🎇Diez🎇

HoSeok había decidido invitar a JiMin a tomar un café esa tarde, antes de su trabajo.

- Acepta- le dice juntando sus manos y haciendo un puchero. JiMin niega levemente.

- Tengo trabajo, HoSeok- le dice mientras trata de caminar hasta su siguiente clase, la cual comparte con el pelirrojo desteñido, que no ha dejado de insistirle para que salgan a tomarse alguna bebida.

- Puede ser algo de paso, compramos algo en la calle y caminamos hasta tu trabajo- le dice sonriendo- Invité a SeokJin también y él dijo que sí... dijiste que saldrías con nosotros si era algo mas tranquilo...

JiMin suspira, no le afecta mucho, pues JungKook estará junto a la señora Kim y YoonGi respeta sus horarios de trabajo y estudio. La verdad, tiene mucho que agradecerle a ese hombre. Es verdad, esta entregando su cuerpo, pero hay algo, aunque no haya tenido parejas sexuales anteriormente, la sola mirada de YoonGi quema, en el buen sentido.

Le hace sentir poderoso y con autoridad mientras ambos se entregan. Como las veces en la oficina y en el hotel, el mayor nunca le ha hecho hacer algo que lo dañe moralmente. Tampoco es que sea un maldito sádico que disfrute de verlo sufrir y llorar, es cierto que a veces se le escapan lágrimas pero es por todo el placer retenido.

- Esta bien...- asiente derrotado- No puedo prometerte mucho, pero será bueno salir con ustedes de nuevo.

HoSeok celebra en pleno pasillo y hala del brazo a JiMin para ir a la clase de danza práctica. JiMin sonríe levemente ante la repentina emoción de HoSeok. Pero lo entiende, es bueno tener un amigo...

🎇

El camino hasta el lugar de trabajo de JiMin, lo hacen en auto. SeokJin había llevado la camioneta de su padre a la universidad y los tres chicos iban comiendo a medias lo que compraron en un puesto callejero. Habían detenido el auto unos minutos.

- ¿Y bien?- preguntó SeokJin una vez estacionó el auto y miró a los otros dos.- Dime el secreto, JiMin- miró al pelinegro a los ojos.

- ¿De qué hablas?- preguntó confundido, no se hacía una idea de lo que planera SeokJin con sus preguntas.

- ¿Cómo sobrevives?- le preguntó y HoSeok le miró interesado también.

- ¿Trabajando en una cafetería?- dijo con tono dudoso e interrogante. No tenía ni siquiera la menor idea de lo que el mayor estaba hablando.

- No... a la universidad- SeokJin murmuró- No es agradable como los demás solo buscan un trofeo que exhibir...- dice con un poco de amargura. HoSeok entendió las palabras de SeokJin. El acoso se volvía algo serio a veces.

- Pues... paso de largo...- JiMin suspiró y miró la bebida en su vaso transparente- He tenido que defenderme de vez en vez, pero sí alguien se sobrepasa no dudaría en poner una demanda...- dijo con voz calculadora y fría, bebiendo el líquido restante de su vaso.

- Recuerdame no hacerte enojar- dijo HoSeok con voz baja. SeokJin asintió.

Realmente ellos no conocían a JiMin, mas allá de que estudiaba en la misma facultad que ellos. No sabían de donde venía ni donde vivía, tampoco es que JiMin mostrara intenciones de decírselos, el pelinegro era callado en extremo. No hablaba a no ser necesario o que tuviera que defenderse, cuando se sentaban juntos, su plática era reducida. Les daba curiosidad e intriga, pero tampoco eran quienes para juzgar pues se limitaban a hablar también.

Despidieron a JiMin enfrente de la cafetería. El pelinegro se bajó del auto, y se despidió de los chicos con la mano. Entró y fue directo a dejar sus cosas, y colocarse el uniforme del lugar. Como cada día se encarga de limpiar las mesas, tener listos los pedidos, y a veces limpiar los baños o lavar los platos.

JiMin había aprendido a relacionarse poco con sus compañeros de trabajo. Realmente no le agradaba la idea de que las personas conocieran su vida, sobre todo porque para él era mejor mantenerse en las sombras, por sus padres... no quería que regresaran, odiaba con su ser las acciones de ese par de cobardes. Les haya pasado lo que les haya pasado, de alguna manera no se siente culpable. No cuando ellos los abandonaron sin decir nada.

No tendría idea de como hablar con ellos si llegaran a aparecerse en algun momento. Pero esa no era ninguna de sus preocupaciones por ese instante.
No cuando el descarado nieto del amable dueño le miraba como si fuera un jodido trofeo. JiMin lo evitaba la mayor cantidad de veces e incluso arriesgandose a ser despedido le dijo al señor que los días que su nieto fuera él no quería estar en el lugar. Aunque después tuviera que hacer dobles o hasta triples turnos.

Pero al parecer su día de trabajo se iría a la mierda por su culpa. Y no estuvo equivocado cuando el idiota se le acercó mientras se dirigía al cuarto donde se almacenaban los productos de limpieza.

- Vaya, JiMin...- dijo apoyandose en el marco de la puerta, JiMin lo ignoró y sacó la cubeta y el trapeador para disponer a limpiar el lugar- Se te ve bien hasta el uniforme de mesero...- le dijo con descaro, JiMin empuñó sus manos con fuerza. Lo detestaba.

- Tengo trabajo- dijo con voz firme y pasando del hombre.

- Hey...- le dijo tomandolo del brazo- He insistido en una cita contigo, ¿por qué demonios no me la das?- dijo con enojo en su voz.

- Porque simplemente no estoy interesado- dijo con odio. Y con un poco de violencia se safó del agarre del malnacido que le miraba con enojo.

JiMin siguió con su trabajo como de costumbre. Maldiciendo entre dientes, hasta que otro mesero se acercó.

- JiMin... puedes ir a la cocina...- le sonrió tranquilo. Sin segundas intenciones, solo amabilidad- Faltas tú para el refrigerio...

- Gracias- dijo levemente y asintió.

El resto de la tarde, el idiota de Lee no se había acercado, y SeokJin le prometió pasar por él, ya que quería pedirle ayuda en no sé qué.
JiMin agradecía de alguna manera que los chicos no lo hostigaran con tantas preguntas. No es que le de orgullo decir que sus padres los abandonaron, tampoco quiere lástima al decir que su hermano usa silla de ruedas, tampoco necesita que alguien se aproveche y se crea con el poder de ordenarle lo que sea cuando le venga en gana.

No. Si bien con YoonGi tenían una clase de acuerdo, en esos dos meses nunca le había tratado como un salvaje. De por sí, JiMin sabía, que el ego y la arrogancia de YoonGi venían en el paquete desde la primer noche que pasaron juntos.
No se arrepentía en absoluto.

Debe reconocer que YoonGi es un hombre apuesto y atractivo, un gran partido como dirían las chicas hormonales, un hombre realizado y con economía estable, que puede tener a quien quiera, a donde quiera y como sea, su naturaleza dominante es así. Ha aprendido a leer algunos gestos del hombre, sobre todo cuando está fascinado y absorto mirandolo a él, la forma descarada en la que le sonríe jactancioso y le penetra con lentitud hasta hacerlo enloquecer.

JiMin sonríe, asegura el bolso sobre su hombro, y puede ver como el anciano señor Lee y su nieto salen del local después de haberlo cerrado.

- JiMin, buenas noches- dice el buen anciano, al que JiMin le tiene una clase de aprecio, lo mira como su abuelo.

- Buenas noches, señor Lee- dice con voz baja y haciendo una reverencia. Ignorando la mirada que el bastardo del nieto de ese amable señor le dedica.

- ¿Tienes en que irte?- pregunta preocupado el hombre mayor. JiMin es un buen muchacho- Es bastante tarde...- dice al saber que ha anochecido desde hace un largo momento.

- Mi amigo vendrá por mí...- dice sin mas.

- Vamos, nosotros podemos adelantarte un tramo- dice Lee observando con descaro su cuerpo, el enojo comienza a dominarlo. Ese bastardo no entiende ni aunque se lo tatúe, jamás entenderá que nunca saldría con alguien como él. Son del tipo, sexo de una noche y no me hago responsable, pero te presumiré con toda la ciudad y si te ví no me acuerdo.

- No gracias- dice de forma educada con rabia contenida.

Pero para su sorpresa, un auto negro, se aparca frente a los tres. Una vez el auto muestra a la persona que está dentro, JiMin suspira inaudible pero lleno de alivio. Si Lee quisiera hacerle algo su abuelo no podría impedirlo, es del tipo que no tiene escrupulos.

- Park, vamonos, me retrase por una reunión...- dice la voz ronca y hace una reverencia por educación al hombre mayor. JiMin sin pensarlo dos veces se monta al auto negro y muy bien pulido. Sonríe con jactancia una vez está dentro y YoonGi acelera. Ha dejado a Lee con la palabra en la boca.

- No sé sí sea correcto, pero gracias- murmuró una vez se habían alejado y emprendido camino al parque cercano donde vivía JiMin. YoonGi no podía decir que conocía todos los detalles de la vida del menor, prefería evitar problemas, pero en momentos como estos agradece que tenga a alguien vigilandolo la mayor parte del día, desde que sale de ese edificio hasta que regresa.

- De acuerdo...- YoonGi asiente, y se detiene un par de calles antes. No han dicho nada a lo largo del viaje.

- Creo que tendré que disculpame con SeokJin- murmuró JiMin- Le pedí que viniera por mí ya que andaría cerca... y estoy contigo...- terminó diciendo con algo de gracia.

YoonGi se mordió la lengua, no podía decirle que el tal SeokJin era el mismo que NamJoon había detenido en su apartamento hacía aproximadamente una hora. En una llamada rápida, NamJoon le explicó que un amigo de su pareja estaba esperando por él, y YoonGi estuvo a punto de maldecir a NamJoon de no ser, por el nombre. Cuando mencionó que el chico se llamaba JiMin, se cercioró que era su chico, y las cosas empeoraron cuando uno de sus informantes secretos, le dijo que habían visto a JiMin ser acosado por el nieto del dueño de la cafetería, eso le hizo herver con rabia. Nadie, podía tocar un pelo de JiMin, solo él podía hacerlo, desde un beso hasta hacerlo llegar al orgasmo, Min YoonGi era el único que podía complacerlo y el único al que JiMin le tendría que rendir cuentas. Y aunque JiMin no era un objeto, YoonGi lo consideraba suyo...

Alargó su mano y acercó a JiMin a su cuerpo, demandando un agradecimiento real. Sonrió cuando sintió las manos del menor colarse entre su camisa, eso le encantaba.
En un movimiento rápido, YoonGi reclinó el asiento donde estaba JiMin sentado, y ante el cambió de posición se colocó sobre su cuerpo.

Agradecía que las ventanas eran totalmente negras y polarizadas, nadie sabría lo que pasaría en ese momento dentro de su auto.

- Siempre quise hacerlo en un auto...- JiMin murmuró en medio de jadeos cuando YoonGi puso sus manos sobre su miembro. YoonGi sonrió, aun succionando algunas partes de las clavículas, hombro y pecho de JiMin, por un momento pensó, pedírle que viviera con él. Cada noche podría hacerlo disfrutar de esta manera, sin prohibiciones ni limitaciones.

Cuando pudieron quedarse sin ninguna prenda que los cubriera, YoonGi admiraba la forma en la que JiMin se arqueaba, dejandolo ir mas profundo con cada estocada. Haciedolo sentir poderoso y el hombre mas atractivo del mundo. Con esa forma de gemir sobre su boca, la forma en la que sus manos presionaban los músculos trabajados de sus brazos.

Cuando ambos llegaron, YoonGi se dió cuenta que no habían usado protección.

- Tomaré la pastilla- JiMin dijo respirando pesado, aunque admitía que era caliente el sentir la esencia ajena llenandolo y golpeando en su interior.- Pero...- susurró y atrajo a YoonGi solo para susurrar sobre sus labios- Que te corras dentro de mí, ha sido caliente, sentir incluso tu colapso en mi interior me ha excitado...- YoonGi abrió los ojos sorprendido.

Admitía que esas simples palabras lo habían emocionado. Y aunque duraron menos que la primera ronda, fue igual de embriagante...

Su pecado, tenía nombre... Park JiMin...

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