29.
・゚✧༄ ・゚✧
capítulo veintinueve !
—No presenciaré semejante idiotez —Jude murmuro con desaprobación frunciendo el ceño mientras fingía leer.
—Vamos Judy, será increíble —Lee intentó persuadirla.
—No.
Fred, George y Lee acababan de terminar la pocion envejecedora y estában muy entusiasmados, los tres le estaban insistiendole a Jude pars que fuera a mostrarles su apoyo cuando los gemelos metieran su nombre en el cáliz de fuego, pero la chica se negaba rotundamente a ir.
—Vamos Judy —George le dijo, sentándose a su lado en el sillón y sacándole el libro de las manos— te perderás nuestro momento de gloria y luego te sentirás taaan mal, serás considerada la peor amiga por eso.
Jude puso los ojos en blanco.
Fred se sentó a su otro lado.
—Judex nos has acompañado en cada cosa que hicimos desde los once —él le recordó— vamos, tiendes que estar ahí, no sería lo mismo sin ti...
—¿Por lo menos la poción les ha quedado bien?
Fred le envío una grande sonrisa y saco un pequeño frasco de su bolsillo.
—Examinala tu misma, experta en pociones.
Jude examinó el frasco con cuidado, lo destapó para olerlo bajo la mirada atenta de sus tres mejores amigos.
—¿Y? —Lee la cuestiono— ¿Te parece que está bien?
—Pues parece que si, no puedo estar segura de eso.. cuando la beban.. solo una pequeña gota cada uno, recuerden que si toman demasiado podrían envejecer hasta morir...
—Si, Jude, ya nos lo repetiste más veces de lo que puedo recordar —George se quejó.
Fred se puso de pié y le tendió la mano.
—¿Nos acompañaras? —el la miró con ojos de cachorro— ¿Por favor?
Jude suspiró, pero se puso de pié mientras tomaba su mano, ella le devolvió la poción y Fred la destapó.
—¿La tomamos ahora y salimos corriendo?
George asintió.
Los gemelos se dieron una última mirada antes de tomar una gota cada uno y dejar caer la pocion al piso, manchando toda la alfombra.
George y Lee abrieron el camino hacia el gran comedor, Jude y Fred le seguían detrás, la chica no era tan atlética como sus amigos, así que Fred prácticamente arrastraba de ella al correr.
Cuando llegaron al gran comedor había una multitud de estudiantes abarratodos cerca de cáliz para ver quiénes eran los que ponían su nombre, entre ellos se encontraban Harry, Ron y Hermione.
—Ya está —les dijo Fred a los tres cuando se acercaron a ellos— acabamos de tomárnosla.
—¿El qué? —preguntó Ron.
—La poción envejecedora, cerebro de mosquito —respondió Fred.
—Una gota cada uno —explicó George, frotándose las manos con júbilo— Sólo necesitamos ser unos meses más viejos.
—No estoy muy convencida de que funcione, ¿Tu que crees, Jude? Seguro que Dumbledore ha pensado en eso ¿No? —les preguntó Hermione.
Jude que estaba intentando recuperar el aliento por tanto correr, le soltó la mano a Fred y se apoyó en su hermano.
—Sinceramente no le tengo mucha fe de que funcione —ella murmuró para que los gemelos no la escucharan.
—¿Listo? —le dijo Fred a su hermano, temblando de emoción— Entonces, vamos. Yo voy primero...
Fred saco del bolsillo de su pantalón un pedazo de pergamino con las palabras: «Fred Weasley, Hogwarts.» El pelirrojo avanzó hasta el borde de la línea y se quedó allí, balanceándose sobre las puntas de los pies como un saltador de trampolín que se dispusiera a tirarse desde veinte metros de altura. Luego, volteó un milisegundo para mirar a Jude quién le envío una sonrisa alentadora, volvió a mirar al frente ahora más convencido que antes y tomó aire, luego dio un paso para cruzar la línea.
George profirió un grito de triunfo y avanzó tras Fred. Pero al momento siguiente se oyó un chisporroteo, y ambos hermanos se vieron expulsados del círculo dorado como si los hubiera echado un invisible lanzador de peso. Cayeron al suelo de fría piedra a tres metros de distancia, haciéndose bastante daño, y para colmo sonó un «¡plin!» y a los dos les salió de repente la misma barba larga y blanca.
En el vestíbulo, todos prorrumpieron en carcajadas. Incluso Fred y George se rieron al ponerse en pie y verse cada uno la barba del otro.
Lee que estaba completamente tentado se apoyó en el hombro de Jude para no caerse. En cuanto a la chica, se había llevado una mano a la boca tratando de ocultar su diversión mientras veía a Fred y a George tirarse de la barba.
—Se los advertí —dijo la voz profunda de alguien que parecía estar divirtiéndose, y todo el mundo se volvió para ver al profesor Dumbledore. Examinó a Fred y George con los ojos brillantes— les sugiero que vayan los dos a ver a la señora Pomfrey. Está atendiendo ya a la señorita Fawcett, de Ravenclaw, y al señor Summers, de Hufflepuff, que también decidieron envejecerse un poquito. Aunque tengo que decir que me gusta más su barba que la que les ha salido a ellos.
Jude empujó a Lee con diversión y ambos se acercaron a sus amigos para acompañarlos hasta la enfermería.
—¿Me veo guapo, Judex? ¿Que piensas? —Fred le preguntó de camino a la enfermería.
La chica le sonrió y estiró su mano para tocarle la barba.
—Guapísimo —ella le dijo con diversión— deberías dejarte la barba, es muy suave.
Fred acaricio su propia barba.
—Ah ya veo —el respondió con la misma diversión— tendre que dejarmela entonces.
Cuando llegaron a la enfermería la señora Pomfrey solo tuvo que mirarlos para saber lo que les había sucedido, ella les indico que se acostaran en una cama y le dio un antídoto, advirtiendoles que dentro de unas horas no quedaría ni siquiera resto de la barba.
Jude se sentó a los pies de la cama de Fred.
—Déjame hacerte una trenza.
—¿Que?
—En la barba.. cada vez que veo a Dumbledore en lo único que pienso es que una trenza le quedaría muy cool.
Fred se rió.
—Pues aprovecha antes de que desaparezca.
—Bueno, lo importante es que lo intentamos —George se quejó desde la otra cama— por lo menos fue divertido.
—Si.. —murmuro Fred, mirando con atención como Jude le trenzaba la barba.
—Escuche que Diggory iba a meter su nombre también. ¿Te dijo algo a ti, Judy? —Lee le preguntó.
—Bueno.. no hemos hablando en estos días, así que no se, pero también escuché que quería poner su nombre en cáliz —la chica respondió haciéndose hacia atrás para admirar su trabajo una vez que terminó.
—Espero que no sea el elegido, ojalá sea Angelina la campeona de Hogwarts.
Jude alzó una ceja.
—No sabía que Angelina quería participar también.
—Si.. —George murmuró, mirando s su hermano con los ojos entrecerrados.
—Pensamos interceptar a Bagman está noche —Fred dijo con rapidez cambiando de tema.
Al par de unas horas cuando Fred y a George volvieron a la normalidad, las señora Pomfrey los autorizo a salir de la enfermería y los cuatro se tumbaron en el jardín mientras hablaban sobre cosas completamente aleatorias esperando que la ceremonia comenzara.
El banquete de Halloween les pareció mucho más largo de lo habitual.
Cuando por fin, los platos de oro volvieron a su original estado inmaculado. Se produjo cierto alboroto en el salón, que se cortó casi instantáneamente cuando Dumbledore se puso en pie. Junto a él, el profesor Karkarov y Madame Maxime parecían tan tensos y expectantes como los demás. Ludo Bagman sonreía y guiñaba el ojo a varios estudiantes. El señor Crouch, en cambio, no parecía nada interesado, sino más bien aburrido.
—Bien, el cáliz está casi preparado para tomar una decisión —anunció Dumbledore—. Según me parece, falta tan sólo un minuto. Cuando pronuncie el nombre de un campeón, le ruego que venga a esta parte del Gran Comedor, pase por la mesa de los profesores y entre en la sala de al lado —indicó la puerta que había detrás de su mesa—, donde recibirá las primeras instrucciones.
Sacó la varita y ejecutó con ella un amplio movimiento en el aire. De inmediato se apagaron todas las velas salvo las que estaban dentro de las calabazas con forma de cara, y la estancia quedó casi a oscuras. No había nada en el Gran Comedor que brillara tanto como el cáliz de fuego, y el fulgor de las chispas y la blancura azulada de las llamas casi hacia daño a los ojos.
—De un instante a otro —susurró Lee.
Fred que estaba sentado junto a Jude le apretó el brazo con nerviosismo.
De pronto, las llamas del cáliz se volvieron rojas, y empezaron a salir chispas. A continuación, brotó en el aire una lengua de fuego y arrojó un trozo carbonizado de pergamino. La sala entera ahogó un grito.
Dumbledore tomo el trozo de pergamino y lo alejó tanto como le daba el brazo para poder leerlo a la luz de las llamas, que habían vuelto a adquirir un color blanco azulado.
—El campeón de Durmstrang —leyó con voz alta y clara— será Viktor Krum.
—Si le va como en el mundial no tiene oportunidad —George se burló por la bajo.
La atención de todo el mundo volvía a recaer sobre el cáliz, cuyo fuego tardó unos pocos segundos en volverse nuevamente rojo. Las llamas arrojaron un segundo trozo de
pergamino.
—La campeona de Beauxbatons —dijo Dumbledore—es ¡Fleur Delacour!
—Ojala que el torneo lo gane una mujer —Jude murmuro, aplaudiendo a la chica.
Cuando Fleur Delacour hubo desaparecido también por la puerta, volvió a hacerse el silencio, pero esta vez era un silencio tan tenso y lleno de emoción, que casi se palpaba. El siguiente sería el campeón de Hogwarts...
Y el cáliz de fuego volvió a tornarse rojo; saltaron chispas, la lengua de fuego se alzó, y de su punta Dumbledore retiró un nuevo pedazo de pergamino.
—El campeón de Hogwarts —anunció— es ¡Cedric Diggory!
Los gemelos lo abuchearon tanto que Jude tuvo que pegarles una patada por debajo de la mesa para que guardaran silencio.
—Es de Hogwarts, muestren un poco más de respeto —Jude los reprendio.
Naturalmente, los aplausos dedicados a Cedric se prolongaron tanto que Dumbledore tuvo que esperar un buen rato para poder volver a dirigirse a la concurrencia.
—¡Estupendo! —dijo Dumbledore en voz alta y muy contento—. Bueno, ya tenemos a nuestros tres campeones. Estoy seguro de que puedo confiar en que todos ustedes, incluyendo a los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons, darán a sus respectivos campeones todo el apoyo que puedan. Al animarlos, todos ustedes
contribuiran de forma muy significativa a...
Pero Dumbledore se calló de repente, y fue evidente para todo el mundo por qué se había interrumpido.
El fuego del cáliz había vuelto a ponerse de color rojo. Otra vez lanzaba chispas. Una larga lengua de fuego se elevó de repente en el aire y arrojó otro trozo de pergamino.
Dumbledore alargó la mano y lo tomo. Lo extendió y miró el nombre que había escrito en él. Hubo una larga pausa, durante la cual Dumbledore contempló el trozo de pergamino que tenía en las manos, mientras el resto de la sala lo observaba. Finalmente, Dumbledore se aclaró la garganta y leyó en voz alta:
—Harry Potter.
El cuello de Jude hizo un ruido extraño cuando se volteó para mirar a su hermano, él ya la estaba viendo y en su mirada lo único que había era pura confusión.
Solo una mirada bastó para que ambos se entendieran.
«¿Lo hiciste?»
«No».
—¡Harry Potter! —lo llamó Dumbledore—. ¡Harry! ¡Levántate y ven aquí, por favor!
Jude le hizo una seña para que se levantara.
Harry se puso en pie, se pisó el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco.
—Godric.. —Jude murmuró masajeandose la frente, Fred le puso una mano en la espalda— solo un año tranquilo quería ¿Es mucho pedir?
helouuu, no se si lo saben pero tengo una cuenta de tiktok (mwpotter.wp) y últimamente estoy publicando varios edit sobre esta fic en particular así que... pueden pasarse si quieren (hay algunos spoilers, cuidado).
anyway que les parece hasta ahora la relación de fred y jude??
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