Capítulo 4
Rose estaba cansada de ver cómo su hermano, Erik y Bobby fallaban una y otra vez en sus intentos de dominar el Tri-Pegaso.
En aquel momento Erik y Bobby le volvían a explicar a Mark el fundamento de la técnica. Rose conocía la supertécnica sólo porque Erik se lo había contado, pero nunca la habían usado por respeto a Erik y porque el tío Jason creía que no era buena idea por los problemas de salud de Erik.
Solo por su descripción, la supertécnica podría parecer sencilla, pero llevarla a cabo era otro asunto. Los tres jugadores involucrados debían coordinar su velocidad y su respiración para correr y cruzarse en un punto exacto en donde aparecería el Pegaso. Luego los jugadores ascenderían al cielo para rematar, con el Pegaso volando junto al balón.
Y estaban solo a un intento fallido más de que Rose perdiera la paciencia. Su límite era más bien bajo, pero aquello lo rebajó aún más.
Rose estiró las piernas, medio dormidas después tanto tiempo en aquel banquillo.
—Celia, ¿sabes si por algún casual el restaurante de fideos Ray Ray queda cerca de aquí?
—Está en el barrio comercial —contestó Celia. Estaba sentada a su lado, mientras que el resto del equipo andaba por un lado y otro, bien entrando, bien observando a sus compañeros intentar lo que parecía imposible—. ¿Por qué quieres ir hasta allí?
—Quiero conocer a vuestro entrenador, Hillman, ¿no? Leí en la página de la federación que él era el nuevo entrenador.
—¡Si la hermana del capitán necesita ayuda, aquí estoy yo! —gritó Willy de pronto, interrumpiendo cualquiera conversación normal— ¿Fideos Ray Ray? ¡Sin problema! ¿Cuándo vamos? ¿Ahora? ¡Vamos!
Por cómo la miró Celia, Rose supuso que no tenía su cara más amable. Quería ver a Hillman para hacerle unas preguntas, y quería ir sola. Intentó decirle a Celia aquello con la mirada. Willy era amigo de Mark y no quería ser borde (lo normal en ella) ya desde el primer momento.
Pero Celia no debía de entender el idioma de los ojos.
—Buena idea —dijo Celia, y, tras una visual rápida para ver quién estaba cerca de ellos, añadió—: Jude, ¿los acompañas?
«¡Celia, eso no! ¡Quería ir sola! ¡No has entendido la mirada!».
—Vale —contestó Sharp encogiendo los hombros.
«¡Noooo! Bueno, Rose, respira hondo, puedes cumplir tu plan con estos dos acoplados. Sólo acuérdate de amenazarlos con no decir ni una palabra».
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Rose no consiguió soltar el lastre necesario hasta llegar al restaurante de fideos. Tal vez un accidente de camino hacia allí habría sido más que suficiente, pero después había pensado que con un partido tan importante a la vuelta de la esquina, el equipo no podía permitirse perder a un jugador tan importante como Sharp. Pero tal vez perder a Willy...
—Anda... —dijo Rose rebuscando en su bolsa–. No encuentro mi cartera. ¿La habré dejado en el instituto?
—¡Yo voy a por ella! —gritó Willy antes de salir corriendo—. ¡Ahora vueeelvoooooo!
«Willy, fuera, y ahora...».
—No ha colado, ¿eh, Sharp? —le preguntó a Jude.
—Ni un poco.
—Tengo asuntos que tratar con Hillman, Sharp. A solas.
—De acuerdo. Te presento al entrenador y luego te espero fuera por si vuelve Glass.
Si Jude Sharp seguía siendo tan discreto, puede que acabara cayéndole bien y todo.
Cuando entraron juntos al establecimiento, vieron que no había nadie de no ser por el cocinero, que en aquel momento aprovechaba que no había ningún cliente para leer el periódico. Rose lo reconoció por la foto que aparecía en su ficha de la federación.
—Bienvenidos. Ah, Jude, ¿no había hoy entrenamiento? ¿Ha pasado algo?
—Solo vengo a acompañar a la hermana del capitán. Entrenador, esta es Rose Evans, la hermana de Mark.
—Un placer —dijo Rose, intentado parecer agradable.
—Ah, sí, Mark lleva días hablando de tu visita. Nunca lo había visto tan emocionado por algo que no fuera fútbol.
—Lamento decirle, señor Hillman, que también juego al fútbol. Tengo una beca de deportes en Estados Unidos.
—Era demasiado bonito para ser real. —El señor Hillman pasó la hoja del periódico.
—Tengo que irme —dijo Jude—. Entrenador, Evans.
Jude salió del local y los dejó solos.
—Señor Hillman, he venido porque tengo que hacerle unas preguntas —dijo Rose mientras ojeba la carta por encima en busca de un plato que no fuera caro, pero tampoco el más barato—, y si es tan amable como para responderlas, me gustaría que nadie se enterase. En especial mi hermano.
Hillman la miró por encima del periódico.
—¿Prentendes comprar mi silencio?
—Pretendo tener una conversación mientras como. Me gustaría un número cuatro, por favor.
—Veré qué puedo hacer con lo de hablar, pero tus fideos con carne sí podré hacerlos.
Rose se sentó en la barra mientras el dueño del local ocupaba su lugar al otro lado.
—¿Y qué haces en Estados Unidos? —Hillman encendió el fuego—. Mark nunca lo explicó.
—Gané una beca de deportes y me fui a vivir con mi tío Jason, que ya era entrenador del equipo Banshee antes de que yo fuera. Me uní a su equipo porque el instituto Phalion no tiene equipo oficial de fútbol. Luego resultó que también sabía estudiar, además de jugar el fútbol, y me dieron otra beca.
—Parece que trabajas duro, comp tu hermano.
—Es lo que hay, la que algo quiero, algo le cuesta.
—El lema de los Evans debe ser «No rendirse nunca». —Hillman puso el plato de fideos delante de Rose—. Aquí tienes tu comida. Y ahora, ¿de qué querías hablar?
—Verá, señor, reparto mi tiempo entre el fútbol, los estudios, actividades cotidianas e investigar. Hace años vi algo que me hizo, digamos, sospechar de la muerte mi abuelo. Quiero pedirle que me hable sobre el día del accidente que causó su muerte y de Ray Dark.
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Cuando salió, sólo la estaba esperando Jude.
—¿Y Willy?
—Aún no ha vuelto. ¿Qué tal ahí dentro? Has tardado un poco.
—No tenías que esperarme tanto tiempo. Vuestro entrenador es muy parlanchín cuando se lo propone.
«Y cuando le tiras de la lengua lo suficiente, es decir, cuando insistes e insistes y te comes su comida, aunque he de admitir de esta última no tengo queja, estaba de rechupete».
Claro que eso no lo iba a contar. Había tenido que insistir más de lo esperado, pero consiguió obtener un poco de información útil.
Hillman confirmó parte de sus sospechas sobre Ray Dark. La investigación de Rose le había llevado a creer que era una de los principales conspiradores, sino el único. Hillman le contó lo que sabía. Si le mintió o le ocultó algunos puntos, ahora no podía saberlo, pero por lo menos parecía que iba por el buen camino.
—Oye, Sharp, una cosa, tú antes jugabas en LA Royal Academy, ¿no? Con Samford y King.
No iba a sacarle gran cosa en el camino de vuelta al instituto, pero tenía que empezar.
—Sí.
—¿Y conocías a Ray Dark?
Jude se paró en seco para mirar un escaparte de una tienda, y no porque pareciera interesado en el horrendo maniquí con la ropa de última temporada.
—Era el entrenador del equipo, y ahora lo es del Instituto Zeus.
El equipo que había lesionado a sus compañeros de juego online... Le habían comentado un poco sobre el encuentro en su última visita al hospital.
—Mark no me comentó nada, pero me preocupó por él. ¿Qué piensas de Ray Dark? ¿Lo conocías bien? ¿Crees que es peligroso?
—Pregúntaselo a Joe y a David. Ellos ya te contaron qué hizo.
«Genial, no llevo ni una semana en casa y ya he tocado un tema muy sensible. Todo un record.»
—Sharp, lo siento, no quería enfadarte. Solo estoy preocupada por mi hermano. ¿Tienes hermanos?
—Una hermana pequeña.
—Entonces sabes lo que es preocuparse, aunque en mi caso sea la hermana pequeña la que se preocupe por el mayor.
—Tenemos que volver al instituto. —Jude reanudó el paso—. Quiero ver si ya tiene el Tri-Pegaso dominado.
—Eso espero.
Dejaron atrás el barrio comercial.
—¿Y cuántas años tiene tu hermana? —preguntó Rose. No quería que un compañero de Mark se enfadara tan pronto con ella. Cambiar de conversación parecía una buena manera de relajar el ambiente.
—Un año menos que nosotros.
—¿Y dónde estudia? ¿También en la Royal?
Jude la miró divertido.
—Mark no te contó mucho sobre el último año, ¿verdad?
—No mucho, y tampoco pude hablar mucho con él. ¿A qué viene eso?
—Celia es mi hermana.
—Ah...
«¡¿Cómo qué "ah" Rose Evans?! ¡¿Siempre tienes respuesta para todo, y para esto no?!»
Jude se rio.
Bueno, era mejor eso a que se enfadara con ella.
Nuevo capítulo de Delantera Eléctrica.
¿Qué creéis qué está investigando Rose? ¿En qué lío se habrá metido?
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