💢 Delicado 💢

Con lo lindo que es buscar fanarts de Miles sonrojado (^^).

Contiene lemon, espero que les guste!!

¡Amo a Miles Edgeworth! ¡Lo gritaría al mundo entero si pudiera!

Pero eso significaría mi muerte. Miles me hizo jurar que lo nuestro permanecería en secreto, no lo entiendo, no es cómo que alguien fuese a quejarse únicamente porque Miles y yo somos felices.

Pero hoy me apetece quejarme. Soy feliz a lado de Miles, todo los días le recuerdo lo mucho que lo amo. Pero no todos somos perfectos, y aunque, desde mi punto de vista, es el hombre más bello del mundo, tienes unos cuantos defectos de los cuales digo "–Eres la única persona que conozco que le molesta este tipo de cosas".

–Bueno, pues a mí no me gusta.

–Pero es muy lindo, muy achuchable–Le había dicho.

–No me importa, no quiero esa bola de pelos en mi departamento–Había exclamado Miles mientras se cruzaba de brazos, nunca se lo he dicho pero parece un niño pequeño cuando hace eso–Acepta un no por respuesta.

No pude refutar a eso. Tuve que devolver al pequeño gato en su jaula. Debería dejar de visitar las tiendas de mascotas si no voy a comprar nada; sólo me consigo unas ganas enormes de tener un zoológico en el departamento. Pero es el departamento de Miles, su palabra es la ley.

Pero no estamos aquí para hablar de mis mascotas inexistentes, sino de lo delicado que es Miles prácticamente en todo.

–No, yo te espero aquí–Sus ganas de desgranarme no estaban funcionando.

–Nunca hemos ido a un parque de diversiones juntos.

–Me niego rotundamente, no me gustan las alturas.

–A lo mejor te quita la fobia.

–Idiota, tú lo que quieres es matarme.

–Te quiero matar pero a besos ¿Se puede?

–¡Wright!–Su rostro sonrojado me es irresistible, le abrazo por la cintura y le comienza a besar el rostro–Aqui no...

–No hay nadie, y estás muy tenso.

–Detente...–Pone sus manos en mi pecho, tratando de apartarme.

–¿De verdad no quieres?

–No–Me mira fijamente, está hablando en serio–No estoy de humor.

Lo entendí, mi prioridad número uno es complacer a mi querido Miles. Me aparté, pero él seguía nervioso, más de la cuenta.

–¿Todo bien?–Le había preguntado.

–Perdón por ser tan cerrado, no me gusta ser tan indeciso y menos contigo.

–No hay nada de malo contigo–Le había dado dado un pequeño en la mejilla, es lindo y lo amo mucho–Adoro cada características tuya.

–Y yo adoro que puedas entenderme–Me devolvió el beso pero en mis labios, recuerdo ese sabor fino de té verde–Te amo...

–Yo también te amo.

En aquello se resume mis citas con Edgeworth. Parece que se siente culpable por ciertas cosas en nuestro pasado. Pero yo no pienso así. Opino que ambos nos equivocamos, que nos guardamos nuestros propios sentimientos únicamente por cobardía; por eso estoy feliz, porque aún con nuestras estupideces, hemos podido seguir adelante, está vez como una pareja.

Miles hasta el día de hoy lidia con sus problemas internos. Aún no ha superado ciertas cosas; yo le ayudo en todo lo posible, aunque estén fuera de mi alcance.

–¿Cómo que mañana tienes un juicio?–Mi exclamación tuvo volumen de más.

–Me llamaron a último momento, debo está ahí temprano.

–Pero teníamos una cita...–No quería hacer un berrinche, entiendo perfectamente la situación pero creo que estoy en mi derecho de no estar contento–Incluso Trucy pidió permiso para faltar a la escuela.

–Lo sé, y me sienta mal–Lo dice como si esto fuese un castigo o algo así–Se los compensare a ambos ¿Si?

Estábamos en el sillón, viendo un musical que no importa cuántas veces lo vea, su final siempre me sacará las lágrimas. Miles había recibido una llamada y al terminar me dió la noticia. Nada me hubiera gustado más en ese momento que ir con el jefe de fiscalía y exigirle un día de descanso a Edgeworth.

–Perdón–Dice Miles con una voz frágil–No quería arruinar nuestra salida juntos.

Inmediatamente me acerqué a él para abrazarlo y besar sus mejillas. Maldita sea Miles, deja de culparte por todo.

–No has arruinado nada, podemos planearlo para otro día.

–Trucy va a estar decepcionada.

–Ella lo entenderá.

–Odio mi trabajo.

–Mentira, lo amas.

Me miraba con cierta molestia pero en el fondo sé que está agradecido conmigo. Me besa en los labios y me abraza por el cuello. Nos quedamos un par de minutos así, besándonos y pasando las manos por el pecho y torso. Miles es el primero en alejarse al mismo tiempo que me toma de la mano.

–Vamos a la recamara...–Dice en voz baja.

No pude evitar sonreír como un idiota. Recuerdo que en cuanto llegamos a la cama, la temperatura subió. Le di un leve empujón a Edgeworth lo que hizo que cayera en el colchón, yo me subí encima.

–¿Seguro que quieres esto?–Le había dicho ya que parecía nervioso.

–Si–Muestra una sonrisa, quizás para tranquilizarse así mismo.

Debo aclarar algo. Miles no es muy propenso a todo esto del sexo. La primera vez que lo hicimos casi se hecha a llorar, no sé si por la emoción o porque en verdad tenía miedo. Siempre tengo cuidado, pero sé que en cuanto iniciemos, Miles logrará seguirme el ritmo.

–Aah...–Su primer gemido apareció cuando comencé a morder su oreja y a desabrochar su camisa.

–Estas muy excitado–Le dije al posar una mano sobre su entrepierna–Eso explicaría tu tensión.

–No tiene nada que ver, además, tu también estás muy despierto.

Sentí un escalofrío, Miles había puesto su mano en mi entrepierna, apretando y sacándome uno que otro chillido. Me pilló de sorpresa.

–¿Te gusta?–Me pregunta con una sonrisa engreída.

Me limité a asentir con la cabeza. Miles logrará desabrocharme los pantalones y bajarlos. Nos besamos un rato, y nos terminamos de desnudar. Fuí el primero en quedar desnudo (algo no muy usual), Edgeworth se entretuvo mucho besándome y tocando ciertas áreas sensibles.

–¿Te diviertes?–Le había preguntado.

–Si–Se inclinó para entregarme un beso.

La delicadeza de Miles es grande. Su piel es muy fina por lo que ciertos movimientos hacen que grite de más. Por eso no nos atrevemos a menos que sepamos que estamos completamente solos. Miles grita mucho y yo soy muy torpe. No queremos traumatizar a nadie.

–¡Aaag!–Un gemido ahogado se había escapado de la boca de Miles–¿Es que acaso quieres arrancarme las piernas?

–No, pero necesitas preparación–Había levantado sus piernas a mis hombros.

–Claro que no, puedo con esto.

Me hace gracia lo orgulloso que es aún con esto.

–De hecho, Phoenix ¿Podemos tener otra posición?–Sus mejillas se sonrojan, que lindo de su parte.

–¿No te gusta esta?–Yo encima suya con sus piernas en mis hombros, dándome la mejor de las vistas–¿O a-acaso tú quieres estar arriba?

–No, me quedaría en shock.

–¿Entonces cómo?

Edgeworth traga un poco y se da la vuelta, quedando boca abajo, apoyado en sus codos y levantando sus caderas. Mentiría sino digo que me excitó de más.

–¿A qué esperas?–Me miró de reojo, su mirada intenta mostrar enfado, pero sólo yo veo la emoción en sus ojos.

Recuerdo sus gemidos cuando entré en él. Mis embestidas iban acordes a sus movimientos de caderas; suplicando por más, diciendo cuanto me amaba y pronunciando mi nombre de una manera que se que jamás se volverá a repetir. Cada segundo que paso con Edgeworth es mágico.

–No puedo más...–Me dice con una voz rota–Phoenix...y-yo...

–Juntos–Eso fue lo único que pude haber dicho antes de desbordarme.

Miles siempre es el primero en venirse. Las sábanas se salpicaron, y yo me vine dentro suya. Sus delgadas piernas quedaron decoradas con finas líneas blancas. Caímos rendidos a la cama.

–Te dije que te lo iba a compensar–Me dijo con una cálida sonrisa.

En eso se resume mi vida con Miles. Ir de poco a poco para obtener el premio mayor que es su amor. Pero él también tuvo una recompensa; amor y una familia.

–¡Mira Papi, un avión!–Gritaba Trucy mientras señalaba el cielo.

Lo tengo como uno de los mejores días de mi vida. Fue nuestra primera salida juntos como familia, Trucy que por ese entonces tenía 9 años, iba caminando tomándome de mi mano. Miles iba a lado de Trucy, recuerdo lo vivo que se veía aquel día.

–Me gustaría subir algún día a un avión–Habia comentado Trucy.

–Algún día te llevaré de viajes, tendrás tu propio avión privado–Le había dicho Miles.

–Bien, es una promesa.

–Claro que si.

Miles es un excelente padre, un buen amante y sin duda alguien con quien querría pasar el resto deo vida.

–Deberíamos casarnos–Habia dicho.

–¿Qué?–De inmediato el rostro de Edgeworth se enrojeció.

–¿Dije eso en voz alta?

–Lo dijiste papá–Trucy parecía feliz–¿De verdad Miles y tú se van a casar? ¿Voy a tener dos papás?

–Pues...–Miles estaba sorprendido, pero esbozó una sonrisa–Si Phoenix hablaba en serio, por supuesto que nos casaremos.

Ahora fui yo el que se sonrojó. Este hombre sabe cómo desordenar mi mundo para llevarlo de amor y felicidad.

Desde entonces soy feliz, no me arrepiento en ningún momento. Miles, si lees esto, te amo muchísimo y pienso ser la luz en tu vida igual que has sido tú para la mía.

Phoenix Wright

•~~~•

–Eres idiota, por supuesto que soy feliz a tu lado–Dice Miles mientras abraza la carta, definitivamente su esposo merece una sorpresa por tan hermoso detalle–Eres un empalagoso...

Y con esos pensamientos positivos en su cabeza, Miles baja las escaleras para ir a cenar con su familia. En su opinión, Phoenix es un delicado también, por ello también comprende el sentimiento de lo frágil.

Fin

¡Gracias por leer! (^^) Vota y comenta si quieres más historias así ❤

Tuve muchas ideas para el final, incluso que fuese una carta de despedida o algo así, pero meh, me quedo con el sentimiento de alegría ya que ambos se lo merecen :D❤❤

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