Capítulo 109: Vas a ser papá, otra vez.

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Y aquí estábamos, preparándonos para nuestra navidad. Si bien no era mi primer navidad con los Bell, sí era la primera con MI familia y me refiero a Drake y Jared.
Toda la semana nos la pasamos corriendo para hacer las compras; regalos, la cena, la bebida, los adornos. Teníamos que ponernos muy elegantes ya que este año nos tocaba a nosotros encabezar la cena en nuestra casa.

Dieron las tres de la tarde y comenzaron a llegar nuestros invitados; entre ellos mis suegros, papá, Carlos, Anna, Mike y su pequeña. En casa estábamos Linda, Drake, Jared y yo esperando.

El tiempo transcurrido de forma agradable, puedo decir que es una de las mejores navidades que hemos tenido. Los pequeños estaban jugando y los adultos charlando de cosas variadas.

-Mira como juegan -dije susurrándole a Drake, mientras veíamos a los pequeños jugar.

-Creo que Jared necesita un hermano -mencionó haciéndome reír.

-¿Estás loco? Es muy pronto -me rehúse.

-¡Claro que no! Estamos en el momento perfecto, después creo yo, será tarde -se excusó.

-Tú solo buscas pretextos -reí.

Y tal vez no era el momento, porque ni siquiera yo estaba segura... aunque en mi experiencia pasada, creía que sí. No estaba de más primero hacer un chequeo para después poder confirmar.

Más tarde nos dispusimos a cenar y después abrimos los regalos, obviamente los más entusiasmados eran los pequeños, mientras yo ayudaba a Jared, Anna ayudaba a Carol.

-¡Mamá! Santa me trajo lo que le pedí -mencionó emocionado mi hijo después de romper la envoltura.

-¡Qué alegría! Ya ves, no te cuesta nada portate bien todo el año -hice énfasis en la palabra "todo".

-Ya sé -dijo rendido.

-Ve y muestraselo a papá y a los abuelos -indique y él siguió mis indicaciones.

La noche continuó, más tarde los primeros en dormir fueron Carol y Jared. Nosotros continuamos festejando y después de algún buen rato también nos fuimos a dormir.

Un mes después.

Era momento de saber la verdad, después de darle de desayunar a Drake y  de dejar a Jared en la escuela, me fui al doctor. Los estudios fueron de sangre así que no tardaron mucho en entregármelos, tome el sobre y la primer palabra que busque y que encontré porque estaba en negritas era: positivo.

¡Estoy embarazada, otra vez! Ya es prudente que todos se enteren. De camino a casa pase por un lugar de regalos, compre una caja dónde pudiera entrar el estudio de sangre y la prueba de embarazo que había hecho algunos días anteriores, les tenía preparada una sorpresa a todos. Llamé a mis suegros, a mi papá junto con Carlos y obviamente a Drake, para invitarlos a la hora de la comida... estaba muy emocionada, ya quería ver sus caras de felicidad.

Habíamos terminado de comer después de que llegaron todos, era el momento perfecto, todos estaban en la sala platicando. Yo me fui a la cocina para llamar a Linda y después me iría a la habitación por el regalo.

–Linda, necesito que salgas con nosotros. Tengo algo importante que decirles –anuncié.

–Claro –acepto.

–Ahí te veo.

Salí de la cocina y me adelante a la habitación, entre, tome el regalo y baje a la sala, estaban todos y voltearon a verme raros cuando llegué con el regalo.

–Familia, les tengo una sorpresa –anuncié y deje el regalo en la mesita del centro.

–¿De qué se trata, hija? –pregunto curiosa Robin.

–Ya lo verán.

–Bien, ¿entonces quién lo abrirá? –cuestionó papá.

–Drake –dije.

–De acuerdo –respondió y se levantó para abrirlo.

Todo era silencio, saco el sobre de los exámenes y lo abrió, comenzó a leer y después de que lo proceso levantó su vista para encontrarse conmigo.

–¿Estás hablando en serio? –me pregunto.

–¡Vas a ser papá, otra vez! –exclame.

Dejó la hoja sobre la mesa y corrió hacia a mi para darme un abrazo.

–¡No puedo creerlo! ¡Qué felicidad! –dijo con extrema felicidad.

–Es verdad –mencioné.

–¡Felicidades! –dijo mi padre y ahí comenzaron los abrazos.

Nadie lo esperaba, ni siquiera yo. Pero estábamos muy felices de que sucediera.

Nueve meses después.

El día para que diera a luz había llegado y el miedo me invadía de nuevo, aunque bueno, ya tenía más experiencia que la primera vez. En esta ocasión también, no quisimos saber el sexo hasta que nazca, era mejor.
Afortunadamente Drake también pudo estar conmigo está vez y lo escuchamos llorar.

Es una hermosa niña –anunció el doctor.

Drake no podía ocultar su emoción, no sé si deseaba una niña pero por su reacción, supongo que sí. Está vez se aventuró a cortar el cordón umbilical y a cargar primero a la pequeña.
De los dos embarazos teníamos experiencias maravillosas e inolvidables.

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