13-Felicidad

Enid subió y tras abrir con cuidado la puerta, vio a Tn de espaldas mirando la estantería pensativo. Se fue acercando lentamente y le pilló por sorpresa. El chico se llevó un buen susto y antes de poder decir nada fue besado por la loba de manera pasional. Ella le mordía el labio y el cuello mientras estaba apegada a él.

—Tenía tantas ganas de verte, te voy a comer un buen rato—le mordió el cuello—no sabes lo mucho que te he echado de menos.

—¡Enid!—la retiró y logró separarse de ella.

—¿Qué pasa?—preguntó extrañada—¿acaso no te apetece?, ayer me dijiste que si...—se puso muy triste.

—No, no es eso...

—¿Entonces?.

El chico miró a un lateral y Enid volteó su mirada. Allí estaba su padre con una caja de herramientas y unas maderas. Entonces dio un salto. Ahora entendía el motivo.

—Hola—saludó ella roja—veo que andan ocupados.

—Estaba terminando esto, pueden ir a una cita—comentó el padre—pasadlo bien.

—Claro—Tn se cambió en el baño y luego se marcharon.

Enid no sabía dónde meterse, el padre había visto su lado en estado de celo. Fueron a los recreativos, a dar un paseo para finalmente tomar un helado. El joven estaba feliz de pasar tiempo con ella. El sitio era el rincón del local, con vistas al parque y se estaba muy bien. En ese momento sus ojos se posaron sobre los de Enid.

Ella miró a unos cuantos lados antes de verle, extrañado por la actitud de Enid, fue a preguntar cuando la vio empezar a lamer el helado de una forma un tanto...extraña...sus ojos parecían diferentes y le guiñaba de vez en cuando. Tn sintió un calor por su cuerpo.

Tras esos minutos, regresaron a casa de Tn. Sus padres atendían a los clientes mientras ellos subieron arriba. El chico le quería dar unas cosas que había comprado, no eran gran cosa, era unos pequeños detalles.

Al entrar, Enid cerró la puerta y echó el pestillo.

—Creo que deberían estar por aquí—decía este rebuscando—los guardé bien para...—al voltear vio a la loba en ropa interior.

—¿Tenemos tiempo?

—Si...tenemos tiempo....

Ella con la mano le hizo señas para que se acercase.

Al cabo de una hora y algo, los dos estaban ya vestidos tras la sesión de amor. Enid lo rodeó por la espalda, pidiendo perdón por su condición. 

—No quiero obligarte a hacer algo así...

—Tranquila, no me veo obligado, lo hago con mucho gusto.

Enid lo abrazó ahora por su pecho.

—Gracias...por cuidarme...por no rechazarme y quererme—la joven empezó a llorar un poco de emoción.

—Eh, no es nada...eres tú quien me hace muy feliz—entendía que en aquel estado, era muy emocional y cualquier cosa podría afectarla de gran manera.

La chica tardó un poco en recomponerse. Eran tantas las emociones por las cuales pasaba que se sentía a veces abrumada por ello. Pero cuando estaba con Tn sentía que todo lo malo desaparecía.

Aún recordaba en ocasiones las peleas que tenían los dos, como se insultaban o acababan en el suelo. Ahora todo eso había quedado atrás, él la cuidaba tanto que a veces creía que no era real.

Esa noche dormiría en casa de Tn ya que al día siguiente no tenían clase. Enid ayudó a Tn a cocinar algo para no quedarse de brazos cruzados. Estuvieron sentados, en familia y cenando relajados. Enid miraba a su chico sonreír y eso la hacia muy feliz.

—Bueno, ¿qué habéis hecho?—preguntó su madre.

—Pasear, recreativos...comer helado...no hay mucho más que se pueda hacer en Jerichó—contestó su hijo.

Ya en el cuarto de él, se tumbaron. Esa noche era muy oscura y hacia algo de frío, nada que ver con la tarde soleada. Enid se tapaba mientras se abrazaba a Tn.

—¿Quieres que veamos algo?—preguntó este antes de dejar el teléfono sobre la mesita.

—No, estoy algo cansada. Y el estado de celo parece que ha desaparecido por ahora...aunque creo que mañana volverá.

—Ya veo...bueno, pues veamos la televisión—dijo este.

Ella asintió.

—Oye, hay algo que quiero decirte—él la miró—¿qué piensan tus padres sobre que nuestros hijos serán hombres lobo?.

—Están conformes—respondió tranquilo.

—¿Y ya está?

—Si...¿acaso quieres que se nieguen a que estemos juntos?

—No...claro que no...es solamente que lo he pensado y necesitaba saber su opinión.

Tn la tomó de la barbilla para besarla y acariciar su pelo.

—Todo va bien, tus padres y los míos aceptan lo nuestro...estamos felices...¿qué más importa?.

La joven le dio un fuerte abrazo.

—No sabes lo feliz que soy en estos momentos—dijo sonriente.

—Anda, vamos a dormir.

Ambos se acostaron pero...

Eran las tres de la madrugada cuando Tn se despertó y antes de volver a dormirse, sintió algo cerca suyo. Enid tenía los ojos abiertos.

—¿No puedes dormir?

—Me cuesta un poco...

Tn vio que se puso encima de él, ella comenzó besando lentamente sus labios y el chico sintió un fuerte calor en su cuerpo. Notó jadeante a la loba, su estado de celo había regresado, seguramente por eso no podía dormir. Enid era primeriza y le costaba mucho controlar su deseo.

—Hay que ver lo que uno hace por amor—susurró sonriente mientras desvía a Enid quien no opuso resistencia alguna.

En la mañana, Tn se despertó y vio a Enid apoyada en él. Pensaba en lo difícil que tenía que ser haber vivido todo lo que vivió. Esa noche no solamente hablaron de los hijos, sino que la chica lobo le contó todo el bullying que sufrió de pequeña por serlo. Pensaba que tal vez era de esa forma debido al acoso, quería agradar a todo el mundo, impidiendo que fuera como era realmente. O también que quería mostrar optimismo a los que sufrían por ser exluidos. Pensaba en lo afortunado que era por tenerla a su lado...esa...felicidad.

—Buenos días—escuchó sacándolo de su mundo.

—Buenos días mi amor—el ser llamada así le produjo un sonrojo.

Tn bajó a desayunar mientras Enid se cambiaba. Al bajar, la loba se encontró con zumo, tostadas y algo de bollos que había preparado este.

—Para ti mi chica—dijo besándola en la frente.

Ese día Enid regresó muy contenta a la academia. Al llegar al patio, entró dando saltos y feliz, llegó hasta la habitación donde Miércoles estaba leyendo junto a Cosa.

—¡Hola roomie!—saludó enérgica.

—Hola, ¿qué tal Tn?, ¿ya le has dejado seco?

—Claro que no...

—Ten cuidado o lo matarás.

Enid se sentó a contarle todo lo que había pasado mientras su roomie suspiraba...adiós a su tranquilidad.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D


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