Capítulo 73: Un día con los Williams - Parte dos.

«Parte dos.»

Kat.

Me tomé mi tiempo caminando con mamá, mientras ellos se adelantaban. Íbamos platicando y cuando llegamos al parque (que no estaba tan lejos), nos sentamos en una banca para seguir con nuestra charla.

Era divertido ver a Drake intentando patear el balón o hacer una dominada. ¡Qué gran momento!

Mamá: ¿Lo quieres mucho, no es así?

Kat: Demasiado, me ha ayudado mucho.

Mamá: Bueno, pues te daré un consejo.

Kat: Te escucho.

Mamá: Nunca dejes que nada ni nadie lo separe, ni siquiera tu padre. Ya lo hizo una vez y no fue justo, así que no lo permitas de nuevo.

Kat: Lo sé y tienes razón, hemos luchado mucho para llegar hasta aquí.

Mamá: ¡Exacto! Que nadie lo arruine.

Kat: Gracias mamá.

La abrace y de verdad que disfrutaba mucho eso, aunque también me atormentaba... no sabía hasta cuándo podría seguir haciéndolo.

Drake.

Estaba cansado, eso de pretender correr y jugar futbol, definitivamente no era lo mío. Me acerqué a la banca donde estaban ellas, me senté para descansar un poco.

Drake: Soy pésimo para el futbol -me queje-.

Kat: Ya nos dimos cuenta -se burlo-.

Carlos: No te preocupes, cuñado algún día aprenderás -lo animó-.

Melina: Así es, esto solo requiere práctica.

Drake: Gracias, tienen razón. Aunque jugar mucho futbol me dio sed, ¿vamos por algo a la tienda? -le pregunte a Kat y me levante-.

Ella volteo a ver a Melina, cómo pidiéndole autorización.

Melina: Vayan con cuidado -seguido de eso Kat se levantó-.

Drake: ¿Quieren algo? -pregunté-.

Melina: Agua -Carlos asintió-.

Kat: No tardamos.

Antes de dar la media vuelta para irnos a la tienda, Carlos se fue a jugar de nueva cuenta y mi suegra solo lo observaba.
Caminamos hasta la tienda y entramos para comprar unas botellas de agua y algunos antojos de Kat. Pague y salimos con dirección a donde los habíamos dejado, de lejos vi a mis suegros discutiendo.

Drake: ¿Acaso ese señor no es mi querido suegro? -le avise en forma de pregunta puesto que ella aún no se daba cuenta-.

Kat: Claro que sí, vamos.

Me jaló de la mano y corrimos para llegar a ellos.

Kat.

Salimos de la tienda y me entretuve viendo que todo lo que compro Drake estuviera en la bolsa, cuando me avisó que mi padre estaba en el parte. Levante la vista y efectivamente, estaba ahí molestando a mi madre.

Kat: ¿Mamá, qué pasa? -pregunté cuando llegamos, aunque con un poco de agresividad-.

Papá: Nada, solo que fui a visitarlos y digamos que tuve que hacer hablar a Tania para que me dijera que estaban aquí -mencionó como si le hubiese preguntado a él-.

Kat: Espero que no le hayas hecho nada a ella.

Mamá: Tranquila hija.

Kat: Estoy harta de él -dije enojada-.

Papá: Y yo estoy harto de tu actitud, por cierto, ¿qué hace este aquí? -obviamente se refería a Drake-.

Drake: Buenas tardes señor -saludo irónico-.

Kat: Con él ni te metas y será mejor que te acostumbres a vernos más seguido, porque desde ahora te aviso que es mi novio -tome su mano, creí que sus ojos saldrían de sus órbitas-.

Papá: ¿No hablas en serio o si? No puedes ser novia de un tipo como él.

Kat: ¡Ay! Por favor, no empieces con tus chantajes baratos.

Mamá: Kat, tranquilízate.

Kat: ¿Por qué no mejor te largas? Siempre que llegas peleas, no eres bienvenido, entiéndelo.

Papá: No me hagas mandarte lejos.

Kat: ¿Otra vez? Ya no me extrañaría... pero ¿qué crees? Me vale, tú ya no eres nadie para mí.

Mamá: ¡Kat! -me reprimió-.

Papá: ¿Sabes qué? Me iré, pero te advierto que esto no se quedará así. Y sí, me refiero a ustedes -nos señaló a Drake y a mí-.

Kat: Lo que digas.

Afortunadamente Carlos estaba jugando con unos amigos que encontró y no escucho ni mucho menos vio nada. Papá se despidió de él y después se marchó, cada día lo odiaba un poquito más.

Drake.

¡Dios mío! Me sentí morir por un momento. Cuando Kat le dijo a mi querido suegro que éramos novios, me miró de tal forma que de verdad creí que me mataría.
Pero también admire su valentía, jamás la había visto de tal modo y estoy muy orgulloso de ella, la abrace estaba temblando de coraje, lógico.

Drake: Tranquila amor, te hará daño.

Kat: Es que... me da mucho coraje, siempre está tratando de arruinarme la vida.

Melina: No le hagas caso, Kat -llegó Carlos-.

Carlos: Creí que nunca llegarían con el agua -mencionó buscando una botella en la bolsa-. Es una lástima que papá se haya ido, ¿no? -dijo después de darle un sorbo a su agua-.

Todo era completo silencio, el momento fue demasiado incómodo la verdad.

•••

Llegamos a casa después del incidente y comimos. Después de terminada la cena, Kat y yo nos ofrecimos para levantar los tratos sucios y lavarlos.
Carlos propuso sentarnos en la sala para ver un par de películas, luego de elegir (bastante tiempo después), nos quedamos ahí hasta bastante tarde.

Melina: Carlos, es hora de dormir -mencionó cuando terminó la segunda película que habíamos visto-.

Carlos: Mamá aún es temprano.

Melina: No, ya todos vamos a dormir.

Carlos: Está bien -dijo de mala gana y se levanto-.

Antes de subir a su habitación se despidió de nosotros. Mi querida suegra se nos quedo viendo, como diciendo: es hora de que ustedes también tienen que irse a dormir.

Kat: Bien, creo que también iremos a dormir -dijo y se levanto, yo la seguí-.

Melina asintió sin decir nada, Kat me tomo de la mano y solo habíamos dado un paso hacia las escaleras cuando nos detuvo.

Melina: ¿Y ustedes a dónde creen que van? -preguntó-.

Kat: Pues a dormir.

Melina: Pero no van a dormir juntos.

Kat: Mamá, ¡por favor! -exclamó-.

Melina: Ya les dije que no.

Drake: Tiene razón tu mamá, creo que debo dormir en otra habitación.

Kat: ¡Claro que no! Mamá, por favor. Confía en nosotros.

Melina: ¡Ah, está bien! -comenzó a reír-. Solo estaba bromeando.

Kat: Te pasas mamá... hasta mañana.

Melina: Descansen.

Continuamos caminando escaleras arriba, llegamos a su antigua habitación y entramos. Nos pusimos unas pijamas, que en realidad eran playeras y pantalones y nos metimos a la cama, Kat estaba demasiado pensativa, me inquietaba.

Drake: ¿Qué pasa amor?

Kat: Es mamá, cariño. Estoy muy triste, la verdad no sé qué haré el día que ya no este.

Drake: Tienes que ser fuerte, eres fuerte. Saldrás de esto.

Kat: He estado luchando todo este tiempo porque las lágrimas no salgan de mis ojos, es difícil.

Drake: Yo lo sé, te entiendo pero lo lograras. Tienes que.

Sonrío débilmente, me acerqué a ella y la abrace... la entendía completamente, yo estaría tal vez igual o peor que ella.

Drake: Lo único que puedes hacer ahora es disfrutar, disfrutar todo el tiempo que estés con ella.

Kat: Créeme que lo hago.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top