PRÓLOGO
💔
DEL ODIO AL AMOR SOLO HAY UN PASO
❤️
Marta era una joven de catorce años que se destacaba por sus ojos marrones, los cuales reflejaban una mezcla de calidez y curiosidad. Su cabello, de un hermoso tono castaño cobrizo, caía en suaves ondas alrededor de su rostro, aportando un aire juvenil y vibrante. Su piel morena, que brillaba con un suave tono dorado, era un indicio de su energía y vitalidad.
En su rutina diaria, Marta era estudiante de secundaria en una escuela situada a poca distancia de su hogar. Todos los días, se dirigía al colegio con entusiasmo, lista para enfrentar las clases y aprender cosas nuevas, disfrutando de la convivencia con sus compañeros y de las experiencias que le ofrecía la vida escolar.
En los últimos años, el colegio se había convertido para ella en una rutina predecible. Cada mañana, nada más cruzar el umbral del instituto, sabía que se encontraría con Alex, quien siempre estaba listo para entablar una discusión o para hacerle bromas pesadas. Antes, ellos eran muy buenos amigos, compartían risas y confidencias, pero eso cambió drásticamente desde que ella lo vio conversando con Lisa.
—Marta es una niña consentida —le comenta Lisa a Alex mientras se encuentran frente a las taquillas.
Al escuchar a Lisa pronunciar esas palabras, Marta no pudo contenerse. Con determinación, se acercó tanto a ella como a Alex, quien estaba a su lado. Mirando directamente a Alex, le dirigió unas palabras firmes y decisivas: —Ya no deseo seguir siendo amiga de un niño consentido y arrogante.
Alex, con una sonrisa burlona en el rostro, miró a Marta y le dijo: —Hola, niña mimada. Su tono estaba lleno de sarcasmo, como si se estuviera divirtiendo a costa de ella.
Marta, no dispuesta a quedarse callada, respondió riendo: —Habla el hijo de papá. Su risa era contagiosa, pero también había un toque de desafío en sus palabras, mientras notaba cómo el semblante de Alex se endurecía, frunciendo el ceño de manera evidente.
Alex, visiblemente molesto por la respuesta, comentó: Sabes, eres absolutamente insoportable. Su voz reflejaba una mezcla de irritación y diversión, como si estuviera acostumbrado a estas rivalidades.
Marta, más decidida que nunca, lo miró fijamente y declaró con firmeza: Desde hoy, tú y yo estamos en guerra. Su determinación era palpable, y el ambiente entre ambos se cargó de una tensión juguetona, como si ambos supieran que esta batalla no sería la última.
—Alex, con una sonrisa traviesa en el rostro, se dirigió a Marta: Veremos quién resulta ser el ganador, niña mimada.
—Marta, sin dejarse intimidar, respondió con determinación: Yo ganaré, porque la reina soy yo.
A pesar de este cruce de palabras, un sentimiento más profundo los unía. Ambos estaban enamorados el uno del otro, aunque ninguno de los dos supiera exactamente cómo expresar lo que realmente sentían en su interior. La tensión entre ellos era palpable, pero la incertidumbre del amor no les permitía dar el paso hacia la revelación de sus verdaderos sentimientos.
Aquel momento marcó un punto de quiebre en su relación, y desde entonces, su amistad se fue desvaneciendo, dejando un vacío que la acompañaba cada día en la escuela.
Alex, visiblemente molesto por la respuesta, comentó: "Sabes, eres absolutamente insoportable." Su voz reflejaba una mezcla de irritación y diversión, como si estuviera acostumbrado a estas rivalidades.
Marta, más decidida que nunca, lo miró fijamente y declaró con firmeza: "Desde hoy, tú y yo estamos en guerra." Su determinación era palpable, y el ambiente entre ambos se cargó de una tensión juguetona, como si ambos supieran que esta batalla no sería la última.
—Alex, con una sonrisa traviesa en el rostro, se dirigió a Marta: "Veremos quién resulta ser el ganador, niña mimada."
—Marta, sin dejarse intimidar, respondió con determinación: "Yo ganaré, porque la reina soy yo."
A pesar de este cruce de palabras, un sentimiento más profundo los unía. Ambos estaban enamorados el uno del otro, aunque ninguno de los dos supiera exactamente cómo expresar lo que realmente sentían en su interior. La tensión entre ellos era palpable, pero la incertidumbre del amor no les permitía dar el paso hacia la revelación de sus verdaderos sentimientos.
Aquel momento marcó un punto de quiebre en su relación, y desde entonces, su amistad se fue desvaneciendo, dejando un vacío que la acompañaba cada día en la escuela.
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