14-La Familia-Final
Aquel día Enid estaba muy emocionada y feliz, era nada menos que su cumpleaños. Se preguntaba que debería hacer, tenía tantas ganas de celebrarlo que no sabía muy bien por donde empezar. Daba tantos saltos por la habitación que Miércoles la amenazó con hacerse un felpudo con ella sino dejaba de hacer eso.
—Un mensaje de Yoko—dijo al ver su teléfono.
Las chicas iban a celebrarlo a Jerichó y pasarlo muy bien hasta entrada la noche donde estaría con Tn y se quedaría a dormir en su casa. Según le puso este, la directora le dio permiso siempre y cuando al día siguiente regresase de buena mañana. Eso no era problema pues los padres de Tn se encargarían de traerla.
Miércoles fue convencida de ir aunque no tenía demasiado entusiasmo por ello. Tras cambiarse, Enid fue casi corriendo al patio donde las amigas la abrazaron con fuerza. La gótica apareció al cabo de poco con paso lento, tranquilo y frío.
—¡Venga Miércoles!—llamó la loba.
—¿Por qué demonios he accedido a esto?—pensaba ella soltando un ligero suspiro.
Fueron en autobús y Enid estaba que parecía que le iba a dar un ataque al corazón.
Lo primero de todo fue ir a un par de tiendas, comprar varias cosas, luego a otra de ropa donde Enid se dio un capricho hasta finalmente llegar al lugar donde celebrarían el cumpleaños. Habían preparado una buena tarta.
—Que bien huele—dijo la loba con ganas de comer un trozo.
—Deseo de todo corazón que te atragantes—comentó la loba.
—Sé que en el fondo me quieres—replicó ella sonriente, nada podría estropearle ese día.
—No.
Las chicas salvo Miércoles le cantaron el cumpleaños feliz y dieron unos aplausos mientras ella soplaba las velas. Se hicieron un montón de fotos, comieron la tarta y se quedaron hablando mientras ella recibía los regalos de sus amigas.
Si el momento ya era emotivo y ella estaba emocionada, el conjunto de cosas la hicieron llorar de felicidad. La roomie le comentó que debería tratar de ser más fuerte o de lo contrario no tardaría mucho en sufrir un infarto.
—¡Muchas gracias chicas!—dijo algo ya calmada pero aún a lagrima viva.
Las horas se habían pasado volando y les tocaba regresar a la academia. A todas salvo a Enid quien tras despedirse, fue a casa de Tn.
—¡Felicidades!—exclamó la mujer al verla—me alegra verte por aquí.
—Muchas gracias, ¿está su hijo?—preguntó volteando a todos lados.
—Está arriba, ve a buscarlo mientras termino de cerrar—ella asintió.
Enid subió las escaleras, llamó a la puerta y entró tras escuchar al chico diciendo que entrase.
—Felicidades mi niña—dijo antes de abrazarla.
—Gracias.
Tras separarse, se fue a buscar unas cosas al armario y sacó unas cuantas bolsas.
—¡Ay!—estaba feliz—¿mis regalos ya?.
—Claro—se las dio.
Eran algo de ropa, unos anillos que tanto le habían gustado a la loba y finalmente...
—¿Qué es?—al abrirlo vio un dibujo de una foto de ambos...la primera foto que se tomaron.
—Espero que te guste—le dio un beso en la mejilla—ahora mis padres y yo también somos tu familia.
Enid lo dejó a un lado antes de romper a llorar. El chico la abrazó para calmarla un poco.
—Estoy tan feliz—susurró antes de besarlo.
Los besos empezaron a caer por parte de ambos antes de volver a abrazarse.
Cuando estuvo más calmada, bajaron a cenar. Era una cena ligera pues la loba había comido bastante antes de ir.
—Felicidades—dijeron los tres mientras le mostraban su tarta.
—¡Gracias!—sopló la velas.
—Espero que no hayas deseado estar conmigo para siempre porque menudo agobio—dijo entre risas antes de ser mordido por su pareja.
—¡Idiota!.
Los padres de Tn también le dieron otros regalos. Ella acabó encantada con todos y cada uno de ellos, no salía de su asombro. Aquella familia la sentía como la suya, le había dado tanto que no sabía exactamente que decir salvo gracias.
Ya en la habitación, Enid se puso el pijama que le había regalado Tn. Le quedaba muy bien, era calentito y muy cómodo.
—¿Te hace ver una película?
—No lo sé...porque siempre acabo encima tuyo dándote besos
—Esa es la idea
—Eres un pervertido
—No, soy inteligente.
Pusieron la película pero efectivamente, en pocos minutos Enid estaba tan feliz que no paraba de darle besos a Tn quien apagó la luz del todo. El chico sentía que la loba iba a comerle así que le dijo que parase. Enid ronroneó un poco antes de besarlo de nuevo. Aún tenía algo de celo, no mucho, pero el suficiente para desear comérselo.
Cuando terminaron de hacerlo, Enid se colocó sobre este. Suspiraba y recuperaba el aire. Había sido un día tan feliz que no se lo terminaba de creer, no quería que acabase, quería más emociones.
—¿Vamos a dormir?—preguntó este ya algo recuperado—mañana hay que madrugar.
—Jo, no quiero ir a clase
—No te comportes como una niña
—No me estoy comportando como una niña
—Claro que sí
—No.
Tras beber algo de agua, se fueron a dormir. Para Enid el día no lo iba a olvidar pues había sido completamente perfecto.
A la mañana siguiente desayunaron todos sonrientes y habladores. Enid bebía algo de café mientras contemplaba la escena. Se imaginaba a ella junto a Tn en un futuro, con sus hijos haciendo exactamente lo mismo.
—Bueno, llevaré a Enid a clase—dijo cuando estaban afuera con el coche.
—Vale. Nos vemos cariño—le dio un beso.
—Gracias por todo—le dio un fuerte abrazo que por poco lo asfixia—¡lo siento!.
Al marcharse, Tn se quedó con su padre.
—Definitivamente te quiere un montón. Por cierto buen trabajo anoche—dijo este.
—¿Qué quieres decir?—este le miró.
—Enid es algo escandalosa—un rubor se le vino a la cara—a pesar de tener la televisión tuya y la nuestra puesta pudimos escuchar alguna cosa.
Tn no sabía que decir.
—Entiendo que estás en esa edad, pero cuidado, una mujer loba puede ser muy peligrosa. ¿Sabes que tuve que poner refuerzos en tu cama?, ayer entré y vi que tenía ciertos puntos de la madera rotos. Enid puede ser muy fogosa, pero cuidado.
—Papá...
Este suspiró.
Tn empezó a caminar hacia la casa para recoger las cosas.
—Conozca sus límites joven Tn—dijo este.
—El novio de Enid no tiene límites—replicó este.
Mientras tanto, Enid y la madre de Tn estaban de camino a Nevermore.
—Gracias por traerme—dijo ella.
—No es nada, todo sea por la novia de mi hijo. Aunque no lo parezca, Tn sonríe mucho más desde que está contigo.
Enid sonrió mucho al escuchar eso.
—Por cierto—la detuvo antes de que se fuera—ahora somos tu familia.
—Lo sé—asintió con una sonrisa.
Y si...eran familia ahora. Enid y Tn eran un claro ejemplo de lo que era una pareja que pasó del odio...al amor.
Fin.
Espero que les haya gustado está historia.
Un saludo y gracias por todo su apoyo :D
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