🎇Dos🎇

Entraron a la habitación entre besos y tropezones.
La ropa de YoonGi iba desapareciendo entre las manos poco expertas y ebrias, de JiMin.

A diferencia de YoonGi, quien sacaba la camisa de JiMin con precisión pero volviendose torpe con la desesperación que sentía por querer tocar el cuerpo del menor.

Caminando entre chasquidos, bajos gemidos y algun suspiro hasta la cama que adornaba la habitación. Se encontraban dentro de un cuarto de hotel, que quedaba a unos poco pasos del club en el cual se habían encontrado. JiMin a pesar de volverse bastante coqueto y poco provocador, quiso ir a decirle a HoSeok al menos que se iba a ir un poco antes. Pero Min lo detuvo, diciendo que enviaría a alguien por él. Algo distraído asintió y subieron al auto del mayor. Un Audi negro los conduciría hasta el lugar donde se encontraban en ese momento.

JiMin estaba bajo el cuerpo de su acompañante y que sería su amante por esa noche. Recibiendo besos y caricias sobre su piel, su espalda apoyada en la cómoda superficie de la cama, disfrutaba esa sensación de comodidad de las sabanas bajo suyo, que en otras circunstancias se hubiera quedado dormido, pero este no era el caso ni la ocasión.

Tenía un hombre sobre sí que al parecer quería devorarlo por completo. YoonGi besaba y exigía atención también, las manos de JiMin, paseaban por su espalda desnuda, en sus antiguos encuentros con alguien más, no dejaba que lo tocaran, pero permitió que JiMin le proyectara todo lo que sentía a traves de la yema de sus dedos.

Aunque no era un hombre que saliera por las noches con una nueva pareja sexual, las que podía contar siempre habían sido de una sola vez, nunca regresaba a la misma cama con la misma persona dos veces. Pero ese día, quizás lo necesitaba, recordaba mucho...

Mientras besaba a su acompañante y se deleitaba con sus lejanos suspiros, lo recuerda como si fuera ayer. YoonGi dejó de creer en el amor desde que ella lo traicionó.
A sus veintisiete años, debería estar casado, después de todo es el dueño de Min's Corporation.
La hija de uno de los socios de quien en vida es su padre, fue astuta y una víbora, y él el iluso que creyó que le amaba. YoonGi la encontró no una sino que en varias ocasiones con diferentes socios en el apartamento que le había comprado. La que colmó todo su aguante, fue esa vez que en su propia empresa, la descarada se metió con el que él llamaba mejor amigo. A ese imbecil pasó de poco importarle que fuera su prometida.

Rompió todo lazo que lo comprometía y se dijo así mismo que no volvería a confíar en nadie. Nadie era digno de confianza a su alrededor. Todo su jodido día se había estropeado cuando volvió a ver a ese hombre a quien llamó mejor amigo, y le contó sus inquietudes y algunos detalles de su compromiso.

Se maldicieron una y otra vez y llamó a seguridad para que lo sacaran. Y cuando ya iba de salida, TaeHyung y NamJoon lo interceptaron para invitarlo a un bar alejado de la ciudad. Al principio iba a negarse pero allí estaba... besando a ese chiquillo que se estremecía con cara caricia que le brindaba.

- Oh...- su boca se abrió, cuando el aire y los dedos de YoonGi rozaron su intimidad. JiMin sentía que el aire no llegaba a sus pulmones, estaba demasiado excitado como para pensar coherentemente, lo único que sabía es que necesitaba que ese hombre entrara ya.

YoonGi estaba fascinado y hasta aturdido, por las facciones de JiMin, la forma en que sus cejas se unían, el brillo de sus ojos, sus labios hinchados, su rosada lengua que muy osada lamía el labio inferior del mismo, sus cabellos alborotados y la forma en que su espalda se curvaba con las sensaciones de los dedos en su interior.

- Mierda...- siseó, al sentir el caliente interior del chico, su miembro estaría complacido de enterrarse de una sola vez en él.- Dilo...

- ¿Uhm?- JiMin le miró confundido, pero el mayor le miraba de manera tan intensa y a medias recordó lo que le había dicho. Sonrió con deseo y un poco de lujuría, elevó sus brazos hasta que acercó a YoonGi, al principio el mayor se confundió pensando que el chico iba a besarlo, para su sorpresa, mordió descaradamente el lóbulo de su oreja, erizando su piel, y su voz susurrando bajo le hizo mandarlo todo al carajo- YoonGi...

Ese tono de voz había encendido su líbido hasta lo mas alto, que no pudo resistir el penetrar al chico con algo de fuerza. Sacandole un jadeo mas alto que llenó la habitación.

- Yoon... Gi...- decía con el aliento escapando de sus labios, abrazando las caderas de Min con sus piernas, incitandolo a ir mas profundo, llevando al hombre mayor a casi enloquecer.- Oh... joder...

YoonGi gemía bajo y dejaba escapar suspiros conforme penetraba a JiMin con algo de fuerza, temía un poco estarle haciendo daño, pero sintió las piernas ajenas rodearle. Esos muslos que el chico se cargaba eran de ensueño, paseaba sus manos y apretaba a su antojo.

- Me estas enloqueciendo...- dijo en un bajo gemido. JiMin le sonrió con malicia, y le invitó a fundirse en un beso que les haría llegar al extasis en conjunto.

Ambos se vinieron con una nebulosa de deseo que podía palparse dentro de la habitación.

🎇

JiMin despertó, un poco desorientado, luego recordó todo lo que había hecho la noche anterior. A su lado, YoonGi aún dormía y al parecer no tenía planes de despertar muy pronto.
Se levantó con cuidado y tomó sus cosas, se vistió y con un suspiro tomó la billetera ajena y sacó un par de billetes, pensando en que no le haría caso a SeokJin de nuevo.

Tomó el pañuelo y lapicero del contrario y escribió con su bonita letra que había tomado su dinero. Salió de la habitación luego de acomodar a medias su cabello y se dirigió a una farmacia que le quedara de paso.

Compró la pastilla anticonceptiva y se dirigió a una pequeña tienda de convivencia, se fijó que ya eran las siete de la mañana, su hermano debía estar preocupado, pensando en que su pequeño no había desayunado compró un paquete de hotcakes instántaneos, y una botella pequeña del jugo favorito de su menor.
Llegó hasta la parada de autobus porque era mas barato, y espero los cuarenta y cinco minutos para llegar hasta su apartamento.

Bajó y corriendo, subió las escaleras hasta el cuarto piso, el hecho de que no hubiese ascensor hacía el arrendamiemto del apartamento mas barato. Entró a tropezones y cerró con un poco de fuerza. Dejó las bolsas en la mesa de comedor y fue hasta la habitación de su hermano.

- JungKookie...- llamó y se encontró al menor en su pijama, recién despierto.

- Hyung...- le saludó fregando sus ojos.- Buenos días...- sonrió para su hermano.

- Kookie, ya casi son las ocho...- sonrió y ayudó a su hermano a pararse, y le sostuvo hasta llegar a la ducha.

- Tenía sueño Hyung...- le dijo sonriendo travieso. Mientras el mayor le ayudaba a quitarse la pijama.

- Oh no, yo conozco esa cara- dice el mayor riendo.- ¿La señora Kim te trajo galletas llenas de azúcar y no pudiste dormir?- preguntó recibiendo una mirada traviesa- Te las trajo- afirmó- Me parece una falta de respeto que no me hayas dejado al menos una...

- ¡Sí te dejé Hyung!- JungKook protestó ofendido por las palabras de su hermano mayor.

- Esta bien, terminaremos tu ducha y luego vamos a desayunar.- dijo y ayudó a su hermano a que terminara de ducharse, aunque su ropa se mojara a JiMin le importaba menos, la seguridad de su hermano lo valía.

Le devolvió a la habitación y le dió tiempo para que se cambiara, JungKook había sido detectado con una debilidad en sus huesos y musculos, una enfermedad que le robaba fuerzas y resistencia, su hermano anduvo de pie por primera vez a la edad de cinco años.
Sin embargo JiMin sabía que su hermano podía hacer ciertas cosas solo, con lentitud pero podía hacerlas.

- Vuelvo para llevarte a la sala...- dice, para luego salir y buscar en la bolsa la pastillita blanca, llenando un vaso de agua, y tomandola. No era tiempo para tener un bebé y menos de un desconocido.

Preparó la mezcla, y puso la sartén al fuego con un poco de mantequilla. Hizo tres para su hermano y sacó la botella del jugo favorito de JungKook, sirvió el líquido en un vaso y los hotcakes hechos en un plato.

Regresó por JungKook quien batallaba con su camisa mangalarga.

- Dejame ayudarte bebé Kookie- dice sonriendo divertido ganandose un gruñido de su hermano menor.

- Ya crecí Hyung, ¿notaste mi altura?- dice burlón.

- Yah...- JiMin ríe, y le ayuda manteniendo los brazos en alto para bajar la camisa.- Ven que tu desayuno se enfría...- le dice y lo sienta en la silla de ruedas.

Lo mueve en zigzag para llegar a la cocina. Haciendo reír al menor.
Le acomoda para que pueda comer tranquilo, y luego se sienta a su lado para comer su ración de hotcakes, guarda el resto de la mezcla en el refrigerador y la harina que aun queda la vuelve a meter a la caja y la sella.

- Haré el doble turno en la cafetería, así que deberás hacer tu comida solo- le dice JiMin.

- Esta bien...- JungKook se encoge de hombros- Aún quedan algunas rebanadas de pan blanco, jamón y queso, puedo comer eso, y cuando regreses, esta bien el ramen...- sonrió.

JiMin asintió.

- No pude desear tener un mejor hermano menor- dice JiMin, se levanta y besa la frente de su hermano mayor. Va hasta la ducha, con su toalla y cambio de ropa listo.

Al ver su cuerpo, sonríe un poco malicioso. YoonGi... vaya nombre imponente que ese hombre llevaba.

El agua recorrió su cuerpo e imaginó las manos de YoonGi al poseerlo.

Pero sabía, que esa sería la única vez que se vería con aquel hombre. La brecha que los separaba era muy grande...

*****
Hola...
¿Qué les ha parecido el inicio de la historia?
¿Les gusta?

Sé que tal vez esto es poco importante, pero me gusta colocar algunos detalles que luego se conservaran o se traeran a memoria.
Les agradezco la oportunidad y me gustaría que me conocieran en mis otras historias.

Nos leemos... en otro cap o fic, lo que pase primero...

Yk...

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