29.


—Y usted ¿por qué anda solo en este día?

—Lo mismo te pregunto.

—Tengo una cita más tarde... ¿y usted?

Colombia miró raro a Canadá, porque cualquiera podía estar sin cita en San Valentín, ¿pero él?

¿El canadiense más deseado y mencionado en las reuniones llenas de alcohol?

—No tengo pareja y supongo que nadie quiso invitarme salir hoy.

Colombia no estaba convencido, ni siquiera o entendía.

—No te preocupes, es entendible —el chico de la hojita sonrió—. Nadie quiere salir con alguien que tiene un hijo.

La mirada del canadiense se deslizó hacia los árboles que se mecían con el viento, esbozando una suave sonrisa, y actuando como si no fuera algo del otro mundo.

—¿O es que usted es demasiado despistado y no aceptó las invitaciones?

—Eh... No es así.

—¿Por qué? —Colombia se sentó junto a Canadá.

—Pues... —soltó una risita bajita—. Literalmente me dijeron que no querían salir con alguien que tuviera un hijo pequeño...

Debía ser broma.

—Aunque Hub no es tan pequeño y hasta tiene una cita.

—¿Es en serio?

—Sí —sonrió—. Hub tiene encanto, así que no es raro que tenga una cita.

—No me refería a eso, me refiero a usted.

—No es nada. Ya estoy acostumbrado.

—Pero... Es usted.

—A veces tengo la sensación de que espanto a los demás —rio—, algo malo debo tener.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top