32.
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capítulo treinta y dos !
LA MISTERIOSA HERMANA DE HARRY POTTER
Mis queridos lectores, quizás le sorprenda esto tanto como a mí, pero Harry Potter uno de los flameantes campeones de Hogwarts (véase pág 3) tiene una hermana mayor.
Jude Potter, mayor que su hermano por solo por un par de años, es una muchacha bastante bonita que va en su sexto año en la casa de Gryffindor. Segun mis fuentes, Jude es una muchacha inteligente pero muy arrogante, se pasea por los pasillos como si ella misma fuera quién derrotó a Quien-tu-sabes aquella noche de octubre, su reputación le precede en el colegio por ser "amiga" solo de los hombres, y también es muy avispada para seleccionarlos, su última conquista es nada más ni nada menos que Cedric Diggory, el segundo campeón de Hogwarts.
Está misteriosa muchacha que ha conseguido engatusar a tanto hombres como mujeres, está desesperada por la fama. Estos últimos años ha tratado desesperadamente se robarle el protagonismo a nuestro incomprendido héroe, Harry Potter haciendo...
Jude frunció el ceño y se levantó del sillón para tirar el periódico al fuego de la chimenea de la sala común.
—Maldita perra asquerosa —murmuro con enfado, volteando para ver a sus tres mejores amigos que se estaban aguantando la ganas de reír— ¿Qué? —ells espeto.
—Que es obvio que nadie se creerá esa tontería, Judex —Fred le dijo, poniéndose de pié para pararse frente a ella— quizas si eres un poco arrogante pero por todo lo demás miente.
Jude lo golpeó y le chico se tapó la cara con ambas manos para protegerse mientras se reía.
—De todas formas.. —Lee comenzó— eso de Diggory... ¿Está sucediendo algo entre ustedes?
La sonrisa de Fred se borró por completo y miró a Jude de forma expectante.
—Si —George estuvo de acuerdo— nunca nos cuentas nada sobre tu vida amorosa ¿Siquiera diste tu primer beso?
La cara de Jude se volvió completamente roja.
—A ustedes eso no les interesa.
George se rió.
—¡Ya diste tu primer beso y nos dijiste nada! —él la acuso— ¡Nosotros te contamos cuando eso sucedió!
—¿Con quién te besaste? —Fred le preguntó solemnemente.
—Con nadie —ella se negó a responder.
—Vamos, no nos burlaremos —Lee le dijo.
—Fue con Roger Davies...
—¡¿Con ese tarado?! —Fred preguntó con incredulidad.
—Si, ya se pero...
—¿Por eso el otro día intentaba coquetearte? —George le preguntó.
—¡No! El beso fue hace mucho tiempo, teníamos como trece años...
—¡¿Trece años?! —George repitió— fuiste la primera en dar un beso de todos nosotros ¿Y nos los cuentas ahora?
Jude, que aún tenía las mejillas fuertemente sonrojadas, se sentó al lado de Lee en el sillón y tomo un libro que alguien había olvidó ahí para fingir leer.
—No puedo creer que te hayas besado con ese idiota —Fred se quejó, sentándose a su lado y quitándole el libro de las manos para que le prestará atención.
—No se porqué hacen tanto escándalo fue algo que sucedió hace ya varios años... además yo no te dije nada a ti cuando te besaste con todas esas chicas.
George y Lee compartieron una mirada.
—¡Jude, no es lo mismo! —Fred le dijo, claramente molesto porque había usado su nombre y un apodo para nombrarla— esas chicas ni siquiera me interesan, pero ¿Davies? Es un idiota que obviamente está interesado en ti.
Jude bufo.
—Lo siento Fred, no sabía que debía tener tu permiso para besarme con alguien —ella le dijo, enojandose también.
Las mejillas del pelirrojo se volvieron rojas.
—Puedes hacer lo que quieras y besarte con quién se te de la gana, Jude.
—Bueno, pues no parece, sino no te hubieses puesto de esta forma.. ¿Ven? no les conté por esta razón, tu no eres mí padre ni mucho menos mí novio para hacerme está clase de planteos.
Jude se puso de pié y se alejó furiosamente hacia su habitación.
Lee le dio un golpe a Fred.
—¿Realmente le hiciste una escena de celos a Judy? —él preguntó con diversión.
Fred se quejó tirando la cabeza hacia atrás.
—Es que..
—¿Qué? —George se burlo— ¿Estabas esperando que el primer beso de Judy fuera contigo?
—Pues no.. digo no lo sé. ¿Pero con Roger Davies? Francamente hubiese sido hasta mejor con Diggory.
Lee se burló.
—No te preocupes, no tardará en hacerlo. Está haciendo lo que tu no haces, dentro de poco hasta se volverán novios.
Fred se llevó las manos a la cabeza.
—¿Y que se supone que debo hacer? Ella piensa que me gusta Angelina.
—Entonces demuestrale que no —Lee le dijo con obviedad.
—¡¿Cómo?!
—Hagamos un plan para conquistar a Judy —George le dijo luego de un rato en el que los tres estuvieron pensando.
—¿Hagamos? —Fred preguntó, mirando a su gemelo con une ceja en alto.
George se rió.
—Hagamos un plan para que tu conquistes a Judy ¿Feliz? —le dijo con diversión— aunque mira.. si Jude se enamora de mí no me quejaré.
Fred se levantó para golpearlo.
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Jude se sentó en el suelo, junto a la chimenea mientras leía, esperando pacientemente que la sala común se despejará, también estaba esperando a Harry, porque habían acordado hablar con Sirius.
El retrato de la señora gorda se abrió y Harry se quitó la capa de invisiblilidad, dejándola en el suelo para sentarse junto a su hermana.
—Descubri de que va la primera prueba —él le dijo.
—¿Y? —Jude le preguntó esperando obtener más información.
Pero Harry guardo silencio cuando la cabeza de Sirius sobresalió entre las llamas.
—¿Qué tal estás, Sirius?
—No se preocupen por mí. ¿Qué tal están ustedes dos? —le preguntó Sirius.
Los dos le contaron lo que había estado sucediendo hasta el momento, cómo que nadie crecía que Harry no había puesto su nombre en el cáliz, sobre el artículo de Rita Skeeter...
—... y ahora Hagrid acaba de enseñarme lo que me toca en la primera prueba, y son dragones, Sirius. ¡No voy a contarlo! —dijo Harry desesperado.
Jude dejo de mirar el fuego y se volteó para mirar a su hermano con preocupación.
—¿Dragones? —ella preguntó con incredulidad— ¿Cómo..? Godric, Dumbledore está loco por permitir algo así.
—Jj, Harry puede manejar a los dragones, pero de eso hablaremos dentro de un minuto. No dispongo de mucho tiempo... He allanado una casa de magos para usar la chimenea, pero los dueños podrían volver en cualquier momento.
Quiero advertirte algunas cosas.
—¿Qué sucede Sirius? —Jude le preguntó.
—Karkarov —explicó—. Era un mortífago. Saben lo que son los mortífagos, ¿verdad?
—Sí...
—Lo pillaron y estuvo en Azkaban conmigo, pero lo dejaron salir. Estoy seguro de que por eso Dumbledore quería tener un auror en Hogwarts este curso... para que lo vigilara. Moody fue el que atrapó a Karkarov y lo metió en Azkaban.
—¿Dejaron salir a Karkarov? —preguntó Harry—. ¿Por qué lo dejaron salir?
—Hizo un trato con el Ministerio de Magia. Aseguró que estaba arrepentido, y empezó a cantar... Muchos entraron en Azkaban para ocupar su puesto, así que allí no lo quieren mucho. Y, por lo que sé, desde que salió no ha dejado de enseñar Artes Oscuras a todos los estudiantes que han pasado por su colegio. Así que tengan cuidado también con el campeón de Durmstrang.
—Bueno.. —asintió Harry—. Pero ¿quieres decir que Karkarov puso mi nombre en el cáliz? Porque, si lo hizo, es un actor bueno. Estaba furioso cuando salí elegido.
—Sabemos que es un buen actor —dijo Sirius— porque convenció al Ministerio de Magia para que lo dejara libre. Además he estado leyendo con atención El Profeta... y, leyendo entre líneas el artículo del mes pasado de esa Rita Skeeter,
parece que Moody fue atacado la noche anterior a su llegada a Hogwarts. Estoy convencido de que alguien trató de impedirle que entrara en Hogwarts. Creo que alguien pensó que su trabajo sería mucho más dificil con él de por medio. Nadie se toma el asunto demasiado en serio, porque Ojoloco ve intrusos con demasiada frecuencia. Pero eso no quiere decir que haya perdido el sentido de la realidad: Moody es el mejor auror que ha tenido el Ministerio.
—¿Qué quieres decir? ¿Este tipo intentará matar a Harry? —Jude preguntó.
—No lo puedo decir con certeza, Jj. Últimamente los mortífagos parecen más activos de lo normal. Se desinhibieron en los Mundiales de quidditch, ¿no? Alguno conjuró la Marca Tenebrosa... y además... ¿han oído lo de esa bruja del Ministerio de Magia que ha desaparecido?
—¿Bertha Jorkins?
—Exactamente... Desapareció en Albania, que es donde sitúan a Voldemort los últimos rumores. Y ella estaría al tanto del Torneo de los tres magos, ¿verdad?
—Sí, pero... no es muy probable que ella fuera en busca de Voldemort, ¿no? —dijo Harry.
—Escucha, yo conocí a Bertha Jorkins —repuso Sirius con tristeza—Coincidimos en Hogwarts, aunque iba unos años por delante de tu padre y de mí. Y era idiota. Muy bulliciosa y sin una pizca de cerebro. No es una buena combinación. Me temo que sería muy fácil de atraer a una trampa.
—Así que... ¿Voldemort podría haber averiguado algo sobre el Torneo? ¿Crees que Karkarov podría haber venido obedeciendo sus órdenes?
—No lo sé —reconoció Sirius—, la verdad es que no lo sé... No me pega que Karkarov vuelva a Voldemort a no ser que Voldemort sea lo bastante fuerte para protegerlo. Pero el que metió tu nombre en el cáliz tenía algún motivo para hacerlo, y no puedo dejar de pensar que el Torneo es una excelente oportunidad para atacarte haciendo creer a todo el mundo que es un accidente.
—Visto así parece un buen plan —comentó Harry—. Sólo tendrán que sentarse a esperar que los dragones hagan su trabajo.
—En cuanto a los dragones —dijo Sirius— hay una manera, Harry. No se te ocurra emplear el encantamiento aturdidor: los dragones son demasiado fuertes y tienen demasiadas cualidades mágicas para que les haga efecto un solo encantamiento de ese tipo. Se necesita media docena de magos a la vez para dominar a un dragón con ese procedimiento. Pero puedes hacerlo solo, hay una manera, y no se
necesita más que un sencillo encantamiento. Simplemente...
Pero Harry lo detuvo con un gesto de la mano. Se oían detrás de ellos los pasos de alguien que bajaba por la escalera de caracol.
—¡Vete! —le dijo a Sirius entre dientes—. ¡Vete! ¡Alguien se acerca!
Harry se puso en pie de un salto para tapar la chimenea, mientras Jude volvía a tomar su libro y fingía leer.
Era Ron el que se acercaba, se detuvo frente a Harry y miró a su alrededor.
—¿Que hacen? —les preguntó.
—¿Y a ti qué te importa? —gruñó Harry—. ¿Qué haces tú aquí a estas horas?
—Me preguntaba dónde estarías... Bueno, me vuelvo a la cama.
—Se te ocurrió que podías bajar a husmear un poco, ¿no? —gritó Harry.
Jude volvió a dejar su libro a un lado y miró a ambos chicos con una ceja en alto.
—Lo siento mucho —dijo Ron, enrojeciendo de ira—. Debería haber pensado que no querías que te molestaran. Te dejaré en paz para que sigas ensayando tu próxima entrevista.
Harry tomo de la mesa una insignia y se la tiró con todas sus fuerzas. Le pegó a Ron en la frente y rebotó.
—¡Harry! —Jude lo reprendió poniéndose de pié de un salto.
—¡Ahí tienes! —chilló Harry sin escuchar a su hermana—. Para que te la pongas el martes. Ahora a lo mejor hasta te queda una cicatriz, si tienes suerte... Eso es lo que te da tanta
envidia, ¿no?
A zancadas, cruzó la sala y se fue.
Ron se llevó una mano a la frente y Jude se acercó a él con cautela.
—¿Te lastimó? —le preguntó, quitándole la mano de la frente para mirarlo.
—No, solo.. está bien, Jude.
Él se alejó hacia su dormitorio dejando a Jude completamente sola. Al parecer hoy había sido un día conflictivo para los Potter y los Weasley.
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