mío, recuerdo que hace dos años amenazaste con coserles la boca a todos si no se mantenían callados.

Jude fingió pensarlo.

—Mmm.. yo no lo recuerdo así, tu recuerdo debe estar distorsionado.

Ambos se sumieron en silencio agradable hasta que Cedric se inclinó y poco, esta tan cerca de Jude que ella podía escucharlo respirar entrecortadamente.

—Judy yo...

La puerta se abrió de repente, revelando al profesor Snape que los miraba con disgusto.

—¿Que creen que están haciendo?

—Nada —Jude murmuró, alejándose de Cedric.

Snape los examinó con cuidado.

—¿Este es el ejemplo que dan siendo prefectos? Y tu Diggory.. ¿No deberías de estar estudiando para la primera prueba?

—Si señor, lo siento —el se disculpó rápidamente, sus mejillas estaban completamente rojas cuando miró a Jude— lo siento, Judy.

Cuando Snape se hizo a un lado en la puerta, Cedric prácticamente salió corriendo del salón, dejando a Jude sola con el profesor.

—Tu madre nunca uso indebidamente el poder que le dieron al ser prefecta.

La chica frunció el ceño, podía recordar vagamente a Remus contándole que Lily y Snape habían sido buenos amigos en Hogwarts, pero de la forma en la que él los había tratado a ella y a su hermano durante todo estos años, ella creía que el no tenía derecho a hablar de su madre.
También le molestaba profundamente que todos parecían conocer mejor a sus padres que ella. Claro, gracias a Remus y a Sirius ella había conocido mucho más de su padre, pero el único amigo de su madre que seguía con vida no parecía muy comunicativo como para que ella pudiera interrogarlo.

—Pues no lo sabía —ella murmuró con enfado— ¿Cómo la sabría si la mataron antes de que pudiera si quiera enseñarme lo que significa la palabra "indebidamente"?

Jude intento sortear a Snape y salir del salón, pero él hombre se puso de nuevo frente a la puerta y no la dejo salir.

—No era su deseo que la mataran así que no se porqué te enojas con ella, con su recuerdo.. veo que constantemente te enorgulleces de tu padre, pero ¿Y tu madre?

Luego de seis años de conocer a Snape está era probablemente la primera vez que le había hablado a Jude con voz amable.

—No estoy enojada con ella —Jude murmuró de repente sintiéndose bastante estúpida— es solo que apenas se algo de ella... que fue prefecta y premio anual, por lo que supongo que fue muy inteligente, y que fue una madre amorosa con Harry y conmigo mientras estaba viva... pero no sé cosas importantes, no conozco su color favorito o si quiera cuando es su cumpleaños.

Snape frunció el ceño.

—¿Petunia nunca contestó tus preguntas? —él preguntó arrugando la nariz con disgusto.

Jude dejo pasar por alto el hecho de que habló de su tía cómo si la conociera y no como la señora Dursley.

—Lo máximo de lo que habla de mí mamá es para insultarla a través de mí. "Todo el día con la nariz mentida en un libro como el monstruo de mí hermana"..

Snape fue ahora quien lucía enfadado, él se hizo a un lado para dejarla pasar, pero antes de que Jude pudiera irse le dijo algo:

—Violeta y treinta de enero.

—¿Qué?

—El color favorito de tu madre y su cumpleaños
—Snape respondió antes de alejarse primero.

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