Llegue a casa, hogar dulce hogar. Mamá no me esperaba y no quise decirle, quería que fuera una sorpresa, toque el timbre y me abrió Tania, el ama de llaves.

Tania: Señorita (tn), ¿cómo está? -saludo-.

Tú: Hola Tania, bien gracias. ¿Está mamá? -pregunte-.

Tania; Claro, pero pasa -entré-. Esta en el jardín.

Tú: Gracias Tania, con permiso.

Si mamá tenía una gran pasión aparte de nosotros (Carlitos y yo), era la de mantener su jardín reluciente. Desde que tengo uso de razón, ha sido así.

Me fui hasta el jardín y si efectivamente ahí estaba mamá, como todos los sábados podando el pasto y regando las flores.

Tú: Hola mamá -salude apenas puse un pie en el jardín-.

Mamá: ¿(tn), qué haces aquí? -pregunto emocionada-.

Tú: Vine a visitarte, ¿no te da gusto? -dejo sus cosas y se acerco a mí-.

Mamá: ¡Hay no digas tonterías! ¡Claro qué sí! -nos abrazamos-.

Tú: ¿Cómo estás mamá? -nos separamos-.

Mamá: Bien y, ¿tu hija?

Tú: Bien... quisiera poder decir de maravilla pero no puedo.

Mamá: ¿Por qué? ¿Qué paso?

Tú: De camino a acá me encontré con papá -fruncí el ceño-.

Mamá: ¿En serio?

Iba a explicarle pero en eso llego Carlos y en frente de él, mi mamá y yo preferimos guardar los comentarios negativos hacía mi queridísimo padre.

Carlos: ¡Pulgosa! ¿Eres tú? -pregunto divertido-.

Tú: No duende, soy un holograma.

Carlos: Ja-ja graciosa.

Tú: Ya sé -se acerco y lo abrace-. ¿Cómo estás?

Carlos: Bien -nos separamos- y, ¿tu?

Tú: Bien, viene a darte lata un rato.

Carlos: ¡Uh! Lamento arruinar tus planes, pero saldré tengo que hacer una tarea.

Tú: Ni modo, si es tarea primero importa eso. Después me arreglare contigo -dije sonriendo-.

Carlos: -Rió-. Está bien, bueno me voy. Mamá nos vemos al rato.

Mamá: Cuídate mucho.

Carlos: Si mamá, pulgosa nos vemos -se despidió-.

Tú: Sí y pórtate bien.

Carlos: Yo siempre, las quiero -camino hasta la puerta principal-.

Mamá: Nosotras también.

Se fue Carlos y me quede con mi mamá, a seguir hablando sobre lo que me había dicho mi padre.

Mamá: ¿Y qué te dijo tu papá?

Tú: Pues que según él quería solo saludarme y saber como estaba, pero me chantajeó o bueno quiso hacerlo pero no caí -me crucé de brazos mientras caminabamos hasta la sala y nos sentabamos-.

Mamá: ¿Por qué?

Le conté todo a mamá y si se molesto, pero le dije que no se preocupará que yo jamás le haría caso a mi padre después de todo lo que nos hizo, luego de una larga platica llegamos al punto real de mi visita.

Mamá: Y a todo esto, ¿a qué debo tu visita? -inquirió-.

Tú: ¡Cierto! Lo había olvidado, lo que pasa es que por parte del colegio iremos a una excursión y necesito que me firmes esto -le di la hoja-.

Mamá: Y me supongo que es obligatorio, ¿no?

Tú: Sí -hice una mueca-.

Mamá: ¿Por qué esa cara?

Tú: Porque no quería ir. Es que el profesor encargado no me cae bien, pero pues tengo que -me encogí de hombros-.

Mamá: Pues ni modo hija, si es obligatorio tienes que ir. Pero dime, ¿qué tiene el profesor? ¿Te ha hecho algo? -pregunto angustiada-.

Tú: ¡No! -me apresuré a decir-. Nada de eso, no dejaría que me hiciera algo. Solo que no me cae bien.

Mamá: Pero debe haber un motivo por el cual no te cae bien -insistió-.

Tú: Tal vez sonara tonto, pero aunque no lo creas mi profesor es Drake Bell.

Mamá: ¿¡Qué!? -exclamo sorprendida-. Es aquel chico al que irías a ver junto con Anna a su firma, ¿no? -cuestiono-.

Tú: Sí, ese... Anna hablaba mucho de él, antes de que lo conociera y pues me harto. Luego un día me entero que es profesor de música y no sé me cayó mal -dije con desagrado-.

Mamá: Te entiendo o bueno trato de. Pero mejor deberías llevar la fiesta en paz, no creo que sea conveniente que te lleves mal con tu profesor -explico-.

Tú: Pues sí, lo mismo me dijo Richard, pero no sé cómo comportarme con él fuera del colegio.

Mamá: Pues normal. Quieras o no él es una persona y también tiene sentimientos.

Tú: Creo que tienes razón mamá, seguiré tu consejo -sonreí-.

Mamá: Me parece muy bien. ¿Dónde firmo?

Tú: Aquí -señale y firmo-.

Mamá: Oye pero ahora que recuerdo tú eras fan de él, ¿no? -me regreso la hoja-.

Tú: ¿De quién, de Bell? -pregunte atónita-.

Continuará...

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¡Hola fieles lectoras!

Muchísimas gracias por sus comentarios, creánme cuando les digo que me motivan a seguir escribiendo. Creo que este capítulo está un poquitomás corto, pero espero que lo disfuten mucho. ¡Feliz día del niño! Aunque ya paso, pero les mando un abrazo. Las quiero y no dejen de leer :) Xoxo:*