Capítulo 6: Mucho gusto Mike.

Era un tipo ENORME de estatura, tal vez con el físico de mi papá. Vestido de negro con gafas oscuras y un porte que daba miedo.

–Chicas esperen –nos frenamos y volteamos.

–Anna te hablan –susurré.

–¿Por qué yo? –cuestionó Anna.

–Porque es tu artista favorito, no el mío –dije un poco exaltada.

–¡Ash! Eso no es justo –refunfuñó.

–Pues para mí, sí lo es –sonreí malévola.

–Ya que –comentó resignada.

–Chicas, les estoy hablando –interrumpió aquel tipo y Anna se aclaró la garganta para poder hablar.

–¿Qué sucede? –inquirió.

–El señor Bell, las llama –ahí nos dimos cuenta que era algún guardaespaldas del señor.

–¿Otra vez? –pregunté aburrida, sentí un codazo en el brazo.

–Ahora vamos, gracias –respondió Anna.

–De nada –dijo y se fue.

–¡Oush! Me dolió, ¡eh! –me queje.

–¡Te lo ganaste! –giré los ojos–. Mejor vamos a ver que quiere Drake.

–¿Qué te parece si mejor vas tú sola? –comenté.

–¡Kat...! –alargó.

–¡Ash! –bufé–. Está bien.

Y pues entonces no quedo más remedio que regresáramos al camerino de el "señor Bell".

–Ya estamos aquí –anunció en cuanto entramos–, ¿en qué te podemos ayudar? –inquirió.

–¿Podemos? –enfatice y me dio otro codazo–. ¡Auch! –me queje de nueva cuenta.

–Quiero proponerles algo.

–Claro Drake, lo que quieras –dijo sonriente.

¡Blah, blah! Ahora solo lo pensé, no quería recibir ni un golpe más.

–¿Qué les parece si las invito a tomar un café? –propuso.

–¡Oh! –exclamo Anna–. Eso estaría estupendo, ¿qué opinas Kat? –me cuestionó.

–Opino que... ¡ya me quiero ir a al colegio! –sonreí fríamente.

–No seas así Kat, solo será un café lo juro –sonrió.

–¡Ándale Kat! –le apoyo Anna.

–Está bien, solo un rato.

Termine aceptando porque al parecer no iba a poder con este par.

–¡Sí! –exclamó con emoción Anna.

–¡Genial! –y de nuevo estaba ese brillo en sus ojos.

–Bueno pues vámonos –dije sin ánimo alguno.

Entre más rápido mejor, pensé.

Nos salimos al estacionamiento sin que nos vieran nos subimos a una camioneta negra: Anna, un amigo de Bell y Bell que se sentó a un lado mío.

–Chicas él es Mike, mi bajista, segunda voz en la banda y amigo.

–Mucho gusto Mike, soy Anna –estrecharon sus manos.

–El gusto es mío Anna –y puso esa cara que uno pone cuando se enamora, sonreí.

–Mucho gusto, soy Kat –me presente.

–Mucho gusto –también estrechamos nuestras manos.

Estábamos platicando, hasta que llegamos al café, bajamos de la camioneta y nos metimos, mesa para 4. Llego el mesero nos atendió y después de un rato de una entrenida platica, Anna fue al baño y yo me quede con Bell y Mike.

–¿Kat, verdad? –pregunto por mi nombre y Bell lo miro feo.

–Sí –respondí sonriente.

–¿Anna es tu amiga? –inquirió.

Mejor amiga, casi hermana; ¿por qué? –pregunté.

–Curiosidad –se sonrojo.

–Esas preguntas no son de un "nada más" o "simple curiosidad", dime ¿te gusta? –cuestione.

–Amm... pues sí, creo que sí –sonrió tímido y la cara de Bell cambio completamente.

–¡Eso creí! –reí–. ¿Y por qué no tratas de acercarte más a ella?

–No sé cómo, no soy muy bueno en estas cosas -dijo confundido.

–¿Qué te parece si me pasas tú número y nos ponemos de acuerdo para vernos? Y te doy unos tips –propuse.

–Claro, es... –me dictó el número–. Espero tu mensaje.

–No tardaré, lo prometo. ¿Puedo llamarte amigo? –obviamente esto lo hice para molestar a Bell.

–Sí, ¡por qué no! –sonreímos y la mirada fulminante de Bell regreso junto como lo esperaba.

Anna estaba de vuelta, seguíamos platicando después de un rato mas Bell y Mike pagaron y nos fuimos. Nos llevaron al colegio, nos estábamos despidiendo pero vi a Bell medio sospechoso con Anna, aunque claro no le di importancia porque yo platicaba con Mike.

Drake.

–Anna necesito que me hagas un favor –le dije suplicante.

–Sí, ¿qué pasa Drake? –pregunto.

–¿Me podrías pasar el numero de tu amiga Kat? –inquirí.

–No creo que eso este bien –dudo.

–¡Por favor! –suplique de nuevo–. Es que le deje el mío y no me ha mandado mensaje, me urge –expliqué.

–¡Me va a matar! –exagero.

–No te preocupes, no le diré que fuiste tú –sonreí.

–Está bien, confió en ti.

–Sí, te lo prometo –le guiñe el ojo.

–De acuerdo –saco su celular–, es... –y me dicto el número.

–Muchísimas gracias –besé su mejilla.

–De nada, pero... ¿puedo saber para qué lo quieres? –cuestiono.

–Ya verás después... por cierto, también pásame el tuyo.

–De acuerdo, sólo tú sabes tus líos. Es... –me dicto el número.

–Gracias de nuevo.

–Por nada –sonrió.

Kat.

Nos despedimos por completo, ellos se fueron y nosotras entramos al colegio. Pasaban los días y gracias a Dios ya no sabía nada de Bell, creo que Anna aún le habla no sé, la verdad no me importaba, nunca me había importado. Yo sólo me comunicaba con Mike.

Mike.

Estábamos en el estudio cuando sonó mi celular era Kat tal vez quería algo.

–¿Bueno? –contesté.

–Hola Mike, soy Kat –saludo–. ¿Cómo estás? –pregunto.

–¡Ah! Hola Kat.

Drake al escuchar que hablaba con ella, se emociono tanto que casi me arrebataba el celular. Lo cual impedi, claro.

–Bien, gracias. ¿Tú?

–También. Te llamo para ver ¿cuándo nos veremos? –cuestionó.

–¡Cierto! Lo había olvidado –me disculpe.

–Me imagino, debes estar muy ocupado.

–Pues sí un poco, pero para todo hay tiempo –aclaré y ella rio–. Si quieres y puedes nos podemos ver hoy, terminamos unas canciones y creo que ya no hay que hacer –explique.

–Sí, por mí está bien. ¿A qué hora y dónde? –inquirió.

–Que te parece a las 3, yo paso por ti al colegio, ¿de acuerdo?

Drake se acerco a mí y me suplico que lo llevara, con señales, claro. Yo asentí con la cabeza solamente.

–Está bien, te espero.

–Bien.

–Hasta al rato.

–Adiós –colgué-.

Y entonces no sabía que me venían reclamos por parte de Drake.

Continuará...

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