8. Una bruja y un idiota
CASTIEL POV'S
«Es hermana del imbécil y de la bruja»
Tenía que ser karma, mi castigo por ser tan idiota seguramente.
—Planeta tierra llamando a Castiel —Un eco que comenzaba a cobrar vida en mi cabeza—. Castiel, Castiel —repetía Maryere moviendo sus manos frente a mi cara, pero ni la miré.
Tenía miedo de que al hacerlo su cara fuera ocupada por la del imbécil que tanto odiaba, pero su siguiente frase me obligó a voltear a verla.
»Cassy es tu hija —dijo de pronto.
«¿Y a mí qué me importa? Ni siquiera sé quién es Cassy»
»Bueno, ya lo dije —dijo y, al verla intentar salir huyendo, sospeché que Cassy era su hija.
Me levanté a detenerla. La posibilidad de que su hija fuera mi hija me tenía loquito. Nunca se me ocurrió pero, ahora que estaba seguro que el delegaducho no era padre de su hija, yo podría serlo, o tal vez no, igual mejor le pregunto.
—¿Casandra es nuestra hija? —pregunté y Maryere chistó los dientes.
—Maldición, pensé que no me habías escuchado... y es Cassy no Casandra.
—¿Cassy? —cuestioné muy emocionado, recordando la pequeña pelirroja en los brazos de Nathaniel aquella noche que la devolví completamente ebria a su casa—. Que estupidez de nombre —dije quizá solo por decir algo.
—Igual que el tuyo, es en tu honor, cariño —dijo viéndome con disgusto.
Y aunque cuando dijo "cariño" fue puro sarcasmo, me encantó.
—Cassy —repetí mientras una estúpida sonrisa iluminaba mi rostro—. Es perfecto —susurré siguiéndola—. ¿Dónde está?
—No te voy a decir, primero necesito que sepas todo de mí, que dejemos las cosas claras y arreglemos lo que podamos arreglar.
Me enfadé. Yo quería tener esa minimary en mis brazos y ella pensando en hablar.
—Te perdono —dije tomando su cara entre mis manos, para luego besarla—... ahora vamos por Cassy.
Maryere rió a carcajadas.
—¿Qué me perdonas, idiota? —preguntó—, tú fuiste quien me engañó.
—Tú no me dijiste nada de Cassy, estamos a mano.
Caminé, pero no me siguió. La escuché resoplar y me detuve.
»¿Qué te molesta? —pregunté dándole la cara—, a mí no me importa lo que pasó si me dejas permanecer a su lado para siempre.
Pero las cosas no podían ir fáciles, lo supe cuando ella me dio con la verdad que estaba ignorando en la cara.
—Soy hermana de Nathaniel al que odias —dijo—, y mi hermana Ámber te ama, a mí si me importa.
Me senté en una banca cercana, suspirando.
—Él me odia —dije y Maryere me vio con una tierna sonrisa en el rostro.
—Nath no te odia —dijo sentándose a mi lado, poniendo su mano sobre la mía—, solo responde a tu actitud de porquería.
Reí. El de actitud de porquería era él. «¿Acaso no le dijo lo que pasó entre nosotros?».
—Nathaniel me contó todo lo que ha pasado entre ustedes —dijo como si leyera mi mente—. Cuando llegué a España y te conocí en Sweet Amoris me habló de ti, por eso te odiaba. De toda su familia solo él me aceptó y me trató bien. Es mi hermanito, lo único que tenía después de perder a mi madre, y tú lo tratabas con la punta del pie.
La miré pero no dije nada, así que ella continuó.
»Sé que te hizo daño, sé que para ti está lejos de ser el mejor, pero es mi familia, mi hermano, el que ha estado acompañándome y apoyándome. Y él no te odia, de hecho, sin tanta insistencia de su parte, no te habría dicho nada de Cassy, ni siquiera hubiera vuelto de México.
La miré incrédulo. «¿En serio el imbécil ese había hecho tanto por mí?»
—Ni te emociones —dijo ella—, fue por Cas.
—¿Quién es Cas? —pregunté y Maryere se rió con ganas.
—Cassy —dijo entre risas.
Me avergoncé. «Claro, ¿quién más?».
—Pero comprobé que eres hermana de la bruja —dije—, lees mentes.
Maryere sonrió y, pegando la palma de su mano a la frente, me dijo idiota. Sonreí. Era su idiota.
Continúa...
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