YUKO
Mi nombre es Aya Kouda o bueno talvez ahora solo Aya, el sujeto al que llamaba padre me acaba de abandonar simplemente por que no cumplí el propósito por el cual me adopto, aunque no sabia que era adoptada, sin duda esta no fue para nada mi semana.
-Todo esta bien Aya, solo sigue poniendo una cara feliz ante las personas, no tienen por que verme débil
Me levante para poder ir a escabullirme a mi antiguo cuarto, tenia que sacar mi dinero por que ese idiota se puede quedar con todo lo que me dio pero este dinero me lo gane protegiendo a algunos niños y vendiendo limonada así que me lo llevo a donde sea que vaya
-Supongo que toco vivir en el bosque
-Oye Aya que haces aquí?
-Eh? KUNIKIDA!!! que emoción no esperaba verlo por aquí
Después de todos estos dramas me alegraba ver una cara conocida
-Es señor Kunikida, y que haces paseando a estas horas de la noche, me preocupo que no fueses a ver la agencia
-Maldición no me fije que hora era
-Ven te acompañare a tu casa, es peligroso que una niña este sola a estas horas de la noche mañana puedes visitar la agencia si quieres
-Oye no soy una niña, soy una aliada de la justicia
-Como digas niña, vamos
-Emm mira eso de allá -apuntando a una dirección ramdom-
-Es solo un gat-a donde se fue
Patitas pa que las quiero, lo siento Kunikida pero ya no tengo hogar
No se por cuanto tiempo corrí pero esperaba no volver a encontrármelo por el momento, decidí refugiarme debajo de un puente para pasar la noche ahí, mañana ya vería que hacer hoy fue un día agobiante
-Okey entonces con esto ya debería tener fuego
Agradecía a mi "padre" por esas lecciones de supervivencia sino ya estaría muerta apenas decidí irme. Aunque pensándolo mejor ahora que se que soy adoptada me pregunto quienes serán mis verdaderos padres y por que me abandonaron.
Estaba temblando de frio, justo este día tenia que llover. Pasaron los minutos y la lluvia no cesaba temía morir de alguna hipotermia hasta que finalmente todo se volvió negro.
Desperté al día siguiente en una casa, estaba algo desarreglada pero parecía acogedor, me levante y alguien apareció y lo reconocí, era el compañero de Kunikida
-Hola Aya, no se si me recuerdas
-Si te recuerdo Dazai, cuando se dio el caso de la explosión en el tren apareciste en el minimarket en donde estaba con Kunikida para estafarlo
-....
-Bueno me alegra que me recuerdes aunque no de la mejor manera, pero ahora lo importante es, por que estabas durmiendo debajo de un puente, si te quieres suicidar deberías buscar otro lugar
-Suicidar?, no no no me confundes, yo no soy de esas
-Auch
-Pero bueno gracias por su ayuda pero será mejor que me vaya
-Sabes, de la agencia soy una de las personas mas inteligentes que hay, así que no necesito que me digas lo que te pasa
-E-entonces lo sabe
-Sip
Narra Dazai
Podía ver como su cuerpo empezó a temblar, así que solo pude abrazarla para que llorase mas a gusto mientras mandaba un mensaje a Kunikida diciendo que ya la encontré, bueno lo encontré en la noche pero ellos podían seguir buscando
-Q-que se supone que hare -dijo la pelirroja aferrándose mas al abrigo del castaño-
-De eso nos preocuparemos mas tarde, no cenaste ni desayunaste así que preparare algo para que comas, tu siéntate cerca del televisor y si gusta ve algo
-E-esta bien
La pelirroja se dirigió al televisor esperando el desayuno pensando un poco de adonde podría ir hasta que el castaño la saco de sus pensamientos
-Lamento no tener una mesa para comer mas agusto, espero te guste los panqueques
-Tiene helado encima -al ver ese detalle sus ojitos brillaron-
-Te gusta el helado?
-Si, mis ahorros se destinaban a eso
-Entonces disfruta en lo que yo voy por el mío
-Si
Al volver el castaño puso una pelicula para que la niña se distrajera, pero su mirada aun parecía perdida, así que decidió soltar sus feromonas para que sepa que es mas que bienvenida. Al oler las feromonas Aya se apegó mas al castaño
-ESTUPIDO DAZAI POR QUE CARAJOS NO ME LLAMASTE DICIENDO QUE LA ENCONTRASTE -dijo casi rompiendo la puerta muy desarreglado, no había dormido para nada-
El castaño solo hizo una señal para que guardara silencio señalando la pequeña niña que estaba durmiendo en su regazo abrazando parte de su abrigo
-Oh
-Kunikida.......te contare algo pero prométeme que no se lo dirás a nadie
Kunikida al ser alfa pudo sentir en el ambiente cierta nostalgia, así que asintió sentándose al costado del omega
.
.
.
Mientras tanto un pelirrojo se dirigía a la casa de su omega /por ordenes de su hermano mayor/, al llegar pudo sentir la presencia de un alfa, lo cual alerto al pelirrojo. Fue a la ventana para poder ver lo que pasaba y solo vio a su omega llorar mientras el alfa cuatro ojos lo consolaba, era la primera vez que Dazai se quebraba frente a alguien, ni siquiera el lo vio llorar. Cuando estaba por entrar un sentimiento de culpa lo invadió al pensar que le estaba contando lo que paso con su hija, así que desistió y volvió a la mafia con un amargo sabor de boca
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top