23.

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capítulo veintitrés !


Aunque Jude no era muy fanática del Quidditch disfrutó del partido y se alegro muchísimo cuando los resultados salieron tal cual la apuesta de los gemelos. Fred y George acababan de subirse sobre los respaldos de sus butacas y permanecían frente a Ludo Bagman con una amplia sonrisa y la mano tendida hacia él.

—No le digan a su madre que han apostado —imploró a Fred y George el señor Weasley, bajando despacio por la escalera alfombrada de púrpura.

—No te preocupes, papá —respondió Fred muy alegre—. Tenemos grandes planes para este dinero, y no queremos que nos lo confisquen.

—¿Cómo sabían que el buscador de Bulgaria iba a atrapar la snitch pero que su equipo iba a perder de igual forma? —Jude les gritó entre el barullo de la multitud para hacerse oir.

—¡Estuvimos siguiendo todos los partidos! —George le dijo con emoción— ¡Teníamos un presentimiento!

Había magos medios borrachos que querían salir del estadio y que se abrían paso empujando, Jude casi termina rodando por las escaleras por su culpa si Harry no la hubiese sostenido del brazo.

—Ven aquí —Fred le dijo, arrastrándola hasta los asientos.

—¿Qué? —Jude preguntó con curiosidad pensando que él le iba a contar el plan que tenían para un producto nuevo— ¿Se te ocurrió algo mirando el partido, te ha llegado la inspiración?

Fred frunció el ceño.

—No —él le dijo riendo— lo único que se me se me ocurrió fue al comienzo del partido, cuando las verlas salieron. Pensé en que podríamos crear algo hipnotizante o algo así, ya lo veré... ahora súbete aquí.

El pelirrojo señalo un asiento y luego se dio vuelta. Jude comprendió que quería que se subiera a su espalda asi que lo hizo sin rechistar, tener que bajar todas esas escaleras  no le parecía muy tan malo como subirlas, pero de igual formas abrazo a Fred desde atrás y apoyó su cabeza en la de él cuando comenzó a caminar.

—Te resististe al encantó de las veelas —ella le dijo en voz baja, no hacía falta gritar para escucharse— Harry estaba a punto de saltar, Hermione y yo tuvimos que agarrarlo con toda nuestras fuerzas.

—Son mujeres lindas, si —Fred le dijo— pero no me parecieron nada fuera de lo normal ¿Sabes? He conocido a personas mucho más hermosas.

—¿Cómo a quien? —Jude le preguntó, llevándose una mano al sombrero cuando una ráfaga de viento los golpeó.

—Como yo, obviamente —él respondió con diversión— y tú, claro. Si compitieras con todas esa veelas les ganarías, aún con el cabello todo despeinado como acostumbras a usar.

Jude  se rio.

—No se si es un cumplido o estás insultandome.

Fred sonrió.

—¿Yo? ¿Insultarte a ti? ¡Jamás!

—Pues debes saber que nunca cepillo mí cabello porque si lo hago termino con la melena de un león.

—Me gustan los leones —el pelirrojo respondió— son el emblema de nuestra casa.

Jude puso los ojos en blanco y pellizco la mejilla.

—No hagas eso —Fred se quejó, moviendo la cabeza hacia un lado para que ella no pudiera apretarle la mejilla de nuevo.

—¿Por qué? —Jude le preguntó con diversión—me gustan tus mejillas.

—Si lo haces de nuevo te dejaré caer y la multitud te llevará.

Jude se rió.

—Bien, no lo haré más.

Cuando por fin llegaron a las tiendas, nadie tenía sueño y, dada la algarabía que había en torno a ellos, el señor Weasley consintió en que tomaran todos juntos una última taza de chocolate con leche antes de acostarse.

—¿Tienes sueño? —Jude le preguntó a Harry, que había apoyado su cabeza en su hombro.

—No —él respondió aunque Jude pudo decir por el tono de su voz que mentía— bueno, solo un poco.

Jude le pasó una mano por el cabello a su hermano mientras escuchaba a los Weasley discutir sobre el partido hasta Ginny se cayó dormida sobre la pequeña mesa, derramando el chocolate por el suelo. Entonces los mandó a todos a dormir.

Antes de que Jude pudiera irse a la tienda en donde dormían las chicas, Fred y George la interceptaron.

—Iremos a dar una vuelta cuando todos se duerman. Quizás podamos conseguir whisky de fuego o algo así ¿Vienes? —George le preguntó.

—Si pero no hagan mucho ruido cuando entren a nuestra tienda —ella les dijo.

Fred le guiñó un ojo y Jude se metió a la tienda.  Ginny ya se había acostado y estaba durmiendo, Hermione estaba terminando de ponerse el pijama.

Desde el otro lado del campamento llegaba aún el eco de cánticos y de ruidos extraños.

—¿No has traído tu pijama? —Hermione le preguntó cuando la vio acostarse en la cama sin siquiera quitarse las zapatillas.

—Estaba pensando que podría acostarme así, de esta forma mañana podría quedarme unos segundo más en la cama.

La chica la miró con una ceja alzada y no la cuestiono más.

Jude miro su reloj mientras escuchaba a Ginny roncar, los ruidos afuera eran cada vez más fuertes, escuchó a la gente correr y de repente alguien gritó.
Saltando de su cama Jude tomo su varita y se estaba acercando a la salida cuando el señor Weasley entró, estaba muy preocupado cuando la miró.

—Jude... sal, es urgente. Ve a cuidar a Harry, yo despertaré a las chicas.

Al salir, Jude se tuvo que tomar un momento para examinar su entorno. Había una multitud de magos que iban tapados con capuchas y máscaras, destruyendo y lastimado a cualquier cosa o persona que se interpusiera en su camino.

Cuando Jude encontró a Harry, lo tomó fuertemente del brazo.

—¿Estas bien? —ella le preguntó, sosteniendo su varita con fuerza en la otra mano.

—Si y ¿Tú?

La chica asintió, justo al mismo tiempo que Hermione y Ginny llegaron con el señor Weasley detrás.

—Vamos a ayudar al Ministerio —gritó el señor Weasley por encima de todo aquel ruido—. Ustedes vayan al bosque, y no seseparen. ¡Cuando hayamos solucionado esto iré a buscarlos!.

Bill, Charlie y Percy se precipitaron al encuentro de la multitud. El señor Weasley corrió tras ellos.

Una mano se posó en el hombro de Jude, y Fred la miró con preocupación.

—Vamos —dijo Fred, tomando a Ginny de la mano y tirando de ella hacia el bosque.

Los demás lo siguieron, Jude aún no había soltado la mano de su hermano y él de hecho se la sujetaba con más fuerza a medida que se metían en la multitud, empujandose unos contra otros para poder pasar.

De pronto escucharon a Ron gritar de dolor y Harry le soltó la mano.
Desesperada porque la multitud la empujaba lejos de su hermano, Jude intento abrirse paso pero George la sujeto del brazo cuando la vio.

—¿Que haces? —el preguntó.

—Es Harry, me soltó la manl y ahora no lo veo. No sé dónde esta, no lo veo por ningún lado.

George se detuvo a su lado, haciendo que Fred y Ginny también lo hicieran.

—¿Que hacen? —Fred les gritó histéricamente— debemos ir al bosque.

—Ron —George le dijo— no está por ningúna parte. Se nos perdieron los tres.

Fred se volteó para mirar la multitud cerca de ellos, como si estuviera buscandolos

—No se preocupen —él les dijo tratando de mantener la calma cuando vio lo nerviosa que Jude parecía— los tres escucharon a papá decir que teníamos que ir bosque, es a dónde iran. Están con Hermione, ella no los dejara hacer una estupidez.

Pero aunque era probable que Fred tuviera razón, Jude se volteó y comenzó a empujar a las personas para volver sobre sus pasos, gritando el nombre de su hermano. Si estás personas eran mortifagos como Jude imaginaba Harry no estaba a salvo aunque estuviera con sus amigos.

El campamento eran un desastre, Jude se detuvo varias veces para ayudar a personas que se caían al correr. Al último que ayudó, resulto ser uno de sus compañeros de clase.

Bastian Parkinson, el chico que se sentaba junto a ella en pociones, la miró con miedo.

—¿Estás bien? —ella le preguntó.

—Casi.. Merlín, casi me atrapan —el chico murmuro, llevándose una mano al pecho— no se dieron cuenta de que era yo.

Jude frunció el ceño y luego cayó en cuenta de que él decía.

—¿Sabías que iban a atacarnos hoy?

Parkinson se enderezó de pronto, como si se hubiese dado cuenta de que hablo de más.

—¿Qué?

—Los mortifagos. —ella le respondio— Dijiste que no se dieron cuenta de que eras tu. Deben de ser tu padre y sus amigos, los únicos que encuentran diversión en esto, tanta como para casi torturarte sin darse cuenta de que eres sangre pura ¿No?

—Yo no.. no fue eso lo que quise decir...

Pero antes de que el chico pudiera responder, las personas a su alrededor gritaron señalando el cielo y Jude se llevó una gran sorpresa cuando vio una calavera de tamaño colosal, compuesta de lo que parecían estrellas de color esmeralda y con una lengua en forma de serpiente que le salía de la boca. Mientras
miraba, la imagen se alzaba más y más, resplandeciendo en una bruma de humo verdoso, estampada en el cielo negro como si se tratara de una nueva constelación.

Jude no la había visto nunca, pero había leído mucho para saber que esa era la marca tenebrosa.

Con más miedo que antes Jude se alejó de Parkinson y siguió buscando a su hermano, ya estaba volviéndose completamente loca cuando lo vio a lo lejos, estaba compañado por el señor Weasley y varios funcionarios del ministerio de magia.

—¡Harry! —ella le gritó desde lejos, completamente cansada de correr.

El chico se dio vuelta cuando la escuchó y suspiró de alivio, se echo a correr hacia ella y la atrapó en un abrazo que la hizo perder el equilibrio y ambos terminaron en el suelo.

—No vuelvas a alejarte nunca más —ella le dijo a su hermano.

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